#201
❀ Slice of life, Slifht angst, Fluff
❀ Slave!au
❀ Advertencias: continuación del drabble #173
❀ 745 palabras
Gritos despertaron a Baekhyun, quien abrió los ojos, algo confuso. Su cerebro pronto comenzó a funcionar y, entendiendo lo que pasaba, se levantó con rapidez y salió de la habitación. Cruzó como una exhalación el estrecho pasillo, entrando en la habitación frente a la suya y acercándose a la cama que allí había, sin molestarse en encender la luz.
- Chanyeol -lo llamó con suavidad, acariciando el rostro del hombre que gritaba y se retorcía en la cama-, Chanyeol, soy Baekhyun. Estoy aquí.
El otro comenzó a despertar poco a poco, abriendo sus ojos y parpadeando, intentando enfocar la cara de Baekhyun, quien le sonreía con suavidad. Acarició su rostro con suavidad, como cerciorándose de que realmente estaba allí y entonces, a pesar de su altura, se abrazó como un niño pequeño al más bajo, enroscándose en su cuerpo para buscar la calidez que le había quitado su pesadilla.
Hacía ya un par de meses que Baekhyun había comprado a Chanyeol y lo había conseguido arrancar de las manos de aquella mujer odiosa. En su mente, aquello compra debía servir para liberar al alto, comprarlo para devolverle al fin su libertad y que hiciera lo que quisiera. Pero las cosas nunca son tan fáciles, no en la vida real.
Chanyeol era un esclavo, su estatus en la sociedad era ése y no podía cambiar. Ahora simplemente tenía un dueño distinto y no llevaba un horrendo collarín que pitaba para obligarlo a ir de un lado a otro. Pero seguía siendo su esclavo, y estaba ligado a Baekhyun.
Sí que había una manera, sin embargo. El matrimonio era la manera de que Chanyeol al fin fuera libre, de poder subir su estatus social y que al fin pudiera disfrutar de su libertad, incluso tras el divorcio. Pero Baekhyun no se lo había dicho.
No podía, porque Baekhyun amaba a Chanyeol. Lo amaba profundamente, llevaba haciéndolo desde la primera vez que el hombre le abrió la puerta de aquella mansión para que entrara a ver la habitación que su cuadro debía decorar. Ya en aquel momento quiso besarlo y llevárselo de allí. Pero precisamente por ese amor, Baekhyun lo que quería era casarse con Chanyeol si realmente él lo amaba de vuelta. No soportaría hacerlo suyo para romper aquella unión meses más tarde.
Así que tras dos meses, Chanyeol seguía siendo su esclavo y teniendo pesadillas con su antigua ama y sus castigos, y Baekhyun siempre iba a su cama y se tumbaba allí con él, acariciándolo hasta que volvía a dormirse de nuevo.
Aquella vez no fue distinta, se tumbó junto a él, acariciándolo y susurrándole dulces naderías que lo ayudaran a volver a dormir. Pero esta vez Chanyeol no cerró los ojos como siempre.
- Baekhyun -susurró su nombre, tocando su rostro de nuevo y observando sus facciones a la suave luz de la luna que se colaba por la ventana.
- Estoy aquí -le dijo, tomando su mano.
Chanyeol la atrapó en la suya más grande, pero no parecía ser suficiente, no esta vez. Chanyeol estaba más inquieto que otras veces, y eso sólo lo ponía más nervioso.
- Chanyeol, eh -lo llamó de nuevo, pegándose un poco más a él-, estoy aquí.
- ¿De verdad? -y su voz fue tan débil y sonó tan rota, que Baekhyun no pudo controlarse.
Besó a Chanyeol, primero sólo una presión de labios, pero pronto comenzó a moverlos, su corazón casi estallando de alegría al notar que el hombre le correspondía al beso. Se dejó llevar, alargando el beso todo lo que pudo, hasta que no pudo más que separarse, mirando a su esclavo a los ojos.
- Estoy aquí -afirmó.
- Esto es un sueño.
- Mejor que una pesadilla, ¿no crees? -intentó reír, pero no le salió tan bien. Chanyeol lo miró a los ojos primero y a los labios después, indeciso.
- ¿Puedo... besarte de nuevo?
- ¿Quieres? -susurró, su corazón latiendo desbocado ante la posibilidad que le abría esa pregunta, su pequeña esperanza.
- Te quiero, Baekhyun -y la confesión le quitó el aire-. Siempre te he querido.
Se besaron de nuevo, más corto pero no menos dulce, y se abrazaron el uno al otro, el más bajo acariciando la espalda del alto para dejarlo que se volviera a dormir.
Puede que Chanyeol sí que fuera capaz de recuperar su libertad, pensó con una sonrisa. Pero de eso, hablarían a la mañana siguiente. Y con una sonrisa en los labios, ambos se durmieron.
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