#198
Hola~
Antes de nada, quería agradecer a aquellas personas que se tomaron la molestia de leer y comentar mi nota de ayer. No pretendía decir que dejárais de pedirme continuaciones, si no más bien, que al menos me diérais vuestra opinión del drabble. Entiendo que lo que me queréis decir es que os gustó, pero un comentario que diga 'continuación' me aporta tan poco como los 'rt' o los 'x2' xD Sólo quería aclararlo, no es una prohibición, sólo quería que os extendiérais un poco más en el comentario.
Muchas gracias por leerme y soportarme de nuevo♥
❀ Fluff
❀ Farm!au
❀ 1280 palabras
- Vamos, Chanyeol, no pongas esos morros.
El mencionado bufó, frunciendo aún más sus labios y su ceño, cruzándose de brazos sin mirar a Jongdae. Habían ido al campo a pasar un buen día los tres amigos, Chanyeol, Jongdae y Baekhyun. Junmyeon, el hermano mayor de Jongdae, les había ofrecido su granja un fin de semana para alejarse del ruido y del estrés de la ciudad tras los exámenes. Todos habían pensado que era una gran idea, pero Chanyeol más que nadie.
Porque Park Chanyeol llevaba enamorado de Baekhyun desde que se dio cuenta de lo que era que te gustara alguien. Por dios, cree que aún ni le salían pelos en la barba cuando empezó a mirar a su mejor amigo de aquella manera especial y ya estaban acabando la universidad.
Pero últimamente había empezado a notar miradas de Baekhyun dirigidas a él con más intensidad que antes, pequeños roces de manos y sonrisas deslumbrantes que lo hacían pensar que, tal vez, con un poco de suerte, su amigo comenzaba a corresponder sus sentimientos. Un fin de semana en el campo, a solas de noche mirando las estrellas mientras simplemente estaban tumbados era el momento perfecto para declararse.
Pero Jongdae había tenido la fantástica idea de que fueran a ayudar a Junmyeon con sus tareas. Habían acabado rodando por el barro que habían causado unas tuberías rotas en el maizal, haciendo que sus ropas y todos ellos acabaran cubiertos de barro de la cabeza a los pies. Todos estaban de buen humor, riendo divertidos, hasta que Baekhyun anunció que iba a ducharse y a meterse en la cama porque estaba demasiado cansado para hacer nada más.
- No es culpa mía que Baekhyun esté cansado -le dijo Jongdae, secándose el pelo con una toalla mientras miraba a Chanyeol. Éste ya había terminado su ducha, siendo Baekhyun el que ahora ocupaba el baño de invitados.
Chanyeol sabía que no era culpa de Jongdae, pero eso no lo animaba. No lo animaba porque al día siguiente por la noche estarían de vuelta en Seúl, muy ocupados y muy rodeados de gente como para que el alto se animara a confesarse. Escuchó la puerta del baño abrirse y Baekhyun salió en pijama, los ojos medio cerrados y una sonrisa satisfecha en la cara.
- Creo que ni siquiera voy a cenar -anunció, tirándose en la cama que le correspondía junto a la de Chanyeol-. Estoy agotado.
Quizá no queriendo montar una pataleta de niño delante de su amor platónico de los últimos doce años, Chanyeol se levantó, y se marchó, dejando a Baekhyun con una expresión de asombro y a Jongdae moviendo la cabeza de un lado a otro. Salió a la parte trasera de la casa, a un pequeño porche con baranda en la que se apoyó para mirar a la oscuridad, apenas rota por las pocas estrellas que sus ojos aún no acostumbrados podían ver.
Ya sabía que estaba siendo infantil, joder, lo sabía. Pero había pasado la mayor parte de su vida queriendo a Baekhyun en secreto, demasiado tímido y consciente de sí mismo, de sus fallos que el más bajo conocía perfectamente, de lo poco gratificante que sería tenerlo como pareja. Y sí, era estúpido, pero había conseguido concienciarse al fin y armarse de valor para decirle en aquella ocasión, en aquel lugar, que lo quería. Y también sabía que, de no hacerlo, no volvería a reunir el valor de nuevo.
- Chanyeol -lo llamó una voz a sus espaldas.
Él se giró para encontrarse de cara con Junmyeon, quien le ofrecía una taza de chocolate caliente con una sonrisa. Aceptó mudamente, inclinando su cabeza, pero en lugar de irse, el hombre se quedó allí.
- ¿Estás bien, Chanyeol? -éste lo miró, perplejo, y Junmyeon rió-. Es solo que te noto algo apagado y me preguntaba si podría hacer algo por ti.
- No es nada, Junmyeon, gracias -le sonrió débilmente. Realmente el hermano de Jongdae era una persona con la que era difícil sentirse mal-. Sólo estoy cansado.
- Te traeré algo de comer, eso siempre anima -dijo, y antes de que Chanyeol pudiera pararlo, había entrado de nuevo en casa.
Volvió a girarse hacia la negrura, esta vez el cielo plagado de estrellas lo saludó, pero tan sólo lo hizo sentirse un poco más solo. Dejó a un lado la taza con el chocolate sin tocar, observando las estrellas y pensando si hubiera sido muy distinto hacerlo con Baekhyun. Unos golpecitos en el hombro lo hicieron reaccionar de nuevo.
- Junmyeon, realmente no me hace falta nada -empezó, girándose de nuevo hacia la vivienda.
Pero era Baekhyun y no el mayor de los Kim quien lo miraba. Tenía su pijama puesto y parecía desprotegido, o así lo llamó él en su mente. Estaba demasiado sorprendido de verlo allí, cuando suponía que hacía al menos veinte minutos que estaba ya durmiendo.
- ¿Baekhyun? ¿Qué haces aquí?
- Yo... -empezó, pero una pequeña brisa sopló y lo hizo temblar, provocando automáticamente que Chanyeol se quitara la chaqueta que tenía anudada en sus caderas y la echara sobre los hombros ajenos, ganándose una sonrisa-. Gracias -murmuró él, cerrando sus dedos con delicadeza sobre la prenda-. No podía dormir -dijo finalmente.
- ¿Por qué? -la sorpresa iba cada vez en aumento.
- ¿Te has enfadado conmigo? -preguntó de repente, descolocando al alto.
- ¿Qué? ¡No! -negó rápidamente-. ¿Por qué iba a estarlo?
- Llevas callado desde que volvimos del maizal, y no puedo evitar sentir que es culpa mía -confesó el más bajo, y Chanyeol se sintió como la mierda porque su estúpida pataleta había afectado a Baekhyun-. No podía dormir pensando que estabas enfadado conmigo.
- No estoy enfadado contigo, Baekhyun, me gustas -soltó sin pensarlo.
De repente, lo que había dicho caló en su cerebro, haciendo que abriera los ojos y que se llevara una mano a la boca, tapándola, pero era demasiado tarde. Lo había dicho y podía ver en los ojos de Baekhyun la sorpresa ante su confesión. Entró en pánico, su cerebro pensando diez mil excusas distintas con las que justificarse ante su mejor amigo.
- N-no, espera, no era así, verás, yo...
Pero no pudo acabar de hablar, porque Baekhyun dejó caer la chaqueta de sus hombros al levantar las brazos para tirar de la pechera de la camiseta de Chanyeol y hacer chocar sus labios tirando la taza de chocolate con un estruendo al suelo en el proceso, moviéndolos con hambre sobre los del alto quien, una vez pasada la sorpresa inicial, rodeó al más bajo con sus brazos para darle calor mientras respondía de la misma manera aquel beso que jamás pensó en recibir. Se besaron largo e intenso, sus bocas queriendo más y más del otro, hasta que la falta de aire fue demasiado grande y se separaron, jadeando ligeramente y mirándose a los ojos.
- Idiota -le sonrió el más bajo con aquella sonrisa que lo deslumbraba-, podrías habérmelo dicho antes.
- No me atreví -confesó, lamiendo sus ahora hinchados labios con nerviosismo-. Me gustas desde los doce años, Baekhyun.
- Vaya -pareció realmente asombrado, pero pronto su sonrisa volvió-. Es curioso porque a mí me gustas desde los trece.
- ¿Qué? -sacudió su cabeza, pero Baekhyun reía.
- Tendremos que recuperar el tiempo perdido, ¿no crees? -le preguntó, inclinándose sobre sus labios de nuevo.
- Sí, pero -lo interrumpió, sus bocas a pocos centímetros-, también hay que pagarle la taza a Junmyeon.
Ambos miraron la cerámica rota en el suelo, la mancha de chocolate derramándose desde el porche hacia el campo. Baekhyun lo miró de nuevo y sonrió.
- De eso nos ocuparemos mañana -susurró.
Y se besaron de nuevo.
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