❀ Fluff

❀ Chess!au

❀ 838 palabras

 Para Byun Baekhyun, su vida era el ajedrez.

Era jugador desde el instituto, lo que le había hecho ganarse el desprecio y las burlas de sus compañeros, pero a él no le importaba. El hecho de que no demostrara que le afectaba jugaba un gran papel en eso, y al final, simplemente, los que se metían con él se aburrían. Aún así, el instituto no fue plato de buen gusto para él y se alegró de marcharse para ganarse la vida co lo que más le gustaba aparte del ajedrez, las lenguas.

Hizo una carrera de inglés en una buena universidad, pero aunque su trabajo actual era gracias a esa formación, sus mejores ratos los pasaba frente a un tablero, con todas sus piezas bien colocadas en su posición, probando distintas jugadas y aperturas y pensando cómo podría atacar su rival.

Había conseguido dejar atrás a ese chico inseguro del instituto al que le gustaba el ajedrez para convertirse en un jugador profesional, al fin. Por eso era irónico, cuando menos, que en ese momento estuviera en aquel mismo instituto, dando una especie de clase magistral para todo aquel que quisiera ir.

- Vamos a colocarnos por parejas para jugar, ¿de acuerdo? -dijo, al final de su pequeña presentación-. Intentad utilizar alguno de los movimientos o de las aperturas que os he mostrado. El señor Lee -señaló al hombre mayor que había sido el promotor de aquel evento- estará encantado de responder vuestras preguntas, igual que yo mismo.

La gente entonces se separó y se colocó por parejas. Baekhyun se quedó a un lado, mirándolos coger tableros y piezas, hasta que una mano tocó su hombro. Al girarse, se quedó literalmente sin habla.

- Hola, Baekhyun -le sonrió el hombre frente a él, su voz ronca haciéndolo temblar igual que antes-. ¿Te acuerdas de mí?

¿Cómo iba a olvidar a Park Chanyeol? Maldita sea, no había nadie en todo el instituto que no lo conociera. Era el capitán del equipo de baloncesto, estaba en su misma clase y era tan guapo y popular que a Baekhyun le parecía increíble que él lo recordara. Simplemente asintió, haciendo que su antiguo amor platónico le sonriera más ampliamente.

- ¿Te pones a jugar conmigo? -le pidió-. No hay nadie más libre y quiero hablar contigo.

- Durante el ajedrez no se habla -respondió de forma estúpida, pero lo acompañó a coger un tablero y piezas.

Quedó bastante claro en apenas tres movimientos que Chanyeol no tenía ni idea de ajedrez, pero también estaba claro que lo disfrutaba. El más bajo inició diferentes aperturas y movimientos y aunque el más alto trataba de ver sus intenciones, fallaba estrepitosamente. Sin embargo, tan sólo sonreía y le pedía jugar de nuevo, preguntándole cosas sobre su vida y su trabajo. Baekhyun no podía dejar de pensar que estaba manteniendo una conversación con el que fue su objetivo amoroso durante años.

Chanyeol había crecido a mejor, pensaba. Era más alto incluso, más guapo y atractivo, más masculino. Trabajaba como profesor en aquel mismo instituto, cosa que sorprendió a su contrincante, y por eso se había enterado del evento.

- Tenía muchas ganas de verte, ¿sabes? -rió por lo bajo, empezando su jugada-. Te has vuelto bastante famoso.

- No soy famoso -replicó el bajo, pero estaba sorprendido y sonrojado de saber que el otro tenía ganas de verlo. Movió una pieza sin fijarse mucho dónde la ponía-. ¿Por qué querías verme?

- Bueno -replicó el otro, moviendo otra vez-, en el instituto nunca me atreví a hablarte.

- ¿Tú no te atreviste a hablarme a mí? -estaba perplejo, no se lo esperaba. Movió de nuevo sin prestar atención-. ¿Por qué?

- Eras tan inteligente, pensé que no querrías hablar conmigo porque tan sólo era el cabeza hueca que jugaba al baloncesto -confesó el alto con una media sonrisa, deslizando su alfil por el tablero.

- Yo... pensé que alguien popular como tú no querría tener nada que ver con alguien como yo -le dijo el más bajo, moviendo su torre y comiéndole un caballo.

- Vaya par de dos -rió Chanyeol, sus dedos acariciando su reina-. ¿Si te gano, saldrías a cenar conmigo?

Baekhyun lo miró, vio el sonrojo en sus mejillas que hacía juego con el propio y supo que no estaba de broma, a pesar de que llevaran seis partidos y no hubiera ganado ni una. Asintió, pensando que siempre podía intentar invitarlo él aunque perdiera.

Chanyeol cogió su reina, moviéndola una casilla.

- Jaque mate -le sonrió el alto.

Ahogando una exclamación, Baekhyun miró el tablero por primera vez en toda la partida y vio que, efectivamente, había perdido. Miró de nuevo a Chanyeol, quien sonreía orgulloso y feliz. El alto se levantó, ofreciéndole su mano como si de un príncipe se tratase, y haciendo que el corazón del más bajo latiera fuerte y rápido.

- ¿Vamos, entonces? -le brindó su más encantadora sonrisa-. Me debes una cita.

Sonriendo, Baekhyun se olvidó por una vez del ajedrez, y cogió su mano, siguiéndolo fuera.