#181
❀ Fluff
❀ Library!au
❀ Advertencias: alusiones al cuarto libro de Harry Potter
❀ 1056 palabras
Baekhyun suspiró y se ajustó las gafas de nuevo, mirando mal a los adolescentes que acababan de pasar corriendo por delante de su puesto de devolución de libros.
Baekhyun era bibliotecario en prácticas en la biblioteca de una pequeña ciudad cerca de Seúl. Había conseguido las prácticas allí, lo que era una maravilla en su opinión ya que el edificio quedaba a menos de diez minutos andando desde su casa, cinco si iba en bicicleta; y el lugar era mayormente tranquilo.
Sin embargo, la paz de las primeras dos semanas se había ido al carajo cuando Park Chanyeol comenzó a frecuentarla.
Siendo una ciudad pequeña, no era difícil conocer a Park Chanyeol. Era toda una celebridad en aquella pequeña comunidad, ya que había conseguido una prestigiosa beca para una universidad especializada en música en Estados Unidos. Sus orgullosos padres le contaban a todo aquel que quisiera escucharlos que le había ido tan bien que había sido aceptado en una gran firma con sede en Seúl y que iba a volver a Corea para trabajar allí.
Lo que nadie se esperaba era que volviera a pasar el verano en casa de su familia antes de viajar a establecerse en Seúl. Después de cuatro años sin verlo, Park Chanyeol, con su porte alto, atractivo, y ese aura especial que le daba el haber vivido en el extranjero, era sin lugar a dudas, el chico más deseado.
Y precisamente por eso, era un grano en el culo para Baekhyun.
Tenía que admitir que el tipo era jodidamente atractivo, tanto que la primera vez que se le acercó a pedirle con aquella voz ronca la clave del wifi, por poco se queda sin respiración. Era muy guapo, joder, no parecía que se le hubiera subido a la cabeza lo de haber estudiado en el extranjero o algo así, porque era amable, educado y no pretendía molestar. Pero aún así, había un gran problema. Porque su maldito club de fans (o al menos así las llamaba él en su cabeza), no dejaban de seguir al alto a todos sitios, incluida la biblioteca, siempre susurrando demasiado alto, lanzando grititos de emoción cuando él hacía algo tan fantástico como pasar una mano por su ya alborotado pelo y soltando risitas tontas cuando Chanyeol las miraba de reojo.
A Baekhyun no dejaba de recordarle al club de fans de Viktor Krum en Harry Potter y el Cáliz de Fuego, pero con la diferencia de que él no era Harry a pesar de sus gafas redondas, y más bien era una versión masculina pero igualmente amargada de la señora Pince.
- ¡Silencio! -siseó, atravesándolas con la mirada cuando otro gritito rompió el silencio.
Las chicas, sin embargo, no hicieron caso y comenzaron a murmurar emocionadas mientras se ganaban miradas reprobatorias del resto de la gente allí sin importarles lo más mínimo. El problema fue cuando esas miradas empezaron a dirigirse a Baekhyun quien, como encargado, debía solucionar el problema. El chico apretó los dientes y, cerrando el libro que él mismo había estado leyendo, se dirigió hacia ellas.
- Fuera de la biblioteca -les dijo sin miramientos, sorprendiéndolas-.. Ahora.
- No puedes echarnos, es un sitio público -replicó una. Baekhyun sonrió de medio lado con esa sonrisa de bastardo calculador que tanto miedo le daba a su amigo Jongdae.
- No veo ningún libro ni nada que indique que estés utilizando la biblioteca para algo más que chorrear por Park Chanyeol allí sentado -lo señaló-. Estáis molestando al resto de los usuarios y si no os vais, llamaré a la policía para que os saquen a patadas por desorden público.
Las chicas ahogaron exclamaciones indignadas, pero Baekhyun no se movió ni alteró su expresión. Podía notar a toda la sala, incluido el mismo Chanyeol, con sus ojos fijos en él ya que no se había molestado en bajar su tono de voz. Las chicas finalmente se levantaron arrastrando las sillas y haciendo todo el ruido que les fue humanamente posible, visiblemente cabreadas con él. Le chupaba el pie izquierdo, sinceramente.
- Y no volváis por aquí o llamaré a la policía de verdad -les dijo cuando alcanzaron la puerta, cerrándola en sus narices.
La sala entonces prorrumpió en aplausos, estaban tan hartos de las chicas como él mismo aparentemente, así que sonrió y agitó la mano, restándole importancia. Una vez la emoción se calmó, el silencio volvió a instaurarse y él volvió a retomar su libro.
- Disculpa -susurró una voz ronca que su cerebro había memorizado muy bien. Alzó la vista y descubrió a Park Chanyeol, las manos en sus bolsillos y mirándolo de forma arrepentida-. Lamento el espectáculo.
- No es culpa tuya -le susurró de vuelta, sonriéndole ligeramente-. Ellas no saben mantener la compostura.
- En realidad, sí es culpa mía -el alto se rascó la nuca en un gesto atractivo y adorable al mismo tiempo y, maldita sea, Baekhyun no debería pensar en cómo sería lamerle esos brazos tonificados-. Si hubiera hecho antes lo que vine a hacer, no habría pasado.
- ¿Viniste a hacer algo en concreto? -lo miró el bajo con curiosidad esta vez, no esperándose esa respuesta. El otro asintió antes de, sorpresivamente, sonrojarse.
- ¿Querrías ir a cenar conmigo esta noche? -le preguntó de golpe, bajando la voz aún más.
Baekhyun lo miró, su boca abriéndose ligeramente y sus gafas resbalando por el puente de su nariz. Parpadeó, reaccionando al fin y recomponiéndose como pudo con un ligero carraspeo y un sonrojo.
- Claro que sí -respondió algo nervioso.
El alto le sonrió ampliamente y sacó enseguida su teléfono para que le anotara su número. Baekhyun lo introdujo con dedos temblorosos y le entregó el propio para que Chanyeol pudiera hacer lo mismo en su terminal.
- ¿Tu turno acaba a las ocho? -Baekhyun asintió, recibiendo su teléfono de nuevo y sonrojándose por el roce de dedos-. Estaré aquí para recogerte.
Y se fue, no sin antes inclinarse para dejar un casto beso en la mejilla de Baekhyun, quien se llevó una mano al lugar donde los labios del alto se habían posado antes de desaparecer por la puerta. No pudo evitar la sonrisa que se extendió por su cara al pensar que más que Harry o la señora Pince, había acabado siendo Hermione.
Y si eso significaba una cita con Park Chanyeol, para él estaba bien.
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