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#99

Fluff, Comedia

Gym!au

Advertencias: sexo implícito

1409 palabras

- ...Y ésta es la sala de máquinas, las pesas están a la izquierda y al fondo las bicicletas y las cintas -el empleado del gimnasio, un hombre bajito pero fornido se giró hacia él y le sonrió, haciendo que la chapita donde podía leerse Kim Minseok brillara bajo las luces-. ¿Alguna duda, señor Park?

- Ehm... -Chanyeol miró a todos lados, confuso, no sabiendo bien si era lo correcto meterse en un gimnasio cuando rechazaba visceralmente cualquier tipo de ejercicio físico.

A Chanyeol no le gustaba el gimnasio, no le gustaba el deporte en general; pero tenía una barriguita que empezaba a ser preocupante a pesar de su altura y, aunque era vergonzoso admitirlo, notaba su cuerpo cada vez menos ágil y más renqueante. Así que tras varias discusiones con su madre y su hermana, y una particularmente seria mirada de su padre sobre su persona, Chanyeol había cambiado el hábito de tirarse por las tardes frente a su ordenador a ver series o leer fanfiction por el gimnasio.

Ya que iba a hacer deporte, se dijo, iba a hacerlo bien. Se apuntó al mejor gimnasio que le quedaba cerca de casa, era un mamotreto de gran superficie, con sus propias pistas de pádel y tenis, y piscinas cubiertas y descubiertas. No se sentía seguro cuando dejó su moto aparcada frente a la puerta y se dirigió al mostrador de información; pero ahora que Kim Minseok le había enseñado todas las instalaciones se sentía confuso y abrumado.

- Ehm -volvió a repetir, mirando al hombre esta vez-, pensaba en algo más personal...

- ¡Oh, por supuesto! -respondió enérgicamente el hombre-. Tenemos varios entrenadores personales que moldearán tu cuerpo a tu gusto.

Metió los datos de Chanyeol y su horario en su tablet y miró los entrenadores disponibles.

- Mmmm, sí, creo que será adecuado -murmuró para sí, antes de pulsar el botón de su auricular bluetooth y llamar-. Baekhyun, ven a la sala de máquinas. Oh, ¿En serio? -se giró hacia Chanyeol-. Sígame, por favor.

Lo guió entre cuerpos sudorosos que levantaban pesas y flexionaban sus músculos hasta una de las máquinas del fondo, un potro de tortura en el que debías sentarte para agarrar una barra y alzar pesas tirando de ella.

- Baekhyun -Kim Minseok llamó al hombre en la máquina, quien alzó la mirada y dejó caer las pesas a su espalda-. Éste es Park Chanyeol.

Santa Madre.

El hombre delante de ellos se levantó y extendió una mano firme y algo resbaladiza hacia él mientras una sonrisa blanca y brillante adornaba su bonito rostro.

- Soy Byun Baekhyun -se presentó mientras Chanyeol finalmente estrechaba su mano-. Un placer conocerte, Park Chanyeol.

- El señor Park está buscando un entrenamiento personalizado -explicó Minseok.

- Por favor, llamadme Chanyeol, señor Park me hace sentir viejo.

- Tiene razón, Minseok -rió por lo bajo su futuro entrenador.

- Deformación profesional -contestó secamente el hombre-. He mandado sus datos a tu cuenta, Baekhyun, así podréis poneros de acuerdo -miró a Chanyeol de nuevo-. Por favor, antes de irte recuerda pasar por el mostrador de entrada.

Y con una última sonrisa, se fue.

- Vamos a ver qué hacemos contigo, ¿no? -le sonrió Baekhyun de nuevo, haciendo que Chanyeol se sonrojara ligeramente.

El hombre pareció no notarlo, cogió su toalla y comenzó a caminar mientras se secaba el pelo, los músculos de sus brazos visibles gracias a la camiseta sin mangas que estaba usando. Ver el sudor recorrer su piel, su pelo húmedo y los pequeños jadeos que soltaba debido al esfuerzo que había estado haciendo no le estaban haciendo bien a la cordura de Chanyeol. No contó con que su entrenador fuera tan atractivo, demonios.

Baekhyun llegó al mostrador de aquella planta y cogió su propia tablet, descargando los datos de Chanyeol en ella, así como el horario preferido y las horas que disponía para dedicar al deporte.

- Vaya, somos del mismo año -comentó Baekhyun, sonriendo mientras ojeaba los datos-. Aunque soy mayor que tú por seis meses.

- Oh, vaya -realmente no sabía qué más decir, y le cohibía que alguien tan guapo como Baekhyun fuera a ver su cuerpo fofo.

- Bien, ¿cómo quieres que moldee tu cuerpo, Chanyeol?

Escenas nada apropiadas para un gimnasio a las cinco de la tarde pasaron por su mente, y rezó por no tener una erección imaginando cómo su entrenador personal podía moldearlo.

- Bueno, quiero ponerme en forma y librarme de, uh, mi barriga -dijo, mirando a otro lado.

- ¿Barriga? -el más bajo lo miró con interés-. No parece que tengas mucho de eso, pero puedo ayudarte a convertirla en un vientre plano y marcado -le sonrió.

Tal y como dijo, le planificó un entrenamiento intensivo de hora y media para tonificar todos sus músculos, con especial atención a eliminar la grasa abdominal. Chanyeol tuvo que reconocer que a pesar de estar cansado como la mierda y de que aquello seguía sin gustarle, el hecho de que Baekhyun estuviera a su lado corriendo en la cinta contigua o animándolo cuando se acercaba finalmente a su flexión número 30 eran un incentivo más que suficiente. Ligeros toques aquí y allá, en zonas inocentes pero peligrosamente cerca de las íntimas, también aumentaban el calor que sentía y los sentimientos por su entrenador, quien aparte de alguna que otra sonrisa traviesa, no mostró nada más a Chanyeol.

El primer mes se le pasó volando a Chanyeol, apenas llegaba a casa cenaba y se iba a dormir, rendido tras el entrenamiento. Al menos se duchaba en el gimnasio, habiendo perdido la vergüenza y quizá, sólo quizá, porque Baekhyun terminaba su turno con él y ambos podían seguir hablando un poco más en el vestuario.

Además de un cuerpo de escándalo que lo encendía a mil nada más verlo, Baekhyun tenía muchos y variados intereses, bastantes de los cuales coincidían con los de Chanyeol. Así que la primera vez que su entrenador le ofreció volver juntos y cenar; Chanyeol sacó el casco de repuesto que tenía en su moto. La sonrisa de suficiencia le duró todo el trayecto hasta el restaurante, los muslos de Baekhyun abrazando los propios y sus manos firmemente aposentadas en su cintura no eran para menos.

No fue hasta dos meses después que Chanyeol comenzó a ver verdaderos resultados, tres hasta que al fin pudo adivinar sólo con sus dedos los abdominales marcados bajo su camiseta.

- Buen entrenamiento -le dijo un agotado y sudoroso Baekhyun mientras entraban al vestuario.

- Estoy agotado -se quejó Chanyeol frente a su taquilla, deshaciéndose de su empapada camiseta y mirando a Baekhyun-. ¿Quieres...?

Pero la pregunta murió en sus labios, Baekhyun lo miraba fijamente con la lujuria brillando en sus pupilas. Pero tan pronto lo vio, desapareció, siendo sustituida por una sonrisa amplia.

- ¿Sí?

- Preguntaba que si querías salir a cenar...

- Claro, me muero de hambre -asintió, abriendo el paso hacia la ducha.

Escogieron los cubículos enfrentados del fondo a pesar de que la mayoría estaban vacíos y entraron cada uno en el suyo. Chanyeol acababa de quitarse la toalla y darle al agua cuando la puerta se abrió y él se giró de cara a ésta por instinto.

- Chanyeol, ¿te queda champú?

Baekhyun estaba allí plantado, en toda su gloriosa desnudez igual que él, mirándolo con los ojos ligeramente abiertos. Antes de que pudiera reaccionar, el más bajo cerró la puerta y dejó la toalla que Chanyeol no había visto que llevaba en la mano justo encima de la suya.

- Baekhyun... -empezó el alto, pero éste lo cortó con un dedo en sus labios.

- Verás, Chanyeol -susurró, sus palabras casi ahogadas por el ruido del agua al caer-, no mentía cuando dije que tenía hambre -lo miró con los ojos brillantes y una sonrisa traviesa en la cara-. Y ya sé lo que quiero comer.

Lo atrajo hacia sí con fuerza y lo besó, ambos gimiendo en el beso mientras Baekhyun ponía una pierna en su cadera y hacía que ambos miembros se frotaran el uno contra el otro, creando una fricción deliciosa.

- Voy a hacer que disfrutes, Chanyeol -jadeó contra su boca-. Va a ser el mejor sexo de tu vida.

- Lo estoy deseando -contestó el alto, sonriendo antes de besarlo de nuevo.

Cuando salieron de allí, media hora más tarde, sonriendo y con las manos entrelazadas, Chanyeol tuvo que darle la razón. Había sido el mejor sexo de su vida.  

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