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#75

Fluff

❀  Neighbours!au

❀  1523 palabras


"Muchas gracias, Baekhyunnie."

Eran las palabras favoritas de Baekhyun, pronunciadas por su persona favorita en el mundo. No era ningún artista de talla mundial, ni siquiera una estrella local; se trataba simple y llanamente de su vecino tres años mayor, Park Chanyeol.

Desde que su familia se mudó a aquel barrio cuando Baekhyun tenía cinco años, buscando un lugar más amplio y tranquilo en el que criar a sus dos hijos, Baekhyun había estado pegado a Chanyeol. El chico era tres años mayor que él, de la edad de su hermano Baekbyeon, e iba mucho a su casa por la misma razón. El pequeño Baekhyun, a quien su hermano no dudaba en echar con cajas destempladas de su habitación, siempre era tratado con amabilidad por Chanyeol, recibiendo una amplia sonrisa que también lo hacía sonreír y una suave palmadita en su cabeza, a veces revolviéndole el pelo. Alguna que otra vez, se encontró con una piruleta o similar en sus manos, seguidas de un susurro.

"Será nuestro secreto, ¿vale?"

Con el paso de los años, y apesar de lo difícil que puede llegar a ser la adolescencia y lo grande que puede llegar a ser un lapso de tres años entre un adolescente de trece y otro de dieciséis, Chanyeol no dejó de dedicarle palabras amables y de regalarle dulces. Alguna vez, también, se quedó a cuidarlo cuando nadie más estaba en casa; pasando la tarde entera jugando a videojuegos, o admirando a Chanyeol tocar la guitarra con, al parecer del menor, gran maestría. El alto siempre lo invitaba a unirse a él cantando y Baekhyun no podía negarse, no cuando Chanyeol le decía 'Me encanta tu voz, Baekhyunnie, y cantando suena aún mejor'.

Poco a poco, sin apenas darse cuenta, Baekhyun pasó de ver a Chanyeol como su amable vecino a verlo como su amor platónico. Supo que estaba enamorado de él cuando, en el verano de sus dieciséis, Chanyeol y sus diecinueve aparecieron en casa con una chica bonita agarrada de la mano. Sabía que no era su hermana Yoora, la conocía de otras veces que había ido a casa de los Park para que Chanyeol lo cuidara o cuando los padres de ambos se juntaban para alguna pequeña comida improvisada. Aquella chica se le presentó como Hyejeong, y él no pudo odiarla porque realmente era bonita y amable y sólo tuvo buenas palabras y maneras con él en el rato en el que coincidieron en la cocina, mientras Baekbyeon terminaba de hacerse un café y antes de desaparecer escaleras arriba en el cuarto de su hermano.

Baekhyun lloró aquella tarde y supo lo que era tener el corazón roto. No quiso dejar que Chanyeol lo viera aún así, y el mayor no cambió su comportamiento hacia él, así que escondió sus sentimientos a pesar de lo difícil que se le hizo, sobre todo cuando Chanyeol lo hacía cantar canciones de desamor para acompañarlo a la guitarra y Baekhyun no podía evitar que sus ojos se volvieran acuosos y brillantes.

El noviazgo fue largo, pero un año después, Chanyeol estaba soltero y Baekhyun se encontró llevándolo a su heladería favorita una tarde que lo encontró solo en la puerta de su casa para animarlo porque ella había encontrado a otro. Chanyeol le sonrió, pero Baekhyun pudo ver la tristeza en sus ojos y se pasó toda la tarde a su lado, agarrándole la mano con fuerza para demostrarle que estaba allí. El abrazo y el suave roce en la mejilla que recibió como agradecimiento eran aún el mejor regalo que el alto le había hecho.

Había pasado más de año y medio de aquello. De alguna manera, Baekhyun entró en el círculo de amigos de Chanyeol al entrar en la carrera de música en la Universidad igual que el más alto, e iban juntos cada día a clase en autobús, hablando y charlando animadamente, incluso Baekhyun recibiendo consejos para sus asignaturas, ya que Chanyeol estaba en cuarto y había tenido a la mayoría de profesores. Para el más bajo cada día era un regalo, ir junto a él en el autobús, estar tan juntos diariamente, incluso una vez en la que lo acompañó a ver una nota y Chanyeol se emocionó tanto al ver aquel seis cuando pensaba que iba a suspender que lo besó en la mejilla de pura alegría.

Pero Baekhyun no se atrevía a confesarse, no cuando temía tanto perder esa relación preciosa con Chanyeol. Era prácticamente su mundo, lo era desde hacía más tiempo del que realmente era capaz de admitir, y no sabía si podría volver a tomar aquel autobús a la universidad si Chanyeol no iba a su lado. Por eso le preocupaba esa sensación en su pecho, esa que le hacía querer explotar y decirle todo lo que sentía al mayor; porque sabía que era una bomba a punto de estallar y tenía miedo de las consecuencias.

- ¿Baekhyun? ¿Estás bien? -Chanyeol sacudió una mano frente a su cara, preocupado.

Estaban en casa de los Byun, sentados en lados contiguos del kotatsu que Baekhyun tenía en su habitación ya que la calefacción se le había roto y había encontrado uno de oferta por internet. Estaban solos en la vivienda, ya que Baekbyeon estudiaba en otra ciudad y los señores Byun habían salido a comer con unos amigos que estaban de visita en la ciudad. El mayor había aparecido sobre la hora de comer porque 'morirás si te cocinas tú solo, eres terrible, Baekhyunnie' y se había quedado para una película de acción de sobremesa.

- Estoy bien -contestó, sonriéndole débilmente-. Creo que comí demasiado.

- Estoy de acuerdo con eso -rió el alto, acercándose para revolverle el pelo, como sabía que al menor frustraba.

- Eh, no hagas eso -se quejó, haciendo un puchero con sus labios y colocándose el pelo en su sitio mientras el mayor lo miraba sonriendo.

- Muchas gracias, Baekhyunnie -susurró entonces Chanyeol, desconcertando al otro.

- ¿Gracias por qué?

El más alto se encogió de hombros, girándose para mirar la televisión de nuevo y dejándolo más confuso. ¿A qué se debía aquello?

- Hoy vi a Hyejeong -empezó Chanyeol al rato, como si no hubiera habido una larga pausa y aún mirando la televisión-. Pensé que cuando la viera por primera vez después de que me dejara, me dolería verla; más si era del brazo del chico por el que me dejó. Pero hoy la vi y no sentí nada de eso. De hecho, cuando me vio y se paró a saludarme, no sentí nada más aparte de un poco de nostalgia y ningún deseo de ser yo el que la cogía por la cintura.

Baekhyun esperó, pero Chanyeol no siguió hablando.

- ¿Y por qué me das las gracias?

Chanyeol entonces se giró para mirarlo, y era tan intensa su mirada que Baekhyun se quedó momentáneamente sin respiración. El alto se deslizó por el suelo, haciéndolo moverse a un lado y colocándose junto a él en su lado del kotatsu, su mirada aún fija en los ojos del menor.

- Porque es gracias a ti que he podido olvidar a Hyejeong.

- S-sólo te invité a helado, Chanyeol -se ruborizó el chico, apartando la mirada un momento, azorado-. No hice gran cosa.

Pero Chanyeol meneó la cabeza.

- Hiciste mucho más que eso, Baekhyun -y sus palabras eran tan sinceras que realmente Baekhyun las sintió vibrar en su interior-. Me hiciste abrir los ojos y darme cuenta de que tendría muchas más oportunidades de encontrar a alguien a quien querer y que me quisiera -el alto sonrió de manera sincera-. Y creo que voy a gastar una de ellas.

Antes de que Baekhyun pudiera procesarlo, los labios de Chanyeol estaban sobre los suyos, robándole un beso que le supo a muy poco. Cuando se separó, el mayor parecía nervioso e incluso algo temeroso, pero el cerebro de Baekhyun finalmente consiguió conectar las ideas y algo se iluminó en su mente.

Él era la oportunidad de Chanyeol.

Abrumado, sintió las lágrimas correr hacia sus ojos, amenazando con salir y vio la cara de Chanyeol tornarse preocupada; pero el menor soltó una risa nerviosa, y lo miró a través de las lágrimas que aún no había derramado sonriendo. Se lanzó a abrazarlo, estrechando a Chanyeol fuerte contra él, los bien formados brazos del mayor rodeándolo, antes de separarse lo mínimo para poder besarlo de nuevo, sorprendiendo un poco a Chanyeol, quien no tardó en devolverle el beso una vez comprendió que Baekhyun lo correspondía.

- Llevo queriendo esto desde hace años -le confesó el más bajo, una lágrima solitaria descendiendo por su mejilla, una que el mayor limpió suavemente con su pulgar.

- Siento haberte hecho esperar -se disculpó sonriendo Chanyeol, pero Baekhyun negó con la cabeza.

- No te disculpes -le sonrió-. Si para estar contigo tuviera que volver a pasar por todo, lo haría, Chanyeol.

Chanyeol sonrió y volvió a besarlo, dejando que sus labios se conocieran por tercera vez, la tercera de incontables que vendrían.

Porque Baekhyun era la oportunidad de Chanyeol, sí; pero Chanyeol también era la oportunidad de Baekhyun. Una oportunidad que no pensaba perder.  

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