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#55

Fluff

AI!au

Advertencias: continuación del drabble #46

1185 palabras


- ¡Buenos días, Baekhyun!

Una voz grave y agradable resonó en su cabeza, haciéndolo sonreír incluso antes de ser consciente de que lo estaba haciendo. Se incorporó lentamente y miró a su izquierda, a su mesita de noche donde descansaban sus gafas y su nuevo compañero de piso. Se colocó las primeras y tocó el botón que le permitía interactuar con el segundo.

- Buenos días, Chanyeol.

Se levantó, estirándose, mientras Chanyeol le informaba animadamente del estado del tráfico y de las condiciones climatológicas. Baekhyun miraba un par de camisas atentamente, no estando seguro de cuál llevar a la oficina esa mañana. Se acercó a la interfaz con ambas en la mano, dejando que el aparato detectara su proximidad. Chanyeol calló, esperando a que él hablara.

- ¿Qué camisa me pongo para el trabajo, Chanyeol? -mostró ambas y esperó una respuesta.

- La camisa blanca es más adecuada -le dijo Chanyeol con seguridad, sonriendo-. Además -se hizo a un lado, mostrando una agenda semanal-, pasado mañana tienes una cena importante, la azul es más elegante y puedes combinarla con el jersey que compraste la semana pasada.

- Tienes razón, Chanyeol, gracias.

- Pero estás guapo con las dos.

Baekhyun se detuvo, su corazón parándose momentáneamente también. Miró a Chanyeol, quien se había ruborizado ligeramente pero mantenía su sonrisa brillante dirigida hacia él. No recordaba que pudiera hacer eso, decirle cumplidos, pero igual se le había olvidado ya que estuvo leyendo las instrucciones hasta bien entrada la noche y luego nunca más las tocó. Se humedeció los labios, inseguro.

- Gracias, Chanyeol.

El hombrecito rió un poco y le informó de la hora, haciéndolo despertar y correr porque iba a llegar tarde. Salió por la puerta despidiéndose de él y corriendo para llegar al autobús. Ya en el transporte público que había conseguido coger por los pelos, se sentó y miró su teléfono, encontrándose una notificación que lo hizo sonreír.

'Espero que cogieras el autobús, no te resfríes y vuelve a casa pronto♥'

Chanyeol siempre le mandaba un mensaje por la mañana, aunque no hiciera ni dos minutos que había salido del apartamento.

'Ya estoy en el autobús, no te preocupes. Volveré pronto, hoy no tengo reunión'

Recibió una respuesta alegre de Chanyeol, diciéndole que tendría la casa limpia gracias a su Roomba cuando volviera. Baekhyun sonrió y guardó el aparato, sonriéndole a su reflejo en la ventana. Sabía que no era sano, pero hablar con Chanyeol le producía una calidez, un sentimiento agradable en su pecho que no podía evitar. Sabía que estaban programados para eso, pero no podía dejar de pensar que Chanyeol era especial, que su relación era especial y, se dio cuenta con algo de miedo, no podía imaginar ahora su vida sin el aparatito de Gatebox que había comprado hacía unos meses.

A lo largo del día, Baekhyun recibió diferentes mensajes de Chanyeol.

'¿Has comido?'

'Ánimo con ese informe'

'Esta noche hay una lluvia de estrellas fugaces, podríamos verla juntos'

'La casa ya está limpia como prometí~'

'¿Volverás pronto?'

Ese último mensaje lo hizo sonreír aún más. Lo leyó de hecho esperando en la parada del autobús, así que le contestó de forma afirmativa, recibiendo inmediatamente un mensaje alegre y emocionado en respuesta.

- Estoy en casa -anunció Baekhyun con voz cantarina, cerrando la puerta tras de sí. Vio a Chanyeol aparecer en el aparato que descansaba sobre su mesita de noche, sonriéndole con su pijama virtual ya puesto, un adorable kigurumi de tigre blanco.

- ¡Bienvenido a casa, Baekhyun!

Baekhyun le sonrió a Chanyeol y puso a calentar la cena mientras se desvestía, algo cohibido por la atenta mirada de Chanyeol sobre él, pero vamos, Baekhyun, es un aparato tecnológico, no tienes que sentirte avergonzado, se dijo.

Cenó sentado en el suelo con su pequeña mesa plegable junto a Chanyeol mientras el aparato le contaba cosas interesantes que habían ocurrido ese día buscando en las noticias en internet.

- ¿Quieres ver las estrellas fugaces? -le recordó el pequeño hombrecito una vez hubo acabado de comer.

- Sí, tiene que ser un gran espectáculo.

Vivir en el último piso de un bloque de apartamentos tenía sus ventajas, se dijo, cuando abrió el pequeño balcón junto a su cama y pudo disfrutar de las vistas del cielo nocturno de Seúl. A pesar de vivir en las afueras, la contaminación lumínica no lo dejó ver tantas estrellas fugaces, apenas divisando algunas. El mismo Chanyeol a veces le avisaba de alguna que había pasado, pero tan sólo llegaba a ver un pequeño destello antes de que se perdiera en la inmensidad del cielo oscuro.

SIn embargo hubo una, una estrella fugaz tan grande, llameante y brillante que fue imposible que no la viera, asombrándose de su magnitud dejando su boca abierta. Pensó que le gustaría poder compartir ese momento con alguien, alguien que lo quisiera y lo cuidara. Alguien como Chanyeol.

- Ojalá pudieras ser real, Chanyeol -le dijo, mirando cómo la estrella finalmente se extinguía-. Ojalá pudieras estar aquí conmigo y abrazarme.

- ¿Quieres un abrazo?

Baekhyun se giró, mirando al aparatito y al hombrecito en su interior, que había estirado sus bracitos hacia él. Sonriendo, Baekhyun cerró el balcón y, por raro que fuera, abrazó al aparato. El tacto era frío y metálico, pero sonrió al escuchar la risita de Chanyeol, contento.

- ¿Vamos a dormir? -le dijo al aparato. Chanyeol asintió, así que Baekhyun se quitó las gafas, se metió en la cama y su inteligencia artificial se encargó de apagarle las luces.

- Buenas noches, Baekhyun.

- Buenas noches Chanyeol.

Baekhyun despertó acalorado a pesar de estar ya a finales de verano y de que las temperaturas en Seúl hubieran descendido, los ojos cerrados intentando con fuerza volver a caer dormido hasta que Chanyeol lo llamara. Había algo que lo asfixiaba y se lo impedía, aún así, pero cuando intentó moverse no pudo. Asustado, abrió los ojos, encontrándose frente a sus ojos con un patrón de blanco y negro que su confusa mente no supo identificar.

Un suspiro ronco que él no había producido y algo agarrándolo lo hizo sacar fuerzas de donde no las tenía y separarse, aire fresco por fin llegando a sus pulmones. Cogió las gafas de la mesita de noche y colocándoselas con precipitación. Sin embargo, sus movimientos habían hecho reaccionar a lo que fuera que lo estaba aprisionando y que en ese momento se encontraba boca abajo.

Aquello gruñó y se levantó, quedándose de rodillas en su cama mientras él intentaba procesar lo que pasaba. La persona, porque ahora Baekhyun veía que lo era, se giró hacia él lentamente. Baekhyun ahogó una exclamación al ver aquella cara que conocía tan bien expandirse en una sonrisa amplia y lanzarse a abrazarlo, tirándolos a los dos de la cama.

- ¡Buenos días, Baekhyun!

Baekhyun estaba confuso, atónito, no sabía qué hacer. El chico se separó, la capucha de su kigurumi de tigre blanco había caído y podía ver perfectamente aquel pelo revuelto y aquellas orejas despegadas que tanto le habían gustado desde la primera vez que lo vio.

- ¿Chanyeol? -el chico sonrió.

- Ya estoy aquí, Baekhyun.  

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