❀ Romance(?)

❀ Military!au

❀ 833 palabras

El sargento Byun vivía para hacerle la vida imposible.

O al menos ésa era la opinión de Chanyeol, tumbado boca abajo con su pecho casi rozando el césped mal cortado al bajar en su septuagésimo novena flexión. Aún le faltaban veintiuna para que el sargento estuviera contento y ya notaba los músculos de sus brazos arder.

- Vamos Park, no me digas que ya estás cansado.

Chanyeol alzó la vista, el sudor cayendo por su rostro mientras miraba a su superior. Cómo le gustaría hacerle tragar esas palabras, preferiblemente con su lengua. Porque sí, Byun Baekhyun era un hijo de puta, pero era un hijo de puta muy atractivo. Chanyeol odiaba sentirse atraído físicamente hacia él.

- No, sargento -respondió, con su voz ronca mostrando una seguridad que no sentía.

- Entonces termina las flexiones para que los dos podamos irnos a cenar.

El sargento le sonrió con superioridad y él lo devoró con la mirada, pero volvió a bajar, completando su flexión número ochenta.

Unos minutos después, y ya de pie, su superior lo observaba con un brillo en la mirada que no supo identificar. El sargento Byun siempre tenía alguna mirada insondable para él, a Chanyeol le frustraba no ser capaz de leer al chico, quien en realidad apenas tenía unos meses más que él; pero a diferencia del propio Chanyeol, Baekhyun había entrado a realizar el servicio militar tan pronto pudo, mientras que él lo retrasó cuanto le fue humanamente posible. Por eso, a pesar de ser tan sólo seis meses mayor, Baekhyun tenía un puesto alto en el ejército, o al menos más alto que él.

- Ponte el abrigo y vámonos, Park.

Le pasó el abrigo verde que Chanyeol agradeció, a pesar de haber estado haciendo ejercicio, la baja temperatura fuera podría hacerlo enfermar. Se colocó el grueso abrigo verde y se lo cerró hasta arriba, esperando a que su superior le indicara qué hacer. Chanyeol había aprendido a las malas que aunque dijeran 'Ya es suficiente', debía quedarse quieto hasta que le indicaran que podía moverse. De hecho, lo había aprendido con su querido sargento Byun.

- ¿Qué haces ahí parado, Park? -le soltó Baekhyun.

- Esperando a que me dé permiso para moverme, señor -le contestó con disciplina.

Baekhyun bufó.

- Corta el rollo, Park, el entrenamiento acabó hace más de media hora y ya has acabado las flexiones extra por llegar tarde.

Apenas cinco segundos más tarde había llegado, porque el gilipollas de Choi Minho le había cerrado la puerta a pesar de que sabía que estaba llegando. Pero no podía replicarle a su superior, así que calló.

- Usted me enseñó a no moverme hasta que me lo indicara, señor -repitió, terco.

Baekhyun lo evaluó con la mirada, pero no dijo nada, tan sólo lo cogió por la muñeca y tiró de él, sorprendiendo al cadete.

- ¿Señor?

- Puedes llamarme por mi apellido fuera del entrenamiento, Park -lo miró por encima del hombro con una sonrisa sin soltarlo ni detenerse-. Porque no creo que cuele que me llames Baekhyun, ¿verdad?

Joder, el hijo de puta seguía siendo muy sexy. Chanyeol iba a responderle, pero la visión de Choi Minho en la entrada del edificio en apenas una camiseta de tirantes, de rodillas y con las manos tras la cabeza llamó su atención.

- ¿Qué hace Choi ahí? -preguntó sin poderlo evitar. Baekhyun sonrió más ampliamente.

- No me gustan los tardones, Chanyeol, pero menos me gustan los hijos de puta sin pizca de compañerismo.

Estupefacto, el alto no registró que su superior había utilizado su nombre de pila con él, tan sólo se dejó arrastrar dentro del edificio mientras Choi lo miraba con odio.

- Y dime -dijo Baekhyun, una vez estuvieron en los baños, ahora desiertos. La mayoría de la gente estaba en el comedor, cenando-, ¿lo de comerme con los ojos va a acabar pronto o va a seguir?

Chanyeol casi se atraganta, mirándolo como si fuera una aparición o algo así. Baekhyun sonrió con superioridad y, de nuevo, Chanyeol quiso besarlo para borrarla.

- Lo digo porque no eres muy sutil, que digamos, pero estaría dispuesto a dejártelo pasar si tuvieras los cojones de hacer algo, aunque visto lo vist...

Nunca terminó, los labios de Chanyeol lo callaron como llevaba tanto tiempo queriendo hacer, y los de su superior le devolvieron el beso más que conformes. Se besaron por lo que parecieron horas, Chanyeol besándolo como si quisiera hacerle tragar todas sus palabras en aquel único beso, estrechándolo contra sí y sonriendo con superioridad cuando el más bajo gimió involuntariamente contra sus labios. Al separarse, más que deshecho, Baekhyun parecía divertido.

- ¿Sólo vas a hacerme callar, Chanyeol?

Esta vez el alto sí fue consciente del uso deliberado de su nombre. Se lamió los labios, ahora rojos y algo hinchados, haciendo que Baekhyun se mordiera el labio inferior, lo que infló su ego.

- Puedo hacerte gritar, Baekhyun.

Baekhyun sonrió ampliamente, acercándose a su oreja para susurrar.

- Estoy deseándolo.