❀ Fluff

❀ Writer!au

❀ 893 palabras

- Abran paso, por favor, no lo dejan respirar y el señor Byun debe coger el vuelo.

La voz del guardia de seguridad del aeropuerto sonaba a su lado, demasiado junto a él para su gusto, pero no podía ser de otra forma. Estaba a punto de perder su vuelo y, si quería cogerlo, no le quedaba otra opción.

Byun Baekhyun era un afamado escritor; las ventas de sus libros eran tan altas que competía con grandes y afincados famosos en términos de ceros en su cuenta bancaria. Había conseguido no sólo sacar dos best-sellers, si no que su obra no era flor de un día. Los críticos decían que su obra perduraría en el tiempo y lo elevaban al podio de nombres como Tolkien o King.

Sin embargo, la fama tiene dos caras. Baekhyun ahora no podía pisar la calle sin llevar escolta apenas nunca, no podía pasear tranquilamente sin que alguien lo reconociera o intentara seducirlo, y, en resumen, no podía hacer vida normal. Sabía a lo que se exponía con su sueño de ser un escritor afamado, pero no sabía que iba a ser tanto así. Hordas y hordas de fans se agolpaban en sus firmas de libros, y hecho público que gustaba tanto de amantes masculinos como femeninos, no había nadie que no intentara acercársele por las razones erróneas para conseguir probar aunque fuera un poco de aquel mundo.

Baekhyun mentiría si dijera que al principio, no dejó que hombre sy mujeres pasaran por su cama como en procesión, disfrutando de los beneficios que le daba el ser famoso para tirarse a hombres y mujeres a placer sin la obligación de llamarlos más. Pero Baekhyun ya estaba cansado.

Hacía tiempo que había dejado de disfrutar de los amantes casuales, de la fama y de no tener intimidad. Baekhyun en ese momento sólo quería estar tranquilo y coger su maldito avión.

Bueno, eso no era del todo cierto, pensó mientras pasaba al fin el control de seguridad y dejaba atrás a la marabunta de fans. Baekhyun quería a alguien que lo viera, que lo mirara y viera simplemente a Baekhyun, no al escritor de éxito y que lo quisiera como tal. En eso pensaba aún también mientras se acomodaba en su asiento de primera clase en el avión, bufando ante la presencia de una bufanda y una tablet en el asiento contiguo. Había pedido específicamente viajar solo, pero muchas veces las compañías se pasaban por las narices lo que él pedía.

- Oh, ¿eres Byun Baekhyun?

Una voz ronca que lo sorprendió de una manera no apropiada lo hizo mirar hacia arriba, encontrándose con un joven alto de pelo oscuro ondulado, gafas metálicas muy parecidas a las propias y una gran sonrisa.

- Sí -gruñó el escritor.

- Se lo tengo que decir a mi hermana, ella es muy fan tuya -comentó animado, sentándose a su lado.

- ¿No me vas a pedir un autógrafo? -dijo, medio sorprendido de que el chico encendiera su tablet y lo ignorara, por no hablar de que lo estaba tuteando.

- No -respondió con sinceridad-. A Yoora le gustan tus libros, a mí no me parecen la gran cosa, aunque sí te diré que me pareces guapo.

- Mis libros no te parecen la gran cosa -repitió, ignorando deliberadamente el comentario sobre su aspecto que lo había halagado.

- No te ofendas -alzó la vista de la tablet y sonrió, haciendo que a Baekhyun le latiera más rápido el corazón. El chico era guapo-. Es sólo que mis preferencias de lectura no son tanto de novela histórica, me gusta más la policíaca y la fantasía.

- ¿No estás grande para fantasía? -si pensaba molestarlo, no lo consiguió, pues el chico soltó una carcajada.

- No, realmente creo que cada uno decide lo que le gusta y ya está, no por ser mayor me van a empezar a gustar las novelas históricas o los bombones de licor.

- Una pena lo de los bombones -dijo Baekhyun, sacando de su mochila la caja que siempre llevaba con él-. Te habría ofrecido.

Estaba coqueteando con aquel chico sin saber si sería legal siquiera, pero era la primera conversación real que mantenía en mucho tiempo, y el chico parecía interesante y, demonios, era realmente atractivo. Además, era alguien que no temía decirle lo que pensaba realmente de él sin temor a molestarlo y eso le gustó. El chico pareció descolocado, pero sonrió y se le acercó, sin dejar de mirarlo, y cogió un bombón. En lugar de metérselo en la boca, como creyço que haría, lo puso frente a Baekhyun.

- No estoy seguro de ésto -le dijo en voz baja, el bombón brillando bajo la luz del foco sobre ellos-. ¿Qué me das si me lo como?

Baekhyun tomó el bombón de sus dedos y lo colocó entre los suaves y gruesos labios ajenos. Cuando lo hubo metido hasta la mitad, juntó sus bocas, mordiendo el dulce y partiéndolo, mirando al chico a los ojos con un destello de travesura mientras sus labios se rozaban. Se separó, sonriendo de medio lado y masticando el bombón.

- ¿Te parece suficiente?

- Depende -contestó el chico, comiéndose su parte de chocolate-. ¿Viene acompañado de algo más?

- ¿Quieres que lo vaya?

El chico miró su reloj y después a él, sonriendo.

- Tienes tres horas y media para convencerme.