#139
❀ Smut, Fluff
❀ CEO!au
❀ Advertencias: sexo explícito, semi daddy kink
❀ 1053 palabras
- Señor Park, ya hemos terminado.
Los empleados aplaudieron y se felicitaron por el trabajo bien hecho. Park Chanyeol asintió y les dio las gracias, ajustándose la chaqueta.
Acababa de terminar una sesión de fotos, una poco usual. No era normal que empresarios ocuparan las portadas de las revistas, pero Park Chanyeol era una excepción. Alto, absolutamente atractivo, masculino y con un aura que decía 'mírame pero no me toques', no sólo se había abierto paso en el mundo de los negocios como uno de los CEOs más agresivos, si no también en el mundo de la farándula, muy a su pesar.
Había tenido un noviazgo muy sonado con una famosa actriz del momento, Kim Seolhyun, pero a pesar de que todos esperaban que pronto anunciaran su compromiso, la prensa se había encontrado hacía unas semanas con un comunicado de su ruptura amistosa.
Gracias a su atractivo, la prensa no lo había dejado en paz y, a pesar de lo molesto que era eso, le venía bien para promocionar los productos de su empresa. Por eso aceptaba photoshoots como el de aquel día.
Su ayudante se levantó enseguida y lo siguió fuera. Era un chico joven, algo inexperto por la manera nerviosa en la que comprobaba la carpeta en sus brazos y el teléfono, intentando buscar el próximo horario de su jefe.
- Ahora debe volver a la oficina, tiene una reunión en una hora, señor Park -le informó, casi corriendo tras él.
- Gracias, Baekhyun -le dijo, su rostro serio mientras salían los dos al aire primaveral de Seúl.
Fueron en el coche privado de Chanyeol, le gustaba tener el control de todos los aspectos de su vida y eso también incluía el transporte. No pudo evitar mirar de reojo a su asistente sentado a su lado, mirando alrededor con interés, ya que no era oriundo de Seúl y hacía apenas un mes que había llegado a la ciudad.
El edificio de las oficinas de Park Chanyeol se encontraba en el mismísimo centro, al cual llegaron en pocos minutos. Subieron en silencio en el ascensor hasta la última planta donde tan sólo se encontraba el despacho del CEO y, fuera, la mesa de su secretario. Chanyeol se dirigió sin titubear a su escritorio, pero vio por el rabillo del ojo a Baekhyun dirigirse a su propia mesa.
- Suelta la carpeta y ven a mi despacho -le ordenó, abriendo la puerta y entrando sin mirar atrás.
Se dirigió a su mullida silla giratoria, apoyando sus brazos en los reposabrazos mientras miraba a Baekhyun entrar a la habitación.
- Cierra la puerta. Con llave.
Baekhyun, cohibido, obedeció.
- Acércate -ordenó el empresario con voz ronca.
Baekhyun lo hizo, rodeando el recio escritorio de madera y parándose frente a su jefe. Éste se palmeó las piernas y Baekhyun, entendiendo lo que quería decir, se sentó en su regazo, sus piernas rodeando las caderas de su jefe.
Chanyeol sonrió ante la sumisa obediencia y se golpeó los labios con suavidad, disfrutando del rubor que tiñó las mejillas del menor antes de inclinarse y besarlo con timidez.
Sin embargo, Chanyeol no quería eso.
Lo agarró por la nuca y profundizó el beso, introduciendo su lengua y arrancándole un gemido al menor mientras comenzaba a acariciar su entrepierna. Se separaron jadeando, la satisfacción reflejada en la cara del empresario.
- Bien, Baekhyunnie, ¿me has hecho caso? -preguntó, su voz baja y ronca destilando sensualidad en cada sílaba. Baekhyun tragó saliva pero asintió-. Buen chico. Desnúdate para papá.
El chico se levantó y se desvistió poco a poco, sus ojos siempre fijos en los del alto como sabía que le gustaba, mientras su jefe deshacía sus pantalones para sacar al aire su semierección y comenzar a masturbarse mirándolo. Cuando estuvo desnudo, su miembro ya erecto se irguió ante él, sacándole una sonrisa aún mayor a Chanyeol.
- Ven aquí y date la vuelta -ordenó.
Baekhyun hizo lo ordenado, dándole a la espalda a Chanyeol cuando estuvo a milímetros de él, colocado entre sus piernas abiertas. El CEO introdujo uno de los dedos de su mano libre en su interior, haciéndolo gemir en voz alta, pero comprobando que, efectivamente, le había hecho caso.
El interior lubricado de Baekhyun estaba caliente y él no podía esperar a penetrarlo. Esperó, aún así, dilatándolo mientras se masturbaba a s8 mismo y se empapaba de los gemidos del menor.
- Ven.
Baekhyun se giró, su cara roja y sus ojos acuosos por el placer y volvió a subirse a su regazo. Sin embargo, se colocó encima del miembro de Chanyeol, sus manos apoyadas en los anchos hombros, y lo miró, esperando la señal.
- Ahora, bebé.
Dejando la boca abierta para no frenar ningún sonido que saliera de ella, Baekhyun se empaló en el miembro erecto de Chanyeol, comenzando a moverse enseguida. Sus movimientos eran acompañados por las caderas de Chanyeol, el sonido de las embestidas mezclado con los gemidos de ambos y las súplicas de Baekhyun, quien gemía a su 'papi' para que fuera más rápido y profundo.
Se corrió en su interior, provocando que el menor se corriera casi al instante, manchando su carísimo traje, pero no podía importarle menos. Lo atrajo hacia sí y lo besó fuerte y sucio, disfrutando de la sensación de estar unidos después de haberse corrido. Le sonrió al separarse, el chico estaba agotado y apoyó su cabeza en su hombro. Chanyeol acarició su cabeza, distraído, simplemente apreciando la calidez del chico, su suave perfume, cómo encajaba en sus brazos.
- Estabas muy sexy hoy posando -le llegó la voz de su asistente, cansada-. Las empleadas te miraban con deseo.
- ¿Estás celoso? -rió por lo bajo el alto.
- Sí -confesó, separándose para mirarlo por fin, avergonzado por aquellos celos juveniles, pero Chanyeol sonrió de manera dulce, un tipo de sonrisa que reservaba para Baekhyun.
- No tienes por qué estar celoso -le susurró, acariciando su cara-. Desde que te conocí, no ha habido nadie más para mí, y Seolhyun no se tomó mal que rompiera con ella. Al fin y al cabo, ella no me quería ni me necesitaba.
- Lo sé, pero... -pero su réplica la cortaron los labios de Chanyeol con un beso suave.
Lo miró a los ojos, acariciando los labios del menor con suavidad. Los labios de aquel que le había robado el corazón.
- Te quiero, Baekhyun -le susurró-. Y eso no va a cambiar.
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