#13
❀ Fluff(?)
❀ CEO!au
❀ 935 palabras
Por qué hoy.
Eso se preguntaba Baekhyun mientras sacaba su olvidada tarjeta de transporte de la cartera. Agradeció mentalmente llevarla siempre por costumbre, aunque ya no la utilizara. El pitido de la máquina le indicó que ya podía pasar al metro, así que se introdujo en aquella red de líneas que sorprendentemente aún recordaba y se dirigió a su andén.
Baekhyun era uno de los multimillonarios más ricos y famosos de todo Seúl. Su juventud, atractivo y el número de ceros en su cuenta corriente lo hacían aparecer en las revistas como 'el soltero más deseado de Corea'. Su extravagancia respecto a su forma de vestir, nada usual, y al número de colores que había tenido en el pelo en el último año no hacían más que acrecentar su fama y, en opinión de Kim Junmyeon, su asistente personal, su ego.
Aquel día, sin embargo, no era un buen día. Había empezado con mal pie, levantándose tarde para una reunión con uno de sus socios chinos que no toleraba la impuntualidad. Le había costado después hacer que el hombre, ya malhumorado, accediera a renovar su contrato un año más. Cuando fue a la peluquería a echarse el tinte, el proveedor se había equivocado con el etiquetado de los productos y en lugar del azul eléctrico que esperaba llevar, se había encontrado con un negro azabache demasiado normal para su gusto. Había tenido que cambiarse la camisa que se le había manchado durante el almuerzo y ya, para finalizar, su coche se había estropeado y debía resignarse a ir a su siguiente cita en metro.
Al menos el pelo negro lo hacía pasar desapercibido, pensó. No era la primera vez que algún grupo de mujeres lo perseguía como verdaderas sasaengs por la calle, así que cuando entró al andén y no fue recibido por chillidos estridentes, lo agradeció. No estaba de humor para aguantarlas, realmente.
El tren llegó y Baekhyun no dudó en introducirse en él, mirando alrededor en busca de un asiento libre en el concurrido tren. Tan sólo había uno, al lado de un chico, ocupado por una mochila, así que se acercó y le tocó el hombro.
- Disculpa, ¿está ocupado?
El chico abrió mucho los ojos, negando rápidamente y apartando la mochila para abrazarla contra su pecho. Baekhyun se lo agradeció con un gesto de su cabeza, sentándose junto a él en el estrecho espacio con sus piernas y hombros rozándose. Treinta minutos de espera, se dijo, cuando un toque en su hombro lo hizo mirar al chico de nuevo.
- ¿Eres... eres Byun Baekhyun?
Sorprendido, el multimillonario alzó las cejas y miró al chico, quien lo miraba sonrojado y como deslumbrado por su presencia o algo así.
- Sí -contestó simplemente.
- OH, DIOS MÍO, ERES BYU... -el repentino grito del chico fue interrumpido por la mano de Baekhyun en su boca.
- Sshh, cállate -susurró entre dientes, mirando alrededor, pero nadie pareció alterado por su conversación ni los miró de más.
- Lo siento -se disculpó el chico cuando hubo liberado su boca-. Es que... soy fan tuyo.
- ¿Fan?
Esto es nuevo, se dijo, un fanboy. Miró entonces al chico de arriba abajo. Su rostro dulce lo había inducido a error, aquel chico no debía ser mucho menor que él, a pesar de que su ropa fuera mucho más informal. Su voz desde luego no era la de ningún niño, y a Baekhyun le producía un extraño placer escucharla. Sus orejas despegadas estaban algo rojas, y su boca entreabierta lo incitaba a besarlo.
¿Pero qué estaba pensando?
- Sí, Byun Networks es la compañía en la que quiero trabajar cuando termine la carrera este año -le sonrió-. De hecho, he pedido hacer allí las prácticas tuteladas, aunque aún no he recibido respuesta -se rascó la nuca, nervioso, y Baekhyun de nuevo lo encontró adorable.
- ¿Tu nombre es? -preguntó el mayor, sonriéndole con amabilidad.
- Park Chanyeol -le contestó, tendiéndole la mano.
- Chanyeol -omitó el apellido con toda intención-. ¿Y es sólo de mi empresa de lo que eres fan?
Baekhyun pudo ver cómo el chico se quedaba sin respiración momentáneamente, se ponía muy rojo y tartamudeaba algo parecido a también eres muy atractivo. Baekhyun rió, dándole las gracias, y pasó a preguntarle cosas de su carrera para distraerlo.
Realmente el chico sabía de informática, tenía pasión y cierta habilidad, según pudo comprobar por un modelo viejo de teléfono táctil al que había hecho algunas modificaciones como parte de un trabajo. Era el tipo de chico que era aceptado en su empresa en prácticas, sí. Pero no era sólo eso lo que lo atraía de Park Chanyeol, también lo hacían su inocencia, su gran sonrisa y el sonrojo de sus mejillas cuando Baekhyun le tocaba el muslo o rozaba sus dedos con los contrarios.
Su parada estaba a punto de llegar, se fijó el multimillonario, tendiéndole una tarjeta de visita y garabateándole su número privado en la parte de atrás.
- Pronto te llamarán para informarte de que has sido aceptado para las prácticas, Chanyeol -le sonrió, levantándose-. Ah -dijo, como si acabara de recordar algo. Se inclinó, haciendo que sus labios se rozaran con los contrarios en una caricia suave-, y puedes llamarme cuando quieras... Sin que tenga que ser de la empresa.
Sonriendo, Baekhyun bajó del vagón y se encaminó a la calle. Apenas diez minutos después de salir de su cita, su teléfono brilló con un número desconocido en pantalla. Con un buen presentimiento, descolgó.
- ¿Sí?
- Pensé en llamarte para, ya sabes, que guardaras mi número también -le dijo una voz grave.
Baekhyun sonrió.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro