❀ Smut, Fluff

❀ Funeral parlour!au

❀ Advertencias: sexo explícito; la acción se desarrolla en un tanatorio, si crees que va a ser algo delicado para ti, te pido que NO leas, no obligo a nadie a leer mis fics y no quiero encontrarme comentarios indeseables. Gracias^^

❀ 1466 palabras

Baekhyun se metió el chupa chups en la boca, esperando que el sabor dulce calmara sus nervios mientras esperaba.

Se encontraba en la zona trasera de carga y descarga del hospital, el coche fúnebre que conducía preparado para recibir el ataúd que debía llevar a un pueblo de las afueras para ser velado por su familia. Era una de los tanatorios con los que más trabajaba, así que se sabía el camino casi con los ojos cerrados. De hecho, de ahí venía su nerviosismo.

- Señor Byun, despliegue el raíl, por favor.

Uno de los empleados del hospital le llamó la atención. Baekhyun guardó el caramelo en su papel para terminárselo más tarde y ayudó a montar el ataúd en el coche, despidiéndose de los empleados y montándose en el asiento del conductor. Volvió a meterse el chupa chups en la boca, la fresa de nuevo acariciando sus papilas gustativas, y salió al tráfico de Seúl.

El trayecto fue silencioso, no le gustaba poner música cuando llevaba 'compañía' por si acaso no era del gusto de su acompañante, pero tarareaba distraídamente y golpeaba rítmicamente el volante para acompañar las canciones que sonaban en su cabeza. Treinta minutos más tarde, estaba aparcando en la parte trasera del pequeño tanatorio de apenas dos salas, y mirando expectante a los empleados que salían a recoger el ataúd.

- Hola, Baekhyun -lo saludó alegremente Kim Minseok-. ¿Me ayudas a llevarlo? Me ha tocado a mí hacerme cargo de la familia.

- ¿No está Chanyeol? -preguntó, ganándose una sonrisa de complicidad por parte del otro.

- Está preparando la sala para la familia, no tardarán en llegar y aquí hace frío -señaló el edificio de una sola planta a su espalda-. ¿Me ayudas, entonces?

- Claro -se apresuró a contestar, ayudando a Minseok a sacar el ataúd y llevarlo en el carrito hasta la sala donde lo colocaron.

Colocar el ataúd fue relativamente sencillo, igual que colocar las coronas de flores alrededor; pero Baekhyun se distraía constantemente mirando por la ventana que daba a la sala, viendo a un hombre alto, bien vestido y bien peinado entrar y salir, comprobando que todo estuviera bien provisto para los familiares que no tardarían en llegar. En cierto momento, sus miradas se encontraron y Chanyeol sonrió, gesticulándole que se encontrarían luego para hablar. Baekhyun sonrió y asintió, terminando su trabajo y dejando allí a Minseok.

Volvió de nuevo al coche y sacó el palo y el envoltorio vacíos del chupa chup, acercándose a una papelera para tirarlos. Pero tan pronto se dio la vuelta, unas manos lo agarraron por la cintura y unos labios se apoderaron de los suyos, haciéndolo cerrar los ojos y gemir de puro gusto.

- Hola, Chanyeol -sonrió una vez se hubieron separado.

- Hola, Baekhyun -contestó el alto con aquella voz ronca que tanto le gustaba-. No me avisaste de que venías.

- Quería darte una sorpresa -se encogió de hombros, haciendo que Chanyeol riera por lo bajo con aquella risa grave que le provocaba escalofríos y que le robara otro beso.

- ¿Quieres que demos un paseo o...?

- No, vamos ya.

Gemidos y jadeos rebotaban contra las paredes del estrecho baño de empleados, Chanyeol estaba sentado en la taza del inodoro, sus pantalones y ropa interior hechos un guiñapo alrededor de sus tobillos mientras besaba a Baekhyun, una mano estimulando sus erecciones que se rozaban entre sí, y la otra moviéndose suavemente al estar usando tres de sus dedos para dilatar al conductor. Tenía la camisa abierta, las chaquetas de ambos habían sido colgadas del ganchito disponible en la puerta, y toda la ropa de la parte inferior del cuerpo de Baekhyun había desaparecido.

- Me gusta cómo sabe tu boca hoy -susurró Chanyeol, besando su cuello y dejando una marca roja allí-. ¿Fue un chicle?

- Un chupa chups -suspiró Baekhyun, agarrándose a los anchos hombros del más alto mientras movía suavemente sus caderas contra la mano ajena.

- ¿Has dejado de fumar? -tímidamente, y con un sonrojo en sus mejillas añadido al del calor que sentía por el contacto sexual, Baekhyun asintió, haciendo sonreír al empleado del tanatorio-. Bien, me gusta que cuides de tu salud.

Baekhyun no podía decirle que no sólo era por su salud. Desde que Chanyeol le dijo que no le gustaba que fumara, Baekhyun había estado dejándolo poco a poco, consiguiendo dejar de fumar completamente hacía algo menos de un mes. Buscaba la aprobación de Chanyeol, quería llevar su relación un paso más allá de simplemente follar en el baño cuando a Baekhyun le tocaba llevar allí un cadáver, y buscaba eliminar los posibles defectos que Chanyeol pudiera encontrar en él para poder proponerle tener una relación estable sintiéndose seguro de sí mismo.

Los dedos de Chanyeol rozaron su próstata y Baekhyun gimió en voz alta, temblando de placer y apoyando su cabeza en el hombro del más alto para lloriquear que entrara ya en su interior.

Chanyeol no se hizo esperar. Retiró sus dedos con un sonido obsceno y lo hizo alzarse para colocar la punta de su erección en la entrada. Lo hizo bajar lentamente, dejando que se empalara centímetro a centímetro en su miembro, la boca del conductor abierta en un mudo gemido de placer. Acarició su espalda de forma cariñosa, esperando a que estuviera preparado para moverse y dejando besos por su sensible cuello.

Baekhyun pronto comenzó un vaivén lento, aumentando rápidamente la velocidad porque necesitaba de Chanyeol, necesitaba sentirlo, y lo necesitaba ya. Sus respiraciones se volvían cada vez más trabajosas con cada embestida, las manos de Chanyeol colocadas en sus caderas para ayudarlo a empalarse más profundamente y el alto moviendo también sus caderas contra él para ir más profundo aún. Se besaron de manera torpe y desordenada, sus lenguas rozándose entre jadeos y Baekhyun llevando una de sus manos a los ordenados mechones de Chanyeol para agarrase mientras con la otra se masturbaba al ritmo de las embestidas.

Se corrió sobre el pecho desnudo del empleado del tanatorio, apretando los músculos de su interior alrededor de la erección que seguía embistiéndolo sin piedad y besando los labios del hombre que amaba para acallar el grito con su nombre que quería escapar de su garganta. El otro no duró mucho más, derramando su esencia dentro de Baekhyun tras una estocada certera en su próstata que lo hizo gritar y casi correrse de nuevo por lo sensible que estaba. Jadeantes, se apoyaron el uno en el otro, esperando a que sus respiraciones se regularan.

- La familia debe de haber llegado ya -dijo Chanyeol, sus dedos dibujando figuras sin sentido en la espalda de Baekhyun-. Debería ir a ayudar a Minseok.

- Deberías -respondió, pero algo de aquella amargura por ser abandonado justo al terminar el sexo se coló en su voz sin que lo pretendiera. Chanyeol lo hizo apartarse, ambos aún unidos, y lo miró a los ojos.

- ¿Qué pasa?

Baekhyun lo miró, y se dijo que semidesnudo y con su miembro en su interior era un momento tan bueno como cualquier otro.

- Siento que sólo me quieres para esto, Chanyeol -dijo con sinceridad, mirándolo a los ojos-. Quiero ser para ti algo más que un mal polvo en el cuarto de baño de empleados del tanatorio. He dejado de fumar para ser un mejor hombre para ti.

Chanyeol lo miró, atónito, y Baekhyun sintió el impulso de levantarse e irse, pero el alto lo hizo sentarse de nuevo cuando apenas se había levantado unos centímetros, empalándose de nuevo en él y haciéndolos gemir a ambos.

- Joder, Baekhyun -gimió con voz ronca, mirándolo-. Pensé que habías dejado de fumar por tu salud, no por mí -los oscuros ojos eran sinceros al mirarlo, y Baekhyun se mordió el labio inferior instintivamente. Chanyeol pasó su dedo por allí, haciendo que lo liberara de forma suave y acariciando la zona mordida-. Pensé que no querrías salir conmigo, que sólo era una manera tuya para desfogar.

- No lo es -respondió con rapidez, haciendo que una sonrisa suave de medio lado surgiera en el rostro del alto-. Realmente me gustas, Chanyeol.

- Tú también me gustas, Baekhyun.

Y lo besó, esta vez sin prisa, Baekhyun riendo por lo bajo de pura felicidad. Sin embargo, era cierto que la familia ya había llegado y tuvieron que limpiarse rápidamente y salir del baño para atender sus responsabilidades.

- Mañana vendré a las ocho para llevarme el ataúd al cementerio -informó el más bajo una vez estuvieron junto al coche fúnebre.

- Te estaré esperando -sonrió el alto-. Podríamos ir a comer juntos después, si quieres.

- Me encantaría -sonrió Baekhyun, besando sus labios una última vez antes de irse.

Pensando que allí, en el sitio donde se encontraba la muerte, él había encontrado su razón de vivir.