[7] Acción de Tortas
Miré hacia arriba, desde mi móvil, al oír el sonido de un pavo congelado en nuestra mesa en Mclaren's.
— ¡Muy bien! ¡Ya tenemos pavo! — dijo Lily con entusiasmo.
— Sí, ¡lo tenemos! — dijo Lily se sentándose al lado de Ted y yo, mientras que Robin, Barney y Marshall estaban sentados en el otro lado de la mesa.
— ¿No es emocionante? Nuestro primer día de Acción de Gracias en grupo.
— Sí, va a ser el mejor día de Acción de Tortas — dijo Marshall, estando de acuerdo con ella.
— ¿Cómo? — preguntamos Barney y yo al mismo tiempo.
— He dicho que va a ser el mejor día de Acción de Gracias — repitió. Fruncí mis cejas, sin entender lo que estaba pasando.
— ¡Sí! Va a ser genial. Los seis solos, ¿verdad? — preguntó Ted.
— Oh, eso me recuerda que he invitado a Bob — nos contó Robin.
— ¿Bob? Has salido unas tres veces con ese tío. Ni siquiera le conocemos.
— Bueno, no tenía ningún sitio a donde ir, y no supe qué decirle. ¿Es realmente tan grave?
— Sí. Es nuestro primer día de Acción de Gracias. Dentro de treinta años, miraremos las fotos y diremos 'Aww, aquí están las cinco personas más que más quiero. Y Bob.'
— Lo siento, a veces olvido lo importante que es el día de Acción de Gracias para los Americanos. El auténtico día de Acción de Gracias tuvo lugar hace más de un mes.
— ¿El auténtico día de Acción de Gracias? — pregunté.
— Disculpa — dijo Barney con acento canadiense — ¿Has dicho que el día de Acción de Gracias Canadiense es, y cito textualmente, "El Auténtico día de Acción de Gracias?"
— ¿Y qué demonios tienen los Canadienses que celebrar? — pregunté con mi propio acento canadiense. Barney me chocó los cinco desde el otro lado de la mesa.
— En el día de Acción de Gracias Canadiense, se celebra el valiente, aunque fracasado intento del explorador Martin Frobisher de descubrir El Paso del Noroeste — explicó Robin.
— ¿Por qué sois siquiera un país? — dijo Barney y todos, menos Robin, nos reímos.
— A por cierto, si alguien quiere venir a casa el jueves, podemos ver el desfile del día de Acción de Tortas.
— ¿Por qué sigues diciendo eso? — pregunto.
— ¡Tú también lo oyes! — dijo Barney.
— ¿Oír qué? — preguntó Marshall.
— Acción de Tortas.
— Oh, supongo que sí. ¿Sabéis por qué? He inventado una fiesta nueva. Día de Acción de Tortas. Es el día que escogemos todos los años para reunirnos y abofetearnos — dijo amenazadoramente.
— Vale, creo que me he perdido algo.
— Te lo explico. Hace aproximadamente un año, Marshall había hecho una apuesta con Barney, y se ganó el derecho a darle cinco bofetones en cualquier momento
— ¡Ja! Dios mío, eso es legítimo. ¿Cuál era la apuesta? — pregunté, Robin parecía incómoda y Barney sonrió.
— Ven a mi casa más tarde... y permíteme iluminarte — le di una mirada extraña. Entonces se dio cuenta de algo — Espera, no, no. La cuenta atrás termina a las tres de la tarde del día siguiente al día de Acción de Gracias. Lo he calculado.
— ¿Cuántos días tiene octubre?
— Eh... treinta — respondió como si fuera obvio.
— ¡Tío! — dijo Ted, regañándolo — Creía... que habíamos dejado claro ese punto el año pasado.
— Espera, ¿me vas a dar... un bofetón el día de Acción de Gracias?
— Acción de Tortas.
— Eso no está permitido. Lily, tú eres la comisaria. ¿Está permitido?
— Como anfitriona que va a utilizar por primera vez la vajilla china regalo de boda diría '¡Ni de coña!' Pero sí, voy a permitirlo.
— Pues, ¿sabéis qué? Si pretendes aterrorizarme con pasar el día de Acción de Gracias-
— Acción de Tortas.
— ... en tu casa, has fracasado. La verdad es que, no tengo miedo.
— ¿En serio?
— Porque has metido la pata. Lo peor de que te den un bofetón es no saber cuándo va a suceder. Pero ahora sé exactamente cuando me van a abofetear. Así que, le has quitado todo el suspense. Has mostrado tu mano.
— Y el jueves a las tres y un minuto de la tarde, mi mano será visible en tu cara — todos nos reímos.
— Oh, ¡ahí está Bob! Por cierto, mucho cuidado, nos saca unos cuantos años.
— ¿Qué edad tiene? — preguntó Ted.
— Pues, cuarenta y uno. ¡Hola Bob! ¡Estamos aquí!
— Hola cariño.
— ¡Hola! — Bob era muy guapo y estaba bastante bien para su edad, con brazos musculosos, y el pelo canoso que funcionaba totalmente. Sin embargo, eso no era lo único que noté. Me di cuenta de lo celoso que se veía Ted. Me moví a su lado, golpeando sutilmente su costado. Salió de sus pensamientos y me rodeó con un brazo. Oh chico.
— Hola chicos, ¿cómo va eso?
— Hola, tío, ¿cómo estás? — preguntó Ted.
— Encantada de conocerte — le dije a Bob.
— Siento llegar tarde, acabo de hablar por teléfono con mis padres.
— ¿Tus padres?
— Me tienen frito, '¿Qué vas a hacer con tu vida? Tienes cuarenta y un años' Y yo como, 'Tranquis, el snowboard es una profesión tan digna como cualquier otra. Deberíais estar felices de que haya encontrado la felicidad'. Y hablando de felicidad, dame un beso, cariño — nos contó Bob y Robin le besó.
— Mm, vamos a por un trago — dijo ella y se fueron a la barra.
— Vaya, increíble. Robin está saliendo con Matusalén.
— Se ve bastante bien para su edad — razoné sospechosamente.
— Sí, tío. Está en buena forma. Seguro que te daría una buena tunda — le dijo Marshall.
— ¿Qué? ¿Cómo es que no os dais cuenta? Tiene ciento cincuenta años, Robin veintisiete. Barney, vamos, ¿qué opinas?
— Ese hombre solo se merece respeto.
— ¿Por qué es un problema? — pregunté. Ted me miró.
— Oh... — interrumpió Lily torpemente — Por cierto, mañana hornearemos los pasteles en casa de Robin. Marshall no es de fiar por la noche con el apartamento lleno de pasteles.
— A ver, por enésima vez, la sonámbulimia es una grave.. y deliciosa enfermedad — se defendió Marshall, pero su risa a medio camino de lo que estaba diciendo, le traicionó.
— Oye, ¿a qué hora vais a ir a casa de Robin?
— ¿A las siete y media? — dijo Lily dubitativa.
— A las ocho para mí — les dije.
— Perfecto. Para ir sobre seguro, estaré allí sobre las ocho y media.
No terminé llegando a casa de Robin a las ocho, sino que llegué alrededor de las diez, once. El metro iba súper atrasado. Abrí la puerta del apartamento de Robin cansada e irritada. Probablemente debería haberme ido a casa, porque allí, en el sofá, estaban Ted y Robin a punto de acostarse juntos. En silencio cerré la puerta detrás de mí, apoyándome en ella. Sabía que ayer estaba celoso en el bar. Juré que no iba a dejarme arruinar el Día de Acción de Gracias de Lily. Tendría que fingir que todo era perfectamente normal.
Cuando crucé el pasillo a la mañana siguiente, me di cuenta de que era más fácil decirlo que hacerlo. Marshall, Barney y Ted estaban en el salón, y supuse que Lily y Robin estaban en la cocina.
— Lauren... hola... — Ted me saludó. Era obvio que todos pensaban que sabían algo que yo no.
— Hola...
— Entonces, ¿dónde estuviste anoche? Nunca apareciste — mierda. No creí que fuera a preguntar sobre eso.
— El Metro... se retrasó. Así que me fui a casa, estaba muy cansada. Estoy segura de que Robin y tú se las arreglaron, sin embargo — dije, tratando de ocultar el rencor en mi voz — ¿Lily y Robin están en la cocina?
— Síp — dijo él y entré en la cocina.
— ¡Es una pésima idea- ¡Hola Lauren! — me saludó Lily con torpeza.
— Hola, Lily, ¿Qué es una pésima idea? — se miraron la una a la otra. Suspiré — Vale, bien, ¿vamos a ser incómodos con esto? Es hora de acabar con esta mierda.
— ¿Qué? — preguntó Robin.
— Al salón, ya — salí de la cocina y ellas me siguieron.
— Chicos, tienen que hablar de esto — dije.
— ¿Hablar sobre qué? — preguntaron ellos a la vez.
— Anoche fui a casa de Robin. Sí, llegué tarde por el metro, pero estaba allí. Te vi.
— Lauren, lo siento mucho. No significó-
— No entres en el tema de "No significó nada, pensé en ti todo el tiempo", ¿de acuerdo? Sólo hablen de ello.
— Ted, ¿podemos afrontar el asunto? — dijo Robin, estando de acuerdo conmigo — Mira, no estoy enfadada-
— ¿Por qué tendrías que estar enfadada? ¡Tú lo empezaste!
— ¿Cómo? ¡Estás loco!
— Hicimos una tregua, nos abrazamos, y cuando intenté apartarme, dejaste tu mano en mi cuello.
— Solamente porque tu mano seguía en mi cintura.
— Oh, ¡vamos! Tú te apoyaste en ella.
— ¡¿Que me apoyé en ella? — preguntó Robin.
— Sí. Eres como el niñito de la Liga Infantil que cuando sabe que no va a golpear la pelota dice '¡Uy! Me han dado un pelotazo. Avanzo a primera base'.
— Oh, así eras tú cuando jugabas en la Liga Infantil.
— Mi porcentaje rompía todas las estadísticas — ambos empezaron a gritar al mismo tiempo, haciendo que Ted dejara caer un plato de champiñones rellenos en el suelo y se destrozara.
— ¡Oh no! ¡Los abofeteaperitivos — dijo Marshall, haciendo que Barney se estremeciera.
— ¿Sabéis qué? ¡Se acabó! Es el día de Acción de Gracias. Resolvédlo ahora mismo — Lily nos empujó a los tres hacia el dormitorio de Ted. Yo me puse junto a la ventana, Robin se sentó en la cama, y Ted se apoyó en el armario de la televisión.
— Se supone que son mis amigos. Bueno, mi amiga y mi novio — dije, mirando por la ventana — ¿Qué hice para merecer esto?
— Nada, no hiciste nada, lo juro. Lauren, lo siento mucho. Por favor perdóname — Ted rogó, caminando hacia mí y tomando mi mano. Asentí.
— Puedo perdonarte...con el tiempo. Pero hemos terminado.
— Lauren... Por favor-
— ¿Estás tratando de defenderte ahora mismo? — pregunté — Me engañaste, Ted. Fin de la historia.
— Lauren, yo también lo siento mucho — dijo Robin — Fue una mierda hacerle eso a una amigo y lo siento — asentí.
— Te perdonaré eventualmente también. Va a llevar tiempo, pero creo que podría llegar a perdonarte.
— Gracias, entonces-
— Pero sepan esto. Nunca volveré a confiar en ninguno de los dos. Ahora, me voy a ir, y ya podrán hablar de lo que sea que necesiten hablar — me fui, cerrando la puerta detrás de mí.
— ... No puedo comer, no puedo dormir. He perdido cinco kilos, mis trajes me llevan a mí — se quejó Barney — ¿Sabéis qué? Me largo de aquí.
— Oh, no, no, no. No puedes marcharte — rogó Marshall.
— ¡¿POR QUÉ NO?! ¡NO HAY NINGUNA NORMA DONDE DIGA QUE TENGO QUE SOPORTAR ESTA TORTURA MENTAL! Tiene derecho abofetear mi cara, señor, ¡pero no abofetear mi mente! ¡Que paséis un buen día!
— Pero es el día de Acción de Tortas.
— ¡CÁLLANSE YA! ¡LOS DOS! — grité, harta de todo — Chicos, Lily se rompió el culo tratando de hacer que este Acción de Gracias sea perfecto, y sólo lo seguimos arruinando con nuestros problemas de relación y bofetadas por una apuesta — me volví hacia Lily — ¿Puedo?
— Puedes.
— ¡No habrá bofetadas hoy! En nombre de la comisaria de la apuesta, Lily Erikson, estoy deteniendo esta locura ahora mismo — cerré el portátil.
— ¡BIEN!
— ¡NO!
— ¡En toda la cara! No en mi cara, ¡en la tuya!
— ¿Qué pasa, colegas? — Bob saludó, entrando en el apartamento.
— Hola Bob — respondimos todos a la vez.
— Cariño, por favor-
— No. La decisión de la comisaria de la apuesta es definitiva, ¡así que vete a la cocina a hacer puré de patatas, ya! Y durante el resto del día, vamos a disfrutar de una festividad civilizada y adulta.
— ¡Je! No tan adulta. Os he hecho flanes de gelatina. Vamos a hacer el gamberro, zorras — dijo Bob.
— Lauren, gracias por hacerles entrar en razón. No deberías tener que gritarle a la gente ahora mismo. ¿Cómo estás? — me encogí de hombros.
— Puedo lidiar con eso mañana. Ahora mismo voy a disfrutar del día de Acción de Gracias con mis mejores amigos...y dos traidores. Lo siento, está fuera de mi sistema ahora, lo juro — Ted y Robin pronto se unieron a nosotros, y nos sentamos a cenar.
— Marshall, no estás comiendo. ¿Hay algo que te ha hecho perder el bofeapetito? — se burló Barney.
— Barn, dale un descanso, ¿vale? — le dije y me miró preocupado, notando la tristeza en mi voz.
— He pensado que antes de ponernos a comer tal vez a la chef le gustaría decir algo.
— Nop, esto es horrible, comed y marchaos.
— Bueno, entonces, me gustaría decir algo, si no os importa — dijo Marshall. Se puso de pie, sosteniendo su copa de vino — Um.. Hoy Lily ha hecho algo maravilloso. No solo nos ha reunido aquí a todos y ha hecho una comida deliciosa, además ha iniciado una nueva tradición. Repetiremos este encuentro el año que viene, y el siguiente, y tal vez el resto de nuestras vidas. Y es bastante asombroso, si lo piensas. Y todo gracias a ti, Lily. Te quiero. Por nuestro primer día de Acción de Gracias juntos — todos tocamos nuestras copas, incluso toqué las de Ted y Robin.
— ¡Esto es total! Una agradable y sencillo día de Acción de Gracias. Yo soy el pequeño de una familia con diez hijos, así que nuestros días de Acción de Gracias son un caos. Todo voces y gritos... son verdaderamente el mayor de los desastres.
— Mayor desastre — Robin y Ted dijeron haciendo el saludo militar.
— ¿No es lindo? — pregunté — Lo siento, pensé que podría ser madura sobre esto. Lo siento Lily, pero no puedo hacer esto. Los veré más tarde, ¿de acuerdo? — agarré mis cosas, saliendo y caminando por el pasillo. Tan pronto como la puerta de mi apartamento se cerró detrás de mí, me derrumbé en ella, llorando.
El peor Acción de Gracias de la historia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro