Capítulo 10
Lo último que piensas hacer en un mes tan frío como diciembre es una pijamada, pero ahí estaba con los ojos cerrados mientras Hina le limpiaba el rostro con una toallita húmeda para un poco de Skincare. Emma Sano y su amiga eran el caso más especial que Kazutora pudo haber conocido.
Cuando abrió los ojos, Kazutora observó a Baji y Emma un poco más alejados de ellos, Keisuke mascaba chicle mientras Emma le aplicaba esmalte para uñas. Aunque Baji no lo demostraba podía notar en ciertos aspectos de su compostura que se sentía nervioso porque Emma sostenía su mano.
Se empezó a reír sin darse cuenta llamando la atención de su amigo.
—Métete en tus asuntos —Baji le muestra el dedo corazón ahora de color negro gracias a Emma.
Lo que es querer atención femenina, se burlaría de Baji todas las veces que tuviera la oportunidad luego de esto.
—Tora, acuéstate en el suelo para masajearte y aplicarte la mascarilla —la voz de Hina le interrumpió sus pensamientos y él asintió obedeciendo.
No entendía para que servía hacer todo eso, limpieza, masajes, mascarillas faciales ¿Que acaso no basta con mojarse el rostro y ya?
Pero Hina era tan amable con él que no podía simplemente decirle que no, cerró nuevamente los ojos para "relajarse" o lo que sea y a los segundos sintió las suaves manos de Hina masajear su rostro. Al inicio estaba sorprendido por el suave tacto y poco a poco fue acostumbrandose a lo placentero que era aquello.
Ok, ahora entendía a Baji. Esto de la atención femenina no era tan malo. A él siempre le interesaron las chicas de sus revistas porno y por lo tanto solo tenía pensamientos lujuriosos sobre ellas. Lo que estaba descubriendo esa noche era algo mejor, pasar tiempo con esas chicas era agradable, escucharlas cotillear, ese aroma de las cremas corporales y perfume en el aire no era tan molesto como creyó.
Casi hasta podía agradecerle a Baji de haberlo traído a este lugar.
—Y entonces Suzuki-chan me dijo que su novio ya no le hablaba como antes. Me temo que quizás lo de ambos esté por finalizar pronto —comentó Hina, mientras sus manos seguían con el masaje en las sienes de Kazutora.
—Pero ambos seguro que se ven tan bien juntos, no creo que eso pase —dice Emma observando la mano de Baji. Le indicó que le diera su otra mano y que tuviera cuidado de no arruinar la otra.
—Pues sí... Pero... —Hina mira a Emma y hace un gesto de confidencialidad— Escuché por allí que el novio de Suzuki-chan anda detrás de Aoi, la de 2-A. Hace unas semanas, alguien los vió irse juntos de regreso al finalizar las clases y no son familiares ni amigos.
—¡No inventes! —Emma no tenía ni idea de quiénes eran, pero de solo imaginarse la situación era impactante.
—Ujum, yo digo que Suzuki-chan lo termine, no merece todo esto.
—Totalmente —con eso último Emma termina de pintar las uñas de Baji y sonríe— ¡Quedaron tan lindas! ¿Qué te parecen?
—Me gustan —admite el chico mientras las observa, un trabajo muy limpio.
—¡Ahora déjame trenzarte el cabello!
—¿Uh?
—Por favor, tu cabello es tan lindo Baji quiero trenzarlo —Emma mueve sus dedos con desesperación y ante esa mirada de emoción Baji no pudo decirle que no.— ¡Gracias!
—¿Te sientes mejor Tora?
—¿Acaso me sentía mal?
—Estabas muy tenso al inicio, espero que el masaje te ayudara a relajarte —sonrió Hina, el chico asintió.
—Gracias.
—Hora de la mascarilla.
—¿Y Suzuki no ha descubierto nada aún? —indagó Kazutora mientras Hina preparaba la mascarilla.
Baji no pudo evitar mirarlo con una sonrisa burlona, en sus ojos claramente podía verse que le llamaba chismoso. Pero ellos ya habían escuchado la mitad del chisme, ni modo que lo dejaran así.
—Pues ella tiene sospechas según tengo entendido —le responde Hina mientras le va aplicando la mascarilla— Hace poco se enteró que Miyu, su novio, no fue a verla al ensayo de su presentación en el coro de la escuela por ir a detención a propósito.
—¿Por qué iría a detención a propósito? No es divertido —dijo hablando sobre su propia experiencia en detención escolar.
Hina se encoge de hombros y parpadea un par de veces.
—Dicen que Aoi estaba en detención ese día.
Un sonido de asombro salió de los labios de Kazutora ante tal revelación. Baji y Emma no pudieron evitar reírse por lo bajo al ver lo bien que comenzaban a llevarse esos dos.
En el fondo Emma esperaba que su pijamada fuera incómoda por sus invitados, el clima y no tener nada sobre que conversar, pero pese al comienzo rígido ahora el ambiente ya no era tenso y lo estaba disfrutando demasiado. Hinata era muy buena desenvolviendose en ambientes tensos y gracias a la calefacción de su cuarto, olvidaban por completo que las primeras nevadas del mes podrían caer en cualquier momento.
—Listo, ya está. Te ves muy apuesto Baji —Emma sonríe satisfecha y orgullosa de ver su trabajo.
Keisuke sigue repitiendo esas palabras en su mente, quiere grabar el sonido de la voz de Emma diciendole que es apuesto. Baji voltea a verla, están a una distancia tan corta que puede ver cada detalle de los iris dorados de la chica.
—Gracias.
Emma mantiene su sonrisa hasta que cae en cuenta que lo está viendo demasiado y desvía la mirada. Si algo había aprendido con el tiempo es que mirar fijamente a alguien puede ser muy peligroso.
—¿Qué se supone que hagamos ahora?
—A Kazutora le faltan cinco minutos para que Hina le quite la mascarilla —dice, mientras se incorpora en su lugar.
—¿Y luego?
La rubia se muerde el labio sin saber que decir, no sabe que hacer a continuación. Dudaba mucho que ambos quisieran ver la televisión para pasar el rato.
—Se te acabaron las ideas, vaya mala anfitriona —se burla Baji, Emma solo ríe nerviosa haciendo que Baji carraspee y retome la palabra— Déjanos animar las cosas un poco.
Emma asiente. Baji se acerca a Kazutora cuyo rostro estaba de color verde gracias a la mascarilla.
—¿Todavía tienes tu motocicleta?
—Está en un almacén abandonado.
Los colmillos de Keisuke se asoman en una sonrisa y Kazutora solo suspira al saber lo que quiere su amigo. Hinata le ayuda a retirarse la mascarilla y puede sentir su piel muy suave.
Ambas chicas se cambiaron las pijamas por su ropa casual y esperaron afuera de la casa a que llegarán esos dos en sus motocicletas.
—Ya hicieron su diversión, ahora nos toca a nosotros —sonríe Baji. Emma se sube en la motocicleta de Baji y observa como Hina se sube a la de Kazutora nerviosamente.
Ambas chicas se colocan el casco de seguridad y el ronroneo de las motocicletas se hizo presente.
Viajar en motocicleta durante la noche en Tokyo tenía algo mágico que Hinata no podía describir, adelante iba la motocicleta de Baji y Emma no se miraba para nada sorprendida del aire gélido en su rostro o los autos que pasaban a su lado y mucho menos de las luces de la ciudad que pasaban como recuerdos.
—Muchas gracias Hina, esa mascarilla de verdad dejo mi piel suave, el viento se siente increíble en mi rostro —escuchó la voz de Kazutora entre el bullicio de la calle. Hinata vio la enorme sonrisa del chico y se sintió muy feliz por él.
Adelante de ellos, Baji seguía conduciendo asegurándose de que la velocidad no fuera una molestia para Emma.
—¿Tienes hambre? Hay un restaurante cerca de la playa.
—Pero la playa está como a media hora —responde sorprendida.
—Llegamos en diez minutos en motocicleta.
—De ser ese el caso está bien.
La rubia se aferraba en un abrazo a Baji mientras observaba el cielo. Cuando viajaba en motocicleta con su hermano siempre era ruidoso gracias a los demás miembros de la ToMan. Pero esa ocasión eran solo ellos cuatro, apenas podía escuchar la conversación que Hina y Kazutora tenían.
Lo que más podía escuchar era el bullicio de la calle y entre pensamientos aquello se hacía menos sonoro.
Viajar de esta forma con Draken sería maravilloso. Pensó e inconscientemente se aferró aún más a Baji.
—¿Voy muy rápido?
—No, está bien así.
—Si quieres que reduzca la velocidad, dímelo.
—Ok.
Pero no viajaba con Draken y apesar de ello se sentía maravillosa, tranquila, sentía que ese momento era tan preciado.
Un par de minutos luego llegan a la playa, el restaurante más cercano es de ese tipo de locales que están abiertos las veinticuatro horas del día, Emma y los demás entran al lugar, buscan una mesa libre y deciden ordenar.
Una hora se va tan rápido entre risas, chismes, anécdotas y comida. Apenas se dieron cuenta de la hora que había pasado y porque la noche era joven decidieron ir a la playa.
Emma estaba de alguna forma aburrida de la playa. Era un lugar que visitaba frecuentemente con su hermano, Mikey amaba la playa. Pero de noche parecía otro lugar.
El sonido de las olas era claro gracias a que no había casi nadie en el lugar, solo un par de gente bebiendo en silencio alrededor de una fogata. El lugar era tan tranquilo que podría caer dormida en cualquier momento.
—Oh cielos esta es hermosa —escuchan a Hinata asombrarse por la belleza de una caracola.
Kazutora se acerca a ella y de repente en sus brazos ya estaba cargando más de tres caracolas.
—Esta está linda mira y está también —Kazutora solo asentía mientras Hina seguía cargandolo de caracolas. De repente ambos ya estaban tan lejos recogiendo y desechando caracolas a la orilla del mar.
Emma se preguntó si Hina no sentía frío. Era diciembre, casi era tiempo que nevara y estaban en la playa durante la noche. Estaban locos la verdad.
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