Yuudai acarició la cabeza de su hermana mayor, estaba algo estresada porque no sabía qué darle Shouto. Monoma y Yuu estaban completamente seguros de que Naoko había estado cambiando de humor más rápido de lo que podrían hacer enojar a Katsuki por lo que optaron por no opinar mucho para no estresarla más de lo normal.

Ella vio a Todoroki a lo lejos y corrió hasta él para darle una notita pequeña que escribió.

—Hoy no supe qué darte —dijo algo avergonzada.

—No importa... —respondió.

Ladeó la cabeza algo confundida al verlo algo perdido—. Hablamos luego... —murmuró, le tiró el papel en la cara y caminó a su salón.

Él tomó la nota para leerla.

"Algunas cosas que me gustan de ti son: Tu cabello, tu forma de hablar, tus ojos, tu cicatriz, tus crisis existenciales, tu seriedad, tu honestidad, tu amor por la soba, la forma en la que haces las cosas a tu manera, incluso tu ineptitud social. Amo que no seas expresivo porque es difícil entenderte y amo las cosas complicadas.

Amo incluso lo que no conozco de ti.

Podría nombrar más cosas pero no quiero agobiarte, bastardo".

Todoroki sonrió. Mirando por la ventana, aclaró sus pensamientos, guardó la nota y volvió a su salón.

Aunque Naoko creyó que él iría a buscarla, él no llegó.