Naoko usó su perfume con esencia de cerezas para cubrir la nota, sin que llegase a romper el papel rojizo. Pegó unas pequeñas pegatinas de cerezas y corazones para decorarla.

Caminaba con emoción en dirección a Todoroki. Era un lindo día para Naoko aunque fuera el aniversario de la muerte de sus padres era un lindo día. Cuando llegó él la miró con seriedad.

—¿Qué quieres? —habló brusco, Naoko dedujo que había tenido algún problema pero eso no era su culpa para que le hablara mal.

— Pene. —Shouto se ruborizó—. Imbécil, si tienes problemas en tu casa no es mi culpa, no tienes el derecho de desquitarte conmigo —dijo con su tono de voz habitual, él se dio media vuelta—. Todoroki. —Él se volteó y Naoko le tiró la nota en la cara—, no sé si soy yo la enojona o eres tú el puto que no aguanta nada.

Él alzó una ceja viendo como ella se marchaba.

—Tranquilo termostato de mierda, no me enojé. —Le dijo y él suspiró aliviado. Tomó la nota sintiendo su dulce aroma, era el mismo que compartían los hermanos.

"Ahí tienes mi número de teléfono, puto. Si no me hablas vete a la verga. 

La nota tiene de mi perfume, aunque mi hermano también lo usa
porque le gustan los aromas dulces. Es un estafador pero bueno.
Las decoraciones puedes sacarlas y pegarlas donde te venga en gana.

Vete a la verga con cariño y para la próxima que me quieras agarrar a besos invítame a tu casa. 
Porque en la mía está mi hermano."

Todoroki se ruborizó completamente, guardó la notita. Ahora, ¿cómo decirle a Fuyumi que se vaya de la casa para invitar a Naoko sin que piense mal cuando es exactamente lo que ella pensaría?

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