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STAY BY MY SIDE (1/2) 🏳‍🌈

Cris es una mujer de 36 años, es alta, morena con una figura estilizada de abundante cabello negro liso hasta los hombros. De rostro largo y fino, labios gruesos, ojos pardos, cejas delgadas y arqueadas, que ofrecen una mirada exquisitamente seductora.

Tiene 6 años trabajando como publicista en una agencia de publicidad y a pesar de que su trabajo no llevaba sus expectativas se sentía cómoda en el sitio. Su jefe y compañeros de trabajo la trataban con amabilidad, pero con todos los años que tenía no había logrado que esas relaciones pasarán del plano profesional ya que también Cris tenía una carácter un poco distante y desconfiado. Solo pocas personas habían derribado el muro de hielo de la publicista, y esa sería Natasha.

Natasha era un joven de 28 años que inicialmente había conocido por un foro de chat lésbico, la chica era mexicana, pero por razones del destino se había ido a vivir a Venezuela, mismo país dónde vivía Cris. Natasha tenía una carácter amable, comprensivo, paciente y alegre, logrando así ganarse con rapidez la confianza y cariño de la morena, hace 7 años atrás.

El aspecto de Natasha le resultaba muy atractivo a Cris, ya que era baja, delgada, piel blanca con algunas simpáticas pecas en su nariz, cabello largo hasta los hombros, liso y castaño claro, ojos cafés oscuro, de una mirada dulcemente inocente, labios rosados de grosor normal, un rostro angelical e infantil a su vez, que le daban una mágica sensualidad.

—¡Aló! — contestó Cris al teléfono de su oficina.

—Holaaaaa, linda. ¿Cómo estás?, ¿Mucho trabajo? —le preguntó Natasha.

—¿Nati? — risas —¡Hola! Bebé. Pues bien, aun con trabajo. ¿Tú cómo estás?

—Bien. Está haciendo frío o es cosa mia, y full con la Universidad tengo que hacer un informe de pasantías, pero lo dejaré para mañana.

—¡Qué bien! Yo estoy terminando unas cosas y ya cumplo con mi horario para irme, estoy cansada.

—¡Umm! Ok, ok. Bueno yo te llamaba para saber si te puedo invitar a salir un rato —dijo Natasha —Podría pasar a buscarte a tu empresa y ahí decidimos qué hacer. ¿Quieres?

—Uju... ¿es una cita, señorita?— preguntó jocosamente Cris.

—Bueno... podría ser— risas —No, solo es que debo decirte algo importante desde hace un tiempo, y bueno, creo que ya es hora que lo sepas.

—¡Oh! Cuando misterio. ¿Un adelanto?

—No. Nada de adelanto. Además, la curiosidad mató al gato, ¿sabes? Ok. Dime si puedes.

—Sí, sí puedo, salgo en 40 minutos.

—Ok. En 40 minutos estaré ahí.

—Ok. Te espero en la salida. Nos vemos, un beso.

—Otro para ti. Chao.

Cris colgó el teléfono y se quedó mirándolo intrigada, esbozó una leve sonrisa, se acercó a la ventana que daba a la calle y miró hacia afuera, sintió a su corazón dar brincos por una intensa curiosidad, «¿Qué era lo que Natasha debía decirle con tanta urgencia?» Cris sonrió y le brillaron los ojitos dulcemente, su rostro se iluminó como el de una niña.

Desde 7 años que callaba un amor dentro de su pecho, un amor casi platónico que fue creciendo con el tiempo y que Cris ha decidido callar por miedo al rechazo de la joven.

Cuando ambas se conocieron, Cris mantenía hace 2 años una relación con una atractiva chica de otra ciudad, sólo se veían un fin de semana al mes, en aquel entonces estaba muy enamorada de Margarita, su pareja, pero discutían mucho, la chica era muy celosa, seria e intolerante, su relación fue muy tormentosa, de aquellas donde 20 veces terminaban, 20 volvian. Natasha se volvió su confidente y consejera, la escuchaba, aconsejaba y le subía el ánimo con facilidad, y cuando llegó a Venezuela y se conocieron en persona empezaron a salir a menudo. Todo fue cosa de pocos meses para que ambas comenzarán a sentir atracción por la otra, donde sólo las miradas hablaban.

Natasha al igual que Cris, no se atrevía a decirle nada a su amiga, porque consideraba que era un rechazo seguro, pensaba que si llevaba 2 años de relación con aquella chica era por algo, además no quería perder su amistad.

Por otro lado, la cabeza de Cris era una maraña de contusiones, a pesar de tener muchos problemas con Margarita, la amaba, pero Natasha se le estaba metiendo en sus pensamientos, le agradaba estar con ella, donde disfrutaban de las simplezas de la vida, caminar por un parque, ver tv, conversar mientras escuchaban música o simplemente jugar cartas, nunca faltaban los chistes y bromas que se hacían.

Así transcurrieron los meses, en estrecha amistad, que de vez en cuando se lanzaban coqueteos muy leves o bromas de doble sentido, pero todo con límites.

Margarita, estaba empezando a sentirse celosa de la cercanía que mantenían estas dos chicas, hasta que un día le pidió Cris dejara de ver a Natasha, pero lo único que logró fue que Cris mantuviera su amistad oculta, mintiendo las veces que se ausentaba para ver a Natasha.

Una noche de verano, en una fiesta con amigos, un chico sacó a bailar a Natasha, intentó besarla, pero lo único que consiguió fue una cachetada que le fulminó la cara al chico, él intentó disculparse afanosamente y terminó por declararse a ella delante de todos, hablaron a solas en el patio de la casa y luego el muchacho salió como alma que lleva el diablo y Cris se dio cuenta, ahí fue cuando tomó la decisión de entrar dónde Natasha se estaba fumando un cigarro tranquilamente. Natasha al verla, le sonrió y le dijo: —Sólo necesito relajarme un poco antes de volver a la fiesta— Cris la miró y le preguntó —¿Qué pasó? Supongo que lo rechazaste y le dijiste que eres lesbiana —La joven se rio mientras soltó el humo y se acercó a su amiga y le dijo que si, que efectivamente lo rechazó, que ella no tenía interes en los chicos, y que además ella estaba interesada en otra persona, Cris ante esas palabras sintió un escalofrío, quería saber quién sería esa persona qué arrebató el amor de su querida amiga, sin poder más con la duda, le preguntó —¿Quién es esa persona?— Natasha rió y no le contestó, apagó el cigarrillo e hizo un ademán de entrar a la casa, pero Cris la miraba fijamente y con el rostro duro.

—¿Por qué me miras así, Cris?

—No seas mala. Dime quién es. Creíamos que éramos amigas.

—Y lo somos, solo que no quiero decirte.

—Pero. ¿La conozco?

Natasha soltó una carcajada, volteó para entrar a la casa, pero Cris la tomó del hombro y le insistió, pero la joven insistía no querer decirle; es más, le hizo creer que era una broma y que no le gustaba nadie, pero Cris perdió la paciencia y subió el tono de voz y comenzaron a discutir, porque la morena le reclamaba de que la joven nunca le contaba nada, Natasha, la miraba muy sorprendida sin saber responder.

—¿Estás celosa, Cris? — preguntó Natasha. Esta no le respondió y solo dijo que quería volver a casa, que ya era tarde y estaba cansada, pero Natasha la tomó por el hombro y la volteó, la abrazó muy fuerte, y estuvieron así un rato, suspirando, sin decirse nada, al soltarse del abrazo, quedaron frente a frente, Natasha vió que Cris tenía los ojos cerrados y con una caricia le secó las lágrimas a su amiga.

Natasha apoyó su frente en la de Cris, estaban a escasos centímetros de sus labios, dudó un instante si besarla o no, desde que la conocía quería hacerlo, pero no se atrevía porque no sabía si Cris sentía lo mismo, además ella tenía pareja, no era una buena idea, pero ahora, luego de esta discusión, era la primera vez que discutían y la actitud de Cris le decía claramente que sus sentimientos eran correspondidos, así sin más, mientras estaban abrazadas y apoyando sus frentes, Natasha abrió los ojos, miró su boca y la beso tímida y fugazmente, como si esperara un rechazo, pero Cris la tomó de la nuca y le devolvió el beso, se besaron profundamente, por largo rato, como si quisieran que ese momento fuera eterno. Se mordieron los labios, enredando sus lenguas, y leves gemidos se escaparon de la boca de Cris, Natasha le acariciaba el cuello mientras se besaban, se besaban con ganas, con pasión, estaban liberando por vez primera aquel amor que nació entre ellas.

Aquella noche todo cambió, desde entonces se convirtieron en amantes, se veían a escondidas de Margarita, por whatsapp mantenían románticas conversaciones, hablaban a diario por teléfono y tenían fogosos encuentros cuando se daba la ocasión pero nunca llegaron a hacer el amor, siempre las interrumpían, ya fuera por una llamada de Margarita, o porque la madre de Cris sospechaba que la relación que tenía con su "amiga" Natasha, no era una simple amistad y vigilaba cuando Cris iba a casa de la joven. Ambas no conversaban sobre un futuro, habían acordado que sólo vivirían el momento. Cada vez que Cris se iba a visitar a Margarita a su ciudad, Natasha ardía en celos, pero los callaba, sin reclamar nada, sufría en silencio.

Así pasaron unos meses, Cris y Natasha, peleaban cada vez más, terminaban y volvían, y cada vez que terminaban, Natasha se ilusionaba con tener una relación con su amada, pero siempre era lo mismo, terminaba para volver con Margarita y ella quedando como plato de segunda mesa, aquella situación la llevó a obligar a Cris a tomar una decisión de elección, no quería presionarla, pero ya no podía más con esto. Cris había terminado hace dos semanas con su novia porque se sentía más enamorada de Natasha pero sentía un gran vacío al no tener a Margarita, hasta que finalmente se decidió por su novia, Margarita.

Natasha al darse cuenta de la situación tan dolorosa le dijo que lo mejor sería que se distanciaran un tiempo porque quería olvidarla y volver cuando el dolor haya pasado y recuperar la amistad que perdieron.

Cris solo le respondió que era algo que ella esperaba, que no sabía cómo tuvo tanta paciencia con ella, le agradeció por los meses que estuvieron juntas, y que nunca la olvidaría y esperaría el día en que ambas se volvieran a hablar.

Las chicas durante más de un año no se vieron, de vez en cuando hablaban por whatsapp, se trataban con profunda dulzura, con amabilidad, cualquiera que las viera, pensaría que eran pareja por la forma tan tierna en que se trataban. Después de ese tiempo retomaron su amistad como siempre y Cris seguía con Margarita y ahora Natasha tenía pareja, con la que duró tiempo, pero en su corazón dormía un amor sin consumar, aquel que volvió a despertar ahora, cuando Natasha rompió su relación con su pareja hace meses atrás y Cris había terminado con Margarita hacia 5 meses.

Cris rápidamente se apresuró a terminar el trabajo y contaba los minutos para encontrarse con Natasha. Por fin ya era la hora y Cris se retocaba su maquillaje y perfume antes de salir de la oficina, se miraba una y otra vez al espejo, pero se sentía algo extraña, «¿Por qué estaba tan nerviosa por salir con alguien a quien conocía hace 7 años ya, y con la que había salido tantas veces?» se preguntaba, «Quizás es porque esta vez todo será como siempre debió ser» una voz le decía en su mente, Cris sonrió al pensar en esto y salió de su oficina.

Al salir del edificio, Cris vio el jeep negro de su amiga y a ella apoyada en él, estaba cruzada de brazos sonriéndole, se veía muy bella, con un pantalón pegado al cuerpo, blusa blanca, una chaqueta negra encima.

Cris se acercó y la saludó con un beso en la mejilla

—¡Hola! —saludo Cris, visiblemente emocionada.

—¡Hola! ¿Qué tal? — respondió la joven.

—Bien. Chévere. ¿Y esa pinta? Estas muy linda.

—Vengo de una reunión en laFacultad de Ingeniería y no tuve tiempo de cambiarme, pero si te molesta vamosa mi casa y me cambió.

—No, no —dijo Cris. —Quédate así, estás muy linda. Casual te luce.

—Bueno, gracias. No pierdes el tiempo en halagarme, bandida.

—No puedo dejar de hacerlo. Desde chiquita siempre me enseñaron a decir la verdad —le picó el ojo.

—Ya veo. Vamos.

Natasha le abrió la puerta del jeep y se subieron y fueron a un restaurante-gay qué tenían en pleno centro de la ciudad.

CONTINÚA ...

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