MI PROSTITUTA PREDILECTA
En una conversación de sofá de parejas, se dio la oportunidad de hablar desde la perspectiva qué según tienen algunas mujeres de ser prostitutas. Eso de que siempre hay un intercambio, lo que diferencia a unas de otras es el precio y el descaro a la hora de cobrar. Mi novio y yo, discutimos por largo tiempo en más de un sentido. Pero antes de que nos diéramos cuenta, a uno de los dos se le ocurrió un juego. Pero no, no diré a quién; ya que eso es un little secret.
Fue un juego de roles bastante sencillo: Esa noche yo debía simplemente "negociar" el sexo con él. Durante unos días averigüé tarifas y me informé de ciertas reglas, y cuando él se me acercará debía de hablarle de precios e ir dándole permisos según el acuerdo. Por supuesto, el dinero sería real.
Esa noche había preparado todo. Luis, mi novio se había ido a encontrar con unos de sus amigos, cuando volvió, tras su tarde de amigos, tal y como era de esperarse, se acercó para tocarme mientras yo apretaba un tornillo en mesa de la sala. Pero yo lo rechacé.
-No se toca sin permiso. Nos podemos arreglar si quieres y tienes que pagar- Él se sorprendió o al parecer lo había olvidado. Se sonrojó y palideció mientras dijo:
-¿Cómo?, ¿Me vas a cobrar?... ¿Es en serio? - su cara era todo un poema.
- Si. Cobró 500$ con lo básico- Le dije, forzándome a hablar lo más convincente posible, a pesar de que tenía el corazón en la garganta.
-¿Y eso es lo que le cobras a todo el mundo? - Me preguntó indignado.
-A TODOS- Le dije, con la garganta hecha un nudo y el cuerpo a medio responder, pero segura de mi misma.
-Pues no le conocía esas mañas.... Tremenda prostituta me conseguí- respondió con cierta molestia, pero eso no le impidió en sacar una cantidad de billetes que tenía en su bolsillo y me ofreció 200$
-Camina a ver y el resto se lo doy cuando terminemos.
Miré los billetes con la respiración acelerada, y antes de pensar demasiado, recibí lo que me ofrecía conteniendo el aire en mi pecho.
Me rodeó la cintura con el brazo y fuimos al cuarto. Me sentí extraña mientras caminaba con él después dehablar así, además él mismo se comportaba extraño, como si no fuera él, pero no, era él... Era mi novio.
Me desnudó frente a la cama como si le quitara la ropa a un maniquí, y empezó a acariciarme y a besarme el cuello y los hombros. Me acostó, me abrió las piernas y yo las entrecerré mientras él se ponía el condón porque me sentía realmente rara. Me las volvió a abrir, me manoseó, se agarró de mi cadera, y me penetró. Todo era muy mecánico.
Era como hacerlo con otro hombre ¿O era yo? Se movía con más ritmo que de costumbre, y no parecía importarle demasiado cómo me sintiera.
-¡Vamos! Perra, gime que te quiero escuchar- Me pidió al oído causándome un corrientazo.
Yo nunca lo hacía muy fuerte, pero hice lo que me pidió, artificialmente, como las actrices porno. Pero me resultaba tan raro, me sentía zorra y tan caliente a la vez. Así que empecé a hablar como se suponía que hablaban las prostitutas, -Sí, papi, qué rico... ¡Ahh! - Mi voz salía con vibración, la presión en el vientre y todo eso era excitante hasta que empecé a disfrutarlo corriéndonos más fuerte que nunca, pero muy rápido.
Después que estabilizó su respiración, sacó su miembro, se levantó, me miró, sonrió, me acarició el cabello, y me terminó de pagar lo restante. Yo dudé de nuevo, pero recibí lentamente el dinero sin perder de vista esa excitación en mi interior como consecuencia de lo que estaba haciendo me sentí casi que me venía el orgasmo al tocar los billetes... pero no. Me imaginé tantas cosas. Él se vistió y se fue diciendo, -Voy a pasar la noche en casa de un amigo- Eso en cualquier otra ocasión hubiese sido algo "normal", salvo porque lo dijo con el tono con el que se le habla a una desconocida, y, aun así, con esa actitud me dio un beso en la frente antes de irse. Lo vi desaparecer entrecerrando la puerta, y luego lo oí cerrar la entrada. Había venido sólo a tener sexo por dinero conmigo; yo lo había disfrutado y ahora estaba sola como antes de que llegara, como si nada hubiera pasado, pero con 500$ en efectivo de más, junto con 200$ qué él me había dado extra.
¡Dios! Tragué saliva, caminé hasta el tocador donde estaba mi bolso, saqué el maquillaje y me maquillé como una prostituta, improvisando incluso un peinado rápido. Pensaba ponerme algo, pero sólo viéndome maquillada así no aguanté y me masturbé frente al espejo de cuerpo entero hasta tener un orgasmo que me hizo gritar por primera vez en mi vida.
Bloqueé todo tipo de sentimiento después de eso, solo me quedé dormida frente al sofá después de pensar de no estar acostumbrada a esa postura. Al otro día cuando desperté y el maquillaje se había corrido, el peinado se me había deshecho por completo.
"Parezco una ramera barata", pensé, disfruté pensarlo, y me lo repetí en voz alta susurrándome sintiendo cómo volvía la excitación de la noche anterior. Me volví a masturbar, antes de este " juego" rara vez me daba autosatisfacción y menos hacerlo dos días seguidos. ¿Qué carajo estaba pasando conmigo? pero era una ocasión especial... Volvió a ser intenso. ¿Estaba disfrutando de esa fantasía?
Al cabo de un rato la excitación necesito irse. Me levanté, me duché, me vestí para el domingo, y estuve así el resto del día. Cuando él (Luis) llamó estaba completamente normal o al menos lo pensaba y no dijo nada al respecto, sólo hablamos casualmente: estaría con su familia. Así que estuve todo el día sola; una fantasia golpeó mis pensamientos, miré por la ventana y pensé en voz alta, -¿Podría hacerlo con cualquiera? pero sentí que era demasiado fantasear con eso.
Volví a verlo el miércoles después del trabajo. Fui a su casa a devolverle los 200$ extras y ya, estando en su habitación, con la puerta entreabierta, me dijo con malicia:
-¡Guárdalos! Te los ganaste con el sudor de tu cuerpo.
Me sentí rara otra vez con el dinero en la mano. Pensé que su hermano estaba en la casa, y temí que pudiera oírnos, pero él sólo dejó de tocar el tema ya era espinoso y podríamos terminar mal, así que me mantuve callada. Respiré con dificultad, y guardé el dinero en el bolsillo. Pero al verme qué había aceptado el dinero preguntó.
-Y... ¿Sigues en servicio?, ¿Por cuánto me haces un oral?
Me quedé asombrada porque hasta ahora, nunca se lo había chupado. Me daba asco, Pero sabía el precio porque lo investigue también, ya estaba excitada desde que él me nombró la palabra oral. Su hermano estaba cerca, pero pensé que, si él podía oírnos, mi novio no hablaría de forma tan explícita, para no hacerme quedar mal, así que en lugar de decirle que el juego había terminado, le respondí.
-80, corazón.
-Ok. ¡Adelante! -Me dijo sonriendo.
Pues, ¿Qué pensé en ese momento?, ¿Dudé en chupárselo porque nunca lo había hecho, o dudé de hacerlo porque no me había demostrado que pagaría? Tal vez una duda falsa, producto de la interferencia del juego. Pero me excitaba tanto que me acerqué, me puse de rodillas, se lo saqué del pantalón y se lo empecé a chupar.
Lo sentí preocupado, pues olvidamos cerrar bien la puerta, así que, para distraerlo, empecé a hacerlo realmente duro conteniendo al máximo el reflejo de la garganta. y tal como esperaba, acabó pronto. Y con la boca llena, caí en cuenta de que el baño quedaba a través del pasillo pasando por el frente de la habitación del hermano, así que... me tragué todo. Era la primera vez, y me lo tragué todo.
Él estaba entre sonriente y estupefacto, sacó su pene de mi boca, lo guardó, metió su mano en el pantalón, y sacó de su bolsillo un billete de 50$ y tres de 10$. Lo recibí sin esperar por completo a que me lo ofreciera, y lo metí a través de mi blusa entre el brasier y luego me atreví a decirle, suavemente.
-Ya terminé mi trabajo aquí...Ahorra, corazón, y ven el sábado a mi casa otra vez, si me das 180$ por el servicio, te dejaré metérmelo por donde siempre has querido- Él parecía aún más sorprendido que antes, pero sonrió y dijo -Iré si me queda tiempo y ánimo para una prosti. Y así, sin lavarme la boca, sólo habiéndome echado una menta para disimular, salí de su habitación. Vi a su hermano en el sofá de la sala frente al televisor, y cuando me miró me despedí con un ademán sexy diciéndole, -Adiós, corazón.
Y fotografié mentalmente su mirada de sorpresa y desconcierto, recordando la frecuencia con la que él se fijaba en mi cuerpo cuando llevaba algo apretado.
*********
El sábado lo estuve esperando durante el día, pero no llegó. Así que asumí que vendría en la noche y decidí hacer lo apropiado: Me quité la ropa casual, me puse una camisita y una falda que ya no me quedaban y que por lo tanto se me ajustaban y revelaban más de lo aceptable en la calle, los combiné con unas medias y unos zapatos adecuados, y me senté a esperar sentada en el espejo.
Llegó a las 10:00 pm. Tras verificar que era él, abrí la puerta con un ademán adecuado; disfruté su expresión de sorpresa al verme y le dije con voz sensual -¡Hola! Corazón- Trató de tomarme por la cintura y besarme, pero di un paso atrás -¿Vienes por el servicio especial? - Él asintió. Noté que en cuestión de segundos, sólo viéndome así, ya tenía el pantalón dónde se le notaba su erección y tenía que acomodársela. Extendí la mano casualmente para recibirle el dinero. Él sacó 100$ del bolsillo y me los dio. Los miré y le dije.
-¿Como siempre, el resto cuando termines?
-Sí. Como siempre- Respondió un poco nervioso.
Le ofrecí mi cintura tras cerrar la puerta, y me llevó a la habitación. Me desnudó como lo hacía hace unas semana; hice de cuenta que era algo habitual, y pretendí no reaccionar a eso. Empezó a acariciarme y besarme el cuerpo como solía hacerlo.
-¿Quieres el básico también? No habíamos hablado de eso- Le dije. Él se interrumpió sonriendo y respondió, -Ponte en cuatro.
Lo hice. Se puso el condón. Me acarició las nalgas, mi sexo, y el ano tras mojarse los dedos con mis fluidos. Estaba tan lubricada que casi podía meter los dedos de un tirón. Entonces me sostuvo de las caderas, y lo metió en mi trasero, haciéndome dar un suspiro contenido empezándose a mover, al mismo ritmo de la semana. Más simple, más firme... más sincero.
Disfruté la primera vez tras un esfuerzo; era sólo cuestión de acostumbrarse. Empecé el juego de los gemidos sin que me lo pidiera, y disfruté tanto darlos actuando, como los que se asomaban por el verdadero placer.
-Más duro, papi...Así, así, dale- Le decía cuando realmente quería que lo hiciera más fuerte. Y lo hizo, más fuerte.
-¡Ah! Qué rico lo tienes, perra... ¡Ahhh!.
Había algo tremendamente placentero en ese teatro. Algo en decir, algo en sentir, algo que no lograba descifrar.
-80, ¿no? -Me preguntó sin detenerse.
-Sí, papi... eso vale... Y vale la pena, ¿no?
- ¡Que si lo vale!
Redobló fuerza y velocidad; ya no pude hablar, pero seguí haciendo voces para disfrutar la interrupción y el gemido real ocasional. Finalmente acabó. Escuché sus gemidos de hombre mientras me abrazaba y acariciaba al azar mientras su pene palpitaba dentro de mí. Ahora empezaba a disfrutar tanto. Y como era de esperarse, me dolió un poco cuando lo sacó.
Me dejé caer sobre el colchón. No quería ponerme de pie. Él se acercó, me dio 300$, me besó, y se fue después de decirme.
-Toma el extra como pago por el excelente servicio que me acabas de dar.
Apreté los billetes en mi mano mientras lo oí salir por la puerta del apartamento. Esperaba que volviera, pero no volvió, esperaba que llamará, pero no llamó. Así que volvió a asaltarme la fantasía: ¿Realmente vino sólo por sexo, y me paga por eso?... ¿Soy su puta?, ¿Me estoy prostituyendo con él?... Y si ahora mismo me vistiera y saliera así. ¿Cuánto dinero conseguiría?
Y así ha sido nuestra relación desde entonces. Durante la semana tenemos la vida de cualquier pareja, sin tocar en absoluto el tema, pero los sábados que tenemos libres él "me visita" o yo voy a su casa para darle "servicio a domicilio"; nos vemos apenas 15 minutos o media hora, y él me paga por lo que hagamos.
Por mi parte disfruto tanto el juego, que ya dejé de cuestionarme, si estaba actuando bien o mal. Solo me dejó llevar, hay veces que lo disfruto y otras no tanto, pero supongo que es ese bendito chip que tenemos insertado por la sociedad con respecto al comportamientos de las mujeres.
MRJ
Practica sexo seguro. Recuerda, sin globo no hay fiesta 💋
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