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GEMIDOS DEL SILENCIO

El consultorio era para sesiones en parejas con problemas conyugales, un sitio, donde los matrimonios iban a intentar solucionar sus típicos conflictos antes de ir al divorcio, en el lugar trabajaba una asistente llamada, Susana y dos psicólogos, Humberto y Samanta, dónde eran supervisados por Israel. La clínica era una de las dependencias del Gobierno de la Salud.

Una tarde del día viernes, había una pareja joven que había llegado a su cita ya pautada previamente y su sesión estaba asignada a la psicóloga, Samantha para las 4 de la tarde, ellos habían llegado desde temprano a eso de las 3:30 pm y ya pasaban de las 4 y Samanta no llegaba todavía. La asistente les explicó que seguramente se había conseguido con tráfico porque caía un torrencial aguacero, situación que no escapaba de la realidad porque en la Sala de espera había un televisor encendido en el canal de noticias y hablaban de la situación de lo que las lluvias estaban ocasionando en algunas partes del país.

-Por favor, pasen a la oficina de Samantha y esperen ahí- les dijo la asistente. La pareja entró y vieron la oficina. Los jóvenes no pasarían de los 29 años. Ella era rubia, cabello liso y cuerpo de modelo, piernas muy marcadas, llevaba una falda que dejaba ver sus bien formadas piernas, tenía buenos senos y un trasero bien parado, se veía que hacía ejercicio. Él era un tipo atractivo, blanco, alto y fuerte, pero tenía el típico porte del chico malo con que todas o muchas mujeres sueñan tener. Se sentaron a esperar en el consultorio en un confortable mueble muy amplio, en eso entró una chica muy sexy, piel morena, piernas bien formadas muy elegante, traía una falda negra lisa hasta las rodillas y una blusa blanca un poco mojada, el cabello ondulado y castaño estaba húmedo y goteaba, ella tenía la respiración acelerada, como si hubiese corrido una maratón y traía unas carpetas con salpicaduras de agua, se detuvo por un momento ante la pareja y les pidió disculpas.

-Disculpen por la demora, es que me agarró la lluvia y el tráfico estaba horrible, además no conseguía donde estacionarme.

El hombre contestó inmediatamente con una amplia sonrisa -No se preocupe. No hay problema, no esperamos tanto-Su esposa inmediatamente lo miró con cara de quererlo matar. Inmediatamente Samantha les pidió un segundo para secarse un poco y que ya estaría con ellos.

La psicóloga se retiró al baño y trató de secarse un poco el cabello y bueno, la blusa sería un poco inútil, pero la hacía sentir incómoda porque se le notaba el sostén.

Mientras tanto, la pareja, Carlos y Natasha, empezaron a discutir como de costumbre, pero por el lugar dónde estaban lo hacían suavemente, Natasha, le reclamaba a Carlos que se estaba babeado por la psicóloga. -Siempre es lo mismo contigo, no puedes ver una mujer porque seguro te quieres acostar con ella- decía visiblemente incómoda.

Samantha salió del baño se dio cuenta de la situación, pero decidió obviarla, fue directo a buscar sus implementos de trabajo y luego se sentó frente a ellos.

-Ok. Ahora sí podemos empezar. La dinámica será en que van a hablar uno a la vez para contar lo que pasa y sus puntos de vista y el otro escuchará hasta el final sin interrumpir.

Así que empezó Natasha diciendo que ella estaba muy enamorada de su esposo pero que también era muy celosa porque él le daba motivos, decía que él le era muy infiel, que se acostaba con cuanta mujer conocía que se había acostado con varias de sus amigas entre ellas con compañeras de trabajo y hasta con una primas, decía que lo quería con desesperación pero también con rabia, y en este sentido la mujer ya estaba algo alterada, alzaba la voz y gesticulaba mucho con las manos, casi agresivamente, -Doctora, él no tiene cerebro, lo que tiene en sus piernas piensa por él- dijo esto tomándole el pene a Carlos por encima del pantalón con rabia y decía -Con esto piensa- gritaba.

Samantha solo escuchaba con cara de seriedad, pero pudo notar que estaba bien equipado el chico en cuestión. La psicóloga estaba casada y su esposo tenía un mes fuera del país por un viaje de negocios y a estas alturas estaba un poco sensible, así que por un segundo se distrajo pensando como lo podría tener ese chico en la cama, cuando un grito de Natasha la hizo volver en sí, entonces sabía que había perdido la concentración.

-¿Les molestaría que grabé esta conversación? - les preguntó. -Es para que cada uno se escuché a sí mismo luego- ellos dijeron que no había problema, así que eso hizo, dio play a la grabadora y empezó a grabar dejando que Natasha continuará.

En ese momento Samantha empezó a imaginarse cómo lo tendría ese hombre y aunque su paciente estaba muy molesta, Carlos tenía cara de cínico y trataba de introducir su mirada entre los botones de la blusa de la psicóloga o de adivinar como se verá en cuatro, o qué cara tendría cuando se la cogen, en eso se dio cuenta que Samantha tenia anillo de casada. "Qué suerte tiene ese tipo", pensó Carlos y enseguida seguía se imaginando como gemiría, como sería hacer el amor con ella teniendo su fantasía mientras la voz de su esposa sonaba al fondo, al borde de las lágrimas de histeria. Carlos por el contrario estaba empezando a tener una erección con su fantasía, cuando abruptamente fue abierta la puerta por su asistente, la cara de Samantha fue de molestia absoluta, quería matar a Susana, su asistente por tal interrupción, pero inmediatamente le comunicó.

-Disculpa Samantha pero hay un problema con tu carro lo van a remolcar- la psicóloga pidió disculpas y salió corriendo a la calle. La pareja quedó sola, y empezaron a discutir, Natasha lloraba mientras lo abrazaba y Carlos actuaba cínicamente en eso su esposa rozo la entrepierna y se dio cuenta de la erección, así que puso cara de asombro y le dijo: -Seguro se te paro por la psicóloga- gritando con indignación.

-Estás loca quédate quieta. Igual si me la quiero coger que importa.

Ella le metió la mano en el pantalón-¡No vas a hacer nada yo soy tu mujer! - sacándole el miembro a Carlos, aquel pedazo de carne estaba súper hinchado, estaba todo mojado, estaba muy lubricado y se le notaban las venas, entonces Natasha, se lo metió en la boca muy adentro y empezó a hacerle sexo oral, Carlos empezó a tocarla por encima de la ropa estaba muy excitado.

-Sí, sigue chupándolo queya no aguanto mucho, esa psicóloga está muy buena, como me gustaría penetrarla aquí mismo, seguro que le gustaría tanto como a mí- mientras tomaba por elcabello a su esposa y gemía cada vez más fuerte, hasta que ya estaba a punto determinar entonces la apretó más y acabo dentro de la boca de su esposa, tenía espasmos, sentía calambres en los abdominales y tensión en los muslos. Natasha pareció volver en sí y se dio cuenta de que todo era un desastre, se apresuró a subirse el cierre y ella buscaba donde limpiarse parte de su cara, fue al escritorio de Samantha y consiguió un papel, trató de limpiarse desesperadamente y en eso entró Samantha, estaban nerviosos y la psicóloga notó que algo pasaba, se dirigió a su puesto y les pidió disculpas, venía más empapada que cuando salió, pero dijo que había logrado convencer al policía para que no la remolcaran. Carlos, se imaginaba que no debió ser difícil con ese cuerpo y menos con la ropa húmeda.

Natasha y Carlos dijeron que continuaban en la próxima sesión porque había sido suficiente por hoy, así que se fueron. Samantha se quedó sola en su oficina y se puso a tener una fantasía con Carlos, se imaginó que volvía al consultorio y sin decirle nada, la tomaba le daba vuelta y la ponía contra la pared y le restregaba su miembro erecto por encima de su ropa hasta que le bajaba su falda junto con su ropa interior de un solo tirón y sin previo aviso se lo hacía desde atrás muy fuerte haciendo sonar sus nalgas con cada embestida, arrancándole gemidos de placer que le salían del fondo del alma, haciéndola vibrar y tener espasmos, se imaginaba como la hacía acabar y se imaginaba lo grande que tenía el pene, lo grueso, hinchado, con el glande muy brotado, se imaginaba que lo tenía dentro, sintiendo la pelvis de Carlos contra sus nalgas y que a su vez él le acariciaba los senos desde atrás, apretándoselos suavemente, frotando delicadamente sus pezones con la punta de los dedos, metiéndole los dedos en la boca para que los chupara y luego jugando con esos dedos en su ano frotándoselo con la yema de los dedos y tratando de entrar.

Al mismo tiempo que la seguía penetrando, se imaginaba la cara de placer y de cinismo que le caracterizaba a Carlos, la psicóloga estaba en el mismísimo cielo, cuando fue interrumpida de repente, era su jefe, Israel, un hombre de 38 años muy elegante.

-¿Cómo te fue con la pareja? - le preguntó -Además, ya es tarde estaba esperando a mi hermano, pero no llegó, imagino que el vuelo se retrasó... Otra cosa Samy, para mañana a primera hora quiero el informe de esta pareja, por favor- Israel se despidió quedando Samantha sola en la Oficina. La psicóloga, aterrizó en la tierra y se dio cuenta que tenía trabajo por hacer, así que se puso en la computadora, buscó la grabadora y le dio play para redactar el informe, estuvo escuchando de nuevo la conversación, la primera parte se acordaba bien así que le parecía repetitivo y se puso a revisar el correo mientras esa parte avanzaba y vio un correo porno que le habían mandado era un video de una orgia, lo que reavivó su deseo, estuvo en un dilema si verlo o cerrarlo hasta que se decidió, total estaba sola en el consultorio y no tenía prisa por llegar a casa ya que su marido no estaba. Se puso a verlo y se volvió a excitar se imaginaba de nuevo a Carlos, pero en una orgia, mientras seguía avanzaba el video escuchó algo raro, "Debe ser audios del video", pensó, pero no era el audiovisual, se escuchaba a Carlos como gimiendo y diciendo entre su respiración cortada.

-"Si, sigue chupándolo que ya no aguanto mucho, esa psicóloga está muy buena, como me gustaría penetrarla aquí mismo, seguro que le gustaría tanto como a mí".

Se escuchaban más gemidos y se escuchaban los gemidos de Natasha, su esposa con la boca llena, como murmurando. Samantha no lo podía creer así que detuvo la grabadora para asomarse y tener la seguridad que no había nadie en la Oficina. Acto seguidovolvió a entrar y cerró la puerta de su consultorio, se sentó y retrocedió lagrabación y empezó a escuchar desde el comienzo a todo volumen la parte donde ella habíasalido a ver su carro. Escuchaba como decía que Carlos quería cogérsela y eso la excito, a Samantha le entró como una especie de desespero, le temblaban las piernas y se le hincharon los senos, sus pezones estaban duritos, aquella situación la tenía muy excitada, se puso muy morbosa, no aguantó y tuvo que subirse la falda, sentarse y abrir las piernas.

La mujer empezó a tocarse suavemente en su clítoris y a acariciarse los senos sobre la blusa mojada estaba nerviosa por la situación pero la excitaba hacer eso en su trabajo, además tenía un mes sin tocar a su esposo, de fondo seguía rodando el video de internet pero lo que más la excitaba era como escuchaba a Carlos gemir y diciéndole a su esposa que siguiera que ya estaba por acabar, que le gustaría metérsela por detrás a la psicóloga, que tenía unas nalgas demasiado ricas, que le excitaba demasiado lo seria que se veía, y que bueno sería mamándolo con los lentes puestos, Samantha al escuchar esto estaba tan excitada que tenía empapado sus dedos, el corazón le latía muy fuerte, ella se frotaba el clítoris y se metía un dedo tocándose adentro hacia afuera, como una danza sexual sin apuro y sin prisa, hasta que sentía qué quería algo más grande, se imaginaba como se lo había hecho tantas otra veces, pero por momentos se imaginaba a Carlos, penetrándola también, se imaginaba como Natasha se lo chupaba a Carlos y como se vería el cuadro, le excitaba la idea de estar en un orgía los 4, de pronto se imaginaba a Carlos y a su esposo al mismo tiempo penetrándola y le asaltó aquél hombre, el policía que le quería meter la multa. Si, tan joven, guapo y apuesto, estaba jadeando muy excitada, no pensaba nada, solo sentía una lujuria incontenible, tomó de su cartera un estuche para el cepillo de dientes que tenía forma algo cilíndrica, era más ancho que sus dedos pero aun así era pequeño para satisfacer sus deseos... pero igual empezó a usarlo, mientras escuchaba a Carlos que decía que iba a acabar y escuchaba sus gemidos y los de Natasha, la psicóloga sentía que podía explotar en cualquier momento, se moría de ganas de qué un hombre la hiciera suya en ese momento.

La imaginación de la psicóloga podía llegar a lugares inimaginables, se imaginaba que alguien tocará la puerta, que su esposo llegará, o que Carlos volviera a buscar algo, lo que sea; o que a su jefe se devolvía, ella solo quería alguien que la penetrara y ya no aguantaba más, sus dedos eran insuficientes ya no la satisfacían, llevaba varias semanas en eso, desde que su esposo se había ido, no aguantaba más. Mientras seguía simplemente sumida en el placer en un momento abrió los ojos y vio un hombre en la puerta masturbándose, se quedó perpleja, asombrada, era el hermano de su jefe que había llegado tarde y tenía rato mirándola, se puso de todos colores se paró e iba a salir corriendo por esa puerta cuando el hombre llamado Julián, la detuvo por la cintura y sin decir nada la beso muy fuertemente entrelazando su lengua con la de Samantha, apretando las nalgas muy fuertemente, la recostó contra la pared y le acaricio por delante, sin decir nada le rompió los botones de la blusa y la psicóloga empezó a suspirar. Julián y Samantha se habían visto en un par de veces en casa de su jefe por motivos de celebración y Julián le había manifestado a su hermano lo cautivado que estaba con la belleza de su compañera y muchas veces su habitación fue testigo de las masturbaciones de Julián pensando en Samantha, así que ese momento era un sueño para el joven.

Él le besaba los senos sobre el sostén, se los lamia y se agacho y empezó a subirle la falda le bajó las pantaletas y empezó a lamerle el clítoris una y otra vez mientras le acariciaba los senos, Samantha a este punto ya había perdido la vergüenza y se dejó llevar por este momento pasional y de lujuria, ella suspiraba y gemía fuera de control, sus senos se hincharon, sus pezones se pusieron duros y empezó a mover la cadera haciendo ondulaciones pidiendo más, se agarraba los senos ella misma con fuerza y empezó a temblar fuera de control y tuvo un orgasmo muy fuerte, él siguió lamiéndola y ella intento detenerlo, pero él no paraba, así que Julián se puso de pie y la puso contra el mueble le subió la falda, le hizo montar una pierna en el mueble y la otra en el piso pero de pie, para que quedara su hermosa y húmeda vagina que olía a sexo totalmente expuesta entre sus muy ricas nalgas, el empezó a frotar su pene totalmente duro, gordo y mojado contra las nalgas de Samantha, se lo restregaba de arriba a abajo y la mujer se movía sensualmente, ella se separaba los labios vaginales con los dedos como invitándolo a que la penetrara, él se agachó y la lamio desde atrás sintiendo su olor a sexo, sintiendo la textura de su piel, su sabor, sus nalgas perfectamente lisas, y la parte más áspera pero igualmente rica entre su vagina y su trasero, ella no aguantaba más así que le dijo.

-¡Métemelo de una vez!- le imploró, y él no aguantó más busco un condón que tenía en su maleta y se lo puso para después penetrarla con fuerza, tanta que la hizo gemir de placer, el hombre tenía los pantalones en los tobillos y le costaba mantener el equilibrio, y ella tenía la blusa abierta pero puesta y el sostén corrido y la falda subida a la cintura y la pantaletas corrida, Samantha veía su reflejo en la ventana detrás de la cual se veía un torrencial aguacero y miraba como Julián se la cogía, le gustaba mucho sentía que estaba en la gloria, no pensaba en nada, solo gozaba de placer, sintiendo es miembro totalmente duro y fuerte en su interior, sentía mucha presión, estaba totalmente sumida en el erotismo.

Julián estaba a punto de caerse así que se tumbó en el mueble y ella se sentó encima y de frente a él y con las piernas abiertas a cada lado y empezó a cabalgar, metiéndolo cada vez más adentro aparte el hombre empujaba desde abajo más fuerte también, mientras el cabello castaño ondulado y precioso de la psicóloga le colgaba por la espalda.

-¡Waooo! Eres preciosa, no sabes las veces que has sido la protagonista de mis fantasías- le decía un Julián extasiado y embelesado por la belleza de esta mujer. Pero para pesar del hombre, Samantha decidió no contestar y solo mirarlo a los ojos y seguir disfrutando del momento.

Julián, le apretaba las nalgas con las manos y le chupaba los pezones y el cuello alternando entre cada parte , mientras ella estaba fuera de control le mordía el cuello y le arañaba la espalda, ya empezaban a sudar pero no querían detenerse, así que él se puso de pie y la puso a ella en cuatro en el mueble, y la comenzó a penetrar desde atrás, haciendo que Samantha gimiera como nunca y se deslizara el sudor por todo su cuerpo y aunque la noche estaba fría por el gran aguacero que caía, pero ese consultorio era estar en el mismísimo en el infierno. El hermano de su jefe, la tenía jadeando cuando empezó a jugar con un dedo en su ano, mientras la penetraba él le manifestó que pronto se correría.

-Samantha estoy por correrme no aguanto más- le dijo totalmente excitado.

-Yo también, dale más duro- le respondió.

Así que Julián la tomó por las caderas y empezó a moverse muy fuerte y duro, seguido sin parar, la psicóloga casi lloraba del placer al sentir los movimientos a un ritmo salvaje mientras de Julián, haciendo que ambos explotaran de placer en un orgasmo brutal. Ella se tiró sobre el sofá sobre su cara, ya no podía sostenerse sobre sus brazos y el hombre se la saco, mientras Samantha aun tenia espasmos y calambres por todo el cuerpo, la respiración súper acelerada y totalmente sudada.

Al día siguiente fue que Samantha despertó por la luz del sol y un tanto adolorida. Se había quedado dormida en el sofá y estaba arropada con un abrigo negro grande que debió ser de Julián que la tapo, además, le había dejado una tarjeta con su número y un mensaje en el reverso que decía: "La pase divino. Eres un sueño de mujer para mí. Si quieres repetir sabes dónde llamar. Besos".

La psicóloga, Samantha se fue con una sonrisa antes de que sus compañeros llegarán para un nuevo día laboral.

MRJ

Nota: Practica sexo seguro. Recuerda que sin globo no hay fiesta. 💋

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