EL SEXSHOP 🏳🌈
Hace unos días me encontraba en la tienda dónde trabajo desde hace 2 años, en un sexshop, ayudó al dueño a ordenar la mercancía que nos llega y él atiende los clientes y la caja.
—Carlos— me llamó el dueño —Te quedas un momento encargado en la tienda que voy a buscar una mercancía que llegó a la distribuidora. No tardo.
Me dijo y yo dejé de hacer lo que estaba haciendo y subí al local ya que en el almacén quedaba en la parte de abajo. Ya solo en la tienda como alrededor de las 5 de la tarde entró una pareja de jóvenes, al hombre le calculaba no más de 25 año y la chica, tendría 22 o 23, ellos se pusieron a observar los consoladores, prestando especial atención a los los arnés, quedando dispuestos para usarlos como si fuesen una mujer con pene. La mujer era muy bonita, tenía un cuerpo bien estilizado, con unas curvas marcadas, buenos pechos y unas nalgas que invitaban, se podía distinguir a través de la tela de su minifalda el pequeña tanga que llevaba, unas piernas largas que invitaban a acariciarlas.
El hombre era alto, fuerte e iba vestido de forma casual. "Una pareja de buen ver que buscaba diversión", pensé. De forma discreta me acerqué a su lado, mientras observaba las películas porno que estaban a su espalda. La chica le preguntaba, —¿Crees que será muy grande?, ¿Tomamos uno más pequeño?— El chico no se decidía por ningún tamaño, le atraía el grande y grueso, pero tenía miedo de no poder soportarlo, por lo que podía escuchar de la conversación.
Mientras me dedicaba a "organizar" las carátulas de las películas que había a mi lado y se las giraba de forma que el chico observará al igual que yo las secuencias de las mismas. Eran películas gays, dónde se veían unas enormes miembros, mamadas, de todo, al final noté que el chico estaba más pendiente de las carátulas y noté que de forma disimulada se estaba acomodando su pene, al parecer se estaba excitado. La chica estaba de espaldas a mí y no se enteraba de nada, así que decidí jugarme una carta y tras sonreírle, le hice señas para que me siguiera, me alejé de él con la misma discreción y disimulo que había usado para acercarme a ellos y antes de bajar a la parte baja del sexshop, donde se encuentran el almacén y los baños para el personal, levanté la mirada y le hice señas que le esperaba abajo, me contestó con un movimiento de cabeza que me seguiría.
Bajé al sótano y entré al baño, me coloqué en el segundo cubículo dejando libre el que se encontraba al lado ya que esperaba que el chico bajase. Me desabroché el pantalón y lo bajé junto con mi bóxer y comencé a acariciarme mi pene que ya estaba casi duro, pensando en lo que podía hacer con aquélla parejita si al final el chico se decidía a picar el anzuelo
que le había puesto. Al momento sentí pasos, giré la vista y tras de mí se encontraba el chico, se puso en el urinario libre y sacó su pene, la tenía hermosa, larga, de unos 17 o 18 cm, no muy gruesa, yo le enseñé la mía, que ya estaba completamente dura, comencé a masturbarme suavemente ante él, mientras él comenzó a hacer la misma operación.
—No pude evitar oír lo que comentabas con tu chica, ¿No crees que una natural es mejor que un pene de látex?—le dije, mientras acercaba mi mano a su polla y se la acariciaba.
— Es que mi novia quiere ser ella la que me desvirgue analmente, es una fantasía que tiene y que quiere satisfacer— me respondió.
—¿Y si tras el desvirgue pruebas con una de verdad?— le pregunté, haciendo que mirará mi miembro erecto.
—No estaría mal. Pero tenemos que buscar la manera de convencer a mi novia— me respondió con su mirada fija en mi erección.
—¡Oye! Si tu estás decidido, ella aceptará, además tendrá la opción de disfrutar también ella, tanto con tu desvirgamiento, como con mi pene.
—Ok. Decidido, te metes en nuestra conversación e intentamos convencerla— respondió.
Subimos a la planta alta y encontramos a la chica observando las peliculas de gays, las mismas que antes miré yo, sonreímos y nos acercamos a ella, su novio por un lado y yo por el otro.
—Qué penes tienen estos tipos— le dijo la chica. —Cómo se las chupan y se las meten en el trasero, me gustaría poderlo ver dos hombres haciendo de todas estas cosas, mientras yo observo o participo— Le dio la película al chico y dándose la vuelta se dedicó a elegir de nuevo los consoladores, —¿Éste o aquél?— Le preguntó. Mientras le enseñaba una réplica de un pene de unos 25 cm y otra de unos 18 cm. —Para comenzar, creo que la pequeña...Otro día podemos llevar la otra— La chica sacó la mediana de la caja y se la puso a la cintura —Si creo que estará bien.
—Los naturales son mejores— Dije. Ella me miró extrañada. —Sí, pero esas no se encuentran en todo momento y esta si.
—Hoy puedes tener una natural, otro día, usas esa— Le respondí.
—No, la primera seré yo, luego ya veremos.
—Podemos probar las dos— Dijo el chico.
—Pero, como yo diga— dijo ella.
—Por mi parte no hay problema, yo estoy dispuesto a colaborar en lo que necesiten— Tras esta pequeña conversación compraron el consolador y una película de bisexuales y cuadramos para vernos en su apartamento después que cumpliera mi turnó laboral.
Cuando llegué alapartamento tenían una película porno y tras visionar las primeras escenas la chica se fue a la habitación. —Que bien se lo pasan— Dijo el chico,refiriéndose a la película, mientras unos de los actores tomaba a una chica y lechupaba el pene a otro. Yo la tenía dura y sin más me desabroche el pantalón y sacando mi miembro comencé a acariciarme, el chico se desnudo y se acercó a mi sexo metiéndoselo en la boca, comenzó a hacerme sexo oral y por lo bien que lo hacía noté que no era la primera vez que chupaba una. En eso llegó la chica, venía solo con un pequeño tanga y con el arnés puesto, la verdad es que estaba divina, unos senos redondos, grandes y firmes, unos muslos largos y unas caderas espectacular, un trasero redondo y bien apetitosos, en medio, aquél trozo de pene de latex que parecía real, la verdad es que daba la sensación de ser un real, se acercó a nosotros y nos dijo.
—¿A ver, quién me hace un oral primero? — preguntó.
—Yo mismo— Le contesté, pues no quería que su chico dejara de chuparme la mia. Se acercó a mi y me la puso a la altura de la boca, comencé a chuparla como si fuese un miembro de verdad, mientras le acariciaba la base y al mismo tiempo le frotaba el clítoris y la entrepierna, noté como se mojaba enseguida y me cogía de la cabeza para cogerme la boca con su penede látex.
Yo aprovechaba para acariciar sus nalgas, su entrepierna, su vagina, mientras él seguía saboreando mi duro pene, estaba como poseído, quería sacarme todo mis fluidos, algo que yo no estaba dispuesto a conceder, por lo menos no tan rápido, pues quería alargar mucho aquello, quería gozar de lo lindo de aquella parejita.
—¿Quieres estrenar a tu chico?— le pregunté con mi respiración entrecortada. —Si, ya lo quiero para mi— Me puse de pie y el chico quedó de cara a mi y de espaldas a ella, esta le comenzó a pasar el arnés por las nalgas mientras le decía. —Te voy a hacer gozar, Julio. Hoy serás mi putito, vas a probar el hermoso pene de tu amorcito— susurrando a su oído.
—Colócale un poco de lubricante— le dije pasándole el pequeño frasco. Ella lo tomó y lo puso en la entrada de su trasero a la vez que se untaba en el arnés. Le pedí al chico que se agachara y me siguiera haciendome el oral, mientras le cogí de las nalgas y abriendo todo lo que pude le dejé preparado para que su chica lo penetrara. Ella se lo fue metiendo poco a poco, sentía como se estremecía, cada vez se lo metía poco a poco, cuando la tuvo toda dentro le preguntó si le gustaba. Sacándose mi miembro de la boca, le respondió. —Me encanta— La chica comenzó a moverse como si realmente le estuviese cogiendo un pene y no un arnés, yo le dije que agarrarse del sofá mientras me puse tras de ella, comencé a pasar mi pene por sus nalgas y a acariciar tus pechos, mientras le besaba el cuello.
Ella seguía con su embestida, mientras el chico ya estaba meneando las caderas como un auténtico experto en cogidas anales. Mientras había conseguido apartar la pequeña tanga de la chica y mi entrepierna comenzaba a entrar en su húmeda vagina. La chica abrió un poco las piernas, permitiendo la entrada, suspiraba y volteando la cara buscó mi boca, nos dimos un beso apasionado mientras nos movíamos al compás, yo dentro de ella y ella dentro de él.
—Qué morbo me da todo esto, me estoy corriendo— me susuraba la chica, mientras me mordía y se corría de una forma bestial, sus contracciones me apretaban mi pene, mientras le daba con fuerza con el arnés en el trasero de su novio. Me quedé quieto dentro de ella esperando su decisión, esta no tardó en llegar. Se salió de dentro del chico y me dijo. —Ahora te toca a ti, hazle gozar de lo lindo, llénale el culo con tu miembro.
Dirigí mi pene a la raja del chico y ella misma se encargó de meterla, como estaba super lubricado, entró con bastante facilidad, comencé a darle con ganas mientras ella me empujaba y me decía. —Rómpele el culo, hazle gozar— Se puso ante él y le pidió que le chupase el arnés y su vagina, el chico no daba abasto, mientras yo le pajeaba y lo embestida duro, con ganas, se movía muy bien el tipo, entre esto y lo bien que la chupaba, creo que era muy buen alumno, muy aplicado, aprendía de fábula.
—Me estoy corriendo— dijo, mientras apretaba su culo contra mi pelvis, buscando meterse mi pene más y más adentro, noté como se corría escandalosamente, se contorsionaba, movía buscando placer por todas lados, yo lo seguía embistiendo con más fuerza ya que sentía que en cualquier momento me venía y así fue, comencé a llenar su culo de leche, un chorro, dos, tres, cuatro, cinco, seis...., toda el fluido que había acumulado desde el sexshop, salía a borbotones llenando el culo del tipo, haciéndole gozar de un placer diferente, distinto de lo que estaba habituado. Había gozado tanto, que recién terminado de correrse seguía con la polla dura, se puso en pie y enseñándonos la polla, no pidió chupadmela. —Háganme gozar más... Quiero que me la chupen a dúo— fue entonces que nos aplicamos los dos ante su erecto y duro pene y la chupamos, la saboreábamos, mientras intercambiamos besos, lengua y saliva, era tanta la excitación y lo que estaba gozando que al momento noté como empezaba a convulsionarse y a expulsar leche de su polla, yo chupaba su tronco, mientras la chica sorbía la leche, se la comía toda.
Después de este acto tan excitante nos fuimos a la ducha, nos enjabonamos mutuamente y de allí salimos excitados y empalmados de nuevo, nos fuimos al dormitorio y la chica se tendió en la cama con las piernas abiertas.
—Necesito un buen oral, que me coma toda mi vagina, que me haga gozar como una loca— Dijo.
Y ese oral se lo di yo, me metí entre sus piernas y comencé a jugar con sus labios vaginales mientras que el chico se puso sobre de su pecho para que le chupase el duro pene que tenía. A los pocos minutos cambiamos de posición, ahora yo estaba tendido en la cama, la chica sobre de mí en un maravilloso 69 y el chico tras ella, cogiéndola ante mis ojos.
Podía observar como la embestía con fuerza y yo le chupaba el clítoris pero ella no se quedan atrás porque le daba especial atención a mi entrepierna y mi trasero y cuando lo tuvo suficientemente lubricado comenzó a meterme los dedos, primero uno, luego dos. Mientras yo seguía comiendo todo lo que encontraba al alcance de mi boca, el clítoris, —Así que rico, sigue no te detengas— decía entre susurros y espasmos ya que estaba sumergido en el placer más extremo que había experimentado jamás. La chica comenzo a moverse más rápido se apretaba su cara con mis músculos, fue entonces que noté que se estaba corriendo por las embestidas de su novio, me lleno mi cara de sus jugos, sus dedos me atacaban con más fuerza mientras se corría de forma bestial.
Luego de reponerse unos segundos, —Quiero mi segundo culito del día— dijo, y sin más se cambió de posición me hizo poner a cuatro, mientras se colocaba el árnes, me untó el líquido lubricante en la entrada de mi trasero y comenzó a penetrarme, sentía como aquello entraba en mi abriendo y penetrando en mi interior, había tenido la experiencia una que otra vez de ser cogido por detrás pero no me causó un gran placer en ese momento pero ahora no se que cambió que lo estaba disfrutando al máximo, no se si el hecho que me lo estuviese haciendo una mujer causaba un morbo y eso hacia que fuera placentero. Su novio le dijo en varias oportunidades —Cogetelo con ganas, mami— mientras me clavaba cada vez más adentro aquel trozo de látex, me la estuvo dando un rato, hasta que le dejo el sitio al chico.
—Ahora te toca a ti, hazle gozar como te lo hizo él antes— le dijo su novia. El chico se puso tras de mi y comenzó a pasarme su pene por las nalgas, por mi entrada, como ya estaba lubricado y abierto, sentía la necesidad de tenerla dentro, probar un miembro de verdad, algo cálido y duro, diferente al latex del arnés. Me la fue metiendo poco a poco, recreándose en lo que estaba haciendo, mientras la chica se metió bajo de mi para que volver a realizar el 69, —Quiero ver como te entra toda, como mi chico, te destroza el culo— dijo en un tono lujurioso —Cómeme toda, cariño, que quiero volver a gozar, mientras te chupo tu pene— me apretaba las bolas. En ese momento los tres estábamos perdidos en el placer.
Mientras el chico seguía dándome un gusto diferente, algo que no se puede describir con palabras, hay que sentir la sensación de tener un miembro dentro, como te abre, como sientes su desplazamiento dentro de ti, como intentas abrazarla y apretarla con tu culo, intentando sacarle todo el jugo, el chico junto con sus embestidas, me acariciaba el pecho, mis bolas y las nalgas. Ella seguía chupando y me agarraba de las nalgas para metérsela toda en la boca, era una máster en sexo oral, o quizá era yo, que me sentía en el paraíso.
No tarde mucho en comenzar a sentir como se me escapaban mis fluidos, me estaba corriendo descontroladamente, sentía placer en mi pene, en todas partes. Mis dedos dentro de la chica y mi lengua, eran una máquina de dar placer, no tardo ni dos segundos comenzar a correrse a la vez que se tragaba toda mi leche, la chupaba toda, hasta que me la dejo seca, luego siguió pasando la lengua por toda ella, mientras me apretaba con sus muslos y restregaba su pubis y su coño contra mi cara, corriéndose y gimiendo como si estuviese poseída. Para no ser menos, el chico comenzó a moverse con más rapidez y sacando su pene de mi culo, me lleno las nalgas de leche, se corrió imperiosamente. La chica se salió de donde estaba y yo me quedé tendido en la cama, boca bajo mientras ambos me daban besos húmedos en mi espalda, sin duda fue la mejor forma de terminar una cogida impresionante.
Han paso más de seis meses y no los he vuelto a ver, sigo trabajando en la misma tienda, esperando y deseando poder repetir esa experiencia con esa pareja... u otra.
Nota: Practica el sexo seguro. Recuerda sin globo no hay fiesta.
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¡Hola! Chicos. Espero esten bien. Cumpliendo con lo prometido, aqui les dejo el 1ero de 20 relatos eróticos. Si les gusta hagánmelo saber con un like 👍
Gracias 💋
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