🖤004.
Jungkook se encontraba recostado boca arriba en su cama. Después de clases llegó a su casa y se cambió de ropa, había decidido ponerse unos shorts que le llegaban arriba de las rodillas y una camisa blanca holgada. Había estado platicando por llamada con Jennie toda la tarde, por no decir que hablaron más de 5 horas. Resultó ser que Jennie se había quedado dormida hasta las 11 de la mañana y por eso no había ido, cuando Jungkook escuchó esto no pudo evitar reír.
Jungkook le contó todo lo que habían visto en las clase y le pasó todos los apuntes, eso si, pidiéndole que no lo copiará tal cual como él lo había hecho. Platicaron de varias cosas y lo que pasó en su día, aunque omitió la parte en donde chocaba con aquel chico cuyo nombre era...¿Tayun? ¿Taehun? ¿Taeyong? Bueno, cuyo nombre no recordaba.
Se le hizo raro que ese chico en vez de golpearlo o insultarlo se disculpara. Estaba tan acostumbrado de golpes y humillaciones por parte de su padre, que eso era raro para él. Solo esperaba no tener problemas con aquel, pues pensaba que aquel chico solo se disculpó porque había muchos alumnos y maestros, o eso creía creer el.
El sonido de la puerta lo sacó de sus pensamientos, alzó la cabeza y vio a su padre intentando mantenerse parado enfrente de la puerta, pues este se encontraba borracho. Jungkook ni siquiera se movió, seguía recostado y con la cabeza levantada. El hombre cerró la puerta y empezó a acercarse a pasos lentos intentando no caer en el momento. Jungkook seguía inmóvil en la cama, pues de que servía moverse si ya sabía lo que pasaría.
—M-mocoso... —Murmuró cuando estuvo frente a Kook, pasó sus manos rasposas por sus desnudas piernas y empezó a acariciarlas de arriba a abajo. Y con esta simple acción hizo que el contrario empezara a temblar del miedo—. V-vamos a ju-jugar —Con esa palabra Jungkook ya sabía a que se refería y pronto empezó a sollozar.
El hombre se subió encima de Jungkook y empezó a besarle su cuello, dejando varios besos húmedos y chupetones. El pecho de Jungkook subía y bajaba a gran velocidad debido al miedo, sentía asco, y poco a poco también empezaba a florecer un sentimiento de odio. Intentó alejar al hombre con empujones y golpes, pero éste con una mano le colocó las manos por encima de la cabeza y con la otra le abrió piernas, Jungkook por inercia intentó cerrarlas, más no pudo debido a que recibió un manazo. Su padre le quitó el short junto con el bóxer de un tirón dejando exhibido su intimidad.
Jungkook empezó a llorar y a hipar debido al miedo que lo estaba inundando, quería gritar y pedir ayuda, más no lo hacía porque sabía que nada ni nadie lo salvaría de aquel hombre. Y aunque quisiera huir no lo lograría, porque ya lo había intentado varias veces y en ninguna lo logró ya que su padre era el triple de fuerte que el.
Jungkook vio como éste se quitaba el cinturón con una mano, mismo que fue puesto alrededor de sus muñecas para que no se moviera. Le subió la camisa un poco más arriba de su pecho y empezó a dejar mordidas y chupones por todo su torso. Bajó sus pantalones y masturbó un poco su pene y lo alineó a la entrada de Jungkook, haciendo que empezara a llorar más fuerte. Restregó un poco su longitud escuchando los lloriqueos del menor, alzó su vista y sonrió ligeramente. Pues a este le causaba gracia y a la vez excitación el estado del menor. De una sola estocada entró, causando un grito desgarrador por parte de Jungkook. Grito que a cualquier persona le desgarraría el corazón.
—¡ARDE! ¡P-POR FAVOR SÁCALO! —Rogó con lágrimas en los ojos— ¡Duele...duele mu-mucho!
A este punto Jungkook ya ni siquiera lo veía como su padre, sino como un monstruo. En su rostro no había ni una pizca de remordimiento o arrepentimiento, solo había una sonrisa de perversión. Él era un monstro, un monstruo que lo golpeaba cada que podía y quería, un monstruo que lo ha violado más de innumerable veces, un monstruo que lo humilla cada vez que puede, un monstruo que lo usa como juguete sexual para él y sus amigos.
Intentó bloquear sus pensamientos en estos momentos no quería pensar en nada, más no pudo. Podía sentir aquellas penetraciones, eran demasiado rápidas y bruscas. Sentía besos por todo su cuello y pecho, al igual de aquellas manos acariciando sus piernas. Escuchaba los jadeos y gemidos de aquel hombre mezclados con los suyos, solo que los de aquel eran de excitación, y los de él eran de dolor.
Después de varios minutos, su padre salió de su interior viendo como salía sangre de aquella entrada. Jungkook pensó que su infierno había acabado, más no pudo estar equivocado. Pronto sintió su cuerpo ser volteado bruscamente, quedando con el pecho recargado en la cama y las caderas al aire, sus manos aún seguían atadas y por tal motivo no podía hacer nada.
—Ah...mmg... ¡D-detente! —Pidió cuando sintió que era penetrado otra vez—. Y-ya no más...y-ya no...n-no más...Agh...
Empezó a sentirse cansado y mareado. Sus ojos ya no enfocaban bien debido a tanta lágrima y su nariz estaba tapada debido a los mocos, y su cabeza empezó a doler. Estuvo así durante varios minutos hasta que sintió como se corría dentro de el.
Su padre salió de el y se subió los pantalones, quitó el cinturón de las manos del menor y salió del cuarto actuando como si nada hubiera pasado
Y fue ahí cuando Jungkook se soltó a llorar cuando vio que su "padre" porfin se había ido. Hizo un esfuerzo por levantarse no importando el dolor en su espalda baja y entrada. Se dirigió con mucho cuidado al baño y se vio detalladamente al espejo. Tenía demasiadas marcas de mordidas y chupetones por todo su pecho y cuello, los moretones que tenía en su rostro aún se hacían notables. Bajó su mirada hacia sus piernas y vio rastros de semen con sangre escurrir por sus piernas. Abrió la regadera y se metió sin importar si mojaba la camisa o no. Solo quería llorar y llorar. Quería dejar de sentir esa sensación de asco.
Estuvo llorando por quince minutos bajó el agua de la regadera, después enjuagó su cuerpo y su cabello. Cerró la llave y se enrolló una toalla en la cintura. Volvió a ver su reflejo y vio las marcas en su cuello, tendría que taparlos bien para al día siguiente ya que tenía escuela. Salió del baño y se puso la pijama. Apagó las luces y se recostó en su cama.
Para despejar su mente decidió poner una película, pues no quería seguir pensando en lo que había pasado hace media hora. De pronto varios recuerdos de su madre invadieron sus pensamientos. Su vida era tan diferente a la de ahora y extrañaba demasiado a esa maravillosa mujer.
Jeon Sun-hee, ese era el nombre de aquella preciosa mujer. Piel blanca como la porcelana, cuerpo esbelto, cabello largo y castaño, ojos oscuros como la noche y unos labios carnosos y rosados.
Jungkook recuerda que su madre era muy amorosa, amable y carismática. Recuerda como era feliz antes de que ella muriera. Muchos recuerdos de cuanto era pequeño vinieron.
Y sin darse cuenta empezó a soltar lágrimas. Sentía que se destrozaba por dentro y había muchas veces que sentía que si vida ya no tenía sentido. No tenía a nadie, estaba completamente solo y roto. Solo tenía a Jennie, su linda mejor amiga. Esa chica que es como un rayito de luz para su vida.
Pero lo o que él no sabía, es que la vida le tenía preparado un mejor futuro y una mejor vida.
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