CAPÍTULO 15
Era de mañana, despertó desconcertado por la posición en que se encontraba, intentó levantarse, pero unos brazos lo mantenían rodeado. Cálido.
Aclaró sus pensamientos y pudo recordar el porqué, se quedó dormido sobre pecho de Louis.
Sintió su corazón inflarse y sonrió al ver el perfil del hermoso alfa, su respiración era suave, le transmitía tranquilidad, se tomó el atrevimiento de quedarse observándolo por unos minutos, en realidad el alfa era tan hermoso.
Harry se avergonzó un poco por tener la osadía de verlo tan directo, por la manera en que él sujetaba su cintura, no era algo comprometedor, pero sí íntimo.
Louis le volteó el mundo entero en un tiempo tan corto.
Ningún alfa había sido tan delicado y lindo con él en toda su vida.
Trató de salir de su agarre sintiendo pena por todo lo que pasó el día anterior. Necesitaba ir con Niall y explicarle, el alfa dijo que su amigo se sentía muy mal y todo era por culpa suya.
Quiso darse por vencido y permitir que sus pesadas cadenas lo arrastraran, sus pensamientos y sentimientos no se habían dispersado del todo.
Dicen que cada suspiro es tormentoso, es un sorbo de tristeza para la destrucción total hasta obtener el fin. Pero ahora Harry suspiraba mucho y no de pesar, ahora su corazón se infla en su pecho y siente bonito dentro de sí.
Ahora quería y necesitaba creer en todas esas palabras y promesas que le decían.
Después de todo confiaba en este pequeño deseo de seguir, que se alojaba dentro de sí mismo, no tenía idea de si lograría o no, o cuanto tiempo le tomaría, pero lo intentaría primeramente por él, por su mami, su Emy, Louis y todos los amigos que encontró en el camino.
¿Y qué le hizo desear el poder continuar? Pues se vio a sí mismo en sueños, su piel estaba radiante, no había rastro de cicatrices de ningún tipo en su cuerpo, no huellas de cigarros apagados en su piel, ni cortadas, ni golpes, ni ningún tipo de dolor.
El aire era tan puro y tan calmo que solo se escuchaba el sonido del mismo viento.
Ni en su corazón y alma había rastros de ningún pesar, dolor y tristeza. No estaba esta sensación de estar ardiendo todo el tiempo.
Caminó por un pequeño sendero, no conocía el lugar, pero sabía a donde dirigirse. Al subir una pequeña colina divisó un gran árbol de roble tan majestuoso que sus ramas parecían tocar el cielo y algunas raíces salían de la tierra.
Dirigió sus pasos para llegar y descansar un poco. Aquella flama de linda calidez abrazo su corazón al ver una silueta que se acercaba.
Atravesó un pequeño valle con llanuras que rozaban las yemas de sus dedos, había dientes de león por todos lados y en cada uno de sus movimientos se despolvoreaban diciendo adiós a su existencia para regalar una de las más hermosas visiones que podría ver.
Ahí estaba ella con un vestido celeste pastel y una pequeña corona de flores sobre su cabeza, se veía radiante y hermosa, justo como la recordaba antes de enfermarse.
—¿Mami?—pregunta en un murmullo en medio del llanto con los brazos abiertos corriendo hasta llegar a ella.
—Hola, pequeño, mira qué lindo estás. —respondió limpiando sus mejillas—. No llores amor, ven aquí. —pide abrazándolo y terminar con un dulce beso en su frente como los que siempre le solía dar.
—No sabes cuánto te extraño, la vida ha sido tan difícil desde que te fuiste. —Harry se embriagó del aroma de rosas, vivo y jovial, como el recuerdo que tenía de ella antes de que la enfermedad acabara con todo.
—Shhh bebé, lo sé cariño, sé que todo ha sido tan difícil para ti, pero has sido tan fuerte y tan valiente y no sabes lo orgullosa que me siento por ti.
—Quisiera darme por vencido, creo que estaría mejor aquí junto a ti. —lloró.
—No amor, aún no es tiempo, te falta mucho por vivir, pronto todo tomará su lugar, necesito que te dejes amar Harry, no tengas miedo de ser feliz, tú lo mereces amor, ya no te culpes más. —Ella sujetó su rostro viéndolo a los ojos.
—Es tan difícil, todo ha pasado porque yo mismo lo he permitido, yo lo he buscado, solo. —susurró en sollozos.
—No amor, no es como tú crees, en ocasiones nos topamos con la gente equivocada. La vida nos da a elegir y tú creíste no tener otra opción, no fue tu culpa que se aprovecharan de tu inocencia, no amor nunca fue tu culpa. Pero ahora tienes la oportunidad de elegir un futuro mejor, deja el pasado en el pasado y camina hacia delante.
Harry lloraba en silencio escuchando las palabras que su madre le decía, tratando de memorizar todo lo que sus ojos apreciaban y sus oídos podían escuchar.
—Lo intentaré, lo prometo. —giró la cabeza al escuchar a lo lejos risas de niños—. ¿Por qué Emy no está contigo? —preguntó curioso y ella solamente le regaló una dulce sonrisa.
—Mírame cachorro que el tiempo se agota, siempre te amaré mi rayito de luna, cuando llegaste a mí la noche se sintió opacada por las estrellas que había en tus ojos, es momento de recuperar ese brillo amor. —Le habló dando un beso en cada uno de sus párpados.
—No me dejes, no quiero estar solo, no voy a poder sin ti. —Harry intenta aferrarse a ella.
—Ya no estás solo mi cielo y recuerda, yo siempre estaré aquí. —toca su pecho exactamente donde el corazón de Harry se encontraba.
La linda mujer se puso de pie lista para marcharse, Harry la detiene tomándola de la mano. —Cuida a mi bebé mami.
Ella volteó solo para decir antes de desaparecer. —Sé feliz hijo, lo mereces.
Y así fue como despertó luego de verla esfumarse con el viento.
Algo cambió dentro de él, había rastro de lágrimas en sus mejillas, pero no lloraba de tristeza, sino de alivio, sus cargas se sentían un poco más livianas.
Se preguntó porque no había soñado con su bebé, quizá porque si lo venía no lo dejaría ir nunca más; aun así, fuera en sueños.
El alfa despertó al sentir la dulce tristeza de Harry, se incorporó con calma para no perturbarlo.
—Cariño, ¿qué sucede? —Su voz sonó profunda y ronca.
—No te preocupes, solo pensaba. Siento mucho si te desperté. —nervioso intenta ocultar su rostro.
—¿En qué pensabas? —inquiere acariciando su cabello.
—Soñé con mamá y no recordaba haber tenido mejor sueño en mi vida. —Con voz suave aceptó gustoso el tacto del alfa.
—Eso es lindo Harry, en ocasiones yo también sueño con los míos y se siente como si la vida misma se reiniciara, siempre que necesites desahogarte, hazlo sin pena alguna.
—Gracias, Louis, y-yo de verdad siento lo de ayer, fui grosero contigo y te hablé de una forma que no era adecuada. Perdóname por favor.
Louis le sonríe. —No te preocupes, me alegra que lo hicieras, momentos así te ayudan en muchos sentidos.
Harry no era capaz de levantar la vista, se sentía un poco avergonzado por todo.
Louis le pasa la mano por su mejilla. —¿Qué te parece si voy a preparar algo para que comas? Llamaré a Niall para que venga contigo, hoy debo ir a las oficinas, falta poco para la venta y debemos prepararnos muy bien para lo que viene.
—Está bien. —El alfa tomó sus manos entre las de él, se inclinó un poco rozando sus labios sobre sus nudillos, depositando un pequeño beso en ellos.
—Es un placer, voy a cuidar de ti, amor. —termina de decir saliendo de la habitación, a Harry aún le avergonzaba verlo a los ojos, así que le hablaba con la vista gacha cuando soltó sus manos, se quedó jugando con el dobladillo de su enorme suéter.
El alfa quería brincotear por todos lados por la felicidad dentro de él, muy dentro de sí lo sabía, por algo su alfa reclamó a Harry como su omega.
Ahora solo debía tener paciencia, pues deseaba estar en todas las formas posibles en la vida de Harry.
Harry sabía que Louis era más que un rostro amable, ni en sus sueños creía la posibilidad que alguien como ese bello alfa pudiera verlo como alfa a omega.
Ahora que Louis estaba enterado de toda la verdad, no se comportó para nada extraño, es más, hasta fue mucho más comprensivo y lo marcó con su olor para calmarlo, lo cuidó y veló para que él pudiera descansar un poco.
Después de que el alfa se retirara, Harry decidió tomar una caliente ducha, al terminar salió con el cabello apuntando por todos lados, vestía de pijama holgada, tenía la nariz roja y los ojos hinchados, a causa de llorar.
Unos pequeños golpes sonaron en la puerta.
Habló dando permiso para que quien tocaba pudiera entrar.
La cabellera rubia de Niall se asomó por la puerta, siendo seguido por Lottie.
—Hola, ricitos, ¿cómo te sientes? —pregunta su amigo omega.
—Hola, chicos, yo estoy bien, gracias y perdón por mi actitud no me sentía bien, sé que no es excusa pero… —Se disculpó de inmediato.
—Oh, no te preocupes, solo estaba desesperado porque no sabía qué sucedía contigo, Louis nos informó que ya te encontrabas mejor, la verdad estuve a punto de entrar por la fuerza al amanecer. —Niall le sonríe amigable.
—Nos alegra saber que estás bien Harry. —La alfa dijo dando una gran sonrisa.
—Yo soy muy afortunado de tenerlos, estos días estaba así porque había olvidado una fecha importante para mí, me enojé tanto conmigo mismo porque me empezaba a sentir bien y no creí que eso fuera lo correcto.
—Cariño, sabes que mereces ser feliz, seguiremos trabajando en eso, ya es tiempo que la vida te sonría un poco, si no te molesta… ¿qué fue lo que hizo que cayeras de esa manera?
—Emy cumplía dos años y pues ya imaginaras el lío en mi cabeza, duele como el infierno Niall… ¡yo casi olvido a mi bebé! —Harry toma su cepillo para peinar su cabello.
—Aguarden un segundo, ¿de qué me perdí? ¿Bebé? —pregunta Lottie con el ceño fruncido
—¿Niall no le dijiste nada a Lottie? —Harry pregunta algo apenado con la alfa.
—No amigo, eso no me correspondía a mí, recuerda, es tu vida. —Él sonríe reconfortante.
—Mi vida… —repite Harry con un sabor nuevo en el paladar al decir esas palabras.
Le contó la historia en una versión resumida, Lottie estaba un poco ida al enterarse lo que Niall ya sabia y de lo que Louis se había enterado recientemente, esperó algún tipo de enfado de parte de ella, pero Harry agradeció cuando la alfa se puso de pie y lo abrazó fuerte.
Niall se unió a ellos y los tres compartieron uno de los momentos más lindos desde que había llegado, Harry se sentía mucho más tranquilo, ahora no era tanto el peso que cargar.
Lottie salió de la habitación, ya que iría con Louis para ayudar con el desayuno, presentía de más que los dos amigos necesitaban un tiempo a solas.
La alfa encontró a su hermano cocinando.
—Sabes lo de Harry, ¿no? —pregunta aún impresionada.
—Sí, me lo dijo todo. —Se frotó las manos sobre su cara, soltando un audible suspiro, giró su cabeza de un lado a otro, haciendo crujir sus huesos.
—Ha pasado por muchas cosas. —Ella se lamenta—. No entiendo cómo pudo con tanto.
—Todo ha sido una mierda, Lottie, el hijo de puta, mató a su propio hijo. —brama furioso, su hermana se acercó a él, pasando una mano en su pecho y recostándose en él.
—Cálmate Lou, tienes que ayudarlo, él te necesita, sé que tienes sentimientos hacia él, ahora es cuando más nos necesita.
—No puedo estar tranquilo, cuando escuché todo quise salir e ir a buscar a ese maldito y hacerlo sentir dolor hasta los tuétanos.
—Debemos controlarnos, Louis. Harry nos necesita, ahora él está confiando en tu alfa, ya llegará el momento de hacer justicia en su nombre, en todos los que han sufrido por ese maldito.
—Lo haré, mi alfa lo reclamó como omega desde el primer instante en que lo vi, no entendía por qué insistía en llamarlo omega si es que era un beta, pero todo es claro ahora.
—Nunca dejes de escuchar a nuestro instinto, recuerda que somos lobos puros, los malditos saben todo.
—No podía ir y decirle que mi alfa lo ha reclamado, no sería correcto y además no sé si él me ve como algo más…
—¿Cómo que no? Se nota que él siente algo por ti, así como tú por él.
—¿Tú crees? Es la primera vez en toda mi jodida vida que siento miedo de hacer algo inadecuado y que huya o yo quiera que me acerque más.
—Acércate y verás cómo todo encaja sin tanto esfuerzo, háblale y hazle saber que estás interesado en él, dile lo hermoso que es y listo. Además, todo con ustedes es lindo, hasta un idiota se daría cuenta.
Louis abrazó a su hermana dándole las gracias por saber siempre aconsejarlo, no sabría qué haría sin ella.
En la habitación el rubio no paraba de repetirle a Harry lo orgulloso y feliz que se sentía.
—Louis sabe todo Niall. —suspira.
—¿Absolutamente todo?
—Todo, y ahora que todos están enterados, creo que el aire está más liviano y entra con facilidad a mis pulmones.
—Jodidamente, estoy tan orgulloso de ti, todos estamos felices. —Niall felicita sentimental.
—Lo sé, y me hace feliz que Lottie y Louis lo tomaran tan bien.
—Ambos están bien y si no, pues solo los mandas a la mierda, y ya. Nuestros logros, miedos y todo lo que suceda por nuestro bien no debe afectarle a nadie, a menos que sea que sientan sentimientos positivos por ti. Pero ellos no son así, solo ten en cuenta eso, cariño. Además, yo creo que Louis tiene un poco de miedo.
—¿Miedo?
—Sí, él desea acercarse más a ti, pero teme que al hacerlo tú terminaras por alejarlo.
—A veces no entiendo como alguien como él quiere acercarse a mí, pero no quiero alejarlo, no puedo hacerlo.
—Lo sé, Harry, no lo hagas, ¿te sientes bien con el alfa cierto?
—Louis me hace sentir seguro.
—Eso es todo amigo, entonces no lo alejes y deja que se acerque a ti, en sus ojos se puede ver el cariño y la desesperación que tiene por cuidarte.
—Niall, ¿por qué dices eso?, no creo que él… Bueno. Que él me vea así, mírame bien. —el omega abrió los ojos inspeccionando a su amigo—. Yo no creo que se pueda fijar en alguien como yo.
—Hay que estar ciegos para no verlo, Harry, eres realmente hermoso, su alfa es muy protector contigo.
—Si te soy sincero, siento algo dentro de mí, es muy extraño, es esta sensación desconocida que siempre estuvo ahí, pero olvidas que existía, ¿me entiendes?
—Claro que te entiendo corazón, Magy tenía toda la razón, ahora que lo tienes solo permite que te cuide. Yo podría decir hasta que parece amarte por la forma en que te mira.
—Pasar mucho tiempo hablando con tus plantas está causando efectos. —Niall frunce el ceño para después sonreír.
—¡Por la luna! ¿Acabas de burlarte de mí? Harry amor, así se hace. —Le halaga aplaudiendo.
Estaría bien, ¿no? No deseaba ocultarlo más, tenía esta ilusión de sentirse amado.
Dejarse amar, Louis le pidió que le permitiera cuidarlo y Harry lo haría porque eso que despertaba dentro de él lo hacía sentir tan bien.
Todo este tiempo que sintió estar muerto y que no había señal de vida por ningún lado.
Pero este inicio era distinto, así como cuando un frío invierno pasa y de a poquito todo vuelve a nacer, los retoños en los árboles, el color y la vida misma.
La puerta se abrió dándole paso al alfa con el desayuno servido, Niall se abrazó a él hablando bajito en su oído.
—Cuídalo Louis. —pide regalándole una de esas sonrisas que provocaban que el color se intensificara más en sus ojos.
Y sin más que agregar, el omega salió para ir en busca de Lottie.
Louis se acercó hasta donde se encontraba Harry y le extendió un plato con avena, bananos partidos, algunas nueces y arándanos.
—Gracias, Lou.
—De nada Harry. —y ahí estaba esa enorme sonrisa que tenía encantado a Harry, no podía evitar pensar e imaginarse que sucedería si permitiera darle paso al deseo. Louis es un gran y lindo alfa. Su toque es seguro, firme, su voz es tan suave que parece adormecerlo. Y su aroma le hace olvidar y le ayuda a aliviar el dolor de su alma.
Louis se sentó junto a él, ambos apoyándose en la cama, Harry recostó su cabeza en el hombro del alfa, tenía esta necesidad constante de estar cerca, Louis era muy confortante.
El alfa suspiró no queriendo romper el lindo momento en silencio que compartían, poso la mirada en los cabellos húmedos de Harry, inhalando el olor floral que despedía por el baño reciente.
—Debo irme Harry, regresaré tan pronto como pueda.
Sonrió de costado al ver que no hizo algún mínimo movimiento para hacerse a un lado. Louis le habló de nuevo, pero Harry no respondió, con cuidado lo tomó en brazos al darse cuenta de que estaba dormido. Lo cargo para después arroparlo.
Niall le dijo un día que Harry debía tener una enorme confianza para quedarse dormido junto a él. El alfa se sintió tan feliz que se tomó el atrevimiento de acariciar su rostro y marcar las mantas con su aroma.
🍁🍁🍁🍁
Al día siguiente Harry se encontraba sentado en una de las reposaderas del jardín de Niall, era un lugar tan bello, aprovechaba los momentos que tenía a solas para seguir llenando las hojas vacías de sus cuadernos.
El omega regresó a las clínicas con la intención de poder arreglar la destrucción desde el incidente, todos se habían tomado unos días libres para recuperarse. Los dos alfas salieron desde muy temprano para reunirse con el equipo.
El día de la redada estaba cerca.
Harry se encontraba solo. Afuera la casa era custodiada por varios alfas en cubierto, ya que se había negado a salir.
Suspiró sacando los cuadernos llenos de palabras y rayones, los atrajo a su pecho apretándolos fuerte, en ellos iba escrito en fecha, el primer día cuando conoció el dolor, cuando la soledad se hizo su mejor amiga y compañía.
Sacó de lo más profundo esos pensamientos que parecían una mecha esperando llegar a la bomba, poder detonar y destruir todo a su alrededor.
Se transportó al día que lo conoció por primera vez, era de madrugada.
—Es un bebé hermoso, Harry. —habló Zayn con el pequeño envuelto en unas fundas de almohadas.
—Dámelo Zayn. —rogó con miedo de que Esteban entrara y se lo arrebatara.
Fue mágico, era una pequeña cosita tierna, poco le importó el estado en que él mismo se encontraba, su bebé estaba a salvo, eso era todo lo que deseaba.
—Aquí estoy amor. —Le susurró dando un suave roce de sus labios en la pequeña frente de su bebé—. Hola, pequeño Emeth.
—Es un nombre muy lindo Harry, felicidades, espero todo salga bien amigo.
Le miró con una sonrisa en sus labios. —Gracias, Zayn, es en honor al segundo nombre de mi madre, Emilia.
…
El sonido de llaves en la entrada lo trajo de nuevo a la realidad. Se quedó sentado disfrutando de la fresca brisa.
Louis se acercaba con pasos ansiosos deseando verle, cuando lo encontró se acercó a él sentándose a su lado el alfa notó los cuadernos que tenía en mano.
—Hola, cariño. —saluda.
—Hola, Louis, ¿qué haces aquí, no venías más tarde?
—Sí, pero deseaba poder almorzar contigo, Niall llamó a Lottie para ir a comer juntos.
—Está bien, prepararé algo rápido, lo siento el tiempo pasó y no me fijé en la hora. —apenado se dispone a ir a cocinar algo.
—No te preocupes, he traído algo de comer.
—Perfecto.
Se pusieron de pie para ir al comedor, Harry aún tenía los cuadernos en mano, así que los dejó en una silla junto a él, esperando a que Louis abriera las bolsas mientras él iba por unos platos y algo de jugo.
—Cuando regresen los chicos iré a pintar un poco. —comenta el alfa.
—Te encuentras estresado, ¿no es así?
—Un poco, fue una mañana difícil.
—¿Necesitas hablar de ello? —Pregunta con interés.
—Creo que estamos cerca, lo siento en mis huesos, pero el cobarde no da la cara. Se ha logrado muchas cosas, pero no damos con la cabeza central.
—Me imagino que es muy frustrante, pero todo saldrá bien Louis.
—Gracias, Harry, eres muy amable. —Le sonrió de lado.
—Tus cuadros se ven muy bien, esa pareja de alfas del parque te quedo muy linda. —felicita la última pintura de Louis.
—He querido hacer más bocetos de personas, quizá algún día aceptes que te retrate.
La sangre tiñó sus mejillas de un color carmín. —No creo que sea bueno en eso. Yo no, no…
—Oye tranquilo, solo decía, tienes un rostro muy lindo Harry.
Si podía hablar de vistas bellas y hermosas infinidades, ahí estaba el ojiverde con las constelaciones salpicando su rostro, en especial las que estaban por su rostro y cerca de sus labios.
—No creo que sea digno de pintar, es todo.
—¿Qué dices? Claro que lo eres, ¿por cierto que es eso que tienes ahí? —cortó la conversación para no incomodarlo.
—Es una tarea que me dejó Niall, debo escribir mi historia, los iba a tirar esta mañana, pero Niall me pidió que los quemara para que viera que el pasado ya no me puede hacer daño y yo tengo poder sobre él, es un ejercicio metafórico, pero con buen trasfondo.
—Vaya que profundo, si gustas puedo acompañarte. —ofrece gustoso.
—No debes si no quieres, estaré bien.
—Yo te acompaño, iré a lavar los recipientes y tu limpia la mesa, al terminar una llamada que debo hacer te ayudaré a concluir con el ejercicio de Niall.
—Emm está bien. —aceptó algo inseguro.
El alfa pasó un largo rato hablando por teléfono, al concluir la llamada fue en busca de lo que Niall le había indicado tener, antes de hablar por teléfono con Liam le envió un mensaje al omega preguntando si podría acompañar a Harry.
Harry vio a Louis acercarse con un tipo de recipiente de metal y un encendedor.
Tenía el sentimiento en la garganta, atorado como siempre, no logrando hacerlo desaparecer. Era algo que debía hacer algunos días atrás, pero no se atrevía porque no se sentía lo suficientemente fuerte para hacerlo. Era hora, Esteban no debía perturbar más su vida. Le pondría un punto final.
Louis sonríe reconfortante y extiende su brazo para que Harry lo tome, ambos caminan al jardín.
Se encontraban sentados en un pequeño quiosco de madera que el omega tenía adornado con luces de hada. La vista era hermosa, detrás de ellos el sol se ponía, Harry se sentía un poco ansioso. —No soy alguien perfecto en ningún tipo de sentido, solo quiero una razón para seguir, debo seguir por ellos, por mí. —Dijo para sus adentros.
No creyó que fuera tan difícil hacer esto, agradeció al alfa cuando este colocó su vida escrita en el recipiente.
Sería un buen adiós.
Será un buen adiós, lloraría por quienes merecían sus lágrimas, porque le prometió a Hana ser feliz, lo haría por los tres.
Dejaría el dolor detrás de él, ya no lo necesitaba más, ver al horizonte le hizo sentir pequeño. Quizá algún día podría ver a sus ángeles volar.
Tomó el encendedor prendiendo fuego a uno de ellos, vio cómo la llama crecía bailando al son del viento revolotearte, su vista se fijó en la pequeña flama que se alzaba mostrando orgulloso esos tonos azulados para convertirse en rojo intenso. Ese era su pasado siendo consumido.
Era un valiente nombrado como cobarde, se despedía de una libertad encarcelada, porque él era fuego que siempre amo la lluvia, nunca más se apagó.
Se consumía así como todos estos años él lo había consumido, cerró fuertemente los ojos porque aún le era difícil contener el llanto con su corazón roto. Estaba abrazado a sus rodillas que topaban en su pecho fácilmente.
Los veía arder: sus amargos recuerdos, golpes a puño.
Los golpes con el cinturón…
Su cuerpo moreteado por las patadas.
Las quemaduras y cortes, el llanto derramado.
Su desesperación…
Los ruegos que hizo para que se detuviera, las costillas rotas, la sangre que había derramado, todo ardía. Las veces que lo tomó por la fuerza, las palabras que había jurado hacer, permanecer por siempre en su mente.
¡Se estaban quemando! Los días en que casi moría por la falta de comida, los días en que lo obligó a hincarse y rogar por un poco de agua, todo ardía, Harry quiso ahogar un grito desesperado, pero no pudo.
Gritó de rabia y de coraje. —Maldito, te odio tanto, infeliz de mierda. —Ahora no lloró porque creía merecer todo lo malo, no lloró por tristeza ni pena, sus lágrimas eran amargas, porque aun las brazas están encendidas queriendo hacerle daño y ya no podía más, necesitaba a esa maldita tormenta que inundara y apagara aquello que lo quemaba.
El nudo en la garganta era el tormentoso mar a punto de desbordarse por los ojos.
Por mucho tiempo lo callaron, el silencio había sido su grito más fuerte, pero nadie nunca lo escuchó.
Louis dejó que se desahogara, no creyó escuchar tan desgarrador y tan doloroso en toda su vida, ese maldito pagaría cada lágrima que su Harry estaba derramando, pasó una mano sobre su hombro para consolarlo.
Al sentir la mano de Louis con ese leve roce recordó que ya no estaba solo, ahora tenía junto a él a alguien dispuesto a cubrirlo de sus llamas.
Sus lágrimas pesaban llorando en silencio, vio cómo el fuego se desvanecía llevándose todo, la diferencia ahora es que él era quien tenía el poder. Se quedó sentado observando hasta que todo se acabó
Ahí estaban los desechos de lo que una vez llamó vida, de lo que nunca pensó poder salir, ahora solo quedaban los restos de su despedida.
Los restos de todo el sufrimiento mientras ardió en fuego.
CENIZAS que ahora no eran nada.
Louis daba pequeñas caricias en su brazo confortándole en silencio.
—Lo hiciese muy bien, cariño. —consuela hasta sentirse satisfecho, hasta notar que en Harry algo cambió, parecía sentirse más aliviado.
—Gracias por acompañarme, Louis.
—No es nada, cariño. Aguantaste por mucho tiempo este dolor en tu corazón, era como una pesada corona que te arrastró hacia abajo. Ahora es tiempo de volver a emerger.
Harry fija su mirada en sus ojos azules. —Se siente bien tenerte a mi lado.
—Ya no estás solo en este gran espacio vacío, el tiempo apremia y siempre cura, cariño. Nada es fácil, pero nada es imposible.
Se levantaron después de un tiempo, Lottie y Niall habían llegado, pero decidieron darles su espacio.
Harry suspiró viendo el cuenco con los restos de su pasado, dispuesto a tirarlo.
—Espera Harry, permíteme tenerlas, regálame tus cenizas. —El alfa pide.
—¿Para qué quieres esto? —desconcertado, pregunta.
—Eso eres tú, simplemente déjame demostrar que de lo malo también puede resurgir lo bello.
El alfa las tomó en sus manos, veía belleza en las cenizas de aquel corazón que ardió por amor hasta pulverizarse.
Colocó el cuenco en una esquina, estaban frente a frente. —¿Cómo te encuentras cariño?
—Bien, todo se siente menos pesado, en realidad Niall sabe lo que hace.
—Estoy tan orgulloso de ti, mira todo lo que estás logrando.
—No hubiese logrado solo Louis.
Acortaba distancia entre los dos, Harry no se sintió ansioso ni con temor, estaba tranquilo con la cercanía del alfa.
El alfa abre los brazos. —¿Me permites?
Harry caminó hasta quedar frente a Louis, de nuevo posó su mejilla en el pecho del alfa, Louis envolvió sus brazos alrededor de su espalda. —Eso es, amor. Ya pasó todo.
Harry aspira empapándose del aroma de Louis, ya no había deseos de llorar.
Al separarse, Louis buscó la mirada en los orbes verdes y después de mucho Harry le vio sin bajar la mirada, el alfa sonríe —En verdad tienes unos hermosos ojos. —quedó encantado al ver cómo sus mejillas se tornaban de un color rojo muy bonito.
Harry quedó hipnotizado en la profundidad de los ojos de Louis, el alfa se acercó tiernamente rozando sus narices, como acto reflejo el ojiverde cerró sus ojos dejando fluir sus sentimientos dentro de él, ahora tenía tantas ganas de llorar, la diferencia era que estás lágrimas eran de dicha y felicidad.
Batió sus pestañas para despejar su vista, Louis se inclinó hacia él depositando un tierno beso en su nariz y Harry rio. —¿Te encuentras bien?
—Sí, gracias, Lou.
¡Harry rio, por la luna, él provocó esa risa! El alfa no podía estar más orgulloso de sí mismo.
—Eres tan malditamente hermoso Harry.
—Esa boca, Louis, cuida tus palabras que luego besas a mi bebé con esos labios. —Niall grita detrás de unos frutales.
—Niall… —Lottie reprende saliendo de su escondite. El omega al darse cuenta de lo que había dicho corrió tomando la mano de Lottie arrastrándola hacia adentro de la casa.
Harry respiró profundo, embriagándose en el olor del alfa, en serio quería llorar, se sentía tan pleno en sus brazos. —Tú eres muy lindo y bueno.
—Lo sé. —responde con tono orgulloso y burlesco.
Louis lo abrazó colocando su mandíbula sobre la cabeza de Harry, era un lindo y tierno momento.
—Tengo algo para ti. —Louis habla luego de unos momentos.
—¿Para mí? No debiste Louis, yo-yo.
—Tranquilo ¿sí? Es un pequeño obsequio, no es la gran cosa. —El alfa buscó en sus bolsillos sacando una pequeña caja de terciopelo.
Harry la tomó en sus manos con mucho cuidado, quitó el seguro y la abrió, llevó su vista hacia el alfa, sus ojos nuevamente se llenaron de lágrimas.
Sacó una gargantilla con dijes de tres estrellas formando un triángulo.
—Me encantan las estrellas y desde que te vi encontré una parte de mi constelación favorita en tu rostro. Las pecas en tu mejilla forman la región del triángulo de estrellas de verano.
El alfa acarició justamente el lugar en donde se encontraban, parecía que tenía vidas enteras posando su mano en el mismo lugar, ya que sin ver sabía exactamente dónde se encontraban, Harry inclinó su rostro ante el tacto del alfa en su piel.
—Son muy hermosas, Louis, nadie nunca me dijo algo tan lindo como esto. —responde limpiando esas gotas de alegría que caían de sus ojos.
—No es nada, cariño. —Pasa su mano por su mandíbula—. No puedo creer que esto esté pasando, no tienes idea cuanto me he contenido para no abrumarte ni asustarte, mi alfa te reclamó desde el primer segundo que te vi. Yo…
Harry sonríe, toma la mano de su alfa y le da un apretón para tranquilizarlo, sentía la confusión Louis y el temor de hacerlo sentir incómodo. —¿Qué sucede?
—Lo siento, yo quiero decir cuando vi esto. —dijo tomando el collar en sus manos haciendo un gesto para colocarlo en su cuello—. Tu rostro se atravesó en mi mente, hay tres estrellas Harry, siempre llevarás a los que más quieres junto a ti, tres estrellas que podrían representar tu pasado, presente y futuro, también es una representación de ti y aquellos quienes amas, pero te cuidan desde el cielo
Harry estaba de espaldas, frente a Louis permitiendo que el alfa terminara de colocar la gargantilla en su cuello. —No tuve la oportunidad de conocerte en el pasado, pero si tú me permites quisiera estar en tu presente y futuro. —Harry giró quedando frente a Louis de nuevo, sintiendo y acariciando las estrellas entre sus dedos.
—Y-yo… —balbucea intentando formular alguna palabra coherente.
—No te sientas presionado cariño, es que no puedo seguir ocultando lo que siento, mi alfa y yo nos volvimos locos desde el primer día que te vimos, no quiero exigirte nada o forzarte a algo, pero mi instinto te reclama cada vez que te veo y eso puede sonar mal, pero no puedo evitar querer tenerte entre mis brazos cada que estás junto o lejos de mí. Si tú no te sientes bien con todo, daré un paso atrás, solo quiero verte bien.
—No me siento presionado Lou, para nada, es solo que no me esperaba de esto.
—Ni te atrevas a pensar que jamás me fijaría en ti, no sé cómo explicártelo, pero te siento, ¿me entiendes? Llámame un idiota cursi, pero te siento en las ausencias, te siento en tus escombros, en la promesa del mañana, te siento en cada parte de mi ser. —El alfa toma su rostro en sus manos.
—Eso es muy tierno Louis, yo estaría encantado, pero no estoy seguro si tú… —inseguro desvía la mirada.
—¡Por la luna! ¿Hablas en serio? —Louis pregunta cargado de felicidad—. ¿Lo quieres?
—Sí, completamente, espero que tu igual, hay muchas cosas que aún yo no he podido superar y no quiero atormentarte la vida, no puedo mentirte, yo siento que ambos nos pertenecemos, es como si hubiera encontrado mi lugar.
—Lo haremos juntos, Harry. —cierra distancia, perdiéndose en un abrazo de esos que se te ofrecen sin límite de tiempo, de los que te hacen sentir paz y seguridad. Donde la vida misma se reinicia.
—Gracias, Louis.
La noche aterciopelada cayó pintando una vida sempiterna, las estrellas se encadenaban escribiendo lo que parecían pequeños destellos de felicidad.
Niall lloraba cuál magdalena en los brazos de sus alfa, Lottie les sonrió a la distancia, sabían que ellos se pertenecían el uno al otro, su corazón latía de orgullo y felicidad al ver a su hermano siendo todo lo que ella había soñado.
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Así es el collar que Louis le obsequió, no sé si las imágenes que están en las portadas se vean, así que las pondré al final de cada capítulo.
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¡Hola!
Aquí de nuevo, solo quiero decir que intenté llevar con mucho tacto la situación de Harry, en lo personal me agrada el respeto que Louis ha tenido con él, me gustó la idea de que Harry sacara todo lo que llevaba dentro, realmente lo necesitaba.
Necesitaba este capítulo para lo que se viene.
Gracias por leer.
Oigan si se ven las imágenes en la portada? He estado poniendo e intentando hacer, pero no sé si se ven jaja
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