A veces me detengo a contar las hojas de los árboles, mientras estoy sola y las ideas recurren a mi mente de manera detallada, en las pocas horas que quedan de sol durante la tarde.
Pienso que éstas son como recuerdos, algunos florecientes y muy bellos. Otros son secos y derrumbados, que se encuentran en el olvido de un oscuro y frío ático en una lejana casa en la montaña.
Sentir la aspereza de las hojas secas sobre mis pies descalzos es una sensación de nostalgia y dolor agudo que invade rápidamente todo mi cuerpo y mis ideas.
No hay vuelta átras, son sólo eso...
Recuerdos de una primavera más.
Donde la flores son bellas y esas viejas hojas ahora están muertas.