ꕤ「capítulo 5」
―Cambiando de tema, Jungkook si que tiene una casa linda.―Hyuna halaga cruzando sus piernas.
―Ni que lo digas. Lo que más me gusta es esta terraza.―Palmeó el mueble en el que están sentados.
Una jarra de café helado, el atardecer detrás suyo y el suave viento moviendo sus cabellos. Habían pasado al menos una hora charlando de todo y nada en aquella terraza.
Perfecto, describiría Taehyung.
―¿Debo suponer que es por el silencio?―Arquea una ceja y toma un sorbo de su vaso con hielos y café.
El rubio asiente.―Me conoces bien.―Se toma un momento y vuelve a hablar.―Pero no me malentiendas, adoro tener una casa cálida donde hay ruido y que no llega a ser molesto... Adoro eso, solo que entre esas risas y las conversaciones no participo yo. Solo los escucho y a veces es aburrido, ¿Sabes?
Hyuna lo mira un momento y se acomoda mejor en su asiento, dejando su vaso en la mesilla frente suyo. Tae la mira también.
―Cachetón... Ya ha pasado una semana desde que vives aquí, ¡No es posible que sigas estando de lado como si fueras un adorno!―Exclamó pero Taehyung se alarmó.
―No lo digas tan fuerte, ¡Nos pueden oír!―Jaló un mechón del largo cabello negro de Hyuna y esta se quejó para hacer lo mismo con su mechón rubio.―¡No seas tosca!
―¿Yo o tú?
―Como si tus extensiones dolieran, mujer.―Tae a veces tenía un humor ácido, y Hyuna amaba ese lado porque ella era igual.
―¡Jajaja!―Se movió de forma graciosa mientras reía, luego se calmó y lo miró.―Cachetón, estás haciendo que olvide lo que iba a decir.―Regañó tocando la nariz de botón de Taehyung y él entre risitas quitó su dedo.
―No es necesario que sigas hablando de ello, además no es como si no hablara con nadie... me llevo bien con los gemelos.―Sus dedos jugaron con su propio cabello corto.― Se pegan a mí cuando no está Jungkook cerca, y me hablan de todo lo que pueden hasta cansarse.
La mujer asintió y acomodó su cabello para un lado de forma coqueta. Claro, le salía natural.―Y dime, ¿Acaso los gemelos son hijos únicos de Jungkook? ¿Y como así que se te pegan cuando no está Jungkook cerca?
Tae arrugó su naricita y le sacó una sonrisita a Hyuna. El rubio era realmente muy tierno y guapo, hasta un tanto femenino para ser hombre, pero ese era su encanto, sin prejuicios. Todos los que conocían a Taehyung lo sabían: Era un hombre encantador.
―Bueno, con respecto a los gemelos... Es extraño. Los niños no están conmigo o me hablan tanto cuando está Jungkook al rededor, pero cuando él sale a hacer las compras o se queda dormido en la habitación, los niños vienen a mí y se me pegan... No los he visto así ni con sus hermanos.
Hyuna asintió.―Son aún unos niños pequeños así que quizás sea su forma de adaptarse... Aunque claro...―Hizo una mueca.
Hyuna la miró un momento y negó con la cabeza.―Ya, dilo, Hyu. Sé que quieres decir algo.
―Hm... Tengo una teoría.―Lo miró mientras cruzaba otra vez sus piernas.―Quizás ellos son más abiertos contigo -aunque de forma extraña-, porque no han conocido a su madre, entonces no tienen esa molestia contigo como sus hijos mayores.
―No creo que sea molestia. Son adolescentes, así son...
La de piel acanelada parpadeó un momento sin entender.―¿Entonces que crees que es? Cariño no, estoy segura.―Volvió a tener su vaso entre sus manos y lo agitó suavemente en dirección al rubio, señalando que quería más café helado. Taehyung obedeció.
―Quizás haya algo de razón en lo que dices.―Volvió a dejar la jarra en su lugar, Hyuna tomando el líquido.―Con Somi y JuWon es difícil saber si les agrado o no.
―¿Porqué? ¿Son irrespetuosos contigo? ¿Es eso?
―Bueno...
Parecía un interrogatorio.
―No solemos hablar mucho.―Trazó con la yema de sus dedos el contorno de la tasa entre sus manos.―Somi me saluda cuando llega del colegio o por las mañanas, pero no se ve muy abierta al diálogo. Además siempre está discutiendo con Jungkook por su actitud caprichosa. Y digamos que Kookie no lo maneja de la mejor manera. A veces me dan ganas de intervenir pero sé que no debo.
―¿Y JuWon?
―Ah, con él es más difícil.―Se recostó en el respaldo del sillón y miró un momento el cielo.―Sé que no le agrado. No me saluda, no habla si no es completamente necesario, es reservado con todo, al parecer, y hay veces en las que creo que me reta pero sin realmente hacerlo... Me confunde, es un chico difícil. Rebelde y frío, me odia.
―Odio es una palabra muy fuerte. No te odian, nadie puede odiarte porque eres muy lindo.―Palmeó la cabeza de Taehyung y este la miró.―Además, ¿Como así que te reta?
―Sí, él... No, olvídalo, quizás es mi imaginación.―Negó dándole un trago a su café helado.
Hyuna lo pensó un momento y habló con calma.―Entiendo. Mira, mi consejo como tu mejor amiga es que deberías hablarlo con Jungkook, o bien ser directo y hablar con los chicos. Preguntarles porqué esa actitud y como pueden solucionarlo. Eres el esposo de su padre y su mayor, ¡Debe haber respeto!
―Pero noona, yo solo quiero darles su tiempo, sé que perder a un ser querido es duro y puede llegarte a marcar por un tiempo. Puedo quejarme y todo, pero en parte los entiendo...
La mujer suavizó su mirada y suspiró.―JiEun murió hace seis años, Taehyung. Seis.―La peli-negra posó su mano sobre una de las pequeñas de Taehyung.―¿Conservar las ropas de una persona fallecida? ¿Conservar sus fotos, sus pertenencias y en secreto...?―Tae bajó la cabeza porque en el fondo sabía que su mejor amiga, su otra mitad, tenía toda la razón.―¡Es delirante! Parece que no quisieran seguir adelante, solo estancarse en un lugar, eso no es sano... Y estoy segura que es culpa de Jungkook. Él debería dar el ejemplo a sus hijos y avanzar.
―Pero se casó conmigo...
Hyun aplastó sus labios pintados de rojo.―Lo sé.―Frotó sus propios cachetes y suspiró.―Lo sé. No tendría sentido que se haya casado contigo si aún no ha superado a su ex-esposa... Quizás es una herida que aún no sana por completo.
―Puedo ayudarlos, entonces.―Dijo seguro.
―¿Cómo dices?―La mujer lo miró con el ceño fruncido.
―Que yo puedo ayudarlos, he pasado por esto antes.
―No, Taehyung, eso es terreno peligroso. Además, ¿Cómo planeas hacerlo?―El menor se quedó callado, apretando los labios y con la mirada en sus propio regazo.―Ah, cachetón. ¿Porqué eres tan buena persona? ¿Acaso no sabes que eso te trae problemas?
El rubio tuvo una mirada triste que alarmó por dentro a la mujer.
―Perdí a mi padre cuando tenía quince, y a mi madre a los dieciséis. Fue muy díficil seguir adelante a pesar de mi edad.―La miró con sus ojitos tristes, suavizando el corazón de la mujer.― JuWon y Somi perdieron a su madre siendo aún más jóvenes y en peores circunstancias. Estoy seguro que los ha marcado, y... Para Jungkook es igual. Vivió con ella diez años, eso no se olvida fácilmente...―Cerró los ojos un momento analizando sus palabras.―...Yo solo quiero que sepan que si yo lo superé ellos también pueden. Con el cariño suficiente estoy seguro que podrán.
Hyuna asintió sin mirar a su amigo, con el corazón blando. Porque, aunque Taehyung no lo admita nunca, no lo ha superado como dice haberlo hecho. Ella lo sabe muy bien y no le gusta ver así a su casi hermano.
Taehyung siempre está tratando de buscar cariño en los demás, y hasta antes de conocer a Jungkook, deseaba tener una gran y numerosa familia para llenar el vacío que se formó cuando su familia biológica murió, dejándolo solo... Claro, hasta que fue adoptado y vivió los peores años con sus madres adoptivas.
Hyuna lo sabe, lo conoce desde hace años, lo lee como la palma de su mano. Con certeza ella puede decir que Taehyung busca el cariño y aceptación de los demás aunque él salga herido, sólo para no sentirse solo porque es lo que más odia...
Porque él realmente no se quiere y busca llenar ese cariño, que él mismo debería darse, en los demás.
―Bien. No te vas a rendir, ¿Verdad?―Pellizco uno de los cachetes del menor y le sonrió con comprensión.―Lo voy a respetar y dejaré el tema a un lado por ahora, pero me vas a tener que prometer que hablarás con Jungkook sobre todo esto. ¿Escuchaste? Dime que hablarás con él, Taehyung.
Y el rubio sabía que cuando Hyuna usaba su nombre, era porque iba enserio.
Suspiró, ambos se miraron. Tae asintió, ella tenía razón.―Bien. Hablaré con él.
―Es lo mejor, lo sabes.
―Sí. Lo sé.
Luego de eso, la noche cayó y Hyuna debía volver a casa. Así pronto estaban todos en la puerta de la gran casa Jeon, despidiéndose.
Se acercó a darle un abrazo y aprovechó para susurrarle:―Te veo mañana en la empresa, y no estés triste, sabes que puedes contar conmigo, cachetón.―Palmeó su cabeza y le sonrió alejándose.―Te quiero.
Taehyung miró a los ojos contrarios con una sonrisa y luego jalando un mechón suyo sacándole una queja.
―¡Me pongo cursi por ti y me maltratas!
―Yo también te quiero, Hyu. Y gracias por la charla.
―Adiós, Hyuna. Ve con cuidado.―Se despidió Jungkook al lado de Taehyung, los niños viendo todo desde el umbral de la sala a tan solo unos pasos.
La mirada filosa de la mujer escaneó la casa una vez más para escanear a la familia Jeon sutilmente, lo cual Jungkook notó, y pensó: Es como si buscara algo ¿Pero qué podría ser?
―Sí, adiós.
Finalmente se fue de ahí con un mal sabor en la boca.
Quizás, solo tal vez, Taehyung era lo que esa familia necesitaba para seguir adelante. Pero el problema no era ese.
El problema era si sabrán valorarlo, y si Taehyung sabrá cuando rendirse y salir de ahí.
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