―¡Bebé ten cuidado!

―Calma Hyu, los niños están bien.

―Está bien cachetón, te haré caso. Solo... no quiero que le pase nada a mi bebé.―Baja la voz.

Hyuna le da un sorbo a su café azucarado mientras ve a los gemelos y a su hijo jugar en la sala con unos legos.

Taehyung asiente sentado a su lado en el comedor, también toma un poco del café entre sus manos; su café no lleva azúcar.

―Por cierto, ¿Dónde están los niños y Jungkook?

Tae deja la taza ya vacía sobre la mesa.―Fueron a comprar ropa para el show de talentos de JuWon.

Hyuna alza las cejas.―¡Oh! Lo había olvidado, ¿Es mañana, no?―Tae asiente viendose cabizbajo. Hyuna suaviza su voz.―¿Te sientes bien con todo esto?

Taehyung asiente.―Claro, solo estoy un poco nostálgico.―Siente como la mujer posa una mano sobre la suya y alza la mirada encontrándose con una comprensiva sonrisa.

―¿Mañana, verdad? ¿Es definitivo o...?

―Sí... es definitivo. Ya lo saben tú y NamJoon, no hay vuelta atrás en mi decisión. Es lo que quiero...―Pasa saliva.―Sin resentimientos, es lo que Hwasa me recomendó.

Taehyung está viendo a Hwasa desde hace ya varias semanas, específicamente desde que volvió de su viaje de Japón. Las sesiones le han ayudado mucho a cumplir con determinación y cariño su decisión. Y también su promesa consigo mismo.

Ser fuerte. Ser feliz. Ser él mismo.

―Hwasa tiene razón, ¿Pero no estás nervioso, cachetón? Es un gran paso.

―Estaba algo preocupado, pero ya no lo estoy. Hablé con ellos y lo entendieron así que eso me quita un peso de encima. Después de todo, debo ser honesto.―Sonríe tristemente.

Hyuna pasa una mano por sus cabellos negros y le sonríe con cariño.―Haremos que todo esté bien. Tu estará bien, ambos.

La mano de Hyuna desciende hasta el vientre del hombre donde toca con suavidad. Una pequeña barriguita cubierta por el gran suéter que lleva para esconderla; ahí ella da una suave palmadita sacándole una risa a su mejor amigo

―¿Ya viste al médico?

Taehyung asiente.―Dijo que todo estaba bien.―Sus ojos lagrimean y baja la mirada hacia su vientre, donde coloca su mano sobra la contraria.―Por ahora estamos bien.

Hyuna no puede evitar soltar un suave suspiro viendo la escena de Taehyung tocando su vientre frente suyo.

―Aún no puedo creer que estés embarazado... otra vez.

―Ni yo.―Usa la manga de su suéter para limpiar una lágrima que cae por su mejilla.―No otra vez, desde que p-perdí a mi bebé...―Mira a Hyuna, sus ojos inundados en lágrimas calientes.―Pero ahora son circunstancias diferentes.

―¿Diferentes?―Acaricia un mechón de su cabello negro.

―Sí... esa vez fue desastroso, yo estaba confundido y aunque deseaba tener a ese bebé, lo hacía para no s-sentirme solo... P-pero ahora tengo muy en claro mi mente y lo que quiero, este bebé será mi soporte no mi despecho por soledad.―Una sonrisa se asoma mientras las lágrimas caen de sus ojos, una por una.

Y Hyuna en ese momento se siente tan orgullosa, tan feliz, y tan nostálgica al mismo tiempo.

Ver a Taehyung de esa manera, sonriendo feliz entre lágrimas mientras expresa honestamente que ahora el peso en su corazón se va alejando poco a poco. Que la niebla que cubría sus ojos se dispersa y las gotas de sus ojos son la liberación de su dolor.

Sabe que él es fuerte y esté solo o acompañado, será fuerte.

Pasa sus manos por sus hombros y lo abraza con cuidado. Besa su mejilla y lo consuela con cariño.

―Está bien, cachetón. Mañana todo estará bien, Tae.―Se asegura, porque así lo cree.

Sabe que su nuevo comienzo está a la vuelta de la esquina.

Limpian sus lágrimas, calman sus respiraciones y se sonríen por última vez. Se queda Hyuna en casa de los Jeon una hora más donde se sirven más café y charlan de temas diferentes. Luego de esa hora finalmente se va de la mano con su hijo.

Claro, no sin antes despedirse.

―Te quiero mucho, te adoro cachetón. Te veré pronto, prometo visitarte.―Por última vez besa su mejilla y se sale por la puerta principal.

―Adiós...

Taehyung la ve irse con el corazón en la mano.

¿Nervioso? Por supuesto, pero decidió mentirle a Hyuna. Una pequeña mentira blanca.

Va a lavarse la cara y con sorpresa cuando vuelve a la sala para prerararrle algo de comer a los gemelos se encuentra con su esposo y sus hijastros mayores de dejando bolsas con ropa en los muebles de la sala.

Taehyung alza las cejas.―Oh, ya volvieron.―Carraspea cuando siente su voz débil. Acomoda su suéter para disimular su barriguita.―Veo que compraron mucho.

Jungkook sonríe en grande hacia él y Tae trata de devolverle el gesto, pero falla porque ya no finge una sonrisa, no más.

El mayor lo rodea y besa un beso en su cabello negro.―¿Estás bien? Te veo desanimado.

Taehyung niega.―No estoy bien, estoy cansado. Creo que debo ir a dormir para mañana estar mejor y centrarnos en JuWon.―Besa sus labios por unos segundos, un roce suave.

Se separan y el cariño se trasmite en su mirada.

―Tae, ¿Crees que mañana puedas ayudarme para elegir el atuendo?―JuWon se acerca a los mayores con nervios.

El peli-negro asiente ante la pregunta del menor.―Por supuesto.―Vuelve hacia Jungkook.―Ya iré a descansar. ¡Hasta mañana, niños!

Se despide de los gemelos que espiaban en las bolsas junto a Somi. Ellos también se despiden agitando sus manos.

Taehyung se da la vuelta para subir las escaleras pero Jungkook toma su muñeca.―¿Hm? ¿Que pasa?

―Voy contigo, también estoy cansado, pasamos varias horas caminando e tre las tiendas.

―Pero, ¿Y la cena?

Mira a su hijo mayor.―¿Podrías encargarte, Wonnie? Estamos muy cansados.

JuWon obediente accede a la petición de su papá. Jungkook y Taehyung entonces suben las escaleras dejando a cargo al adolescente. Llegan a su habitación, Tae va al baño para canbiarse mientras Jungkook lo hace en la habitación y finalmente se recuestan bajo las sábanas.

Taehyung se toma su tiempo para recorrer con sus ojos el perfil de su esposo. Se recuesta en su pecho y suspira.

―¿Qué pasa, amor?

―Solo... te veo.

―Me ves todos los días.

―Quizás luego ya no.―Dice por lo bajo. Y Jungkook no lo llega a escuchar.

Se separa un poco de la calidez de su cuerpo y con su dedo índice toca suavemente su frente, bajando por sus mejillas y terminando en su mandíbula.

Se graba cada lunar, cada imperfección en su piel, su mirada oscura, el tamaño de su nariz y de su mentón. Cada pequela parte suya.

Jungkook sonríe suavemente cuando siente la mirada de su esposo sobre él. Sus mejillas se sonrojan y le regala una mirada enamorada.

Si tan solo supieras...

Taehyung se queda sin palabras, con un nudo en la garganta y el amor atascado en su pecho.

Una pequeña carcajada relajada, seguida y sin interrupciones llena los oídos del peli-negro.

Tae graba ese hermoso sonido en su cabeza y la sonrisa en sus labios también.

No despega su mirada, no puede porque siente que se perderá algo y luego de arrepentirá.

Cada gesto suyo lo quiere presenciar.

―¿Porqué me ves tanto, amor?

Si tú tan solo fueras consciente...

―¿Tú eres feliz?

Eso toma por sorpresa a Jungkook.―Bueno, claro que lo soy, contigo y los niños.

―Y...―Pasa saliva.―¿Y si yo no estuviera?

―Hm...―Jungkook se toma su tiempo para pensarlo.

¿Estar sin Taehyung? Esa idea definitivamente es poco atractiva para él, y sabe que eso no pasará porque ahora están bien y son una familia.

―¿Serías feliz, verdad? Dime que serías feliz sin mí.

―Yo...―Sus miradas conectadas. Puede ver como algo se esconde entre sus pupilas temblorosas.―¿Quieres que te diga eso? ¿Quieres que diga que estaré bien sin ti?―Tae asiente lentamente. Jungkook pasa una mano por su cabello y resopla.―Bueno... Realmente no sé que decirte. Sabes que estoy muy feliz contigo, amor. Si tú no estás, sería difícil pero si tú a lo quieres, trataría de ser feliz.

Taehyung asiente y aplana sus labios. Jungkook alza una ceja.

―Y dime, ¿Porqué esa pregunta tan repentina?

―No es nada, solo se me ocurrió.―Es lo último que dice respecto al tema. Besa sus labios fugazmente.―Vamos a dormir, apaga la luz.

Jungkook estira su mano para apagar la lámpara en su mesita de noche al lado de la cama.

―Te amo, buenas noches.

―Buenas noches, Jungkook.

Y cuando esa luz se apaga y todo queda a oscuras, Taehyung afirma una vez más en su cabeza que mañana sería un día difícil.

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