CAPÍTULO 6
Louis despertó nuevamente con esa extraña sensación. Se quedó sentado meditando un poco de lo sucedido la noche anterior, creía que se volvería loco. Suspirando salió de la cómoda cama y se dirigió al baño para tomar una ducha, cuando terminó se vistió y salió en busca de Niall.
El omega se encontraba despidiéndose de su alfa en la sala, ya que Gemma pronto saldría para dirigirse al trabajo.
—Buenos días, Gemma, buenos días Niall. —saludó amable.
—¡Hola, buenos días, Louis! —Exclamó la pareja alegremente.
Louis suspira —Niall me preguntaba si…
Antes que terminara el omega le interrumpió riendo con cariño. —Louis, no tienes que pedir permiso para nada, ya sabes cielo, esta es tu casa.
—Gracias, Niall... —camina, pero se detiene—. ¿Yo…?
—Y antes de que preguntes, si puedes tomar de mi té. —Le guiñó un ojo y Louis se sorprendió, parecía que Niall fuera brujo.
Se despidió de Gemma para ir a la cocina y darles privacidad.
La alfa abrazó a su omega —Diablos amor en realidad eres psíquico.
—No alfa, recuerda que soy psicólogo, no psíquico, yo no uso una bola de cristal o algo parecido. —El omega empezó a balbucear muchos términos para explicarle a su alfa la deferencia entre ambos, Gemma se acercó estampado sus labios sobre los de Niall, sonrió tanto solo por el simple hecho de que adoraba a ese omega.
—Vaya que esta sí es una manera de hacerme callar. —Habló con los labios pegados a los de su alfa.
—Te veo en unas horas, recuerda que en la tarde hablamos.
—Adiós, cielo, ¡TE AMO! —Gritó el omega.
—¡TE ADORO CARIÑO! —Gemma respondió gritando igual.
Dentro de la cocina, Louis intentaba alcanzar la caja de té que se encontraba en la alacena de arriba, pero estaba muy alta, se paró de puntas, al no alcanzarla maldijo dentro de sí.
—Un poco más... —Louis estiró el brazo lo más que pudo, aun así, no logró alcanzarlo.
Harry se apareció, le observaba desde la puerta, aún estaba en pijama, ya que su trabajo empezaba tiempo después, le habían concedido unas horas para instalarse y leer toda la información que se tenía con respecto al caso.
Con temor a poder asustarlo carraspeó un poco, Louis dio un brinco por el susto y al ver a Harry se ruborizó.
—Hola, Louis, buenos días. —Dijo el alfa con una enorme sonrisa.
—Buenos días. —Responde, logrando que las palabras no se enredaran en su boca, dando gracias de no parecer torpe.
—¿Necesitas ayuda? —Harry apunta al té.
—Sí, necesito eso, por favor. —Señaló la caja de té un poco nervioso, había algo en el que temía a todo, pero con el alfa era diferente.
Harry se acercó al estante, se puso de puntas y alcanzó la caja dejándola en la encimera.
—Gracias.
—Es un placer, ¿les gustarían unos omelette para desayunar? —preguntó buscando lo necesario.
—¿Tú cocinas? —Inquiere y ve al alfa asentir, Louis se asombra, Harry le causa cierta intriga.
—Está bien, gracias.
—Perfecto, ¿te molestaría ayudarme? Bueno, solamente si lo dejas, no te sientas comprometido. —Harry posa sus ojos sobre él y Louis desvía la vista, no le molesta, pero se siente avergonzado.
—No me molesta. —Da la vuelta sintiendo su rostro enrojecer.
Como si tuvieran tiempo practicando, Louis sacó los utensilios y Harry los ingredientes del refri, sin preguntar, Louis picó algunas de las verduras que el alfa tenía, preparó la sartén para después ir vertiendo los huevos ya batidos.
Louis sin saber que al alfa le encantan los pimientos los agrega y Harry pone mucho queso justo como al ojiazul siempre ha deseado comer.
Harry terminaba de preparar la mesa mientras Louis servía.
Niall estaba entrado a la cocina para preguntar que podían hacer y la verdad no se sorprendió cuando vio todo listo y servido, sonríe.
Desayunaron juntos, el alfa estaba orgulloso de poder apreciar como Louis se había acabado toda la comida gracias a él, su estrategia fue simple; le preguntaba si estaba pasado de sal y Louis degustaba un bocado y negaba, luego que si el pimiento estaba algo crudo o que si el jamón estaba en su punto, hasta que vio su plato vacío.
Niall le agradeció a Harry dando un leve apretón sobre su hombro.
El omega dijo que él limpiaría por no haber ayudado en la preparación.
Unas horas más tarde, Harry salió de la casa para ir con Gemma. Antes de marchar pasó a despedirse de Louis y Niall. El omega tomaba una ducha.
Harry salía con su uniforme ajustando sujetadores y el cinturón. Louis no pudo evitar apreciar lo espectacular que se veía, el alfa sonríe de nuevo, de inmediato el ojiazul bajó la mirada prestándole atención a la planta en sus manos. —Iré a las oficinas ¿Serías tan amable de informarle a Niall?
—Claro. —Louis responde aún con la vista baja.
—¿Louis? —Llama el alfa y conectan miradas.
—Gracias por tu ayuda en el desayuno, espero se nos haga costumbre.
—Bien, eso sería lindo. —De nuevo baja la mirada, ya que siente su rostro enrojecer
—Genial, te veo después, si necesitas... Digo, si necesitan algo, llamen por favor. —Harry sale y Louis agradece porque piensa que su rostro no puede estar más rojo.
Hasta ahora los días marchaban tranquilos para Louis, sus sesiones podrían llamarse liberadoras, el omega mayor le ayudaba a canalizar sus miedos y tener la fuerza para sobrellevarlos.
En un par de ocasiones tuvo algunos ataques de ansiedad que se le salían de las manos, pero ahora era más sencillo controlarlos, porque nada le haría daño, ahora estaba a salvo, además el aroma de cierto alfa por toda la casa le otorgaba una sensación de tranquilidad.
Louis también cumplió lo acordado con Harry, en varias ocasiones cocinaron juntos, aunque en silencio y sin hablar mucho, se sentía muy bien tener al alfa cerca.
Niall se encontraba limpiando la cocina y Louis salía de su sesión cuando lo divisó, se acercó a él algo inquieto, el terapeuta y él trabajaban en expresar sus emociones para que no se siguieran acumulando en sus pensamientos y sentimientos.
—Niall necesito decirte algo.
—¿Estás bien? ¿Te pasó algo Louis? —preguntó rápidamente
Preocupado.
—No, no ha pasado nada, solo es que no puedo seguir así, me siento como un aprovechado.
—¿Así cómo jovencito? —Inquirió el rubio colocando el trapo que tenía en manos sobre su hombro.
—Así, sin hacer nada, me siento inútil, no me dejas ayudar y no quiero parecer un aprovechado.
—No te preocupes, cariño, pero ¿podrías guardar este vaso en el estante? —Louis tomó el vaso y lo guardó.
—¡Listo!, ves, ya me ayudaste. —Louis tuvo otro intento de sonrisa.
—Niall estoy hablando en serio.
—Bien Lou, si tú deseas organizaremos las tareas, pero igual no te preocupes que algún día me las voy a cobrar y te vas a arrepentir de tus palabras.
—¿A qué te refieres?
—A que cuando tenga a mis cachorros, tú serás un tío excelente y me ayudarás a cuidar a esos demonios.
Louis se paralizó sintiendo un pequeño mareo, las palabras del omega le atacaron duro por más simples que fueran, lo incluyó en su familia como si nada, pero la mención de los cachorros le dio duro a su corazón, su respiración empezó a ser agitada, lo que hizo que callera sentado en el piso. Niall se acercó de inmediato pensando que había dicho algo malo, le sirvió un vaso con agua y se lo dio.
—Louis, si no quieres que te llamen tío no te preocupes, yo lo dije porque ya te considero parte de nuestra pequeña familia, lamento si dije algo que te ofendiera o te incomodara. —Preocupado, habló con culpa después de verlo calmarse un poco.
—Eres muy dulce Niall, estaría encantado. —Respondió para que el omega no se hiciera ideas erróneas en su cabeza.
—¿Qué sucede entonces, por qué estás así?
—Yo, yo es que… —Apretó los labios viendo a otro lado.
—¿Necesitas hablar Louis? Si quieres hablar no te preocupes que aquí estoy
Louis tomó la decisión de contarle a Niall su verdad, el omega había sido tan bueno con él, le ha tenido tanta paciencia; le había escuchado cuando él quería hablar y calló cuando Louis necesitaba silencio y ahora le decía que lo consideraba como su familia, no solo le demostraba su cariño e interés con palabras, lo hacía con sus acciones.
Se creía fuerte para poder hablarlo y quizá quitar ese peso de encima, ese dolor que nublaba su corazón, era lo que necesitaba para seguir, al menos eso decían en la terapia.
Con Zayn nunca podía hablar más que a través de las miradas y lágrimas que compartían cuando el omega lo encontraba golpeado o al borde del desmayo.
Tenía tanta suerte de estar con ellos.
Uno de los ejercicios de terapia que Niall le sugirió, era escribir todo lo que tenía en sus pensamientos. Llevaba años callando sus tormentos, el mismo omega le regaló un cuaderno y unas plumas para que pudiera escribir, por las noches, pasaba horas llenando esas páginas con letras y lágrimas.
Escribió en tinta lo que nunca pudo decir hasta este momento y simplemente no pudo más y como torrentes las palabras escaparon de sus labios.
Niall se sentó a su lado esperando a que Louis decidiera, nunca le exigiría ni forzaría para hablar.
—Niall hay algo que ustedes no saben de mí, en realidad yo… —suspiró tan profundo hasta quedarse sin aire, Niall apretó fuerte su mano para demostrar su apoyo.
—Yo, yo soy un omega, no un beta como ustedes lo imaginan, y te pido perdón, no era mi intención ocultarlo, pero me daba tanta vergüenza decirlo —musitó tan rápido para después cubrirse el rostro con ambas manos.
Niall abrió tanto los ojos que parecía que escaparían de sus cuencas orbitales.
—¿Lou? —Llamó susurrando luego de verlo tan desecho y avergonzado.
Niall guardó silencio esperando la respuesta de Louis, le sujetó una mano dándole ánimo para continuar.
Louis había empezado a llorar, pero era diferente, era más desgarrador y Niall podía sentirlo por la forma que nuevamente el ojiazul tenía la mirada perdida, cuando se descubrió el rostro y se sorbió la nariz con unos pañuelos que el omega le tendió.
—Yo tuve un cachorro —susurró con tristeza, decirlo, se sentía tan bien—, su nombre era Emeth, pero yo le llamaba Emy. —Dijo en un hilo de voz, la cara de Niall era todo un poema.
—¿Qué?
—Sí, y fui tan mala madre que murió por mi culpa, murió intentando salvarme de los golpes que me daba Esteban. —Louis no aguantó el retener el sentimiento y lo dejó salir, llorando desesperadamente.
Niall se unió a su llanto y lo abrazó fuerte.
—Iba a ser un gran alfa, era tan fuerte y tan protector, mi cachorrito era tan pequeño…
—Louis amor, por los dioses. —El omega estaba estupefacto.
Sus hombros llevan una carga pesada, sus pies arrastraban cadenas de culpa y dolor, solo deseaba que el frío abrazador llegara y terminara de congelar todo su ser para ya, al final, no sentir nada.
—La mayor parte del tiempo lo mantenía escondido en la habitación. Esteban enfureció cuando supo que esperaba un cachorro, él no quería a nada ni a nadie, excepto su dinero, pensé que lo perdería después de la golpiza que me dio.
—Ese maldito infeliz bastardo. —Niall sorbía su nariz, sus ojos estaban rojos por la ira que contenía.
—Caí tan bajo que llegué hasta rogarle para que me pegara cuando mi bebé dormía, así no se daría cuenta de nada, pero mi niño era tan inteligente y siempre me protegía, pasaba sus manos sobre mi rostro para calmarme. —Hipó.
—Louis, ¿cómo has podido con tanto? Eres tan fuerte amor.
—Al principio, cuando me pegaba, terminaba besándome, diciendo que era mi culpa por ser un mal omega, pero que él me enseñaría cómo ser uno verdadero, al pasar el tiempo se volvía más agresivo y entendí que yo seguía sin ser nadie.
—¡Por Saturno!
—De la peor forma entendí que los golpes y palabras hirientes, no deben ser maquillados ni disfrazados con amor.
—Hay que ser un jodido cabrón para romperle la sonrisa a quien dices amar.
—Y no solo la sonrisa. —Louis aportó, suspira aguardando unos segundos.
Niall lo consuela —No se le puede llamar amor a las sonrisas momentáneas, disculpas ensayadas ni besos de consuelo, el amor nunca debe doler, no te humilla y jamás te levanta la mano, no te dice que hacer ni debe golpearte “por tu bien” o “para que entiendas” ni “porque tú provocas eso”.
Louis escuchaba atentamente —El amor no es control, ni denigración, ni anulación, quien ama, te quiere libre y entero, sin rasguños ni marcas y con tus alas completas.
Louis recordó cómo el alfa enfurecía en sus celos por no funcionar como un omega, había estrellado su rostro en una puerta y lo arrastró del cabello hasta sentarlo en una silla para amarrarlo en ella, dejándolo con el rostro ensangrentado, regresó con dos omegas, con vestidos cortos zapatos de tacón alto y con un rostro hermoso.
Esteban manoseó sus cuerpos y los tomó delante de él, burlándose con palabras hirientes que lo hicieron llorar, le gritaba que mirara cómo un buen omega debía servir para satisfacer a un alfa, parpadea intentando borrar el pasado.
—Acabó con todo Niall, ya no quedan rastros de algo o de nada, en realidad ya no siento nada.
—Quedaste tú, volverás Louis, algún día todo será mejor.
—Yo rogué Niall, rogué día y noche pidiendo ayuda para salir de allí, no me importaba nada de mí, solo quería que Emy estuviera bien y fallé, fallé en lo único que se suponía que debía hacer.
—Lou, eso no fue culpa tuya, tú eras y siempre serás una gran madre para tu Emy.
—Claro que lo fue, fallé en lo único que se suponía debía hacer, ser una buena madre. No puedo evitar pensar en eso, mi omega me abandonó luego de la partida de Emy, me quedé totalmente solo.
—Es por eso que no tienes olor, posiblemente tu cuerpo soportó todo Louis, si tu omega se hubiera quedado no habrían aguantado tanto.
—Nunca supe cómo hacerlo regresar, me hace falta aquí. —señaló su pecho—. Yo sé que se fue por qué está decepcionado de mí, por no poder cuidar a mi bebé.
—No, cielo no digas eso. No creo que es como tú piensas, vivías bajo mucha presión, tantas emociones lo aturdieron.
—Una de mis muchas, pero auténticas desgracias de vida, era no tener con quién compartir mis penas hasta que llegó Zayn, él fue importante y quiso tanto a Emy. —seguía lamentándose.
Niall confortaba a Lou con su silencio y pequeñas caricias.
Ahora era necesario callar para dejar que Louis se desbordara para calmar un poco su pesar.
—Se parecía un tanto a mí, pero me recordaba mucho a mi madre, su cabello era rubio y lacio, ojos azules con mejillas rosadas que parecían manzanas, apenas tenía dientes, recién le habían salido, estaba a punto de cumplir un año cuando pasó todo.
En la mente de Louis se reproducían los recuerdos de su Emy tal como una película.
Como ese recuerdo, cuando había empezado a caminar y se había caído sobre sus pequeñas pompis, vio a Louis con sus grandes ojos azules y soltó una carcajada.
O las noches cuando se acurrucaba a su lado mientras él tarareaba aquella canción.
Los trajes que Zayn le daba a escondidas.
Su forma de sonreír y la manera en que metía sus pies dentro de su pequeña boca cuando estaba acostado haciéndose una tierna bolita.
Verlo dormir con sus labios entreabiertos.
La primera vez que había balbuceado llamándolo mamá.
O el amarlo.
Sonrío un poco ante los recuerdos que siempre llevaría dentro de si, cuando Emy se marchó tomaba su ropa y le hablaba imaginado que lo sostenía en brazos, mientras colocaba su cabecita en el cuello de su mami calmándose con su olor.
Continuó con su relato limpiándose las lágrimas que empapaban todas sus mejillas —En algunas ocasiones, cuando salía al patio en busca de algo de paz, un viento venía y revoloteaba en copa de los árboles, se levantaban pequeños torbellinos de hojas y creía que era mi cachorro que se escapaba del cielo y venía a visitarme, es algo tonto, pero me mantenía cuerdo.
Suspiró para poder continuar hablando —Él era tan dulce y no me imagino a nadie negándole permiso de venir a mí —Louis rio con amargura ante su pensamiento—. Algún día, sé que nos encontraremos en todos esos lugares a los que nunca fuimos por razones que no entiendo y no merecíamos. Me hizo brillar aun cuando tenía el alma rota, llegó para evitar que muriera, él me salvó. —Luego de terminar con su relato se acurrucó más junto a Niall.
El omega lo mecía en sus brazos acariciando su cabello.
Porque Louis experimentó la soledad en su presentación más desgarradora, ya que los dolores externos eran pasajeros, pero el que tenía dentro le fueron apagando poco a poco hasta casi extinguir su luz.
Porque el peor dolor no era el que mataba, sino el que te quitaba las ganas vivir.
Librarse de él no era tan fácil como se pensaba, hacerlo caer de la vida como a cáscaras secas, tenía un proceso donde muchas veces te atrapa oprimiéndote el pecho, te cierra el estómago y te arden los ojos a tal grado que no se pueden abrir, las palabras mueren en la garganta, el oxígeno no parecer ser suficiente, porque se estanca como si te estuviera estrangulando.
Entonces das manotazos al aire con esa sensación de ahogamiento, porque amas el mar, pero te da terror agua y en ese punto es donde un nuevo aliento viene y emerges desesperado sintiendo cómo la vida regresa a tu cuerpo.
Y hay tormento y paz en perfecta conjunción.
No sabía cuánto necesitaba el contacto humano y calidez, disfrutó y se confortó por primera vez desde hace mucho tiempo.
—Lou, amor, debemos decirles esto a Gemma y Harry, debemos llevarte con un doctor para que te revise.
—No Niall, por favor no, dame un poco de tiempo. —Se levantó bruscamente con los ojos rojos.
—Como tú desees cariño, todo estará bien, añoro el día en que recuperes esa hermosa sonrisa que sé que tienes. No tienes idea de cuanto te admiro, eres tan fuerte y valiente.
—Mamá me decía eso de pequeño, ¿sabes?, me aferré tanto a esas palabras que por ellas sobreviví, yo intenté quitarme la vida en muchas ocasiones, pero Esteban me encontró, yo solo quería irme con mi bebé, después pensé que yo no merecía morir, debía vivir y llorarle toda la vida, quizá así me perdone no haberlo protegido. —Habló sollozando de nuevo.
Esteban lo golpeó tanto aquel día y Louis solo se dejó, no opuso resistencia, esperando que el dolor físico aliviara el que llevaba dentro.
—No, no, no Louis, no digas eso, tú te mereces una linda vida, corazón, has pasado, por tanto, no hables así, vamos a luchar juntos, Louis, para que tu corazón pueda tener paz, juntos lo lograremos, además tenemos a Gemma, a Harry y Liam, además tienes que estar aquí para cuando Zayn aparezca.
—Lo sé, solo espero que se encuentre sano y salvo, no puedo dejar de pensar en él.
—Ya verás que sí, gracias por tener la confianza y contarme todo.
Louis lo había logrado, pudo hablar de aquello que había acabado con su vida, días anteriores mencionó pequeñas cosas de lo que sufrió, pero no como ahora y se sentía un poco feliz de tener a Niall para que lo comprendiera.
Por la noche Gemma llevó a Niall al jardín con la excusa de hablar de sus plantas, Louis y Harry se quedaron en la cocina. El alfa fue el primero en tomar la palabra.
—Son unos tramposos, ¿puedes creer lo que hacen? —Inquiere fingiendo sentirse ofendido.
—No —responde tomando algo de aire—. ¿A qué te refieres?
—Esos dos se aprovechan de nuestra nobleza, salen a pasar el rato para que tú y yo nos encarguemos de la comida. —Niega riendo, Louis observa los hoyuelos en sus mejillas.
—Oh, ¿eso te molesta? —Pregunta escondiendo las manos dentro de su sudadera.
—No, es muy agradable cocinar junto a ti, ¿es molesto para ti? —Louis niega y camina en búsqueda de los ingredientes. A Harry le parece tierna su actitud, su rostro está completamente rojo. Su alfa deja salir pequeñas cantidades de su olor y puede notar como la tensión en los hombros de Louis desaparece.
—Dime, ¿qué se te antoja? —Harry ladea el rostro, le habla con tanta calma que Louis siente que es como un arrullo.
—Yo no sé, ¿qué deseas tú?
—No estoy seguro, ya hemos cocinado cosas que a mí me gustan, me encantaría saber que es de tu agrado
—Bien —suspira—, me gusta la crema de calabaza y pan tostado.
—Perfecto, cocinemos eso. —Harry sonríe emocionado.
Louis se sonroja cuando Harry toma un cucharón y le ofrece a degustar el sabor, le pide ser sincero y el ojiazul emite un sonido que lo deja totalmente avergonzado. Eso era la señal perfecta para hacerle saber al alfa que la sopa es buena.
🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁
Hola. Gusto saludar, muchas gracias por leer, comentarios y votos :D
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro