CAPÍTULO 5
Llegó el día que Liam se presentaría con Louis, así que organizaron un pequeño almuerzo para que no tuviera ningún temor y el ambiente fuera amistoso y familiar.
El timbre sonó y Niall salió corriendo de la cocina con una mancha de salsa en la frente para recibir al invitado.
Louis se encontraba acomodando los platos sobre la mesa del comedor cuando vio entrar un alfa junto a Niall, venían charlando de algo que parecía agradable porque el omega dio una fuerte carcajada por lo que él había dicho.
No dejaba de pensar en la sesión que tuvo en la mañana con su terapeuta, era un lindo omega de avanzada edad que le escuchaba comprensivo, el salir se le dificultaba un poco y se negó a ir a la clínica. Fue entonces cuando Niall sugirió tomar terapia en línea.
Al principio no entendía cómo funcionaban las citas en línea, así que le pidió al omega que lo acompañara.
Era un gran paso, tanto Gemma como Niall le hicieron saber lo orgullosos que se sentían por él, fue extraño pero liberador hablar un poco más. Todo gracias a su nuevo amigo y su insistencia. Cada que podía lo llenaba de palabras positivas e intentaba que se enamorara de nuevo la vida.
El especialista le felicitó y le hizo saber que todo se lo tomara con calma, un paso a la vez, y un día a la vez.
Volteó cuando escuchó pasos acercándose, el alfa y omega llegaron hasta donde se encontraba y entonces pudo apreciarlo mejor. Era alto, de ojos café y con una tierna sonrisa, despedía un aroma tranquilizador que le recordaba la playa que visitaba con su mami cuando era niño.
—Louis te presento al teniente Liam Payne. —Habló Niall.
El alfa esbozó una sonrisa haciendo una pequeña inclinación de cabeza como saludo, sabía perfectamente que debía respetar el espacio del omega.
—Hola, teniente. —Susurró.
—Es un gusto Louis, por favor solo dime Liam.
—Gracias, para mí también es un gusto. —Baja la mirada rápidamente para seguir acomodando todo.
Niall se abrazó al torso del alfa llamado su atención —¿Dónde está Gemma Liam por qué no vino contigo?
—Se quedó fuera de la casa hablando por teléfono, al parecer Harry fue el que llamó.
Louis fue a la cocina para traer lo que faltaba en la mesa, de camino se encontró con Gemma la alfa alzó la mano y saludó.
—Hola, Louis, ¿qué tal tu día? —preguntó interesada.
—Bien Gemma ¿y el tuyo?
—Irritante, de verdad hay personas locas en este mundo que me joden la existencia —bufó—. ¿Dónde está Niall? Necesito a mi omega… —Dijo haciendo un pequeño puchero.
—Se encuentra en el comedor con el teniente que mencionaste el otro día.
—Gracias, Louis. —Musitó, apacible, sonríe, Gemma siguió su camino divisando a uno de sus mejores amigos y a su lindo esposo.
Gemma llegó donde se encontraban, escuchando cómo Niall hablaba sin parar, contándole a Liam lo feliz que estaba por los avances de Louis y algo sobreponer azúcar en la sopa por error, cosa que le causó gracia.
Lo abrazó por la espalda dándole un sonoro beso en la mejilla, Niall se dio vuelta devolviendo aquel lindo gesto con mucho cariño, puesto que sabía que estos días habían sido duros para ellos, el caso se estaba volviendo más fuerte cada día.
—Hola, alfa de mi vida. —La apretujó.
—Hola, cielo, ¿cómo estás?
—Bien, gracias, amor, feliz, porque mi mujer ya está en mis brazos. —Dijo soltando feromonas de felicidad.
—Ustedes son muy tiernos chicos. —La voz de Liam se escuchó haciendo que la pareja de tortolitos se separara.
Liam se acercó a Louis con tierna sonrisa para que no temiera, el omega venía con un reciente de comida y otras cosas más, le ayudó a ponerlo sobre la mesa, terminaron que acomodarse y se sentaron a comer.
A Louis poco a poco le agradó Liam, él era muy amable y alegre, lo trató como si tuvieran una amistad de años y eso lo hizo un poco feliz.
Después de comer, se sentaron en la sala principal para que Liam tomara la declaración de Louis.
Gemma tomó la palabra dejando que Niall se acomoda recostándose sobre su brazo. —Antes de iniciar quiero contarles que hablé con Harry y no tarda en venir, está ansioso de llegar y poder apoyarnos.
—Eso es genial, tengo muchas ganas de verlo, ha pasado mucho tiempo después de que trabajamos juntos. —Liam comentó alegre.
—Eso es verdad… —Niall siguió la charla sonriendo dirigiéndose a Louis para que no se sintiera excluido.
—Lou cuando estos se juntan pareciera que comandan la puta mafia rusa.
—Amor, nosotros luchamos contra las mafias, no parecemos una. —Gemma viró los ojos quejándose de inmediato por el pequeño golpe que el omega le propinó.
—Claro que sí, ustedes son poderosos.
—Muy bien Louis, si me permites podemos empezar —Habló Liam.
—¿Prefieres conversar a solas con él o te hacemos compañía? —Preguntó Gemma acomodándose y tomando una actitud diferente, por lo que venía a continuación.
—No me dejen por favor, pueden acompañarme.
—Bien, te haré una serie de preguntas, si te sientes incómodo con algo, házmelo saber ¿está bien?
—Bien.
—¿Cuánto tiempo tenías encerrado en esa casa?
—6 años.
—¿Alguna vez intentaste escapar?
—Mmm, sí, pero dejé de intentarlo porque Esteban descubrió todo y me golpeó —cerró los ojos tratando de no ponerse a llorar, por lo que diría a continuación—, La siguiente ocasión, degolló a una omega frente a mí diciendo que si lo intentaba de nuevo iba a acabar con todos. —respiró para calmar sus pensamientos al recordar aquella trágica escena.
—Maldito, mal nacido, deben reventarle el culo, sacarle los ojos y alimentar a las ratas, ¡no! Mejor no, pobres animalitos. —Escupió un Niall muy enojado.
—Tranquilo amor, cálmate. —Con cariño la alfa le apretó el muslo a su omega.
—Liam continua, por favor. —pidió intentando calmar al rubio.
—¿Sabes por qué tenía tantos trabajadores?
—No, en realidad no se me permitía hablar ni ver a nadie, el único que se atrevía a dirigirse a mí era Zayn, tenían cámaras en cada esquina monitoreando lo que pasaba y si algo no estaba como él quería, venía y me golpeaba, aunque yo no tuviera nada que ver con eso. Siempre permanecía encerrado en el cuarto donde me encontraron, solo se me concedía salir cuando él ordenaba que le sirviera. Yo lamento si no soy de ayuda. —Louis se disculpa.
Gemma le sonríe con cariño —No digas eso, nos ayudas mucho aunque no lo parezca.
—Entiendo, gracias por hablar conmigo, creo que no te dejaba salir porque la casa era el centro de sus operaciones, encontramos algunos omegas que estaba a punto de vender. —Liam mencionó mientras anotaba algunas cosas que Louis dijo en un cuaderno.
Sintió una presión en el pecho al recordar aquellos rostros que alguna vez vio, recordó ver a omegas muy jóvenes, de pronto se sintió mal, creyendo que nunca hizo nada para poder ayudarlos.
Niall lo tomó en brazos y hablando le dijo que no pensara que eso era culpa suya, él había sido también una víctima y ahora todos estaban a salvo.
Liam continuó hablando con Louis hasta tener toda la información que necesitaba.
Omitió una parte importante que no creyó conveniente mencionar aún, luego preguntaría por algunas cosas más. Hasta ahora Louis ha sido de gran ayuda.
Al terminar conversaron de otros temas diferentes al caso, pasaron la tarde viendo unas películas, Liam se despidió de todos, no sin antes decirle a Louis que contaba con su entero apoyo.
Al llegar noche cada uno fue a su respectiva habitación, para Louis era muy difícil conciliar el sueño, gracias a las constantes pesadillas, y los miles de pensamientos que llegaban cuando la noche entraba. Daba vueltas en la cama, caminaba de un lado a otro, salía para poder sentir la brisa de la madrugada y calmar su ansiedad.
Al fin amaneció, Louis fue al baño y tomó una ducha, al salir de la habitación notó a un Niall ajetreado por toda la casa.
—Buenos días, días Niall. —Saludó con un poco de temor de poder incomodar, pero la sonrisa que el omega le brindó calmó sus pensamientos.
—Hola, Lou ¿qué tal dormiste?
—Bien, gracias, ¿por qué estás tan nervioso? ¿Hoy no has ido a trabajar?
—Voy a tomar unos días de vacaciones, Harry habló con Gemma diciendo que no tarda en llegar y debo acomodar una habitación para él, además quiero estar junto a ti durante este tiempo. —Comentó sonriendo.
—Eres tan bueno, pero no debes preocuparte tanto, ahora dime, ¿necesitas ayuda?
—Nada de eso, prometí estar a tu lado y lo voy a cumplir. Y sí, claro, puedes ayudarme a acomodar los cobertores sobre la cama. —El rubio llevó unas mantas, su rostro estaba rojo por todo el trabajo que hizo en casa, las empleadas se encargaban de cocinar y otras de limpiar.
Pasaron toda la mañana arreglando varias cosas en la habitación, hoy no tenía sesión, así que prepararon un poco de té después de regar las nuevas plantas que estaban en el jardín que mágicamente habían aparecido.
Louis amaba ese jardín, era muy hermoso, tan lleno de vida y color.
—Niall… —llamó hablando en un tono bajo.
—Dime querido. —respondió con la taza rozando sus labios.
—Gracias… por todo. Me diste donde vivir y abriste tu hogar para dejarme entrar. —Dice con la vista perdida en las plantas.
En la sesión anterior habló sobre sus sentimientos, el terapeuta abordó un par de temas, como él de la culpa y el arrepentimiento. Dijo que cada decisión en nuestra vida marca el rumbo de nuestra existencia, sea para bien o para mal. Le hizo entender que fue víctima en manos de una mala persona y que eso no demostraba quién era, justo como Niall decía.
—No tienes que agradecer nada cariño, créeme cuando te digo que lo hago con todo el amor posible. —Le sonrió dejando el té sobre la mesa.
—Ustedes han sido tan buenos conmigo y no tengo cómo pagarles… Estoy intentando dar lo mejor de mí, voy a buscar un empleo y pagaré todo, no creas que soy un aprovechado. —Menciona con la sensación de un nudo formándose en la garganta.
—Louis, no te pongas así, que yo me pondré a llorar, ¿cómo supones eso? Yo te considero parte de la familia, al igual que Gemma, no intentes encontrar una respuesta, pero es algo que nuestros instintos mandan, el universo sabe qué hace, y nos pone donde debemos estar. —Se acercó apreciando su hermoso rostro, notando como tenía la mirada perdida y el viento acariciaba su cabello, sus facciones reflejaban tanta tristeza que al pobre rubio el corazón se le estrujaba.
—Creí que ese era mi fin, ¿sabes? —Habló luego de un tiempo con la vista en los árboles, apreciando como el viento movía suavemente las hojas.
—¿A qué te refieres amor? —Preguntó para dejar que hablara, ahora era más comunicativo, las terapias parecían ir bien.
—El día que me rescataron, pensé que sería mi fin, soñé que mi mamá me acariciaba y me sonreía, yo solo esperaba poder levantarme y seguirla, no tenía fuerzas para vivir, pero tampoco para morir.
Niall sintió cómo sus lágrimas caían por sus mejillas, se acomodó a un lado de su amigo y lo atrajo a su pecho, dio pequeñas caricias sobre su espalda queriendo darle ánimo para continuar hablando.
—La extraño tanto, era tan hermosa y buena. Todo el tiempo en ese lugar con mi vida pensé que cualquier día sería mi muerte, sin embargo, alguien hizo una buena jugada y me dejaron aquí, no sé si fue el destino, o el universo mismo que creyeron chistoso que todo esto pasara.
—Seguro que era tan bella como tú lo eres, la vida es jodida y estamos felices de tenerte con nosotros.
—No tienes idea con tan solo una sonrisa, lograba alegrarme el día, cuando falleció, el hospital se hizo cargo de ella. Solo éramos mi madre, una flor y yo en aquella habitación. Una de las enfermeras me la había dado para que se la dejara, me dijo “así ella llevará algo tuyo para siempre” pero ella no sabía que la mitad de mi corazón iba junto a mi madre.
—Sabes que tu mami vive siempre junto a ti, basta con ver a tu alrededor, en un atardecer o en la suave brisa, en lo hermoso de la vida, Louis, incluso en ti mismo. —Consoló, luchando para verse fuerte.
Louis suspira. —Me encanta estar aquí, ese olor me recuerda mucho a ella. —Habla refiriéndose al jardín.
—¿Qué olor, las azucenas o las rosas?
—Rosas, así olía ella, al momento de enfermar su olor cambió, ya no era algo fresco ni dulce, era como el de las flores cuando ya no tienen vida y se apagan, cuando partió simplemente todo se marchitó a mi alrededor.
—Ya verás mi Lou, algún día todo reverdecerá de nuevo.
No supo que más responder así que cambió el tema, era una batalla que seguramente perdería si pensaba que algún día la primavera lo visitaría de nuevo.
—Gemma huele como tus azucenas.
—Por eso las planté, el olor me relaja, simplemente no puedo estar sin él, algún día vas a terminar por encontrar la felicidad Lou.
—Hubo un tiempo que conocí la felicidad Niall, pero duró tan poco que así como vino se fue, mejor dicho me la arrancaron. —Recuerdos de su cachorro le invadieron.
Niall seguía abrazándolo y escuchando, liberando un poco de feromonas, tranquilizando a Louis, no estaba seguro si eso ayudaba, ya que para el rubio el ojiazul era un beta.
—Nadie te prepara para los golpes de la vida, nadie dice que duele como el mismo infierno, aunque hayas caminado sobre brazas toda la vida, pero aprendes al final, que solo eres tú y cuando la vida te tira lo mejor es sacudirse el polvo y seguir caminando, el doctor lo mencionó en la sesión de ayer. —Louis habló después de un rato de silencio.
—Ya nunca más estarás solo Lou, siempre voy a estar a tu lado. Todo tomará su lugar, ya verás, y si cariño, el doctor es muy bueno.
Como en otras ocasiones en que Louis abría su corazón con Niall, se quedó dormido queriendo soñar con creer las palabras del omega.
Le recostó y lo cubrió con una manta, dejando que aquel lindo hombrecito pudiera encontrar un poco de tranquilidad, sabía que Louis no podía conciliar el sueño y era tan grato verlo descansar; aun así, dormido en su rostro se leía tanta tristeza mientras dormía.
Niall suspiró rogando a los dioses por él.
Pasado el rato, Gemma llegó a casa con bolsas de comida para la cena, ambos estaban esperándola para prepararla.
—Harry no debe tardar en llegar, el muy maldito no me llamó para que fuera por él al aeropuerto.
—¡Gemma ese lenguaje! —reprendió su omega—. No sabía que Harry estaba fuera.
—Perdón, amor, estaba fuera por una misión, algo confidencial. —Comentó algo ajetreada.
—Bien, preparemos todo según lo que hablamos, podremos cenar juntos.
—Empecemos entonces, a propósito, Louis me ayudó a acomodar todo para Harry. Comunicó el rubio siguiendo a la alfa.
—Eso fue muy amable de tu parte Louis, muchas gracias.
—No es nada. —Dijo esbozando una muy suave y tímida sonrisa.
La pareja se vio con ilusión, notaban los pequeños cambios de Louis y el esfuerzo que él hacía por ayudar y recuperarse. También lo mantenía alentado la esperanza de poder ver de nuevo a Zayn.
Louis cocinó uno de los platillos que había aprendido en el restaurante donde trabajaba cuando era más joven, era algo que le gustaba hacer aunque no se le daba muy bien algunas cosas, hizo su mayor esfuerzo.
—Eso huele de maravilla, Louis, yo por más que intente involucrarme en la cocina nada me sale bien. —Niall felicitó.
—No es nada, es algo sencillo —respondió tímido, aún no se acostumbraba a los halagos y buenos comentarios—. Si tú quieres puedo enseñarte lo poco que sé.
—Eso sería genial, compraremos lo necesario después, gracias, Lou.
Ahora se encontraban limpiando y acomodando todo, cuando escucharon sonar el timbre.
Louis se sintió un poco nervioso y Niall se acercó a él mientras Gemma se dirigía hacia la puerta.
Sabían que Louis se ponía algo inquieto con las nuevas personas, a ellos les tomó mucho tiempo poder tener la confianza de él y a Liam que solo hacía pequeñas visitas para informar del caso, pero era diferente a vivir con alguien nuevo.
De por sí, las personas conocidas le causaban ansiedad, no se digan las nuevas.
Niall tomó su mano cuando notó que Louis empezó a darse pequeños pellizcos marcando su piel. —Tranquilo, sintió sientes incómodo, podemos mandar a Gemma y a Harry a comer fuera. —Sonríe para tranquilizarlo—. Pero yo sé que tú puedes.
—Bien. —Louis suspiró.
Escucharon risas y bullicio en la entrada, eso les hizo saber que el hermano de Gemma ya estaba en casa.
—Hermanito, al fin estás aquí. —Dijo tirándose en sus brazos y enroscando sus piernas alrededor de la cintura de su hermano.
—Hola, Gemms, estaba tan desesperado de poder verte de nuevo.
La alfa se bajó de su cintura y lo llevó dentro de la casa. —Espera, debo llamar a los chicos, están en la cocina —antes de seguir, se dio vuelta y le apuntó con el dedo—. Harry recuerda lo que te dije de Louis, él es tan lindo y tierno, aún sigue luchando con muchas cosas, es muy fuerte, pero necesita su espacio.
—Si Gemma no te preocupes, ese es mi trabajo, ¿lo olvidas? —Le sonrió mostrando su perfecta dentadura.
Mientras tanto, Louis respiraba profundamente, trataba de calmarse y no provocarse un colapso nervioso, y es que no sabía por qué estaba así; con las manos frías y sudoroso.
—Niall, Louis, vengan, Harry está aquí… —Llamó Gemma muy emociona.
Ambos caminaron hacia la entrada, Louis literalmente sentía cómo su corazón bombeaba en su pecho.
Al llegar notó la presencia del gran y poderoso alfa, alto de pelo largo y sujetado en un chongo, camisa blanca sencilla, skinny negros, botas color marrón y una enorme socola negra que cubría su cuerpo, en el cuello de la camisa, tenía un par de lentes de sol colgando y una sonrisa capaz de derretir un enorme glaciar, además unos ojos verdes tan intensamente hermosos.
Niall no bromeaba cuando dijo que su sola presencia era poderosa e imponente.
Algo extraño dentro de él pasó desde que lo vio, algo que una vez tuvo parecía querer revivir, dando pequeños pasos al percibir ese aroma, madera y tierra mojada.
Su olor era tan relajante que le otorgó paz, tranquilidad y quiso llorar porque hace mucho que no recordaba nada de eso.
Inmediato bajo vista, pues, se sintió intimidado y un poco fuera de lugar.
El primero en dejarse ver fue Niall, que corrió hacia al alfa tirándosele en brazos y este le dio una vuelta levantándolo por el aire.
—Harry eres un idiota, tienen que tener amenazado nuestro enorme culo para que te dignes a venir. —Niall fingió reprenderlo, pero la enorme sonrisa en su rostro decía otra cosa.
—Niall cállate, Louis no sabe nada de eso. —Dijo Gemma, dándole un pequeño pellizco.
Louis escuchó la hermosa risa de Harry, vio cómo el alfa abrazaba fuerte al omega.
—Gracias, Niall, yo también te extrañé.
—Ya suéltame, que me vas a apestar. —El rubio se removió pataleando.
—¡Oye, no seas grosero! —reprendió Harry.
—Ven que te presento a Louis. —Lo tomó emocionado de las manos y tiró de él para llevarlo a donde el ojiazul se encontraba.
Harry entonces se fijó en el lindo joven que se encontraba de pie junto a la puerta de la cocina, tenía la vista en uno de los cuadros que él había pintado, sus manos estaban dentro de esa sudadera verde que llevaba puesta, skinny negros, cabello hermosamente desalineado y un bello perfil.
Su alfa se removió inquieto, Niall lo llevaba de la mano acercándolo a Gemma. Al parecer ese lindo chico se veía más interesado en las flores pintadas que en su propia presencia.
—Lou querido, te presento a Harry, es el hermano de Gemma, él es de quien te hemos hablado.
Louis llevó su vista hacia el frente.
Harry y su alfa quedaron asombrados ante tal belleza, facciones delicadas y acentuadas. Sintió algo en su pecho al momento de conectar miradas, era su instinto aullando, exigiendo acercarse y proclamar a su destino.
Un lazo se formaba, algo que parecía imposible le, pues dicen que se necesita un segundo para reconocer a tu alma gemela, el efecto creciente es lo único que somos capaces de percibir y trasciende dimensiones de tiempo y espacio.
Y en ese instante era como si el universo mismo era creado al rededor ellos por causa de ellos y para ellos.
Harry no pudo quitar la mirada “Omega” —Su alfa rugió fuerte, territorial.
Calmó sus instintos mordiéndose la lengua por el deseo de llamarle por aquella palabra. Gemma le había dicho que Louis era un beta, pues no tenía ningún olor, pero su instinto le indicó otra cosa.
“Contrólate” —Pensó, pero su instinto le exigía acercarse y atraerlo a su pecho y poder abrazarlo.
Niall lo notó. Ambos se quedaron viendo sin parpadear hasta que Louis recobró la compostura.
—Es un gusto Louis, mi nombre es Harry Styles. —El alfa quería saludar y darle un pequeño apretón de manos, pero no quiso ser irrespetuoso.
—Hola, igual es un gusto. —Respondió bajo, pero sin quitar la vista del alfa.
Niall y Gemma se vieron las caras y sonrieron, cómplices.
—Y bien, ¿quién de ustedes tiene hambre? —preguntó Niall, dando un aplauso, rompiendo la tenue tensión que se formó entre esos dos.
—Yo, en realidad, no he comido y muero de hambre. —habló el alfa, tocándose el estómago.
—Entonces a comer. —Gemma abrió paso para guiarlos.
Todos se dirigieron a la cocina, los hermanos se sentaron uno al lado del otro y Niall junto a Louis, no le extrañaba lo cohibido que se puso al conocer a Harry.
—Lou fue el cocinero esta noche, así que no hay problema en que las papas estén dulces. —El omega comentó al recordar una vez que preparó puré de papas y lo sazonó con azúcar en lugar de sal.
Cenaron comentando del viaje de Harry y la pareja contando de su vida, Louis solo veía su plato comiendo pequeños bocados sin hacer comentario alguno, los chicos intentaron incluirle en la conversación, pero solo lograban ruborizarlo un poco y solamente respondía con monosílabos.
Harry daba miradas rápidas a Louis, quien solo comió un poco en su plato, la noche pasó y se levantaron de la mesa para poder limpiar, dieron las gracias y felicitaron a Louis por la cena, este dio las buenas a noches a todos para dirigirse a “dormir”.
Gemma llevó a Harry a su habitación, el alfa colocó sus maletas sobre la cama, buscado algo cómodo para ponerse después de tomar una ducha.
—¿Qué piensas de Louis, Harry? —Su hermana preguntó.
—Pienso que tengo una gran admiración por ese chico, ha pasado por mucho.
—Ha mejorado tanto desde que vino, si tan solo lo hubieras visto… —Sacudió su cabeza suspirando.
El alfa de Harry rugió en su pecho, dejando desconcertada a Gemma.
—Harry, ¿qué diablos fue eso? —Su hermana preguntó desconcertada.
—No lo sé, la idea de que la hayan dañado de tal manera me enfurece tanto y…
—¡Espera! ¿Qué? No, olvídalo. —Gemma no mencionó nada de la extraña actitud de Harry, quería comentarlo primero con su omega.
—Tú y Niall merecen el cielo Gemms, estoy tan orgulloso de ti y lo que has logrado, eres una gran alfa.
—Calla Harry, me harás llorar. Desde que lo vi, sentí el impulso de cuidarlo, yo aún no comprendo cómo sobrevivió, que fue lo que hizo que se aferrara a la vida de la forma que lo hizo.
—No sé Gemma, pero ahora que estoy aquí, vamos a acabar con ese alfa y con todas esas malditas cucarachas. Rodarán las cabezas de todos esos imbéciles.
Gemma no dijo nada sobre la actitud de Harry, era claro que algo le había pasado al ver a Louis, pero no diría nada, no aún.
Louis, en su habitación, estaba acostado mirando al techo, preguntándose por qué sentía ese cosquilleo dentro de él, una pequeña sonrisa volvió a brotar de sus labios recordando lo bien que se sintió con el aroma de ese alfa.
🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁🍁
¡HOLA!
¿Cómo están?
Gracias por los votos y comentarios, espero les esté gustando, cuenten que piensan de todo...
Saludos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro