Gemma y Niall llegaron pasada la media mañana, entraron por la puerta principal, el celo del omega acabo más rápido de lo normal después de toda la tensión que pasó ese día, su calor se acortó un poco. El enfermero le hizo saber que eso podría ser posible después de todo el estrés.

La alfa fue la primera en entrar esperando ser recibida por su hermano, se extrañó al no verlo en la puerta haciendo una mueca de disgusto bromeando con ella.

Percibió su olor, así que caminó hasta llegar a los sillones y quedó encantada con la vista que tenía frente a ella.

Louis dormía plácidamente cerca del gran alfa, las feromonas de Harry bailaban en el ambiente, ella sabía que el olor de su hermano era tan acogedor que cuando eran pequeños ella misma se sentía aliviada de estar cerca de él.

Harry era la mezcla de los olores de sus padres, el aroma amaderado de su padre y el olor de tierra mojada de su madre.

Niall venía parloteando en la entrada y la alfa le hizo señas para que bajara la voz, su omega se acercó de puntillas hasta llegar a su lado.

—Gemma por la luna, mira a mi Louis —chillo emocionado—. ¡Ay, quiero llorar! Mira cómo luce, es tan tierno y lindo. —dijo limpiándose las lágrimas imaginarias. —Quiero una foto. —pidió sacando su celular y apuntado hacia el par de chicos que dormían tranquilamente en el sillón.

Harry parpadeó lentamente borrando los rastros de sueño, abrió bien los ojos y se sentó frotándose la cara. Y lo primero que vio fue la enorme sonrisa que Niall tenía a centímetros de su cara.

—Buenos días, Harry, ¿qué tal dormiste?

—Hola, Niall, buenos días, Gemma, ¿Qué ustedes no venían llegando al medio día?

—Pero Harry, ¿qué hora piensas que es?

—Las ocho de la mañana, no lo sé. —respondió con un enorme bostezo digiriendo la vista al cuerpo acurrucado de Louis.

—Harry pronto será hora de almorzar.

—¿Qué? —Se incorporó sorprendido, se movió un poco fuerte provocando que Louis se removiera en su lugar.

—No grites tonto —regañó Niall—. Lo despertarás, es extraño que mi Lou duerma tanto tiempo.

Louis suspiró audiblemente alborotando sus largas y espesas pestañas, Harry las adoraba, parecía que soplaban suaves brisas cuando las batía de esa forma.

Se sentó un poco aturdido por donde se encontraba, Niall le sonrió en grande y Gemma se sentó junto a él.

—Hola, cielo, ¿cómo estás?

—¡Niall, Gemma!, están aquí! —dijo emocionado. Su amigo omega lo abrazó fuerte empezando a llorar sobre su hombro, Niall no lo soportó más ahora que el celo pasó la emoción vino y con ello el mal sentimiento de culpa.

—Louis perdóname por favor, lo siento tanto.

—¿De qué hablas Ni? —Louis observa a Gemma en busca de una respuesta.

—Ese día no impedí que te llevaran y ellos te golpearon. —hipó con el rostro rojo.

—Tranquilo amigo, todo está bien, estamos aquí; perdóname tú también por no impedir que ellos te golpearan.

—Ya olvídalo, eso no fue nada con todo lo que tú sufriste, perdóname por favor. —rogaba sollozando

—No Niall, yo sería capaz de todo por ti, y no minimices tus malas experiencias, no debes compararlas, lo que vivimos fue algo malo, recuerda lo que me dices siempre.

—Solo dime que me perdonas por favor. —pidió sorbiendo su nariz.

—Si eso te hace bien, te perdono.

Los dos alfas se pusieron de pie para ir a la cocina y hacer algo para almorzar.

Harry le contó todo lo que había pasado esos días, estaba muy emocionado por cómo Louis iba demostrando más confianza con él.

—Pero lo más importante Gemma es que Louis rio, literalmente fue el sonido de su risa, tendrías que haberlo escuchado, Gemma fue tan, pero tan… no lo sé, me hizo tan feliz verlo así, también jugó con Liam en una guerra de agua y además me habló de su pasado, ¿puedes creerlo? —comentaba emocionado.

—Por todos los astros, eso es maravilloso. —Gemma se emocionó con lágrimas en los ojos—. No sabes lo especial que es para nosotros, y ni me preguntes cómo formamos lazos tan afectivos con él, porque ni Niall ni yo lo sabemos, es imposible no quererlo. —Harry se acercó a su hermana y la abrazó, comprendía de lo que ella hablaba, pues él se sentía igual.

Luego del emotivo momento se dispusieron a cocinar algo. Mientras ellos preparaban el almuerzo, en la sala Niall se acurrucaba abrazado a Louis, era el momento de que él consolara a su amigo.

Cabe decir que el rubio no hizo mención sobre una manta que los cubría con el olor impregnado de Harry.

—Gracias por cuidar mis plantas Louis, vi que regaron las de afuera.

—Liam vino ayer y nos ayudó, fue lindo pasar la tarde con ambos. —Niall lo sintió extraño.

—¿Qué pasa Louis, sucedió algo ayer?

—Nada malo, en realidad fue bueno, creo, pero…

—¿Pero qué?

—¿Es extraño sabes? Que ayer la pasé bien, pero no siento que sea correcto sea así.

—¿Qué rayos dices Lou? Tú mereces ser feliz, pasar un rato agradable no es malo, corazón.

—Aún estoy trabajando en eso, estar aquí ya es mucho, Esteban siempre decía que hay un precio que pagar por todo y lo que se me escapó de las manos no fue poco.

—Querido, deja de decir eso, tú no hiciste nada, la vida ha sido una mierda contigo, sin embargo, recuerda ese estúpido, pero muy certero dicho que dice que luego de la tormenta viene la calma.

—Pues la lluvia ha tardado años en irse.

—Algún día pasará amor, bien sabes: No de la noche a la mañana tendrás tu total recuperación, aún falta mucho y cuando todo pase tú y yo bailaremos sobre tu arcoíris.

—Mira qué clase de amigo soy, se supone que yo debo de consolarte a ti, no tú a mí.

—Calla que así me consuelas, no hay mejor cosa que saber que sacas todo lo que hay aquí. —Dijo señalando su cabeza.

—¿Y si todo esto es una broma y si un día ustedes desaparecen? Todos los días vivo con la agonía de saber de Zayn, tengo miedo, eso es todo.

—Yo no pienso desaparecer a ver dame tu mano. —pidió comprensivo sabiendo de los bajones emocionales que se pasan después de sentirse bien.

—Para que la que… Auch Niall, ¿por qué hiciste eso? —inquirió con el ceño fruncido sobando la parte que su amigo había pellizcado.

—Perdóname, pero debía demostrarte que estás aquí junto a mí. —se burló—. Ya en serio Lou, aquí estaré siempre.

—Gracias, Niall.

—Por nada Lou. —Lo abrazó riendo—. Bien, ahora cuéntame cómo te ha tratado mi querido cuñadito.

La piel de Louis se tornó roja y volteó la cara en otra dirección.

—¿Así de bien no?

—Oh calla Niall, me avergüenzas, no-no es lo que tú crees.

—¿No?

—No, no es así, le comenté todo esto a él también y fue muy bueno conmigo, es solo que hay algo que ni yo sé cómo explicarte, ajjj mejor olvídalo.

—Louuuuuuu —Lo molestó con un tono agudo pinchando un poco su costado para hacerle unas cuantas cosquillas, al ver que su amigo no diría más no insistió en el tema—. Cuéntame, ¿cómo vas con tu diario de historias?

—Bien… Bueno, es decir, ha servido de mucho, es más sencillo ahora.

—Me alegra escuchar eso.

—Le conté a Harry sobre mamá, él es muy lindo Niall… es decir, todos ustedes son tan lindos. —Se apresuró a decir para que su amigo no se diera cuenta de lo que podría sentir.

Niall iba a responder, pero los hermanos salían de la cocina con platos llenos de comida, Gemma los dejó sobre la mesa y regresó por Niall cargándolo para que este enrollara sus piernas alrededor de su cintura.

Harry veía cómo Louis observaba la escena frente a él, su mirada no reflejaba más que felicidad.

Se acercó a él preguntándole si necesitaba ayuda. Louis un poco avergonzado movió la cabeza de un lado a otro, se levantó del sillón y juntos se dirigieron al comedor.

El alfa era algo torpe en la presencia de Louis, disimulaba bien los pequeños tropezones o sus sonrojos cuando este lo veía con detenimiento.

Porque para Harry bajo la mirada de Louis se rompían los relojes y el tiempo quedaba en el olvido.

El ambiente era tranquilo, Harry les informó sobre lo que Liam comentó acerca de los reportes de lo sucedido.

Habían pedido hablar amablemente y con mucha cordialidad con el alfa quien específicamente trabajaba para Esteban, solo requerían un poco de información a cambio de conservar sus dientes.

El que habló antes era aliado de Nicola, comentó de lo que escuchó en las llamadas de los alfas jefes, el trabajador de Esteban se negó a responder.

Entonces organizaron una tarde de té junto a Harry, ya que con el rizado de compañía quizá sí gustaría hablar, Harry prometió llevar algunos postres para que este maleante se sintiera totalmente confiado al hablar.

Pobre hombre no sabía lo que le esperaba en esa fiesta de té…

—Nicola hizo todo esto para vengarse de lo sucedido con Giorgiano, hace años que tuvimos un enfrentamiento y para él no terminó nada bien.

Niall escupió el jugo de naranja que bebía y empezó a reír como loco contagiando a los alfas. —Espera, espera, ¿quién diablos llama a sus hijos con nombre de trasero? NI-COLA Y GIORGI-ANO. —Se carcajeó hasta casi quedarse sin aire.

El omega reía en exageración por lo estúpido que sonaba y al parecer nadie se dio cuenta de eso.

—Omega que cosas dices, amor.

—Lo siento perdón, pero no podía evitarlo. —habló más calmado.

Harry toma la palabra. —Mañana Gemma y yo tendremos una tarde de té con uno de los alfas que sobrevivió, hace un rato, Liam me envió un mensaje informando que ya despertó.

—Diablos, eso suena doloroso. —Niall dijo con cara de pena, ya sabia de que trataban esas reuniones y se compadeció de aquel pobre hombre.

Por la tarde Harry decidió salir un poco, necesitaba sacar el estrés que había acumulado, así que tomó sus instrumentos de pintura para ir a algún lugar calmo y pintar.

De camino a la salida se topó con Louis que veía muy de cerca una de las plantas de Niall, la inspeccionaba con mucho detenimiento.

—Louis ¿Qué haces? —Se acerca interesado.

—Nada, solo observo este cactus, es curioso.

—¿Qué hay de curioso en él?

—Nunca vi uno igual, sus hojas parecen completamente de agua.

Harry se acercó un poco a ver lo que Louis hablaba, pero a decir verdad él se distrajo al ver como este veía la pequeña planta ladeando un poco la cabeza de un lado a otro.

—Es hermoso, ¿no crees? —Louis cuestionó asombrado por las hojas de cristal de la planta.

—Si lo es. —respondió, pero con la mirada fija el rostro acentuando las perfectas facciones de Louis.

—Saldré unos momentos a pintar, últimamente he tenido mucho estrés, necesito sacarlo de mí o terminaré quedándome calvo.

—¿Pintas para manejar tu estrés?

—Así es, esto —señaló sus implementos—. Es mi mejor terapia.

—Eres diferente, pienso que otros irían a disparar al aire o romper cosas.

—Lo sé, cada uno tiene su forma de sacarlo de alguna manera. Si fuera por mi alfa andaría arrancando cabezas por todos lados a esos infelices, pero bueno déjame explicarte.

—Bien, escucho. —Le observó con atención.

—Por ejemplo, Liam hace turnos voluntarios en la estación de bomberos y Gemma se pone a tejer todas las noches, creo te ha estado preparando algo y Niall está más que claro que lo suyo es la locura por las plantas.

—No me percaté de eso, no sabía Gemma que tejiera.

—Cuando te entregue el suéter que está haciendo finge sorpresa por favor o seré hombre muerto. —Harry se dio un golpe mental se supone que no diría absolutamente nada.

—Bien haré lo posible, lo prometo.

—¿Y tu método cuál es Lou?

—Pretender estarlo. —susurró.

—Louis… —El alfa se acercaba.

—Está bien, Harry no te preocupes, Niall dice que pronto pasara, confío en eso. —Y de verdad una parte de Louis deseaba que así fuera.

—Niall tiene razón, ya verás que si, todo saldrá bien, si deseas puedes acompañarme no voy muy lejos.

—No gracias, prefiero no salir por el momento.

—Como tú desees. Por cierto, Gemma me comentó que te les uniste a las clases de defensa junto a Niall.

—Si. —bajó su mirada algo apenado.

—Genial, eso es perfecto, si quieres yo, solo si tú quieres, yo podría enseñarte. —Harry pregunta con un toque de ilusión.

—Me encantaría. —Louis esboza una ligera sonrisa.

—Eso es todo, estaré encantado. La otra vez Niall hasta intentó aprender como usar un arma. —ante la sorpresa de Louis rápidamente explicó—. De igual forma, solo fue con fines de defensa.

—Suena interesante, creo que también me gustaría, ¿estaría bien? —pregunta inseguro.

—Solo si tú gustas, hay unas licencias que se otorgan junto a un proceso hasta para tenerlas, estamos empleando un nuevo régimen, ya que no es correcto que cualquier loco las tenga en manos, ya ves todo lo que pasa y los incidentes que suceden cuando no se tiene el debido cuidado.

—Está bien, supongo que sí, estaré esperando deseo hacerlo. Nunca está de más aprender algo nuevo.

—Espero algún día puedas acompañarme. —Sin más que decir, Harry tomó sus implementos para ir a relajarse un poco.

Y Louis se lamentaba no poder ir con Harry, pero era su momento y él aún estaba trabajando con los miedos que volvieron después del incidente en la clínica.

—Bien, te veo al rato Louis. —El alfa le sonríe con cariño.

Harry se despidió y Louis siente raro en su pecho, se quedó con el deseo de haber estado más tiempo junto al alfa, era muy fácil estar con Harry, podían no hablar, podía escuchar los chistes malos que le contaba, oírlo cantar o simplemente estar sin hacer nada, se sentía cómodo junto a él.

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—Asegúrate que el maldito omega haga bien su trabajo para la venta, ya me cansé de esa mierda. —ordenó furioso.

—Como usted ordene, señor Esteban.

—Ya tengo el dinero adelantando, agrégalo a la lista de venta sin que se dé cuenta, encárgate de que todo salga como se debe o tu cabeza estará de adorno en mi repisa, ¿entiendes?

—¿Usted no estará? —inquiere nervioso.

—Tengo algunos asuntos que resolver, pero estaré, la maldita de Trisha aparecerá de una u otra forma, quiero ver su rostro cuando se entere de que el puto de su hijo estará fuera del continente.

—Muy Bien.

—Esos malditos policías me están colmando la paciencia, procura que todo esté en orden.

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Louis se sentía un tanto avergonzado. La razón era que Harry en algunas ocasiones llegaba con algunos detalles para obsequiarle. 

Primero fue un suéter, segundo un lienzo que él mismo pintó, algunas cosas de comida y sudaderos. Louis siempre se negaba sintiendo que no era merecedor de la bondad y el cariño del alfa. Pero Harry le insistía en cada uno de ellos con el argumento que adoraba hacerlo.

Y hoy Harry llegó con una enorme bolsa con algunas cobijas y almohadones. Por la mañana el alfa escuchó que Louis dijo que era lo primero que compraría cuando encontrara algún trabajo. 

Al salir de las oficinas, el alfa fue directo a una tienda a buscar todo lo que Louis pudiera necesitar. La vendedora le sonrió diciendo lo lindo que era ver a los alfas buscar nuevos implementos para los nidos. Harry no fue capaz de negar aquello y al terminar agradeció con una enorme sonrisa en su rostro.

Por la noche, después de qué alfa insistirá, fue a la habitación de Louis para ayudarle a acomodar sus cobijas. 

—¿Te gustó? —pregunta Harry.

Louis esboza una pequeña sonrisa. —Son muy lindos, me encantan Harry.

—Me alegro, ¿necesitas ayuda para ponerlas?

Louis aguarda unos segundos y piensa en la propuesta, no puede negarse al ver el rostro ilusionado de Harry.

—Está bien, gracias, Harry.

—Perfecto, Lou.

Quitaron las antiguas y colocaron las nuevas, Harry no dijo nada, pero entre las cobijas venían algunos adornos para darle un poco más de personalidad a la habitación de Louis.

—Me encanta, luce muy lindo. —Louis fue el primero en hablar.

Harry le sonríe. —Me alegro, siento que esto va un poco más con tu personalidad.

—Gracias.

El alfa se queda paralizado, Louis recostó su cabeza en su hombro. Era un toque delicado y cuidadoso. Harry sonríe al notarlo bostezar. Espera a que Louis rompa el contacto.

Unos instantes después Louis se reincorpora, el aroma de Harry es relajante.  —Lo siento, perdón, yo…

—No te preocupes, yo encantado. —sonríe—. Vayamos a comer algo y luego iremos a dormir, ¿qué te parece? 

—Bien. —Louis bosteza de nuevo.

Ambos salen de la habitación, tan cercanos como pueden, sus manos rozan y se siente bien.

Louis se encuentra un poco sonrojado, en su mente deseaba recostarse junto a Harry, o pedirle que deje su olor en uno de los almohadones y así dormir tranquilo toda la noche, acurrucado junto a su aroma.

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Hola, en algo pequeño, pero me agradó.