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Capítulo 9

Mis ojos estaba pesados y mi cabeza daba vueltas. Después de vomitar por tercera vez en la mañana comencé a sentirme mejor. Lavé mi rostro y me miré al espejo, joder que mal aspecto tenía. El pelo enmarañado y ojeras bien marcadas. Estaba pálida y los labios resecos. Nota mental, no volvería a beber soju en la puta vida.

Vagamente recuerdo lo ocurrido, las imágenes iban y venían de forma aleatoria pero de algo sí estaba segura, Raúl estaba en todas. Me froté el rostro deseando no haber hecho ninguna gilipollez con él. Lo llamé, quería saber qué había pasado y no me contestó la llamada. Eso era señal de que algo pasó.

Opté por llamar a una amiga, que si no era la mejor, por lo menos se acercaba. Por no decir que era la única, aparte de Raúl.

-_Hola Lore, cuanto tiempo.-

Ella siempre atenta y al pendiente de mí y yo no le correspondía. Podía pasar meses sin hablarle y siempre era la misma conmigo, cosa que agradecía.

-Necesito hablar. Voy al café que hay aquí en frente de mi edificio. ¿Te apetece venir?-

-_Claro, dame media hora y ahí estaré-

Colgué y fui a ponerme algo decente, unos shorts y una camiseta suelta fue lo que me pareció más cómodo. No tenía ganas de maquillarme así que me puse unas gafas de sol para tapar las ojeras y que el sol no molestara.

Estando en la cafetería ni me molesté en quitarme las gafas por lo que el camarero me miraba raro, cosa que dejé pasar. Pedí un café fuerte para la resaca y un cigarro fue lo siguiente. No había nadie salvo los empleados así que me lo permití, solo por hoy.

La campana de la puerta sonó, entrando una rubia de ojos azules muy bonitos, Julia, mi amiga. Atractiva como ella sola, sin embargo, lesbiana, por lo que los chicos tenían las de perder. Muchas veces tuve que hacerme pasar por su pareja para quitarse a algún que otro pesado que estuviese intentando seducirla. Sonreí al recordar eso.

-Hola-

Me saludó con dos besos y se sentó frente a mí.

-Hola-

Dije y me quité las gafas. Primero me miró seria y luego sonrió.

-Joder una noche loca y ni siquiera tienes la decencia de llamarme para compartirla conmigo. Auch.

Se tocó el pecho mientras lo decía de manera irónica. Sonreí ante su mala interpretación de chica indignada.

-No seas dramática si sé que estás ocupadísima con tu salón de belleza.-

Tomé una calada del cigarro y lo apagué.

-Así es, bastante ocupada y ganando bien por cierto.

-Me alegra mucho-

-Vayamos directo al grano, no me has llamado aquí para saber cómo me va con mis negocios. Así que desembucha ya.-

A parte de ser tierna si se lo proponía, Julia también tenía la cualidad que más me gustaba en las personas, era clara y directa. Además contaba con una sinceridad aplastante.

-Me jode que me conozcas tanto-

-A mí no. Por el contrario, me encanta.- sonrió.

-Bien, ayer bebí demás y llamé a Raúl- hice una pausa.

-Y... Qué pasó- dijo con curiosidad.

-No lo sé- puse mis manos en mi rostro.

-Solo espero que hayáis follado-

Me soltó eso último de una manera tan natural y quitándole importancia. Abrí mis ojos como platos y la miré fijamente.

-No me mires así, que perfectamente sé que entre ustedes pasa algo. Y no hablo de lo que pasó hace años. Hablo de que siempre hay una tensión sexual entre ustedes que es fácil de notar para los que miramos desde fuera.-

No sabía que decir. Me quedé un momento con las palabras atoradas en mi garganta y Julia tomó mi mano trayéndome de nuevo a la conversación.

-Siempre he sido sincera contigo y sabes que llamo las cosas por su nombre pero no te dije nada antes porque pensé que no querías hablar del tema. Siempre esquivabas ese tipo de comentarios y nunca le diste paso a ninguna insinuación con respecto a que si entre ustedes había algo más. Pero es hora de que dejes eso de lado y aceptes que estás loca por él.-

Empezaba a creer que Julia tenía razón y yo solo bloqueaba esos pensamientos tratando de mantener cerca a Raúl aunque solo fuésemos amigos. Sin embargo últimamente me había sentido atraída físicamente por él.

-A lo mejor tienes razón pero hay un problema. Está viviendo con una mujer y parece que va en serio con ella.-

-Joder, sí que va en serio. Es la primera vez que instala a alguien con él. Supongo que ella logró engatusarlo.-

-Supones bien. Va de mosquita muerta pero bien que vive de él y sin dar un palo al agua. Se conocieron hace unos meses en el hospital y ya están viviendo juntos. Ella tenía problemas familiares y su escapatoria fue él. Ahora no estoy segura de que él sepa esto y bueno, ya tuvimos una pequeña discusión por ella y por decir lo que pienso al respecto.-

Julia sonrió y se cruzó de brazos.

-Estás celosa-

-Vamos no me jodas. Solo estoy diciendo lo que creo y estoy segura que tú piensas lo mismo. Lo conoces, sabes que no era su intención tener nada serio con nadie. Hasta que apareció ella y de repente todo eso de vivir juntos. Jodidamente conveniente para ella.-

-Es verdad, estoy de acuerdo contigo. Pero igual, estás celosa.-

-Lo que quieras-

Después de mi charla con Julia y de ponernos al día fui a mi casa a descansar. El día pasó bastante rápido y pude pensar en lo que haría con respecto a Raúl. Tenía que hablar con él y saber lo que había pasado la noche anterior, sin embargo seguía sin contestar el maldito teléfono.

***

En el hospital terminé de atender a mi último paciente y miré mi reloj, aún faltaba media hora para salir y decidí ir a ver a Raúl. Llevaba unos días evitándome y realmente me estaba empezando a molestar esta situación. Cafa cez que pasaba algo me evitaba y ya era demasiado infantil por au parte.

Salí de mi consulta, ya no tenía puesta la bata y solo tenía un vestido de manga corta que llegaba por debajo de las rodillas. Me gustaba vestir elegante para trabajar. Crucé el enorme pasillo que llevaba a la consulta de Raúl y solo se escuchaba el sonido de mis tacones en el suelo. Llegué a la puerta y toqué. Sentí que contestó por lo que entré.

-Hola-

-Hey, siéntate- me señaló la silla del otro lado de su escritorio.

-Estoy bien de pie, gracias-

Mi tono serio sobresalía a más no poder. Se aclaró la garganta y se levantó de la silla para quedar a mi altura, aun con tacones tenía que levantar ligeramente la cabeza para poder mirarlo a los ojos.

-Entonces me pongo de pie yo-

-Cómo desees, yo solo quiero saber qué es lo que te pasa. Porque últimamente me evitas y yo seré menor que tú y lo quieras pero me cabrea que te comportes como un niño.-

Se puso tenso, su mandíbula estaba bastante rígida y yo aproveché para acercarme más y eliminar un poco la distancia entre ambos.

-¿Por qué crees que te evito?-

Dijo con ese tono serio y sexy “Baja Bragas” que solo él poseía. Tragué grueso, estaba demasiado cerca, le dio vuelta a la situación muy rápido. Era yo quien venía por explicaciones y era yo quien lo estaba desafiando primero. Sonreí, él no se iba a salir con la suya así que me senté sobre la mesa. Debía mostrarme segura ante él.

-Si lo supiera no te preguntaría, eso es para bobos-

También usé el mismo tono que él, yo sabía jugar su juego, sonreí y crucé una pierna por encima de la otra. Sus ojos viajaron desde mi rodilla, pasando por la parte que se veía de mi muslo hasta mis ojos. Era una mirada profunda y llena de deseo. Me estaba excitando esta situación.

-¿Entonces no sabes lo que pasó la otra noche cuando me llamaste estando borracha?-

Se humedeció los labios con la lengua como si recordara algo apetecible y delicioso. Yo solo me quedé observando sus labios carnosos y húmedos que se veían ligeramente rosados.

-Explícamelo tú-

En este punto ya estaba perdiendo el control, sabía que había pasado algo entre ambos pero no sabía exactamente qué, aunque por la reacción de Raúl debió ser excitante, así que dejaron de importarme los formalismos y al parecer a él también porque se colocó entre mis piernas y se acercó a mi rostro, me tomó por la nuca y a escasos centímetros de mis labios dijo:

-Esto fue lo que pasó-

Acto seguido estampó sus labios contra los míos con una fuerza y un deseo que, en seguida supe, estaba guardando por años.

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