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Capítulo 12

Estaba sentada en la cafetería del Centro Comercial más grande la ciudad y donde obviamente se encontraba el salón de belleza de Julia. Llevaba esperándola alrededor de una hora. Había tomado mi segundo café cuando miré la pantalla del móvil y suspiré algo molesta. Sí que tardaba la rubia en  aparecer.

Tomé de nuevo mi móvil y buscando el contacto de Julia me encontré, entre los más usados, el de Raúl. Sonreí. Habían pasado unos días desde la primera vez que tuvimos sexo y nos encontrábamos a menudo en el hospital, donde compartíamos miradas y algún que otro roce. La adrenalina que sentíamos al tratar de tocarnos y besarnos sin ser descubiertos, le agregaba más intensidad a nuestros pequeños encuentros sexuales pero había un tema que no dejaba de dar vueltas en mi cabeza: Melissa.

No sabía cómo sentirme al respecto, sin embargo, no me preocupaba mucho. Raúl y yo éramos dos adultos en pleno uso de sus facultades haciendo lo que queríamos sin complicaciones. Yo no estaba haciendo nada malo y él, bueno era problema suyo.

Julia se sentó frente a mí y me sacó de mis pensamientos. Traía una sonrisa de oreja a oreja. El hecho de que la llamara para hablar sobre Raúl la puso demasiado contenta.

-Por fin llegas, llevo dos horas esperándote. –Dije mirando la pantalla del móvil.

-No seas exagerada solo una hora y diez minutos. –Me  respondió con una sonrisa.

-Estás muy risueña hoy, ¿hay algo en especial que te tenga así? –También sonreí.

-Sabes perfectamente que me encantan los detalles y más si es sobre lo que pasó entre Raúl y tú. –Dijo entusiasmada.

-Eres muy curiosa-

-Sí y no me importa. Así que cuéntame, qué pasó-

Sonreí y mordí mi labio inferior a lo que Julia respondió con una amplia sonrisa.

-Sí follamos, ¿eso era lo que querías saber? –Bajé un poco la voz pero seguía sonriendo.

-¡Por fin!, joder que buena noticia. Y cuenta, como fue, que hizo, donde fue, dímelo todo –Estaba más que entusiasmada y sus ojos tenía cierto brillo de felicidad.

-No te contaré todo, esas son cosas que prefiero que queden en la intimidad de mi casa-

-Entonces, ¿fue en tu casa?-

-Sí, estuvimos toda la noche juntos. Dormimos hasta que Melissa lo llamó y prácticamente tuvo que salir corriendo de mi apartamento.-

Una punzada de tristeza me invadió pensando en cómo me sentía en aquel momento. El sentimiento de abandono y de vacío me consumía pero luego entendí que esta situación llevaba otra manera de actuar y simplemente decidí no pensar en nada que no fuéramos Raúl y yo.

-¿Melissa es pintora? –Me preguntó la rubia trayéndome nuevamente a la conversación y la miré algo extrañada con el ceño fruncido.

-¿Cómo? –Seguía desconcertada ante su pregunta.

-Que si Melissa es pintora. –Dijo seria

-No, no creo que valga para eso. Por qué la pregunta. –Seguía sin entender a Julia.

-Entonces no la menciones, ella no pinta nada aquí. Así que sigue contándome-

Reí a carcajadas, las ocurrencias de mi amiga me encantaban y por lo menos con su broma volví a sonreír después de ese lapsus mental.

-Tienes razón, ella no pinta nada… Bueno volviendo a lo que interesa, Raúl es una máquina en la cama. Nos complementamos de maravilla y no puedo pensar en tener a nadie más que no sea él.-

-Te lo dije, estás loca por él –Dijo cruzando sus brazos.

-No, tú eres la que está loca, solo somos amigos… muy buenos amigos que follamos y tenemos buena química sexual. No hay sentimientos, por lo menos no quiero enamorarme.-

-Estás jodida, él te ama y nada más hay que darse cuenta de cómo te mira. Lorena, eres muy inteligente para unas cosas y para otras estás totalmente ciega, o es que te haces la ciega-

-Realmente no tienes filtro-

-Para qué si nos conocemos desde hace años y ya hemos pasado cosas peores y tú lo que necesitas es que alguien te abra los ojos. Y quién mejor que yo para eso-

-Por esa parte tienes razón-

-Hay algo que quiero preguntarte y necesito que al menos me des detalles precisos sobre eso. –Hizo una pausa para darle más dramatismo al tema. Se acercó un poco más a mí y colocó una de sus manos alrededor de su boca. Al parecer quería evitar que alguien escuchara.

-¿Cuánto  le mide? –me susurró
Sonreí saboreándome y recordando el tamaño prominente y responsable del miembro de Raúl.

Me acerqué y le susurré, tratando de imitarla.

-19 cm-

Reímos a carcajadas

***

Luego de un rato de charla, algo detrás de Julia llamó mi atención. Una pareja salió del Centro Comercial tomados de la mano, él era delgado y llevaba una ropa algo formal, por su parte ella traía un vestido ajustado y unos tacones bajos. Pero lo que más me llamó la atención fue el color de su pelo, el cual llevaba en una coleta desenfadada. Ese color rojo, me era demasiado familiar.

Dejé a Julia prácticamente con la palabra en la boca y salí detrás de aquellos dos. Corrí un poco, ellos no estaba muy cerca de donde nos encontrábamos Julia y yo, por lo tanto existía la posibilidad de que mi teoría estuviese equivocada, pero necesitaba salir de dudas.

Llegué al parking y miré en todas las direcciones. Joder los había perdido, maldije por lo bajo. Me di la vuelta dispuesta a irme y para mi sorpresa ellos dos venían en mi dirección pero estaban tan entretenidos en su conversación que no notaron que me escondí detrás de una columna.

Ella era demasiado familiar para mí, pero llevaba gafas grandes y no se despegaba de él, lo que me dificultaba detallarla mejor. Me sentía patética espiándolos pero necesitaba aclarar las cosas.

Llegaron a un auto rojo, y el sonido de la alarma hizo que me sobresaltara. Mis latidos estaban acelerados y no quería ser descubierta. Antes de entrar al auto el chico la tomó de la mano y la atrajo hacia él, quedando de espaldas a mí, sin embargo pude ver cómo la besaba y el deseo que existía entre ambos.

Mis manos sudaban y mi ansiedad aumentaba. Totalmente confundida seguía mirándolos y rezando porque no me descubrieran. Hasta que él decidió liberarla de su agarre y ella por fin salió de la sombra del chico permitiéndome observarla a la perfección, llevé una mano a mi boca en sorpresa, reafirmando lo que ya había pensado.

Me quedé un momento detrás de la columna y respiré profundo. Salí de allí hacia donde había dejado a Julia que por su puesto, estaba preocupada. Me senté nuevamente en la silla y le hice señas al camarero para que me trajera un poco de agua.

-Lorena, estás pálida, ¿qué pasó?-

Julia me tomó de la mano y en su rostro se reflejaba claramente la preocupación. Mientras tanto yo seguía procesando lo que acababa de ver.

-No me lo vas a creer. –Dije con voz grave.

El camarero me trajo un vaso de agua y lo bebí de un sorbo.

-Joder, Lorena me vas a matar de tanta ansiedad. Me quieres decir que está pasando-

Julia estaba muy alterada y yo en shock pero me repuse mirándola a los ojos.

-Acabo de ver salir a dos personas y la chica me parecía conocida así que fui a ver si era ella realmente y cuando llegué al parking estaban ellos dos juntos besándose como si no hubiese un mañana. Sin importarle los que estuviesen a su alrededor-

-¿Y?, eso es normal entre pareja-

-Lo que no es normal es que la chica fuera Melissa-

Julia abrió la boca en una perfecta o. La sorpresa en su rostro era casi como la que yo sentía. Joder esto no está pasándome, no a mí. No me importaba si Melissa le era infiel o no a Raúl, de todas formas era lo que él estaba haciéndole a ella conmigo. Lo que me molestaba era que yo supiera de eso porque me colocaba en una situación muy incómoda con respecto a Raúl.

Entonces Julia me hizo la pregunta que menos quería oír en aquel momento y la que estropearía mis planes si respondía de manera incorrecta.

-¿Le contarás a Raúl?-

-No lo sé- 

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