Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11

Raúl

Estuve esperando por esto durante años, escucharla gemir y llenarla de placer era uno de mis más torcidos deseos. Para ella tenía más, Lorena me hacía sentir como nadie y justo en el momento que me permitió tocarla y besarla, había despertado un deseo mayor, hacerla mía costase lo que costase.

Con una sonrisa estúpida me fui rumbo a mi casa, mientras conducía comencé a pensar en algo que se me había olvidado por completo, Melissa. La mujer a la que pedí que viviera conmigo y con la que tenía algo realmente serio.

Estaba totalmente confundido, no sabía qué hacer ni qué decisión tomar. Por una parte me estaba acostumbrando a todo esto de vivir con alguien, de que me atendiesen y me mimasen, sin embargo estaba traicionando a Melissa y yo no me caracterizaba por ser un traidor o un mentiroso. Eso iba en contra de mis principios.

Llegué a la puerta y dudé en pasar la llave para abrir, inspiré profundamente y dejé salir el aire de una manera muy lenta. Estaba tomando valor para enfrentar a Melissa.

Abrí y estaba la casa vacía, sentí un leve alivio porque me daba tiempo a pensar mejor lo que haría. Además tenía que hablar con Lorena respecto a lo que pasó y a lo que puede llegar a pasar entre ambos. Necesitaba beber un trago de whiskey para pensar.

Me serví y de un golpe bebí todo. Volví a servirme y me senté en el sofá.
Analizando fríamente las cosas llegué a la conclusión de que Lorena no me había dicho que quería una relación seria y por otra parte, técnicamente no habíamos follado, solo la toqué hasta que se corrió en mi mano. Muy lógico todo. Sonreí por mi pensamiento tan descarado.

Aunque estaba hecho un puto lío, comencé a recordar la escena de hace un rato, cuando Lorena me había dado la oportunidad de verla vulnerable y sensual ante mí e inconscientemente una ola de calor recorrió mi entrepierna. Estaba olvidando lo que era pensar con claridad y ya no recordaba el problema que tenía, solo había un nombre en mi cabeza, el suyo, Lorena.

Sin pensarlo la llamé, no podía esperar a tenerla y si bien podía masturbarme pensando en ella, simplemente no quería hacerlo. Necesitaba que fuese ella la que me tocara. Al segundo tono contestó.

-_Hola, ¿no podías esperar verdad?_- contestó con voz sensual.

Me jodía que me conociera tanto, nadie era capaz de hacer estas cosas, solo ella, porque podía descifrarme con una facilidad acojonante. Que me contestara así solo me había provocado mucho más y ya lo tenía como piedra.
-Sabes que no puedo esperar, sabes que quiero follarte tan duro que no logres olvidarlo- respondí con voz ronca.

-_Joder, sí que sabes encenderme_ -su voz era un susurro placentero para mis oídos.

- Más que encenderte quiero quemarte, si el de hace un rato no fue el mejor orgasmo, entonces prometo regalártelo. Porque mereces que te de tanto placer como el que tú me provocas….y ni siquiera me has tocado.-

Yo había empezado a acariciarme mientras hablábamos. Esto era simplemente ardiente y quería dejarme llevar.

-_Estoy en mi casa. Te espero._-

Su voz era sensual a la par que dominante y yo solo iba a permitir que tomara el control así, por teléfono, le iba a dejar este tiempo de gloria porque en cuanto la tuviese en frente le dejaría saber que yo hago lo que me da la gana y que no sigo órdenes. Por eso tomé la iniciativa y se me ocurrió algo.

-Espérame, bañada y con un vestido sin nada debajo. Cuando llegue quiero encontrarte así o de lo contrario tendré que castigarte-

Necesitaba tomar el mando o de lo contrario iba a terminar sin haber empezado.

-_ ¿Qué harás?_-

Sentía la curiosidad en su voz y yo solo sonreí ampliamente aprovechando que no me veía.

-No quieras comprobarlo. En un rato nos vemos-

Con eso colgué. Estaba tan satisfecho por hacer esto y provocarla que mi cara me delataba. La sonrisa estúpida no se fue en toda la conversación ni después de colgar. Me sentía como un adolescente entrando en la pubertad. Eso era lo que ella hacía conmigo, me hacía sentir como un niño.

***

Lorena

La expectativa me estaba matando. Llevaba alrededor de tres horas esperándolo, ya era de noche y seguía dando vueltas alrededor de la casa. Había hecho exactamente lo que me dijo, me duché y me vestí sin nada debajo del mini vestido transparente que me había puesto. Si lo que quería era que me excitara, lo había conseguido con creces, entre la espera y las ansias de verlo, de sentirlo y de experimentar un mar de sensaciones, ya estaba muy mojada.

La conversación de antes me había encendido de una manera que nunca nadie había logrado, es decir, nadie me había provocado de esta manera y solo con las palabras. Tenía pensado tocarme en la ducha pero quería que fuese él y que notara lo que me hacía sentir.

Casi era medianoche y Raúl no había aparecido. Entonces comencé a creer que había desistido de venir pero el timbre me sacó de mis pensamientos y sonreí, porque solo podía ser él.

Abrí la puerta y ahí estaba él, tan varonil, sexy y atractivo, con esa pose de macho dominante y rudo que haría temblar las piernas de cualquier chica y yo estaba cediendo ante sus encantos pero eso era algo que él no sabría. No le daría más motivos para elevar su ego.

No necesitaba más palabras y se abalanzó sobre mí demandando un beso cargado de lujuria y deseo. Incluso más que esta tarde. Había algo en él que detonaba sensaciones nuevas en mí, el calor de su cuerpo, el roce de sus manos en mi piel, todo se sentía diferente a lo que había sentido antes y eso era algo que me estaba gustando mucho.

Su lengua buscó la mía y sus manos viajaron hasta mi trasero y lo apretó con fuerza, pegándome mucho más contra él. Profundizamos el beso, lo tomé del pelo y lo presioné más contra mí. Nuestros labios tenían un delicioso ritmo de lamer, morder, chupar. Deslicé mi mano hasta su pantalón y estaba como un bloque, al sentir el roce de mi mano en esa zona, dejó escapar un leve gemido en mis labios.

-Eso es lo que provocas-

Dijo contra mis labios y yo solo sabía que estaba llegando al límite. Necesitaba sentir sus manos en mi piel desnuda y no a través de la tela. Me separo un poco y con un rápido movimiento me quito el vestido quedando completamente desnuda ante él.

-Eres hermosa-

Se mordió el labio inferior y yo no sabía cómo responder. Me estaba devorando con la vista y me sonrojé un poco. Él se acercó y acarició mi mejilla, luego volvió a besarme. Pero esta vez de una manera más suave, más delicada y la sensación era de fuego en mi interior, pero no un fuego arrasador sino de una calidez que me brindaba paz. Como si esto fuese lo que yo llevaba buscando siempre y no sabía que necesitaba.

Le correspondí y mientras lo besaba le quité la camisa por encima de su cabeza y comencé a tocar su abdomen desnudo. Él se contrajo ante el roce de mis dedos y comencé a deslizarlos hasta quedar en el borde de su pantalón. Entonces me detuvo y levantó mi rostro con la otra mano para que lo mirara a los ojos.

-¿Por qué me detienes?- dije un poco confundida.

-Te deseo, Lorena-  su mirada profunda me atravesó de una manera que sentía que podía ver a través de mis ojos.- eres lo que más deseo ahora mismo.

Una sensación de deja vú me invadió. Esta situación ya la habíamos vivido. Entonces entendí que esto era lo que había pasado aquella noche que lo llamé estando borracha. Él había respetado mi estado y aunque yo se lo pidiera no había pasado los límites. Sonreí.

-Yo también te deseo Raúl-

Solo faltaba eso para seguir. Me cargó y coloqué mis piernas alrededor de su cintura. Mientras nos besamos con desesperación. Me llevó hasta la cama y quedó sobre mí. Comenzó a besarme y bajó por mi cuello recorriendo cada centímetro hasta llegar a mis pechos que no dudó en acariciarlos y besarlos a su antojo. Con una mano comenzó a rozar mi sexo, que estaba más que húmedo. Cerré los ojos y jadeaba cada vez que tocaba el punto exacto que me hacía explotar.

Se levantó y se quitó el pantalón seguido de su bóxer dejándome ver su prominente erección y sin pensar pasé mi lengua por mi labio superior. Estaba ansiosa por sentirlo a lo que él sonrió. Sin decir nada volvió a besarme y con su mano volvió a acariciar mi sexo e introdujo un dedo y luego otro. Comenzó a entrar y salir de una manera lenta y deliciosa para luego hacerlo más rápido. Yo estaba retorciéndome de placer y gimiendo en su boca. Esto se sentía demasiado bien, era el puto paraíso.

-Necesito… sentirte… dentro… de mi.- estaba jadeando y estaba cerca de mi clímax. Quería sentirlo y me estaba torturando el hecho de que no lo hiciera.

-Ya estás lista- respondió con un tono divertido.

Y en un rápido movimiento entró, llenándome y dejé escapar un sonoro gemido. Sentía cada centímetro entrando y saliendo. Él también gemía y tomó mis manos sobre mi cabeza para luego mirarme. Estaba ligeramente sonrojado y su expresión de placer era jodidamente sexy. Comenzó a moverse de manera lenta como si se acostumbrara a estar dentro de mí. Arqueé mi espalda en respuesta. Volvió a salir y a entrar de un golpe, sorprendiéndome y haciéndome gemir nuevamente. Sonrió maliciosamente y comenzó a embestirme sin contemplaciones y ambos gemimos, quería enterrar mis uñas en su espalda pero no me dejó. Me tenía inmovilizada y solo entraba y salía con rapidez, haciéndome sentir el placer más puro.

Sus movimientos comenzaron a ser descontrolados y me perdí en él: en sus besos, sus caricias y cada jodida sensación. Me incliné hacia atrás y me dejé llevar por la ola de placer que invadió mi vientre, llegando al mejor orgasmo que había tenido. Al sentirlo, él también terminó dentro de mí, descargando todo ese placer acumulado.

Nos volvimos a besar y se recostó a mi lado. Sin decir nada me atrajo hacia él y me abrazó. Nuestras respiraciones seguían siendo inestables. Pero sonreí y le hablé.

-Este sí que ha sido el mejor orgasmo que he tenido-  le digo con sinceridad a lo que él me responde con una sonrisa.

-Y esto, es solo el principio-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro