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★ Traje

Una vez la clase terminó, Yuu jaló a su mejor amigo al baño para poder mirar el traje y revisar si la talla era la correcta; mentiría si dijera que no se puso nervioso de tan solo imaginar que podía ser descubierto, pero se sentía muy curioso por ver esa bendita prenda que le había obsequiado el de tez pálida.

Kimizuki le ayudó a cargar la larga bolsa de tela en la que estaban las prendas y ya ahí —en el baño—, se encargó de hacer guardia para que nadie los molestara ni para que el rubio los viera; estuvieron unos extensos minutos en silencio hasta que el moreno salió del cubículo.

—Wow... —exclamó el pelirrosa admirándolo—. Creo que Geagles-san realmente tiene muy bien gusto en ropa.

—¿E-En serio? Me siento raro usando esto —sinceró el azabache palpando el saco del traje.

—Te ves bien, quiero decir, si con eso él no se desmaya al verte, entonces no creo que haya valido la pena gastar tanto dinero en ti —añadió en un intento de ánimo a su amigo que aún seguía mirando su cuerpo envuelto en aquellas telas bien cortadas y a su medida.

Yuu estaba gratamente sorprendido, al inicio, le pareció que se veía extraño el traje siendo de un color azul oscuro opaco y con los bordes negros, sin embargo, ahora que lo usaba y se miraba al espejo, hasta le hizo gracia el deducir la razón de ese color; también, aquel traje iba a juego con un pantalón de tela negro que se ajustaba a su cuerpo, mostrando las curvas de sus muslos y caderas.

No hacía falta decir que a Mika le encantaba resaltar su figura, porque el saco también era ajustado y de fondo, la camisa blanca de manga larga igual lo era; incluidos en el fondo de la bolsa, había un moño de color casi marrón, quizá un color cobre que no supieron identificar y un par de zapatos Oxford negros justo de su medida.

Bien, ya empezaba a asustarse un poco de que aquel ojizafiro conociera tan bien su talla de ropa y número de calzado; empezaba a cuestionarse si realmente había sido una buena idea aceptar ir.

—Mikaela, te ves muy feliz desde que tu Yuu-chan te escribió —comentó Lacus mientras caminaban a la cafetería de la universidad para descansar y comer algo antes de la siguiente clase.

—Me dijo que el traje era muy costoso, ¿sabes? —murmuró el rubio al borde se reírse, en sus labios había una sonrisa divertida—. Pero pienso que de verdad le gustó.

—Sí, no olvides agradecerle a tu salvador —se quejó el pelipúrpura rodando los ojos.

Gracias por chantajear a Bathory-san por mí, Lacus —se mofó el ojizafiro.

Cuando quieras, baby —canturreó guiñándole.

Y sí, la realidad era simple, por muy poético que sonase el hecho de que Mika jamás olvidaría la forma del cuerpo de su adorado moreno porque su encuentro fue especial y toda la estupidez, solo era una mera poesía; habían cosas casi imposibles de saber si directamente no se conocían las medidas de las personas.

Así que, ¿quién más las sabría sino Ferid, el jefe de Yuu, aquel que vivía mandando a hacerles uniformes nuevos a sus empleados dos o tres veces por mes? Y al ser este algo así como "el nuevo padrastro" de su mejor amigo, sacarle la información fue cosa de preguntar y torturarle un poco; sinceramente, Mika le agradecía mucho a Lacus toda su ayuda.

Sin él, para empezar, ni siquiera hubiese conocido al ojiesmeralda, ni hubiese bailado con él, u obtenido su teléfono, o charlado todo ese tiempo en la boda de su tío; ¡ni siquiera hubiesen tenido sexo! Era increíble la trascendencia del ojirubí en todo lo sucedido, así que si se ponía a pensar en ello cuidadosamente, le debía varias muy grandes.

No obstante, por ahora, tenían que esperar al día siguiente para poder descubrir si realmente "Yuu-chan" era Yuuichirou Ichinose; por su parte, a Lacus le causaba muchísima gracia que su amigo fuese tan despistado, si él lo había descubierto desde el primer momento.

Bien dicen que el amor te vuelve ciego, sordo, mudo, y de paso, estúpido, pero de verdad no pensó que tanto.

Sábado en la mañana y en la casa Geagles había un tremendo jaleo de todos los empleados ordenando todo; Krul andaba de un lado para otro mostrando cómo debía estar todo y Mika recién se estaba levantando de un hermoso sueño húmedo.

—Mikaela-sama, por favor despierte —pidió una criada entrando descuidadamente a la habitación del aludido—. Su madre me dijo que le informara que la fiesta de su padre es hoy y debe buscar qué vestir.

—Está bien, ya me desperté —suspiró el rubio; la chica dio una reverencia y salió nuevamente.

Entonces una sonrisa se plasmó en el rostro del ojizafiro, estaba contento; hoy era el día, finalmente vería el rostro de su amado chico de preciosas piernas, o eso esperaba.

Entusiasmado, se paró de la cama y se fue a duchar, tenía que medir el tiempo para que le alcanzara y se pudiera arreglar de la forma adecuada antes de la hora de su magnífico encuentro; y también, tendría que explicarle a su madre su plan para que ella pusiera a su disposición uno o dos guardaespaldas que lo ayudasen.

Y para agregarle algo al asunto, tenía que ir por su propio traje a la sastrería en que lo habían encargado.

Mika está todo emocionado y Yuu está súper nervioso xD

Acá les dejo una idea del traje que nuestro rubio le compró a su adorado Yuu-chan:

Y por si no conocían los zapatos Oxford:

Eso es todo :'3

Espero les haya gustado el cap

Bye!

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