★ Nombre
—E-Está bien —se atrevió a decir Yuu, con todo el temor de que el rubio reconociera su voz.
Pero pensó que no lo hizo, pues su expresión continuó siendo la misma, aún cuando le escuchó responderle; con esto, se sintió más relajado.
—Y... ¿de qué universidad eres? —le preguntó el más alto buscando un tema de conversación.
—Estudio en la misma que tú —respondió sintiéndose menos nervioso—. ¿En qué semestre vas?
—Pronto me gradúo —comentó.
Aquella respuesta dio pie para que la conversación fluyera como si ellos dos se conocieran de toda la vida; hablaron de los temas de sus tesis, de la comida del lugar, de sus dos mejores amigos, de sus comidas favoritas, y finalmente, sin querer, y viendo al par de chicos en la mesa charlando, el de tez pálida se atrevió a preguntarle si tenía pareja.
—A-Algo así... —rió Yuu sonrojado; el rubio pensó que se veía lindo—. ¿Tú no?
—Bueno, algo así —le imitó—. Es un chico genial, pero parece ser muy inseguro... —se atrevió a exteriorizar.
—¿Inseguro?
Mika se vio contrariado, parecía debatirse si contarle o no la situación, porque al final, era alguien que acababa de conocer y quizá no guardaría el secreto; pobre idiota, no sabía que ese chico en frente suyo era el que lo traía babeando.
—Sí, él no quiere que yo vea su rostro, es decir, siempre que lo veo usa... lentes oscuros... —murmuró mintiendo levemente; el moreno rió—. ¿Qué es tan divertido?
—Lo siento, es solo que pones una expresión muy gentil cuando hablas de él —aseguró; el ojizafiro sonrió un poco—. Creo que quizá puede estar asustado de que no le gustes si te enseña su rostro.
—Puedes tener razón, Ichinose —aceptó—. Pero no sé cómo mostrarle que de verdad me gusta para que no se sienta de esa forma.
—¿De verdad te gusta?
El Geagles se rió levemente, confundiendo al moreno sentado junto a él.
—¿Quieres escuchar un secreto? —le preguntó el mayor centrando su mirada en los ojos contrarios; recibió un asentimiento muy ligero—. En realidad, estoy enamorado de él.
Yuu se atragantó con su propia saliva, y sin querer, empezó a toser, alarmando al otro chico, el cual le dio palmaditas en la espalda tratando de que pudiese respirar; ante aquella situación, Lacus y Kimizuki se acercaron para verificar que todo estuviera bien.
—Yuu, ¿estás bien? —preguntó el pelirrosa llegando hasta su amigo y pidiéndole a un mesero un vaso con agua.
—S-Sí, solo se me fue la saliva por otro lado —rió avergonzado; el poste y el pelipúrpura se miraron entre sí—. ¿E-Es verdad lo que dijiste, Geagles-san?
—¿Eh? Ah, sí —musitó el rubio recordando de qué hablaban antes de que el ojiesmeralda empezara a toser—. ¿Por qué?
—Porque pienso que ese chico realmente tiene suerte —sinceró.
Lacus miró a su mejor amigo levantando una ceja al comprender que le había dicho muchas cosas a ese chico que "recién conocía", pues él mejor que nadie sabía lo cerrado que podía ser él ojizafiro con sus pensamientos; y mientras tanto, el poste le consultó con la mirada al moreno si quería irse, a lo que este asintió.
—Entonces, fue un gusto verlos hoy, Lacus, Geagles-san —mencionó Kimizuki; ambos le miraron—. Yuu y yo tenemos algo que hacer, así que ya va siendo hora de que nos vayamos.
—Mikaela, ven, vamos a acompañarlos —pidió el ojirubí jalando del brazo al aludido.
Los cuatro pagaron y salieron juntos hasta el auto del pelirrosa, al cual se subió el azabache; ya ahí y listos para irse, él mismo llamó a Mika para que se acercara a la ventanilla.
—Siento haberte mentido —le dijo; el ojizafiro lo miró sin entender a qué se refería—. Mi nombre no es Yuuki, sino Yuuichirou...
—¿Qué?
—¡Andando, Shiho!
Y sin dejar que el rubio respondiera algo, Kimizuki arrancó un tanto asustado por el grito de su amigo.
—¿Mikaela? ¿qué te pasa? —preguntó el ojirubí al ver a su amigo parado en la acera sin moverse ni un centímetro.
—Él dijo que se llamaba Yuuichirou... —susurró.
—Oh, ¿y por qué te quedaste así?
—Él se llama Yuuichirou... —repitió; el más bajo lo miró un poco confundido—. Yuu-chan se llama Yuuichirou...
Lacus abrió un poco los ojos al comprender y de inmediato soltó una leve risilla mientras veía a su amigo entender la situación y todo lo que estaba sucediendo.
—Yuu-chan tiene el cabello negro... y los ojos verdes... —dijo—. Pero no usa lentes...
—¿En qué piensas?
—Yuuichirou Ichinose... —respondió aún ido el ojizafiro; entonces, y de golpe, miró al pelipúrpura—. ¿Tú crees que ellos son la misma persona?
—No lo sé, creo que tendrás que averiguarlo —sonrió algo emocionado.
—Vamos a mi casa, quiero pensar —espetó el rubio regresando en sí.
Ambos subieron al auto del menor y se dirigieron a la casa Geagles, en donde Mika se despidió de su mejor amigo para poder entrar; ya en la sala, su sorpresa fue que sus padres estaban ahí conversando y para su mala suerte, Urd lo vio.
—Mikaela, ven aquí —le ordenó el rubio mayor; cansado, el aludido obedeció—. Hijo, te voy a dar una oportunidad más de hacer lo que te pido —empezó a decir; el menor iba a refutar—. Y antes de que digas que no, déjame hablar —le interrumpió—. En tres días es mi cumpleaños, por si no lo recordabas, así que tu madre hará una fiesta.
—¿Y? —renegó sin ganas.
—Y habrán muchas chicas de buena familia de donde elegir, así que te permitiré escoger una —explicó—. Así que esta es tu nueva oportunidad.
Mika casi le grita, pero luego una idea se pasó por su cabeza, así que sonrió, lo que extrañó a sus progenitores, y los confundió aún más cuando asintió y se fue sin decirles algo.
Fue emocionante, verdad? xD
Espero les haya gustado tanto como a mí uwu
Bye!
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