
★ Matrimonio
—Yo no pedí nacer siendo tu hijo, y si lo hubiese podido elegir, te aseguro que tú no serías mi padre —respondió Mikaela frunciendo su ceño.
—Basta, no le digas esas cosas a tu padre —pidió Krul en voz baja y girándose hacia su esposo—. Deja de hacer drama, Urd, Mikaela es tu hijo sin importar lo que decida.
—Tú cállate, esto es entre el bastardo que tuviste y yo —gruñó.
—¡No le hables así a mi madre! —gritó enojado; Lacus tuvo que sostenerlo del hombro para que no se fuera sobre el mayor—. Como se nota que para lo único que me quieres es para casarme y ampliar tus negocios, ni siquiera me aprecias por quien soy o lo que he logrado, ¿y crees que voy a hacerte caso? ¿solo porque tú lo dices? Estás muy equivocado.
—Entonces lárgate de mi casa —ordenó el ojirubí mayor señalando la puerta mientras fruncía el ceño—. ¿Y sabes qué? Sí tienes razón, para lo único que me servías era para meterte en un matrimonio beneficioso, pero ya ni eso puedes hacer.
—¡Basta! —chilló Krul encarando a su esposo; este enarcó una ceja—. No voy a permitir que le hables así a Mikaela.
—¿Y qué se supone que vas a hacer? ¿eh? Sin mí, tú no hubieses llegado a donde estás —soltó con desdén—. Y sin ti, yo habría tenido un hijo que sí me obedeciera —suspiró—. Fue un error el haberme casado contigo.
Atónita de sorpresa, y claramente dolida, Krul se acercó unos cuantos pasos hacia su esposo mientras su ceño se fruncía y algunas lágrimas rodaban por sus mejillas; este la vio de arriba hacia abajo, esperando para ver qué haría, y se quedó mudo ante el golpe que le dio en el estómago, haciendo que se doblara, y aprovechando esto para darle la más fuerte bofetada que alguna vez pudo recibir en todos sus años de vida.
—Nunca vuelvas a buscarme, Urd —siceó levantando su rostro con una de sus manos para que sus ojos se conectaran—. Y da por terminada tu carrera política, porque voy a arruinarte la vida, imbécil.
Anonadados, Mikaela y Lacus se miraron entre sí y luego a la escena, sin poder creerselo, ¿esa era Krul? ¿la dulce y amable primera dama de Japón? Oh, dioses, jamás la harían enojar de nuevo; casi hasta sintieron lástima por Urd. Casi. Pero no.
Después de dar su declaración final, ella se dirigió con ellos, y haciendo un simple ademán, ambos la siguieron y subieron al auto del pelipúrpura en silencio; fue algo incómodo, sobretodo porque ella no paraba de llorar.
—Mamá, no tenías que hacer eso, yo sé que tú lo amas y yo ya no soy un niño, puedo cuidarme solo y... —intentó el rubio, mas ella lo calló suavemente.
—Esto no es solo sobre ti, cariño —casi sonrió—. Ya teníamos problemas, como cualquier matrimonio, es solo que... Bueno, no pensé que fuera capaz de decirme una cosa tan cruel... —suspiró cerrando los ojos y limpiándose las lágrimas—. Era cuestión de tiempo para que todo estallara, pero no te culpes por esto, ¿entiendes?
—Lo siento —murmuró—. Creo que si fuera el hijo que él quería, ustedes serían felices todavía.
—Ya no digas estupideces, por dios —renegó—. Lacus, cariño, llévanos con mi hermano, ¿sí? —pidió; el aludido asintió—. Vamos a tener que importunarlo un tiempo.
Después de la asesoría, Yuu se dirigió a su hogar caminando, ya que, en primer lugar, Kimizuki iba a llevar a pasear a Yoichi a quién demonios sabe donde, y en segundo lugar, caminar le ayudaba a pensar; y vaya que lo necesitaba.
Debía tener una plática con su adorado novio sobre el futuro de su relación, pero con todo lo que él estaba pasando, no quería ser una carga y hacerlo sufrir más de lo que ya debía estar haciendo; ah, ¿por qué todo tenía que ser tan complicado? Nadie le mandó a enamorarse del hijo del presidente.
Por el momento, esperaría su llamada, y sería prudente antes de soltarle el tema de: "¿quieres seguir con esto o dejarlo antes de que nos arrepintamos?"; luego evaluarían qué tanto soportarían para estar juntos, pues estaba supremamente seguro de que el señor presidente iba a tomar represalias en contra suya tan pronto como supiera su identidad.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal al imaginar a algún sujeto siguiéndole y como un reflejo, miró alrededor, solo para estar seguros; entonces dos mensajes llegaron a su teléfono.
[01:54 PM] Mika💞: Yuu-chan, tenemos que hablar, pero no te preocupes, no es nada grave
[01:54 PM] Mika💞: Te llamaré más tarde, come bien ( ˘ ³˘) ❤
Suspirando, guardó el aparato y apuró el paso hacia su hogar.
—Claro que pueden quedarse aquí un tiempo, Krul —sonrió Asura viendo a su esposo, el cual asintió tranquilamente—. Y también, ya mismo te consigo una entrevista con alguna televisora, tú solo espera.
Conmovida, la pelirrosa saltó a abrazar a su hermano, el cual le acarició el cabello con ternura; quién diría que tenía razón con respecto a su cuñado, siempre pensó que era un idiota, y ahí estaba él, confirmándolo.
Con respecto a Mikaela, él se quedó en el jardín con Lacus, charlando sobre cómo su vida iba a cambiar y sobre si realmente había valido la pena romper el matrimonio de sus padres únicamente por estar enamorado; no podía evitarlo, se sentía algo culpable.
Algo dentro suyo le decía que si solo le hubiese hecho caso a Urd, su madre aún estaría felizmente casada y no con una sonrisa falsa, triste por dentro, en la casa de su hermano.
Esta vez fue el momento de ver cómo se rompen matrimonios :(
Lamento la tardanza, han pasado muchas cosas n.n
Espero les haya gustado y no me tarde tanto para el otro cap xD
Bye!
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