
★ Matrimonio
Después de la deliciosa cena que compartieron ambas familias, decidieron tomar el postre en la sala, así que Mika y Yuu se escabulleron al pequeño jardín frontal en que Krul había empezado a cultivar bonitas flores y se sentaron en la entrada de la casa.
—A mi papá le agradó mucho Krul-san —comentó refiriéndose a Shinya. Se recostó sobre el hombro ajeno.
—Supongo que como consuegros van a llevarse muy bien.
—¿Consuegros? ¿qué cosas dices? —se mofó—. Ni siquiera estamos casados, tonto.
—Eso se puede arreglar —susurró coqueto, acariciando el rostro ajeno y girándolo con suavidad para que lo viera—. ¿Te casas conmigo?
Enmudeció. ¿Acaso estaba bromeando? Es decir, a él le encantaba jugar y coquetearle diciéndole esas cosas, pero ¿esta vez sería...?
—Es en serio, Yuu-chan —dijo de la nada, como leyéndole la mente—. No te he comprado un anillo, pero no es taaan necesario ahora para que sepas lo mucho que te amo y que quiero pasar el resto de mi vida contigo.
—M-Mika...
—Ya sé, ya sé, somos muy jóvenes, tus padres no lo aceptarán, dónde vamos a vivir, qué vamos a comer, de dónde vamos a sacar el dinero para la boda, quiénes van a ser los...
—Sí quiero...
—Pa... drin... ¿Ha-Hablas en serio? —inquirió sorprendido. Él nunca respondía en serio.
—¿Qué? ¿te estás arrepintiendo ahora? —rió nervioso. Estaba rojo y su corazón latía rápido.
—No, no —sonrió poniéndose nervioso de igual forma—. Es que pensé que... ¡ah, Yuu-chan! ¡vas a matarme! —gritó cubriéndose el rostro y sorprendiéndole. También estaba rojo ahora.
—No puedes morirte antes de casarnos, Mika —le regañó, siguiéndole el juego—. No quiero quedarme viudo tan pronto.
Estalló en risas, contagiándole. Así que ahora sí quería casarse, ¿eh?
—¿Qué es tan divertido? ¿y qué hacen ustedes aquí afuera? —oyeron preguntar a Guren detrás de sí. Su voz era severa.
Mikaela se levantó mientras tomaba la mano de su, ahora, prometido.
—Yuu-chan y yo hemos decidido que nos queremos casar —anunció, muy seguro de sus palabras.
La expresión del Ichinose mayor fue todo un poema, no sabía qué cara poner, porque estaba sorprendido, enojado, celoso, de todo un poco y su extraño gesto ante aquella revelación lo demostró. Ambos se rieron de su persona, aunque el rubio trató de ocultarlo por respeto, pero no pudo.
—¡Aquí nadie se va a casar sin mi permiso! —rugió.
—¿Me das permiso para casarme, papá?
—No.
—¡Pa! —llamó a Shinya, el cual salió extrañado—. ¿Me puedo casar?
—¿Eh? ¿casarte? —sorprendido, ladeó la cabeza—. ¿Te refieres a ahora?
—Sí, Mika me lo acaba de proponer.
—A ver el anillo —pidió estirando su mano, enarcando una ceja.
El ojizafiro menor suspiró, supuso que no iba a ser tan fácil.
—Le compraré uno pronto, solo no podía esperar más para preguntárselo seriamente —confesó un tanto avergonzado—. Ichinose-san, Shinya-san, por favor déjenme casarme con su hijo —pidió haciendo una reverencia.
El moreno enrojeció de inmediato.
—¿Qué sucede? ¿pasa algo? —interrogó Krul llegando hasta ellos, confundida por ver a su hijo inclinado, a su futuro yerno todo rojo y a sus futuros consuegros sorprendidos y molestos, respectivamente.
—¡Oh, Krul-san! Por favor déjeme casarme con su hijo —le imitó, reverenciándola también.
Durante unos segundos, no dijo nada debido a la misma sorpresa, pero después, solo se rió.
Aquella noche terminó con la condición de que si querían casarse, debía haber un anillo de compromiso, así que tuvieron que aceptarlo y ser pacientes.
Entonces, Mikaela trabajó muy duro por un par de meses —ya que ahora no contaba con la riqueza de su padre, sino que se había convertido en una persona promedio— para conseguir el dinero suficiente por sus propios medios. Incluso Lacus se ofreció a prestarle, pero se negó rotundamente, ya que su orgullo se vería golpeado si aceptaba la ayuda de su amigo con ese asunto.
Para cuando cumplieron un año y tres meses, por fin pudo adquirir el dichoso anillo, y se lo propuso de nuevo formalmente en frente de toda su familia, que solía juntarse regularmente para comer y convivir. Las reacciones esta vez variaron un poco, porque mientras Shinya Y Krul chillaban de emoción, Guren seguía con la misma cara de enojo de antes.
De cualquier manera, ahora ya no eran tan solo novios, sino prometidos. Y no podían estar más felices.
A pesar de eso, hubo quienes les dijeron que se estaban apresurando, ya que apenas tenían un año juntos y que el matrimonio era un asunto muy serio, que no se conocían lo suficiente o que todavía tenían que recorrer mucho antes de eso; pero los ignoraron a todos y continuaron adelante con sus planes. Después de todo, tenían el apoyo de sus padres y de sus amigos cercanos, así que era suficiente.
Así que se enfocaron en reunir el dinero necesario para la boda, lo cual fue emocionante; incluso sus amigos, cuando se reunían, solían bromear sobre que la familia de la novia debía pagar todo, porque era una tradición. Y Yuu enrojecía de vergüenza y de enojo, ya que él no era una mujer.
En una de esos tantos chistes, Guren los oyó y se molestó muchísimo más de lo que ya estaba con todo el asunto, sobretodo al descubrir que su hijo era "el de abajo" en aquella relación —cosa que sospechaba, no era idiota, pero se negaba a aceptar—. Ese día terminó con todos ellos siendo echados fuera del hogar Ichinose.
Y tras largos meses de ahorrar, cuidar, y guardar dinero, Krul y Shinya empezaron a planear la boda con ayuda de Ferid y de Asura. Por supuesto que hubo un sobre costo, aunque ellos no les dijeron nada y decidieron poner lo faltante para tener una ceremonia y fiesta de ensueño. Oh, y claro que se lo ocultaron a Guren, quien no seguía sin aceptar todo el tema, pero no impedía nada.
Era un día precioso, y ambos novios estaban condenadamente nerviosos en sus respectivas casas. Mikaela no recordaba haber estado tan nervioso en mucho tiempo y Yuu estaba al borde de un desmayo. Sin embargo, estaban muy emocionados, y muy felices también.
—Yuu, ya estamos listos para irnos —avisó Shinya, tocando la puerta sin entrar.
—E-Está bien, ya voy...
Pero luego la puerta se abrió y aunque iba a decirle a su papá que ya iba, de nuevo, se topó a su padre. Le veía serio.
—¿Q-Qué pasa? —inquirió nervioso.
—¿Tú de verdad lo amas, Yuu?
—¿Eh?
—¿Lo amas? ¿él te ama? —preguntó de nuevo, acercándose.
—Yo lo amo, y estoy bastante seguro de que él también —rió, avergonzado—. ¿De qué se trata esto? ¿vas a secuestrarme justo ahora para impedir que nos casemos?
—Claro que no, idiota. No soy tu abuelo, diablos —le regañó y le acarició los cabellos—. Supongo que ahora ya no hay nada que pueda decir o hacer para que cambies de parecer.
—Nop —respondió seguro.
Guren suspiró y llevó sus manos a los hombros de su amado hijo.
—Odio entregarte a un mocoso cualquiera, hasta habría preferido al poste antes que él, pero si eso te hará feliz, no tengo opción —renegó—. Vamos, Shinya nos espera.
—Así que estabas celoso... —se mofó, abrazándole. Él se avergonzó de inmediato.
—Claro que no, camina —le jaló, deshaciendo el abrazo.
Riendo, fue arrastrado escaleras abajo, en donde subió al auto y se encaminó al lugar de la ceremonia. Al mismo tiempo, Mikaela ya estaba allí, y esperaba lleno de nervios a su novio; caminaba de un lado a otro y jugueteaba con el botón de la manga de su camisa. ¿Y si no venía? ¿y si se arrepentía? ¿y si repentinamente ya no lo amaba?
—Baby, you need to calm down —se rió Lacus, deteniéndole al agarrarlo de los hombros—. Él va a venir, claro que te ama muchísimo y no se ha arrepentido —dijo, como leyéndole la mente.
—Está tardando mucho...
—En serio, cálmate —regañó, frunciendo el ceño—. ¿Dónde está Mikaela? Yo no tenía a un manojo de nervios como mejor amigo.
—Cállate —se rió, tratando de relajarse un poco.
—Eso está mejor —sonrió, abrazándole por los hombros—. Tu Cenicienta vendrá.
—No le digas así, sabes que a Yuu-chan no le gusta.
—Perdón, "Ceniciento".
Ambos soltaron una risita. Y justamente el auto donde él venía arribó. Le vio salir y conectar sus ojos; sus corazones latieron desbocados.
Sí, a Yuu podría no gustarle aquel apodo, pero se veía tan hermoso como la Cenicienta.
Fin.
No se me awiten, vamos a tener la boda, peeero en el epílogo osi
Sé que volver después de casi 3 meses para darle final a esta historia puede resultar un poco triste, pero como compensación por haberme ido tanto tiempo, tendremos capítulo doble para finalizar el libro, así que apurense a leer el epílogo que ya está disponible uwu
Oh, y espero les haya gustado el capítulo final :'3
Nos despediremos en el epílogo uwu
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro