—Llegaré en media hora, papá —se quejó Mika colgando la llamada; su expresión afligida mostraba que se sentía mal por tener que cortar su cita de esa forma—. Yuu-chan, te llevo a tu casa...

—Si tienes prisa, puedo irme por mí mismo —ofreció el aludido sin la más mínima intención de sonar enojado, solo pensando que quizá necesitaba meditar en ese instante.

—Claro que no, te llevaré —se negó el rubio estirando su mano y tomando la contraria sin dejar de ver el camino—. Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que pasó hoy...

Yuu quiso quitar su mano, pero no se atrevió, más porque su novio sonaba triste que por cualquier otra cosa, así que se quedaron así mientras llegaban al hogar Ichinose; y sobra decir que no platicaron el resto del camino.

Una vez llegaron a la casa del más bajo, el ojizafiro se bajó y caballerosamente, le abrió la puerta para que bajara, cosa que hizo a este sonreír muy ligeramente, si incluso lo acompañó hasta la entrada; el moreno se sintió como en una película de romance, de esas que le gustaban tanto a su mamá.

—Yuu-chan, realmente lo siento —se disculpó nuevamente el de tez pálida mientras tomaba ambas manos del aludido—. Eres maravilloso, divertido, genial, hermoso y no sabes cómo de bien me siento cuando estoy contigo —le dijo; el azabache se sonrojó—. Te prometo que voy a hablar con mi papá, y que te presentaré adecuadamente con él, así que, por favor, no te sientas triste...

—Mika, si realmente es tanto problema para ti, ¿no crees que deberíamos detenernos antes de... tú sabes...? —opinó bajando la mirada.

—¿Antes de qué? ¿de que mi papá se dé cuenta? —inquirió, a lo que el contrario negó.

—D-De que lleguemos al punto sin retorno y ya no podamos estar el uno sin el otro...

Mika sintió sus mejillas ponerse rojas, cosa que rara vez sucedía, y sin importarle nada en ese instante, abrazó fuertemente al más bajo, estrechándolo en sus brazos y sintiendo como este encajaba perfectamente en ellos; Yuu no esperaba esa reacción, si era sincero, más bien esperaba un triste rompimiento del que se iba a desquitar bebiendo en la discoteca el próximo fin de semana como si no hubiera un mañana, así que se quedó helado por unos segundos.

—Yo quiero llegar allí contigo —le susurró el Geagles al oído—. Solo te pido algo de tiempo, yo jamás te pediría que me lo dieras si no pensara hacer las cosas bien.

—P-Pero, Mika, tú solamente estás en problemas porque no soy alguien de alta sociedad, ¿no es más fácil que...?

—No —le cortó, luego se separó un poco y lo miró a los ojos intensamente—. Finalmente encontré a alguien que realmente me hace sentir bien y no voy a perderlo por mi papá, te lo aseguro.

Yuu se sintió halagado, y sin poder sentirse algo más tranquilo, se puso de puntitas, estirando y enroscando sus brazos alrededor del cuello del de tez pálida y seguido, dándole un beso que el mayor continuó sujetándole de la cadera; aquella sensación, Mika estaba seguro, no la obtendría con nadie más.

Era como estar en el mismísimo cielo, o flotando en el espacio, habían miles de mariposas en su pansa y sentía que su cuerpo temblaba de emoción de solo tenerlo besándolo así como en ese instante; justo en ese instante lo pensó: "Yuu-chan, yo ya pasé ese punto sin retorno".

—Hasta que te dignas a aparecerte, llevamos veinte minutos de retraso por tu culpa, Mikaela —regañó Urd viendo a su hijo llegar a la casa; el rubio menor lo ignoró—. ¡Mikaela, ven aquí!

—¿Qué? —preguntó enojado; por su culpa, su amado novio se había hecho un lío en la cabeza y se sintió mal, no lo perdonaría así por así.

—Quita esa cara y ve a saludar a las señoritas, ellas llevan esperando por ti desde hace una hora que llegaron —le ordenó.

—No.

—¿Cómo dijiste? —indagó creyendo oír mal; Urd no quería armar una escena ahí.

—No voy a saludar a ninguna chica, papá —repitió el ojizafiro frunciendo el ceño.

Entonces el patriarca empezó a gritarle sin importarle que habían invitados en la casa; le gritó sobre su insolencia, sobre su irresponsabilidad, su grosería, su atrevimiento, su irreverencia y todos y cada uno de los defectos que tenía; claro que al inicio, el más bajo estaba tratando de no prestarle atención, pero cuando la retahíla de estupideces iba haciéndose más y más larga, sencillamente no fue capaz de callarse al contestarle a su padre.

—¡No puedo creer que engendré a un horrible ser como tú! —finalizó el ojirubí rojo hasta las orejas de la indignación.

Ni siquiera notó que los invitados estaban observando la pelea y se sentían sumamente incómodos por ella.

—¿Sabes qué? —se rió Mika ya harto de oírle quejándose sobre su persona—. No soy como tú, y estoy feliz por no serlo —aseguró—. Yo no obligaría a mi hijo a casarse con alguien que no quiere, yo no le hablaría como tú lo haces...

—¡No tienes derecho a quejarte, yo te crié, insolente! —gritó nuevamente Urd.

—¡Eso crees tú! ¡vivo en esta casa desde siempre! ¡¿y qué sabes tú de mí?! —rugió el de tez más pálida sintiendo un nudo en la garganta—. ¡¿Sabías que soy el mejor de mi carrera en la universidad?! ¡¿o que mi único amigo es Lacus?! ¡¿o sabías que tengo un maldito piercing?!

—¿Qué...?

—Oh, ¿y quieres saber qué más no sabes? —rió sintiendo dos lágrimas caer por sus mejillas—. Soy bisexual, y estoy enamorado de un chico.

Krul abrió los ojos con preocupación e inmediatamente salió corriendo a detener a su esposo en lo que se imaginó que haría; el sonoro golpe que le dio Urd a su hijo dejó aturdidos tanto a los invitados como al mismo Mika.

Pobre Mika :(

Lamento haber tardado, beibis, los amo xD

Espero les haya gustado el cap

Bye!