Lentamente, Mikaela y Krul levantaron una pequeña cafetería en la que vendían los deliciosos pasteles y postres que ella aprendió a preparar en poco tiempo y con la ayuda de su hermano. También compraron una pequeña casa en una zona de clase media que quedaba cerca de su nuevo negocio, para su comodidad.

Después de haberse liberado de todo lo concerniente a Urd, quien por cierto, estaba enfrentando un proceso legal por corrupción y otros asuntos; todo parecía estar floreciendo cual primavera. Y no solo para ellos dos, sino el país en general, que ya tenía asignado un nuevo gobernante encargado y se recuperaba a ritmo constante.

Cuando la noticia de que el expresidente había cometido tales actos recorrió la nación, incluso los grandes empresarios quedaron en shock; entre estos, Ferid y Crowley, quienes continuaban felizmente su relación, y —secretamente— habían hablado de casarse en un futuro cercano.

Pero bueno, nada se podía hacer con las personas que se dedicaban a robarle a los ciudadanos, ellos debían ser castigados por querer aprovecharse de su posición.

Ahora, hablando del famoso Bathory, Yuu dejó su empleo en la discoteca de este, quien no quería dejarlo ir, mas lo apoyó en su decisión de buscar un trabajo en donde pudiera ejercer su carrera. Y lo mismo fue para Kimizuki; de hecho, acudieron juntos a dejar su carta de renuncia, lo cual fue un combo para el dramático pelilargo, que hasta lloró en su despedida.

Oh, y el pelirrosa seguía con Yoichi en una bonita relación que fue gratamente aprobada por los padres de este después de la cena que compartieron juntos hacía ya un par de semanas. Tenía que admitir que se sorprendió de ser aceptado tan fácil, teniendo en cuenta todo lo que su mejor amigo había pasado por tener una pareja perteneciente a "la alta sociedad", sin embargo, fue bendecido con la suerte de que sus suegros no fuesen igual al loco de Urd.

En general, todo estaba saliendo más que bien para todos.

Varios meses —exactamente ocho— habían pasado ya desde que Mika y Yuu empezaron su relación, y no podían estar más felices; se veían casi a diario, se llamaban, se mensajeaban y visitaban el hogar del otro constantemente.

Aunque eso sí, atravesaron un período incómodo debido a los periodistas que acosaban a la familia Tepes debido a Urd, así que pasaron unas cuantas semanas sin verse en persona para evitar problemas o controversias por aquello; y una vez el asunto se convertía en noticia olvidada, pudieron retomar el ritmo de su relación.

Volviendo al presente, habían salido a caminar juntos después de no verse por una semana, ya que el rubio estuvo muy ocupado ayudando a su madre y administrando el negocio que iba aumentando en popularidad. Estaban tomados de la mano mientras comían helado.

—¿Sabes qué? Mi mamá me dijo que quiere conocer a tus padres —soltó de la nada, sorprendiéndole un poco.

—Bueno... Podemos presentarlos cuando quieras, te diré qué día están disponibles y podemos ir a cenar todos juntos o algo así.

—No, no, mi mamá querría preparar la comida —rió—. ¿Por qué no los llevas a la casa? Ahí podemos cenar, y si quieres, te puedes quedar a dormir conmigo... —insinuó coqueto, acercando su rostro un poco para darle un beso en la mejilla.

—Tú siempre... —suspiró sonrojado, pero sonriendo levemente—. Está bien, les preguntaré y te aviso, ¿sí?

Asintiendo, el tema quedó zanjado y continuaron caminando en medio de bromas y risitas, justo como la acaramelada pareja que eran.

Tal como dijo, Yuu se encargó de avisar a sus progenitores, los cuales aceptaron gustosos —bueno, Shinya, ya que Guren aún no quería aceptar su relación— y prepararon todo para encontrarse la semana siguiente en el hogar Tepes.

Cuando el día llegó, Krul preparó un banquete con la ayuda de su hermano y de su amado hijo; limpiaron hasta el último rincón de la casa y se asearon y perfumaron hasta quedar más que presentables. Era una ocasión especial, después de todo.

Al llegar la familia Ichinose, Mika los recibió y les guió a la sala, en donde les presentó a su tío, a quien ya habían visto antes por su boda con Lest, uno de sus compañeros de trabajo en la compañía Hiragi que Seishirou dirigía, ya que ni Kureto o Shinya quisieron ponerse al frente y lo usaron a él como pantalla, lo mismo a Shinoa, quien actuaba como su asistente personal.

Y volviendo al asunto, cuando todo estuvo listo, pasaron a la mesa, sirvieron la cena y empezaron a comer en medio de una amena plática.

—Krul-san, ¡esto es delicioso! —elogió Shinya al probar uno de los platillos—. Tienes que enseñarme a hacerlo, por favor.

—Por supuesto, puedo darte la receta o podemos reunirnos cuando quieras —sonrió ella—. Después de todo, ya casi somos familia.

—Pues sí, casi —recalcó Guren—. Mi hijo aún no se casa. Y no lo hará.

—Ya, no seas así —regañó el albino ante la mirada confundida de la pelirrosa y su hermano—. Lo siento, mi esposo aún no ha aceptado que Yuu ya es un chico grande que toma sus propias decisiones.

—Ya veo —rió—. No se preocupe, Guren-san, su hijo está en las mejores manos —aseguró—. Mikaela es maravilloso, y no lo digo por ser su madre.

El comedor se llenó de risas ante aquellas palabras. Y mientras todos conversaban entre sí, el rubio sujetó la mano de su novio bajo la mesa, llamando su atención.

—Te amo —susurró muy, pero muy bajo, como si fuera un secreto que solo Yuu podía escuchar.

—Y yo a ti —le contestó en el mismo tono, sonriendo.

Creyeron no haber llamado la atención de nadie, pero todos los presentes observaron el tierno beso que se dieron.

Las familias ya están juntas :'3

Qué puedo decirles? Últimamente las cosas me malen sal xD, y bueno, la vida no ha sido muy amable conmigo, no me quejo, pero pos ya ven que se afecta mi estado de ánimo, y con ello, mi inspiración, but don't worry, de aquí no nos vamos hasta finalizar los fics uwu

Por cierto, estamos muy cerca del final ya :'3

Espero les haya gustado uwu

Bye!