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★ Boxeo

-¿Qué quieres que te diga? -suspiró Mika dirigiéndose al lavaplatos-. Le dije a mi padre todo, luego mi madre peleó con él y ahora estamos viviendo con mi tío, como te dije antes.

-Sí, pero ¿cómo te sientes tú?

-Bastante tranquilo después de abrazarte -sinceró tomando la esponja y sin verle-. Sé que piensas que esto puede romperme o deprimirme, pero estoy tratando de llevarlo de la mejor forma que encuentro.

-No te estarás cortando, ¿o sí? -indagó curioso, en tono burlesco, pero con un deje de seriedad.

-Claro que no, tengo que mantener mi piel perfecta para ti -rió enjabonando un plato; Yuu se sonrojó-. Estoy bien, solo necesitaba algo de paz y estar aquí contigo me hace bien.

Enternecido, el moreno se acercó y lo abrazó por la espalda, incluso se puso de puntitas para darle un besito en la mejilla, lo que hizo sonreír ampliamente al rubio; le pareció una acción condenadamente tierna, justo lo que necesitaba después de días amargos.

Pasaron unas horas haciendo los quehaceres, habían muchos, pero como ahora eran dos personas en ello lograron terminar rápido y decidieron descansar viendo televisión en la sala; fue algo muy interesante para Mikaela, pues él nunca se había sentado en la sala a ver programas variados con publicidad entremedio, directamente veía series o películas. Además de que lo hacía en su cuarto, o bien, cuando iba a casa de Lacus.

Acabaron por quedarse dormidos fácilmente mientras un comercial de pañales para bebés los arrullaba cual canción de cuna.

Pasaban ya de las siete cuando Guren y Shinya regresaron y vieron lo limpio que estaba todo, así que como era costumbre para ellos, habían comprado comida china como recompensa para su hijo; ahora solo restaba buscarlo, aunque no hubo necesidad de gritar para localizarle, pues el brillo del televisor llamó la atención del ojiamatista.

Sabiendo que ahí encontraría al mocoso, dejó a su esposo en la cocina y caminó a la sala.

-Oye, Yuu, trajim... -iba a decir, y sus palabras murieron atoradas en su garganta.

Casi automáticamente sus talones giraron y regresaron a la cocina.

-Shinya, tu hijo está con un mocoso en la sala -comunicó absorto.

-¿Qué? ¿qué están haciendo? -interrogó descolocado también, si no se oía nada raro; Guren no respondió-. Está bien, encárgate de esto, yo iré a verlos.

Ahora fue su turno de anonadarse de la tierna escena que constaba de su bebé dormido sobre el pecho del dichoso hijo del presidente y con uno de los brazos de este rodeándolo; se emocionó muchísimo. Era la primera pareja que su nene llevaba a casa, ¡quería llorar!

¡No, no era momento de llorar! Era momento de tomar fotos y avergonzarle luego, claro que sí; no hay que decir que más de cien imágenes nuevas acabaron en la galería de su teléfono.

Entonces, ya satisfecho, se dispuso a levantarlos.

-Bellos durmientes -llamó, pero no hubo respuesta; luego simuló toser, y nada ocurrió-. ¡Despierten! -chilló.

-No grites... -farfulló un adormilado Ichinose, que se movió y acabó totalmente acostado en el regazo de su novio.

-Ya, levántante, Yuu -se mofó mientras grababa-. Voy a poner esto el día de su boda -susurró.

-¿En la boda de quién...? -preguntó somnoliento el rubio, frotando sus ojos levemente.

Entonces se dio cuenta de que ese hombre era el mismo con el que estuvo hablando el día de la despedida de soltero de su tío y que parecía conocer a su Yuu-chan; inmediatamente entendió que debía ser un familiar y el nerviosismo le invadió. Muchísimo más cuando notó a su novio durmiendo en sus piernas.

-Por favor despiértalo, estaremos en la cocina esperando -pidió con una sonrisa el albino.

Al borde de un ataque de nervios, Mikaela sonrió lo más amable que pudo, y apenas Shinya desapareció de su vista, movió violentamente al moreno, que se levantó asustado y preguntando casi a gritos qué pasaba.

-Tu familia llegó -informó sintiendo un nudo en la panza por los nervios; era raro, nunca le había pasado.

-Mierda... -susurró dándose un manotazo en la cara.

Wow, así que así se había sentido Yuu cuando él mismo le había dicho que debía esperar para informar a sus padres; ahora entendía porqué se había enojado en el camino a su casa.

-Ni modo, vamos -suspiró parándose con tranquilidad.

¿Qué? ¿pasó de esa cara de arrepentimiento a una de resignación en 3.14 segundos? Ahora lo entendía menos, pero simplemente se limitó a seguirlo a la cocina, en donde estaban Shinya y Guren sentados en el comedor; el par de tórtolos recién levantados también se acomodó ahí.

Hubo un silencio incómodo.

-L-Lamento las molestias -empezó Mikaela preguntándose mentalmente qué le pasaba y por qué diablos había tartamudeado-. Mi nombre es Mikaela Geagles, es un placer conocerlos -se presentó tratando de verse más calmado, e hizo una leve reverencia.

-Oh, es un placer, nosotros s...

-¿Qué demonios hacías con mi hijo? -gruñó Guren frunciendo el ceño y dándole una mirada furiosa; además de interrumpiendo a su esposo.

-Papá, Mika vino a ayudarme a limpiar, nos quedamos dormidos viendo televisión -se burló Yuu, tanto de la expresión constipada de su novio, como de la enojada de su padre-. Estás exagerando como siempre.

-Yuu tiene razón, cálmate -rió el albino y luego miró al pobre rubio-. Mi nombre es Shinya, y este es Guren, somos los padres de Yuu -aclaró amablemente.

-Es un placer -repitió volviendo a hacer una reverencia.

Se sentía algo tonto, jamás le había pasado antes algo así, es que nunca tuvo que presentarse a los padres de alguna pareja, y mucho menos después de que los encontrasen dormidos juntos en su propia casa; pero con Yuu así era todo: inesperado e intenso.

-Justo vamos a cenar, así que quédate y come con nosotros -pidió el ojizafiro más alto-. Me encantaría hacerte algunas preguntas.

-Pa, no le digas nada raro, por favor -suspiró el menor.

-Mejor búscame algo que golpear antes de que use a tu noviecito como saco de boxeo -refunfuñó Guren mientras apretaba los puños; ¿que solo habían dormido? Esa excusa era vieja, que inventaran una nueva y más creíble. Si era la misma que le daba a los hermanos de Shinya cuando era joven. Y ellos tampoco le creían.

Mikaela pasó saliva.

SEÑORES Y SEÑORAS, HE VUELTO OSI!

Me extrañaron? Yo sé que sí <3

No les mentiré, fue el primer descanso prolongado que me he tomado desde que empecé a escribir hace cinco años y bueno, me sentó bastante bien; no los aburriré con el proceso, pero ahora estoy bastante mejor que cuando decidí parar las actualizaciones ah

Anyway, estoy muy feliz con este cap, ya era necesario que Guren mostrara sus celos paternos (aunque en el manga sea otra cosa xD)

Espero les haya gustado uwu

Bye!

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