los primeros rayos de sol comenzaban a filtrarse por las cortinas de su pequeña habitación. bañando el espacio en una luz dorada suave que anunciaba el inicio de un nuevo día. La calidez de la mañana lentamente apartó el frío de la noche, envolviendo el apartamento en un tenue resplandor que contrastaba con la penumbra tranquila en la que había dormido.

Ela se despertó gradualmente, sintiendo cómo su cuerpo respondía a la claridad creciente. Aún medio adormilada, abrió los ojos y contempló el juego de luces y sombras que las cortinas proyectaban sobre las paredes. Había algo reconfortante en la quietud del amanecer, un momento en el que el mundo parecía detenerse por un instante, permitiéndole disfrutar de la serenidad antes de que la rutina diaria se apoderara de su vida nuevamente. hoy esta en su jornada laboral, Ela permaneció unos minutos más en la cama, permitiendo que la suave luz del amanecer la despertara por completo. El silencio de la mañana temprano, interrumpido solo por el lejano murmullo de la ciudad que empezaba a cobrar vida, le ofrecía un respiro antes de sumergirse en las obligaciones del día. Sentía una paz momentánea que contrastaba con el bullicio que sabía que vendría más tarde.

pero fue estropeado por los gritos de los vecinos de Ariba, eso termino por despertarla por completo, Ela se incorporó lentamente en la cama, sintiendo la suavidad de las sábanas contra su piel mientras la realidad de la mañana se asentaba en su mente. Los gritos provenientes del apartamento de arriba rompieron la serenidad del amanecer, invadiendo el silencio con una crudeza que no le permitió aferrarse más a la tranquilidad que había intentado preservar. Con un suspiro, dejó la calidez de la cama y se levantó, notando cómo los rayos del sol se intensificaban a medida que la mañana avanzaba. La luz dorada iluminaba los detalles de su pequeño apartamento, Ela se dirigió hacia la ventana y apartó ligeramente las cortinas, permitiendo que la luz del sol bañara su rostro. Afuera, la ciudad comenzaba a despertar, con el tráfico aumentando gradualmente y los sonidos de la vida diaria llenando el aire. Sabía que no podía quedarse en casa todo el día, asi que se apronto un desayuno rápido, un pan con mermelada, con un poco de mus de chocolate caliente que sobro de anoche, luego se vistió con rapidez, eligiendo un conjunto sencillo pero cómodo para la jornada laboral que tenía para hoy, Mientras lo hacía, trató de ignorar los sonidos persistentes provenientes del apartamento de arriba. La serenidad que había intentado conservar durante los primeros momentos de la mañana se desvanecía rápidamente, reemplazada por gritos y quejas, con el desayuno rápido consumido, se aseguró de que todo en su apartamento estuviera en orden antes de salir. hoy Asia un dia precioso y no había tanto frio, asi que con un abrigo ligero estaría bien, Ela recogió su bolso y se echó un último vistazo en el espejo, verificando que su apariencia estuviera en orden. Ela cerró la puerta detrás de ella y salió al pasillo. los gritos y las quejas seguían, pero pudo salir del edificio sin problemas, se fue directo a la boutique, Al llegar a la boutique, Ela sintió una pequeña oleada de alivio. El local, con sus vitrinas llenas de elegantes prendas y accesorios, representaba un refugio del ruido exterior, un espacio donde podía concentrarse en su trabajo y dejar atrás las molestias. Al entrar, fue recibida por el cálido aroma de telas y perfumes, una mezcla familiar que siempre la hacía sentir en casa. y por madam Magdalena, El sonido de las campanillas sobre la puerta al abrirse anunció su llegada, y el suave murmullo de la música clásica en el fondo llenaba el espacio con una serenidad que contrastaba con la agitación de la mañana. Madam Magdalena, la propietaria de la boutique, ya estaba allí, revisando con esmero los nuevos inventarios que habían llegado temprano esa mañana. La figura de la mujer, siempre impecable y de porte elegante, reflejaba la dedicación y el cuidado que ponía en cada detalle del negocio.

se sentó en su escritorio de trabajo, saludando a Madam Magdalena con una reverencia, Magdalena, no pudo ocultar, una sonrisa traviesa, ela le pregunto ¿que le pasaba?, ella le respondió que por lo visto ela se divirtió mucho, en su dia de descanso, con ese apuesto muchacho, Ela sintió cómo su rostro se sonrojaba ante el comentario, claramente Madam dio en el clavó, le pregunto ¿y como es el?, ela evadió la pregunta, y siguió con sus labores, pero Magdalena siguió, ¿como se llama?, siguió, ¿es guapo? 

Ela intentó mantener la compostura mientras sus mejillas se enrojecían cada ves mas, intentaba ignorarla, pero no podía, y esto solo provocó que ela se pinche el dedo con la aguja, Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir la punzada, y por un instante, el mundo pareció detenerse. Ela soltó la aguja, que cayó sobre la tela con un leve tintineo, se llevó instintivamente el dedo a los labios para detener la pequeña gota de sangre que comenzaba a brotar. Ela intentó calmarse, pero el dolor era punzante en su dedo, Madam Magdalena, saco de su bolso un mini pañuelo, y se lo vendo, dijo que Esas agujas pueden ser traicioneras cuando no se esta atenta, ela le agradeció el gesto, y prosiguió con su trabajo, después de una hora, la campana de la puerta sonó al abrirse, entrando asi un grupo de 3 mujeres jóvenes, la cual una de ellas reconoció instantáneamente a ela, se trataba de la novia para la que le había hecho el encargo (winifred) junto con otras 2, winifred fue corriendo a abrazar a ela con entusiasmo, rompiendo la barrera de formalidad que usualmente existía entre clienta y modista. Ela se sintió feliz de verla, Sin embargo, su atención rápidamente se dirigió hacia las dos mujeres que la acompañaban, a quienes Winifred presentó como sus concuñadas. (Suzanne) y (Mariko), la primera se presentó educadamente, mientras que la otra, simplemente decidió ignorarla por completo, mostró una actitud completamente opuesta. Sin molestarse en disimular su desdén, dejando una muy mal primera impresión a ela, evidentemente a winifred no le gusto en lo absoluto, y la otra, Suzanne simplemente la vio con resignación, con una resignación silenciosa, como si estuviera acostumbrada a este tipo de comportamiento por parte de Mariko.

Ela, estaba poco consternada por la falta de educación, pero lo dejo pasar, y se centró en su trabajo. por mientras, Winifred, y Suzanne, disfrutaban observando los vestidos, El comportamiento de Mariko era difícil de ignorar. Se movía por la boutique con desdén, examinando las prendas con una expresión que variaba entre la indiferencia y el desprecio. La joven claramente no tenía intención de ocultar su desagrado, lo cual hacía que la atmósfera se volviera pesada, Suzanne, por otro lado, trataba de compensarlo con su educación y amabilidad, pero había una resignación en sus ojos que no pasó desapercibida para Ela. Era como si ya estuviera acostumbrada a lidiar con la altanería de Mariko, pero ese conocimiento no hacía la situación más fácil de sobrellevar.

al final, Se obligó a sí misma a ignorar los murmullos de las mujeres y a centrarse en las tareas que tenía pendientes, moviendo la aguja con precisión para evitar para volver a pincharse el dedo. Sin embargo, la presencia de Mariko, con su aire altivo y sus gestos bruscos, hacía difícil mantener el enfoque. pero era mejor ignorarlo, continuó trabajando en silencio, tratando de no dejarse afectar por la presencia inquietante de Mariko. Sabía que, en su línea de trabajo, encontrar clientes difíciles era inevitable, y asi se pasó el dia volando, asta llegar la tarde, Winifred y sus concuñadas ya ese rato que se retiraron, e hico lo mismo, y paso un buen trayecto en carruaje, cuando por fin llego apenas atravesar la puerta, sus ojos se abrieron de par en par, menudo percal de circo que se le armo, junto con tremenda sorpresa, era Laurent, con un enorme ramo de rosas rojas, y......¿¡Antoine, y su madre Hélène!?, también presentes. por un lado, estaba muy feliz de ver a Laurent en su casa, y con gesto tan encantador gesto de traerle un ramo de rosas para ella, pero por el otro, estaba incomoda por la presencia de las 2 personas mas desagradables del edificio, mirándolo de manera hostil, Laurent noto su presencia, y amplio una sonrisa para ella, ela le pregunto que ¿que lo trae por aquí?, el respondió que quería darle una sorpresa, y le entrega el ramo que traía consigo, ela agradeció el gesto, Era tan encantador, tan cuidadosamente pensado, que no pudo evitar sentirse halagada y profundamente conmovida. Sin embargo, esa alegría se vio empañada casi de inmediato por la presencia de Antoine y su madre, Hélène, dos figuras que en cualquier otro contexto preferiría evitar a toda costa.

El ambiente en la habitación era tenso. Mientras Laurent le ofrecía el ramo con una sonrisa que irradiaba genuino afecto, los ojos de Hélène y Antoine seguían cada movimiento con una mezcla de desaprobación y hostilidad apenas disimuladas. Ela aceptó las rosas con un gesto de gratitud, aunque su mente estaba ocupada pensando, ''me quiero morir o tierra trágame'', Laurent le susurro si ela conocía a ese para que desde que el menciono su nombre no an parado de mirarle con cara malhumorada, ela no pudo evitar reírse, cuando se calmó, le dijo que se trataba de los vecinos del sexto piso, dijo que el quería conocer su casa, ela le respondió que con gusto, asi que ela tomo su brazo, los 2 tortolos se fueron a riba, Cuando llegaron a su puerta, Ela la abrió con la llave, una ves dentro, Ela sintió cómo la tensión acumulada en sus hombros comenzaba a disiparse. Laurent, al entrar, se detuvo por un momento para observar el espacio. Había algo reconfortante en la sencillez y el orden que Ela había cultivado en su hogar, y eso le Gustava en una mujer.

al caminar por el comedor se detuvo frente a la chimenea Mirando los retratos, enmarcados decoraban la repisa, el le pregunto si eran sus padres, ella dijo que si, que su madre murió de una larga enfermedad cuando ela tenia tansolo 8 años, y su padre se enfermó en pleno viaje de negocios, y cuando regreso el ya estaba muerto, ella ahi tenia 12 años, quedo sola, y no tiene mas parientes vivos que se puedan hacer cargo de ella, ela observó la expresión del rostro de Laurent, como si ya supiera como se siente al perder un pilar familiar directo, comprendiera lo que Ela a vivido, Laurent se disculpó con ella, por que sabía que no era lo mas apropiado, ni siquiera pudo reaccionar, y la beso, Ela se quedó inmóvil por un instante, sorprendida por el beso, El contacto fue suave, casi tímido, pero cargado de una intensidad que la tomó por sorpresa, Sus labios se encontraron con una mezcla de ternura y pasión contenida, como si Laurent se hubiera estado conteniéndose durante mucho tiempo. Fue un gesto que hablaba de deseo y afecto, y poco a poco se Voliva mas apasionado.

Ela se dejó llevar, sintiendo cómo el calor del beso de Laurent se extendía por su cuerpo, llenando cada rincón de su cuerpo, la envolvieron en una especie de trance. Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad, y al mismo tiempo, como un parpadeo fugaz. Había algo en la manera en que Laurent la sostenía, en cómo sus manos la acariciaban, ela le tironeo del saco, y lo arrastro asta su cuarto, La intensidad del beso y el deseo palpable entre ellos parecían haber desbloqueado una nueva urgencia. Al cruzar el umbral de su dormitorio, el mundo exterior parecía desvanecerse, reemplazado por la intimidad y el calor de su espacio personal. Una vez dentro, Ela lo empujó suavemente hacia la cama, Ela sintió una mezcla de urgencia, y deseo, pero También vergüenza, Laurent se acomodó en la cama con una mezcla de sorpresa y agrado, Ela se inclinaba sobre él, su cuerpo aun temblando ligeramente por la intensidad del momento y la vergüenza de estar haciendo esto antes del matrimonio. ela se desnudaba con timidez, Su piel se erizaba al contacto con el aire fresco de la habitación, mientras los suaves pliegues de sus ropas caían al suelo, revelando su figura, pero Laurent no se quedó a otras, ayudándola a con la ropa, el hico lo mismo, Laurent le abrió las piernas, y le pidió permiso para entrar, se lo concedió, y metió a su amigo de la manera más gentil posible, cada toque era más intenso, mas rápido, La habitación se llenó de gemidos y sonidos suaves, cada caricia y cada beso se entrelazaban en una danza que hablaba de deseo y ternura a partes iguales. esta era su primera La experiencia sexual, Ela se entregaba completamente, sintiendo cómo cada caricia y cada roce de la piel de Laurent la envolvían en un torbellino de sensaciones. Su cuerpo, aun temblando por la intensidad física, y chorreando sudor frio, La combinación de estos elementos hacía que ela estuviera flotando por las nubes, Ela, aun temblando por la intensidad física, sentía cómo el contacto de Laurent la envolvía en una especie de trance, y cada ves iba mas rápido, y mas salvaje, llevándolos a ambos al límite, asta que llegaron al climax, y Laurent embistiéndola una ultima ves asta el fondo, después de un rato de puro silencio, ela sin darse cuenta había perdido la noción del tiempo, ya se había echo de noche, y Laurent no quiso perder ni un segundo mas, agarro su chaleco del suelo, saco una cajita, ela todavía estaba sentada en la cama, se arrodillo le extendió la cajita, su corazón comenzó a latir rápido nuevamente. Laurent, abrió la cajita, revelando un anillo que brillaba con una luz suave en la penumbra de la habitación. y dijo las palabras mágicas que ela jamás pensó que vendrían tan pronto, ''¿ela....quieres ser mi esposa?''

¿Le estaba proponiendo matrimonio, tan pronto?, bueno...ela no debería sorprenderse tanto después de todo estamos en 1853, lloro de alegria, y dijo ''si....si quiero casarme contigo'', al hombre que, en un abrir y cerrar de ojos, se había convertido en el centro de su mundo. El anillo, una vez colocado en su dedo, brillaba con una luz tenue pero constante, simbolizando la promesa que acababan de hacerse mutuamente.

se cerraba con una promesa de amor eterno, sellada en la intimidad de su dormitorio. Laurent, sonriendo con un alivio evidente, la abrazó, y la beso, con fuerza, sellando su futuro juntos. con otra ronda sexual para celebrar.

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continuara................

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