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Parte:01:tiempo de huir para construir un futuro:

atención a los lectores, esta es una Historia alternativa de Cenicienta, ademas me e dado tiempo a investigar sobre la cultura, creencias, educación, rolees de género, y valores, y el contexto histórico, partimos en la fecha de (:1853:) etc, etc, sin mas preámbulos, empecemos con esta rola.

--------------------------------------------------------------------------------------------(:1853:)
una pobre chica que después de llorar, por su vestido roto, lo único que decide es fugarse, lejos de su familia política, pero tendría que esperar asta mañana de madrugada, ya que a esa hora los barcos de transporte y comercio empiezan a circular, con mercadería y gente que quiere salir del pais, ela se vistió con su ropa de siempre, iso las tareas pendientes, y cuando estaba terminando cuando justo regresaron sus hermanastras y madrastra, estaban disgustadas por que ninguna de las 2 fueron las elegidas para casarse con el príncipe, ''cenicienta'' que haci es como la llamaban, les ayudo a desvestirse y ponerse el camisón para dormir, luego ella misma se fue a la cama, cuando llego la madrugada, ela se levantó, se fue a los cuartos de sus hermanastras, se lleva varios vestidos, y joyas, vuelve al ático para recoger unos zapatos que aún estaban en buen estado, y el costoso kit de costura de su madre, vuelve a bajar, esta ves entrando en la habitación de su madrastra, para recuperar una antiquísima reliquia familiar que siempre an llevado los hombres de la familia, un reloj de bolsillo que le perteneció a su padre, se guardó el vestido rasgado de su madre, se llevó varios artículos de valor de la casa para bender y ha si obtener dinero fácilmente, se arregló lo mas discreta posible con un vestido, un Bonet, y abrigo que le perteneció a su abuela, todo en color negro, salió por la puerta de la cocina que daba al patio de atrás, se marchó directo a la ciudad, tardo un poco en llegar a la y mas al puerto, empeño las joyas de sus hermanastras en el mercado para costearse el viaje, se subió al barco, y alquilo un cuarto.
 
Mientras tanto, en la casa, a esa hora de la mañana, el silencio era absoluto. Un silencio que sólo acentuaba el impecable orden que Cenicienta había dejado atrás. Los primeros rayos de sol comenzaban a filtrarse por las ventanas, iluminando la perfección de una casa que ya no poseía la gloria de antaño, la primera hermanastra en despertar fue Arabela, se levantó somnolienta, con los ojos entrecerrados, sin notar nada inusual al principio. Se desperezó, su mente aún atrapada en el velo del sueño, y se dirigió al tocador. Al abrir la caja de joyas, que usualmente lo usaba para guardar el cepillo de pelo, se quedó extrañada, noto que faltaban cosas, Arabela parpadeó, aún medio dormida, antes de darse cuenta de la ausencia de varias de sus joyas, pensó que posiblemente las había escondido en alguna otra parte, se cepillo el pelo, se levantó y fue al armario, buscando su vestido favorito, pero al mover los demás, notó algo extraño. Su vestido preferido no estaba, y no solo él; varios vestidos más también habían desaparecido. Extrañada y un poco alarmada, comenzó a revisar cada rincón del armario, sacando la ropa, pero su búsqueda fue inútil. Algo definitivamente estaba mal. ¿Dónde estaban sus vestidos? El desconcierto dio paso a la sospecha, y rápidamente salió de su habitación, dirigiéndose a la de su hermana Isidora, entro sin tocar, fue directamente al tocador de su hermana revolviendo todos los cajones de joyas, buscando las suyas, al no encontrar nada, prosiguió con el armario, sacaba ropa y la tiraba al piso buscando sin éxito. 

Isidora se despertó sobresaltada al escuchar el ruido de su hermana. Al ver el caos que Arabela estaba causando en su habitación, frunció el ceño, confundida y molesta, ¿Qué demonios esta haciendo? preguntó, todavía medio dormida, Arabela, con el rostro descompuesto por la desesperación, no respondió de inmediato. En lugar de eso, continuó revolviendo frenéticamente la ropa de Isidora, Finalmente, se volvió hacia su hermana, sus ojos llenos de pánico. exclamo ¡Nos an robado!, Isidora, todavía con la mente nublada por el sueño, no entendió al principio pero parpadeó varias veces, intentando procesar lo que su hermana le decía. ¿Qué esta ablando? preguntó, su voz aún ronca por el sueño. Pero cuando sus ojos se enfocaron en el desorden y la expresión alarmada de Arabela, algo en su interior se tensó.

Rápidamente se levantó de la cama, dejando caer las mantas al suelo, y se unió a su hermana en la búsqueda frenética. Isidora, aún con los pies descalzos y el cabello desordenado, se acercó a su propio tocador, donde guardaba sus más preciadas joyas. Al abrir el primer cajón, su corazón dio un vuelco al descubrir que faltaban sus pendientes de esmeraldas favoritos, Con manos temblorosas, revisó el resto de los cajones, uno tras otro, cada vez más desesperada. Todo estaba revuelto, pero lo peor era que varias piezas estaban desaparecidas, de pronto, la madrastra irrumpe en el cuarto, preguntándose ¿Qué está pasando aquí?, y al unisono sus hijas exclaman, ¡Nos an robado!, abre los ojos como platos, y se fue corriendo de regreso para su cuarto, La madrastra, con el corazón acelerado y la mente llena de pánico, entró en su habitación con pasos rápidos. empezó a rebuscar, en su tocador, en su mesita de luz, en su armario, moviendo las cajas y esparciendo los contenidos sobre la alfombra. El reloj de bolsillo de su difunto esposo no estaba en su lugar. las mejillas de la madrastra estaban rojas de rabia, y arrojo contra la pared un cajon de la cómoda, El golpe resonó en toda la casa, al igual que los gritos exasperados de las hermanastras resonaban por toda la casa, llenando el silencio matutino con un caos inesperado. La madrastra, con el rostro encendido por la furia, dejó escapar un rugido seguido por el sonido de los artículos desparramándose por el suelo.

por otro lado, (ela, su verdadero nombre) saboreaba la brisa de la cubierta, de echo ella, había cubierto todas sus huellas y indicios de fuga, escribiendo una carta, carta escrita por los ''ladrones'', diciendo que los ladrones la habían secuestrado mientras dormía en su cama, una completa mentira, el barco iba rumbo a parís, y tardaría en 3 días en llegar, esos 3 días pasaron rápido, y casi sin darse cuenta ya habían llegado a Francia, era invierno Asia mucho frio, y estaba nevando, ahora lo que mas le Asia falta en este momento, es un techo, El barco atracó en el puerto de París con la primera luz del alba. El cielo estaba gris y nublado, y la nieve cubría las calles con una manta blanca y fresca. Ela, envuelta en su abrigo negro y con su bonete firmemente ajustado sobre la cabeza, descendió lentamente del barco, sus pasos crujían sobre la capa de nieve. La brisa helada la envolvía, y la sensación de frío era más intensa de lo que había pensado, En el puerto, los pasajeros y los comerciantes se movían rápidamente, buscando resguardarse del invierno parisino. Ela observó el bullicio con atención, mientras se dirigía al mercado cercano.El mercado estaba lleno de colores y aromas que contrastaban con el gris de la mañana. Ela se acercó a un puesto que vendía alimentos frescos y preguntó por un lugar donde pudiera encontrar alojamiento. El vendedor, con un acento francés marcado, le dio indicaciones hacia una posada cercana que ofrecía habitaciones a precios razonables.Ela siguió las instrucciones y pronto llegó a una pequeña posada con un letrero que decía "Le Refuge du Voyageur". La entrada estaba decorada con guirnaldas de acebo, y un cálido resplandor se filtraba a través de las ventanas empañadas. Ela entró al establecimiento, buscando alivio en el calor del interior. El ambiente era acogedor, con una chimenea encendida en el centro del salón, y el aroma de pan recién horneado llenaba el aire. El posadero, un hombre de mediana edad con una barba cuidada y una sonrisa amable, la recibió. Ela se presentó, y solicitó una habitación para una estancia corta. Después de un breve intercambio de palabras y de entregar una pequeña cantidad de dinero en efectivo, que había conseguido empeñando parte de los artículos que había robado, Ela obtuvo la llave de una modesta pero cómoda habitación en el segundo piso. Subió las escaleras, La habitación era sencilla pero limpia, con una cama pequeña y una ventana que daba a la calle, Ela se asentó en el cuarto y se deshizo de su abrigo, sintiendo el calor del lugar contra su piel helada. Encendió una lámpara de aceite y se acomodó en el borde de la cama, sacando el costoso kit de costura que había traído consigo. Mientras comenzaba a organizar sus pertenencias y revisar los artículos de valor que había traído, Ela reflexionaba sobre su situación. Sabía que no seria fácil, que ahora estaba sola por su cuenta, París era una ciudad grande y desconocida para ella, y su supervivencia dependía mucho de cómo manejaría su vida en estas tierras extranjeras. 

Ahora, en su nueva vida, tendría que ser astuta y cautelosa. Con un suspiro, Ela se dirigió hacia la ventana y observó la nieve cayendo suavemente en la calle. El frío afuera era intenso, pero dentro de la posada, Era el primer paso en un largo camino por delante, pero se sentía fuerte. Tendría que comienzo desde cero, y crear una vida que fuera realmente suya, y de nadie mas, apenas el dia estaba comenzando y necesitaba ponerse manos a la obra, Ela se levantó de la cama, aún envuelta en el calor de la habitación, y Decidió que era momento de salir y familiarizarse más con su entorno. Se puso el abrigo negro y el bonete, Aunque su atuendo era discreto, aún era visible y llamaba la atención por su calidad y estilo. Caminó hacia la salida de la posada, pasando por la sala principal donde el posadero y otros huéspedes estaban disfrutando de un desayuno ligero. El mercado, que había visitado brevemente antes, estaba en su apogeo. Ela decidió dar un paseo para observar mejor el área, en busca de posibles oportunidades para ganarse la vida y asegurarse de que podía manejar la ciudad. Su primera parada fue en un pequeño café, donde se sentó a tomar un café caliente y un croissant, su primer intento de adaptarse a la cultura local. Mientras disfrutaba de su desayuno, escuchó fragmentos de conversaciones en francés, un idioma que no entiende, pero que estaba dispuesta a aprender para integrarse mejor. Al salir del café, se dirigió hacia un barrio más residencial que le pareció prometedor. Miró las tiendas, las galerías y los talleres, pensando en cómo podría utilizar su ingenio en costura para encontrar trabajo o incluso iniciar algún tipo de negocio. 

Se dio cuenta de que el ambiente en París era muy diferente al de su hogar, y adaptarse requeriría más que solo encontrar un lugar donde quedarse, Ela caminó durante varias horas, explorando diferentes áreas, hasta que se sintió cansada y decidió regresar a la posada. La noche había comenzado a caer, y el frío era más intenso. Regresó a su habitación y encendió una vela para iluminar el cuarto. Tomó el kit de costura y comenzó a revisar los artículos que había traído consigo. Los vestidos y joyas que había tomado de su hogar estaban esparcidos sobre la mesa, y ella los organizó cuidadosamente, preparándose para una posible venta o intercambio. había pedido prestado un maniquí, y asi empezó a remendar el vestido de su madre, por segunda ves, trabajando sin descanso, las únicas veces en las que paro, solo fue para ir a la letrina, o para comer, o mas bien traerse la cena para su cuarto, y a seguir trabajando, después de 2 horas, por fin termino, y le quedo inclusive que la primera ves, Se preparó para dormir, sabiendo que al día siguiente sería el comienzo de una nueva etapa en su vida. La nieve continuaba cayendo suavemente afuera, y el ruido de la ciudad se había reducido a un murmullo lejano. Mientras se acurrucaba en la cama, Ela se permitió un momento de calma, sintiendo que, por primera vez en muchos años, tenia el control de su propia vida.

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continuara................

los comentarios son bien recibidos.

(:ASI SE VE LA MADRASTRA, LAS HERMANASTRAS, y ELA:)

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Tags: #cenicienta