Capítulo 4
—Quinto —contó el joven Soobin con sus dedos, frunciendo el ceño al ver esa cifra —Es el quinto suspiro del día, es extraño de ti. Nunca suspiras tanto, a menos que estemos hablando del profe Namjoon y hoy ni siquiera has topado el tema.
Jimin no pudo evitar ruborizarse ante lo dicho, tapándole la boca a su amigo con las dos manos y sintiendo el pánico correr por sus venas.
—No digas eso —le riño aún avergonzado —Alguien nos puede escuchar y malinterpretar lo que dices.
—¿Se pueden enterar de que te gusta el profe Kim? —preguntó Choi con dificultad, recibiendo un zape en respuesta. Logrando que su amigo se intente esconder en el cuello de su camisa.
—N-no, eso no es cierto. No me gusta, solo me gusta su clase y su forma de explicar, nada más ¡No saques las cosas de contexto!
El pelinegro lo vio con una ceja enarcada, según él, pero sin lograrlo dando más una apariencia de sorprendido que acusatorio.
—Entonces, ¿qué es?
Jimin se puso tímido ante la pregunta, rascando su mejilla y desviando la mirada, le daba cosquillas pensar en su maestro.
—Es que, lo explica de una forma en que- ay, no sabría explicarlo, es tan-
—No, no me refiero a eso, iugh —se tapó los oídos haciendo una mueca de desagrado, no quería escuchar a su amigo hablando melosamente del mayor —Pregunto que por qué suspiras tanto hoy.
Casi de forma automática, Kim dejó caer sus hombros y un aura triste y sombría se apoderó de él, como si una gran desgracia le hubiera ocurrido.
—No me lo recuerdes, —suspiró, comenzando a generarle un poco de estrés a Choi —Mañana conoceré a la nueva pareja de papá y no me siento listo para eso.
El joven pelinegro formó con su boca una perfecta "O", cayendo en cuenta de lo grave que era eso para su mejor amigo, pues él más que nadie conocía la gran tristeza que le generaba no tener a sus padres juntos.
Solo atinó a sobarle la espalda en una muestra de apoyo, seria un día duro para el joven Kim/Jung.
》•《
No puede ser...
Jimin era incrédulo a lo que sus ojos veían, un hombre alto, de hombros anchos, contextura atlética y cara de modelo era lo que su padre le había traído.
Tenía que admitir que era guapo, pero no más que su papi Hobi, eso nunca. Bueno, tampoco que su profesor Nam, digamos que era el cuarto más guapo dentro de su ranking..
El hombre se veía algo nervioso, mientras saludaba a su padre a unos metros de él.
—Buenos días, Jimin-shi —saludó el desconocido con una sonrisa.
El menor solo saludó haciendo una reverencia, sin ganas de hablar realmente con el sujeto.
—Jimin, él es Jin, de quien te hablé ese día —aclaró Taehyung, al notar las intenciones de su hijo.
—Un gusto —respondió entre dientes.
Un silencio incómodo se prolongó entre los tres, con un Taehyung totalmente abochornado y avergonzado queriendo que se lo trague la tierra.
—Qué les parece si vamos al lugar que Jin tenía planeado ¿Eh? —incitó, caminando hacia el auto.
El rubio solo esperaba que su hijo se comporte mejor el resto de la tarde una vez llegasen a los juegos.
Amaba a Jin, pero también a su hijo; le sudaba la cola de solo pensar en tener que elegir entre los dos.
Jimin corrió hasta subirse en el lado del copiloto y abrochar su cinturón.
Seokjin miró sorprendido al padre, dibujando una sonrisa forzada en su rostro con un claro "¿es en serio?" a lo que este solo se encogió de hombros modulando un "lo siento".
El pequeño castaño no se la dejaría fácil, para nada.
》•《
¡Santo Dios!
Había sido el peor día de todos, Jimin se había portado supremamente mal con su pareja y este no le tocaba de otra más que aguantar y fingir, mientras Taehyung solo podía disculparse en nombre de su hijo.
En más de una ocasión le hizo muecas, no respondió, lo evitó y hasta le tiró agua encima "sin querer", según el joven castaño.
—De verdad, lo lamento demasiado. Te juro que él no es así —Se volvió a disculpar el rubio una vez ambos adultos estuvieron solos en la sala; tendría una muy larga platica con Jimin después.
Seokjin negó con la cabeza, dejándola caer sobre el hombro del rubio y abrazándose a su brazo.
—No tienes porqué preocuparte, lo entiendo. Por lo que sé, es hijo único, así que ha de sentir miedo que me robe toda la atención de su papá, después de todo se ven pasando un mes. Al final del día, es un niño, no me voy a tomar personal sus acciones —afirmó, regalándole una sonrisa reconfortante al menor.
Taehyung sintió su corazón derretirse, que hombre más admirable.
Tomó las mejillas del castaño y besó su frente con cariño, bajando por sus pómulos hasta llegar a sus labios.
—Te amo mucho, gracias por ser tan comprensivo.
Jin lo envolvió en un abrazo, terminando tumbados en el sofá entre risitas risueñas, ignorando al joven Kim que estaba escondido tras la pared con el cachorro en brazos.
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