La noche cayó y con ella un poco de lluvia, aunque no era muy fuerte había humedecido los cristales de la habitación del joven Kim, Jimin había estado con él un rato pero luego había bajado al comedor y dejó descansar a su amigo quién ahora parecía estar retraído y silencioso. ─ Jovencito, es hora de la cena, hace frío pero no es para que estés así de abrigado ─ la señora Han había subido llevando la cena para Taehyung y lo encontró abrigado hasta la cabeza y solo se podía ver su rostro con su cuerpo inclinado al costado.

─ ¿Por qué no fui tu hijo, Nancy? ─ preguntó con voz muy suave pero audible, su expresión era de tristeza profunda.

─ Mi niño, que cosas dices... tú eras la luz de los ojos de tu padre, su mayor inversión en la vida porque no sólo era dinero si no que te daba amor por montones, ese hombre no habría sido el mismo sin ti, lo hiciste feliz los últimos años de su vida ─ dijo Nancy acercándose a él luego de dejar la bandeja con comida sobre la mesa de noche.

─ Estoy muy solo Nana, papá me dejó y tú debes atender esta enorme casa que esta tan vacía como mi corazón... qué sentido tiene todo esto si soy la persona más infeliz del mundo... ─ Taehyung parecía estar tocando fondo, por primera vez después de la muerte de su padre estaba roto, quizá lo había estado siempre.

─ ¿Es por la señorita Kenta, verdad? ─ cuestionó la señora Han.

─ ¿Cómo le explico a mi corazón que este amor es peligroso?, ¿Cómo le explico que no tiene sentido por qué ella es prohibida?, ¿cómo llenar este vacío? Todo esto es tan difícil porque quiero dejar de sentir, quisiera tener un botón de apagado para las emociones... ─ respondió sentándose lentamente sobre su cama.

─ No se puede obligar, hijo, la razón te dice que no está bien pero tu corazón no lo entiende y solo debes vivir con eso hasta que la herida vaya sanando, por eso debes tener coraje y saber que te tienes que desahogar pero luego limpias las lágrimas que ahora corren por tu rostro, levantas la mirada y sigues adelante porque estás orgulloso de haber conocido el amor aunque duela... ─ dijo aquella mujer, tomando con sus maternales manos el rostro humedecido del menor para limpiar sus mejillas.

─ Tu hiciste eso, ¿verdad?... yo me siento orgulloso de ti ahora, por eso quiero que seas mi madre, quiero sentir que aún hay alguien a quién le importó que no sea por dinero, quiero un motivo para ser fuerte y sobrevivir al amor ─ replicó tratando de hacer a un lado ese doloroso nudo en su garganta.

─ Lo seré no porque me lo pides, más bien porque siempre te he visto como a un hijo aunque no pueda dedicarte el tiempo que necesitas ─ la señora abrazo al herido joven con tanto cariño que Taehyung solo pudo desahogarse.

Así era la vida en la gran mansión Kim, ese lugar donde no había escasez de nada pero había una persona que se sentía tan sola y vacía que no podía comprender como era que alguien podría vivir y llamar vida a eso. Pero en la casa Park, las cosas eran distintas, los esposos compartían la cena y reían hablando de cualquier cosa, el ambiente era ameno y tranquilizador, pero de pronto un recuerdo opacó el momento, a la mente de Kenta llegó la mirada triste de Taehyung cuando se despidió de él. Hyungsik vio el cambio en su esposa y aunque su corazón lo sabía su mente le decía que podría ser por otra cosa, que le preguntara que le pasaba, mil veces quería preguntarle si aún lo amaba pero tenía miedo de la verdad al mismo tiempo, esa incertidumbre lo mataba. ─ ¿Te pasa algo, amor? ─ preguntó finalmente Huyngsik.

─ No, solo recordé que debo comprar algunas cosas... cariño ¿cómo va el trabajo? ─ respondió ella tratando de evadir el tema.

─ Todo ha estado muy bien, todo muy tranquilo, mañana vuelve el señor Kim a la empresa, pero asumo que eso ya lo sabías... ─ esta vez y al decir lo último, Hyungsik fue bastante enfático, como si fuera una acusación tácita.

─ ¿Eh?... bueno sí, Taehyung me lo dijo para que enviara su comida a la oficina, yo no iré ─ respondió buscando que su esposo estuviera en paz.

─ Cariño, esta semana tendremos una cena en unos de los mejores restaurantes del país, aún no hemos confirmado el día, pero mi jefe me pidió que fuéramos ambos, supongo que él también va a llevar a alguien... ─ Hyungsik sabía muy bien las expresiones que su esposa hacía cuando algo no era de su agrado, sí ella sentía algo por Taehyung saber aquello no le iba a gustar y en su expresión lo podría descubrir.

─ Una cena de negocios con chicas... creo que es algo poco profesional... ─ sin quererlo y sin saberlo, había caído en la trampa de su esposo, su expresión demostró eso que a Huyngsik le dolió, ella estaba celosa, giró el rostro para que este último no la viera bien pero fue demasiado tarde.

─ El señor es muy serio en su trabajo, pero parece que no es así con las mujeres, le tengo mucha estima pero desconfío de él cuando está cerca de ti... no es algo que yo pueda evitar pero si algo que te puedo decir, no me gusta que se te acerque o que lo visites... ─ ahora el señor Park no pudo evitar liberar parte de lo que lo había estado sintiendo.

Para Kenta aquello fue como un balde de agua fría pues su esposo jamás había hablado de ese modo, siempre pensó que no se daba cuenta o que simplemente no le importaba pero ahora se daba cuenta que era todo lo contrario, quizá ahora empezaban los problemas en el paraíso.