17
Era la noche de ese mismo día, mientras Taehyung dormía en su casa, Kenta y su esposo compartían la cena en pareja, pero Jimin estaba en la habitación de su apartamento, había ropa regada por todas partes, él besaba apasionado a una mujer, ambos estaban desnudos y parecían agotados.
─ Dime ¿cuándo piensas hacer público lo nuestro? ─ preguntó la señorita Choi Jisoo, quién hacía la labor de secretaria de Taehyung en la empresa.
─ ¿Lo nuestro?, Jisoo, cariño mío, no hay "lo nuestro", esto solo es sexo entre amigos así que solo disfruta porque somos libres, la verdad es que no me pienso atar a una relación por el momento ─ dijo Jimin con una sonrisa en el rostro, realmente lo decía en serio.
─ No puedes estar hablando en serio, llevamos ya mucho tiempo, de verdad creí que esto era algo importante para ti ─ reprochó la joven.
─ Claro que es importante, pero no tengo sexo solo contigo, puedo estar con varias y al parecer tú no te has enterado, creo que esto está siendo molesto, será mejor que te vayas ya... sí ya no te buscó no te sorprendas, me aburren estas cosas ─ habló Jimin molesto, pues Jisoo ahora lloraba.
─ Claro que sí, me voy y no te preocupes, tampoco quiero volverte a ver y sigue divirtiéndote, vas a llegar muy lejos ─ Jisoo ahora se vestía en un ataque de rabia.
Jimin ni siquiera se inmutó, se quedó ahí sobre la cama, prendió la tele y dejó que Jisoo se fuera, la joven pidió un taxi y para su suerte llegó rápido, la relación de ellos realmente había sido un secreto a voces en la oficina, así como lo que la misma implicada, muchos esperaban que un día declararán su relación, pero es algo que no pasará. Con aquel incidente la noche pasó, todos volvieron a sus labores, Jimin en su oficina revisaba algunos datos, no había ido casi desde que había estado al pendiente de Taehyung, Hyungsik llegó minutos después y este le dio indicaciones para que pudiera atender cualquier emergencia desde ahí, Taehyung había ordenado que Hyungsik quedara a cargo mientras Jimin estaba en su casa, las decisiones siempre estaban sobre este último puesto que no permitían que Kim tuviera contacto con nada del trabajo mientras estaba en reposo, todo estaba ordenado y su punto, Jimin tomó sus cosas y salió de la empresa.
Una vez que se había cerrado el ascensor de la zona de presidencia, la señorita Choi pudo liberar un poco de aquella pena que traía, ella sabía que no había algo serio pero cuando el peligris empezó a buscarla constantemente y tenía detalles con lo llegó a pensar que era especial para él, pero solo era una más del montón, ella se sentía usada y quizá solo se engañó sola, ¿cómo pudo fijarse en alguien como él?, el mejor amigo del poderoso Kim Taehyung, su mano derecha e hijo de favorito de uno de los hombres más importantes del gobierno.
─ ¿Puedo ayudarte? ─ preguntó Hyungsik cansado de ver desde lejos a Choi llorar, le partía el corazón aquello.
─ No, gracias licenciado Park... ─ respondió aun sorbiendo y tratando de controlarse.
─ Ohh vamos Choi, nunca antes me llamaste así, siempre fuimos amigos por favor dime que te pasa ─ insistió el joven.
─ Ahora trabajas directamente con el señor, estas en un nivel más alto que el mío y el jefe siempre nos enseña a ser respetuosos como él lo es ─ replicó ella tratando de evadir el tema.
─ Sabes, tengo algunas cosas que contarte, pero no creo que tu oficina sea buen lugar, vamos a la mía y hablamos un rato, de momento todo está resuelto así que tengo un par de minutos ─ pidió amable Hyungsik para que de ese modo ella pudiera desahogar lo que sentía. Jisoo aceptó y pidió unos minutos para dejar todo listo y que de ese modo nadie pudiera reclamarle nada, la presidencia no estaba recibiendo llamadas porque todo pasaba a la vice-presidencia y a Hyungsik, eso era algo que la beneficiaba para tener un poco de tiempo libre, algo que a veces no era conveniente para nadie.
─ ¿Hablas en serio? ─ dijo Jisoo mientras mezclaba el azúcar en su café.
─ Creo que le gusta desde que la vio por primera vez aquí en la oficina, ¿te das cuenta que es el hombre más poderoso de toda Corea? ─ expresó con algo de frustración ─ soy un pitufo a su lado, yo no puedo pelear una guerra así ─ terminó.
─ Pero tu esposa te ama, ella nunca te sería infiel, puedes estar seguro de ella ─ agregó la secretaria para calmar a su amigo.
─ Eso es otra cosa que me dolería, ella estuvo tratando de evitar al señor Kim, fue muy evidente y aunque yo no dije nada, lo noté, no dudo de su fidelidad pero creo que ya no soy el único en su corazón, sobre eso ni ella ni yo podemos hacer algo, sí ella deja de amarme no será culpa de nadie ─ dijo Hyungsik más triste, la realidad había golpeado a su puerta.
─ He visto a Kenta, ella no es así, además el señor siempre sale con chicas, quizá solo son ideas tuyas, ya verás como todo tiene una explicación ─ volvió a insistir viendo la pena en el rostro de Hyungsik.
─ No hemos tenido intimidad desde hace mucho tiempo, Jisoo, tampoco busca besarme como antes, ella no es infiel y confío en ella pero Taehyung la ha buscado de una y mil maneras y de un modo en el que yo no he podido decirle que no porque ella es mi esposa y yo no voy a decirle que hacer o no, ella piensa, habla y opina... no quiero que deje de amarme pero tampoco quiero que viva obligada por un papel junto a mí... tengo miedo de perderla ─ fueron las palabras de un esposo que sabía más de lo que demostraba siempre.
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