13
Pasando la media noche Hyungsik recordaba el día que conoció a su esposa, ella era una sonriente chica que siempre pasaba a comprar frutas en el local donde entonces trabajaba, usaba un lindo sombrero para cubrirse del sol y unos hermosos vestidos con los colores alegres, fue difícil para él convencerla. Su corazón se estrujo pensando que podría perderla para siempre y no verla nunca más, desde que dejaron la provincia de la que venían se habían unido el uno al otro y habían sido olvidados hasta por sus padres porque una muchacha como ella debía casarse con un hombre de alta sociedad y él debía estudiar duro para tener las mejores calificaciones y conseguir un buen trabajo, pero ellos se amaban y esos estándares los agobiaban, por eso viajaron a Seúl y ahí fundaron su lindo hogar, el que ahora tenían y donde eran felices, nunca antes había pasado algo como lo de hoy. El sonido de su teléfono lo sacó de sus pensamientos, estaba perdido en sus recuerdos más bellos que pensó que quizá estaba alucinado cuando sacó el aparato y vio el nombre de su esposa en la pantalla, su corazón se aceleró demasiado, tanto que sus manos temblaban.
─ ¿Bueno? ─ dijo con duda porque podían ser los delincuentes.
─ Cariño, gracias a Dios que eres tú... ─ Kenta no pudo hablar más sin que su voz se rompiera, escuchar a su esposo al otro lado era como estar a salvo.
─ ¡Amor! ¡Eres tú! ¡Realmente eres tú! ¡No me lo creo! ¿Estás bien? ¿No te han lastimado? Porque te juro que... ─ Ella no permitió que el continuará.
─ Yo estoy bien, pero el señor Kim, a él lo tiene esposado a una bañera con agua fría y se está enfermando cada vez más, tienes que hacer algo para sacarnos de aquí, amor ─ explicó la joven conteniendo sus lágrimas de felicidad por escuchar a su esposo y por pensar que pronto los sacarían.
─ Cariño, el jefe de la policía quiere hablar contigo, van a rastrear tu teléfono para encontrarlos, pronto estarás a salvo cariño mío ─ dijo con ternura Hyungsik a su amada.
Kenta explicó al jefe Jung todo lo que había visto, pero no contaba con que mientras ellos arreglaban todo, Dosang llamaría a sus hombres para que pusieran fin a la vida de Taehyung y arrojaran su cuerpo al lago más cercano. La policía encontró la ubicación pero era un lugar lejano a la ciudad, por lo que les llevaría tiempo llegar pero estaban en camino, mientras tanto, aquellos hombres bajaron, sacaron a Kenta y le dieron la oportunidad de huir, le dijeron que no hablara, ellos no sabían que ella tenía su teléfono móvil. Pero ella no podía irse lejos, no sabía dónde estaba y pronto llegarían por ellos, buscó lo que parecía un camino, era de noche y le daba mucho miedo todo aquello, pensaba también en Taehyung y la triste vida que siempre había tenido, no podía dejarlo perdido. Tomó valor y espió la casa donde habían estado, oculta entre la maleza, sabía que había un lago pero no pensó que tan cerca, en efecto estaba cerca pero debían caminar un poco, ella mientras esperaba pero no pasaba nada, seguro estaban en el sótano haciéndole quién sabe que a Taehyung.
─ Bien señor Kim, sabemos que usted es fuerte y valiente, no nos culpe por esto, de todos modos nos veremos en el infierno un día y entonces usted podrá vengarse de nosotros ─ dijo uno de los tres. Taehyung no dijo nada, sabía que sí la que estaba haciendo esto era su madre, ese sería su final, aquellos tres hombres acabarían con él, pero le quedaba en la conciencia que no llegaría ni un centavo a las manos de ella porque tenía todo preparado desde antes para que se le hiciera justicia a otras personas que siempre merecieron parte de aquel dinero y jamás se les reconoció, él sabía los secretos de su padre y sus errores y estaba tratando de enmendarlos desde hacía mucho tiempo, pero sí algo le pasaba, todo sería más rápido y completo para ellos, por eso no temía, solo se entregaba a lo que fuera que le hicieran.
─ Nuestras órdenes son claras, así que, lo sentimos señor... ─ habló otro que se acercó y lo tomó del cabello para comenzar a sumergirlo enérgicamente. Taehyung trató de poner resistencia, su instinto le obligaba a resistirse, pero estaba esposado, no podía hacer nada, intentó tomar aire suficiente para resistir y lo estaba haciendo, pero llegó ese punto en el que sus pulmones necesitaban más aire, su cuerpo exigía oxígeno pero no podía moverse, lo intentaba pero era en vano, su cuerpo fue perdiendo fuerza y sus ojos se cerraron, dejó de sentir. Estaban por asegurarse de su muerte cuando fueron interrumpidos por los oficiales, Kenta estaba detrás los había guiado pero ya no le importaba que la reconocieran, le dolió en el alma ver como uno de los oficiales sacaba a Taehyung, parecía muerto, se abrazó a al pecho de su esposo quién había llegado con los oficiales y Jimin, los tres veían a una distancia como intentaban reanimarlo con arduo trabajo, casi estaban dándose por vencidos cuando por fin lo lograron, el joven Kim logró escupir el agua que tenía atorada y volvió, Jimin se acercó.
─ Bienvenido amigo, no juegues así contigo ¿quieres? ─ le dijo viendo a un pálido y frío Taehyung pero respirando.
─ Lo lamento, trataré de traerte conmigo cuando quieran asesinarme la próxima vez ─ respondió con una voz débil pero cargada de sarcasmo y una sonrisa juguetona.
Los paramédicos caminaron hasta sacar al joven de aquel lugar y darle la ayuda médica que necesitará, Jimin fue con él en la ambulancia y los Park fueron llevados a un centro médico de la policía para revisar que no tuviera daños y luego fueron llevados a casa, todo parecía indicar que Taehyung era el objetivo del secuestro, pero por precaución pusieron vigilancia en las afueras de la casa de los esposos.
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