🍓 03 🍓
Aunque quisiera decir que Park había jugado sucio, enseñándole a usar mal el control, invirtiendo la utilidad de cada botón, no fue así. El chico se había comportado como un docente profesional y le había explicado cada detalle con tranquila frialdad antes de darle play a la partida.
Como se esperaba, sus movimientos eran torpes. Aún no se acostumbraba al juego y a la agilidad que este requería. Por lo tanto, no fue sorpresa ver su línea de vida disminuir cada vez más.
—Me sorprende que lleven tanto tiempo Juntos y tú ni siquiera conozcas el amor que Tae tiene por los videojuegos —Jungkook estaba tan concentrado en agilizar y precisar sus ataques que le costó asimilar lo escuchado.
El personaje pagó las consecuencias de ello: sus costillas fueron trituradas hasta que los huesos sobresalieron de su tórax, anunciando así el final de la primera ronda. Se quejó en voz baja al verse en desventaja, a pesar de seguir confundido por el comentario del contrario.
—¿Perdón? —observó al moreno, quien, sin darle tiempo para nada, continuó con el juego.
—Es ridículo, Jeon, te enojas solo porque hace algo que le gusta y que además le saca provecho económico —Los golpes volvieron, esta vez con más rapidez y brutalidad.
—Seojoon —advirtió Jimin, pero fue ignorado por el par.
Jungkook logró acostumbrarse al manejo de los movimientos, por lo que seguirle el ritmo no fue tan difícil y poner resistencia a perder tampoco.
—Y-yo sé que el ama jugar estas cosas y que le va bien haciéndolo. No me molesta eso.
Gruñó al sentir su voz temblar; para él el tema era sensible, nadie podía comprenderlo, era tonto que se sintiera dejado de lado solo porque su hyung ahora se concentraba en algo diferente, donde lo poco que sabía era que ganaba un poco de dinero y popularidad universitaria; pero los rumores en los pasillos, los cotilleos de una posible futura ruptura y un supuesto camino libre, lo torturaban.
—¿Seguro? Porque para nadie es un secreto los reclamos que le haces todo el tiempo —La partida dejó de importar, quien perdía o ganaba ya no dependía de los píxeles—. Digamos que no eres muy sutil.
No lo negaría, varias veces se había enojado con su castaño por no hacer nada cuando le coqueteaban o por ignorarlo al hablar con algún otro fanático del juego. Por eso mismo, tampoco se disculparía.
Pero eso no significaba que esas discusiones los llevarían a una ruptura, menos si siempre acababan con muchos besitos o paquetes comida que Taehyung le traía como compensación a sus tonterías.
—La mayoría hablan sin saber nada. Taehyung y yo nos amamos, estamos juntos hace mucho y hemos compartido tantas cosas, que es entendible porque les genera tanta envidia —Jungkook tuvo que apretar sus labios para no sonreír al escucharlo gruñir.
Un movimiento más le bastó para acabar con el personaje de Seojoon. Desvió la mirada cuando la pantalla mostró a su personaje romper la cabeza y sacar los sesos del otro.
Desagradable.
—Sí, sí, todos conocemos su historia de amor —entonó con molestia—. Doce años de estar en la vida del otro es mucho tiempo como para aburrirse ¿No crees?
Esa era la misma frase que su cabeza repetía. Escucharla afuera de ella le causo malestar.
—Yo iré con Taehyung —Intervino Jimin saliendo a tropezones del cuarto, como si hubiera presenciado un homicidio.
—Cállate
El control agitándose entre sus manos demostró la ansiedad que le ocasionó.
—Tú también lo sientes, ¿no es así? —fue el turno de Park para sonreír, dando continuidad a la partida—. Taehyung pasa más tiempo con nosotros ahora, está más alegre, es más espontáneo, el consentido del grupo. Mientras contigo... No recuerdo algún momento de estos meses dónde no se encontrarán discutiendo o que Taehyung fuera detrás de ti calmando tus molestos lloriqueos.
Solo bastó eso para recuperar su coraje. Si bien tenía miedo por la distancia que estaban experimentando, era mentira que solo discutieran y que solo Taehyung cumpliera con los caprichos contrarios. Se notaba claramente que no conocía mucho al castaño, quien era un consentido al que, ante el mínimo enojo, ya tenía a Jungkook encima calmándolo con mimos y muecas. Taehyung era sinónimo de un osito gruñón, su osito gruñón.
—Eres demasiado ingenuo al pensar que porque viste dos o tres discordias conoces nuestra relación —disfruto ver de reojo a Seojoon tensarse—. No sabes cuántas veces nos besamos al día, cuántas veces nos profesamos amor por mensajes o en persona, las clases que faltamos por no resistirnos al otro y no creas que te hablaré del apoyo emocional que nos brindamos.
Unos movimientos Brutos e inventados terminaron por hacerlo ganar, dejando a Seojoon observando la masacre de su hombrecito por parte del de Kook.
—De hecho, lo he visto más incómodo contigo que conmigo. Por ejemplo, hoy —Lo miro sonriente apreciando como su mandíbula se tensaba—. ¿Qué le estás haciendo a mi Tae?
—¿Yo? —Jadeo una risa amarga —Por favor, Taehyung se vio obligado a invitarte por tu drama en los pasillos. Ahora invades nuestro espacio.
Clara mentira, porque fue el castaño quien le había pedido ir, solo que a mediados de la noche. Tal vez sí protestó un poco, pero es que quería pasar más tiempo con su pareja.
—¿De ustedes? —se obligó a mantener la calma. El moreno se estaba tomando muchas atribuciones que no le correspondían —Es el espacio de mi novio. En cualquier caso sería nuestro. De él y mío.
Sintió sus mejillas un poco rojas al anticipar lo que diría; sin embargo, sintió júbilo al saber que golpearía bajo al contrario.
—Cariño, no querrás saber cuántas veces hemos hecho el amor en esta cama y tampoco en que otras partes. Esta casa tiene nuestras huellas. Ustedes no son más que intrusos—. Y carajo, el carmesí ardiente del rostro ajeno en enojo, le hizo apostar que había ganado.
No espero que el contrario continuará sin dar el brazo a torcer.
—Si de verdad te jactas y crees todo lo que dices, no tienes por qué arder en celos contra mí y los demás —apagando el televisor, acercó su rostro hasta su oreja—. No sabes lo mucho que me encanta Taehyung, ni cuanto deseo, aunque sea probar un poquito de él. Pero si estás seguro de que no me permitirá hacerlo, ¿qué te asusta?
Entonces su sexto sentido no fallaba, si eran claras las señales y no exageraba como su cabeza le hacía pensar. Seojoon se alejó para sonreírle con descaro.
—Que el miedo no te quite a tu precisado tesoro.
Quiso reprochar al respecto, mandarlo al carajo o cualquier cosa, pero el par de amigos habían regresado casi corriendo con platos de fruta para cada uno.
—Yo no tengo miedo.
Fue lo último que alcanzó a susurrar.
—¡Volvimos! —sonrió ahora más animado el castaño, por lo que, supuso, Jimin no le había mencionado nada de lo escuchado antes de irse—. La fruta es cortesía a Jungkookie.
—Mira esté es para ti —Jimin, tomando un plato de la bandeja, se la extendió a Jungkook—. ¿Sabes?, Tengo algunas cosas que comprar cerca de aquí, ¿Podrías acompañarme?
Antes de poder emitir respuesta o siquiera analizar una, Seojoon habló, captando la atención de todos.
—¡Woo, es banana y uva, mis favoritas! —Tomando las mejillas de Taehyung, las apachurro, formándole un puchero—. El bebé del grupo está cuidando a sus hyungs.
Era una clara tentación a su paciencia, y no podía lograrlo mejor.
—¿Qué estás diciendo, idiota? —el castaño lo miró extrañado, empujándolo lejos en el momento justo que Seojoon acercó mucho su rostro.
—¿Acaso miento?, ¿Lo hago Jiminshi? —miró a su hermano por un momento, que se ponía cada vez más pálido, antes de volver a aprisionar los mofletes del contrario—. Taehyung es nuestro bebé.
Ya sobrepasado con toda la situación, tan incómoda, molesto por los comentarios de Park y abrumado ante el evidente disgusto de su novio, pero su falta de actuar, le devolvió el plato a Jimin y grito:
—¡Me tienes harto, imbécil!, ¡Aléjate de mi novio! —Pisoteo el suelo—. ¡Taehyung es mío!, ¡mío!
Todos se sumieron en silencio. Su novio lo miraba atónito, sin poder articular una respuesta más allá de balbuceos, mientras Seojoon solo sonreía victorioso. No, ya no lo soportaba más. Nunca antes reaccionó de esa manera explosiva; sabía lo ridículo que podía verse, pero, mierda, ese engreído y patán lo tenía al borde de un colapso nervioso.
No espero a que todos despertarán de su asombro y salió corriendo directo al baño.
Se sentía mareado del enojo, solo quería huir de ahí antes de volver a protagonizar otro escándalo, pero sus lágrimas parecían ser del tipo rebelde, por lo que tuvo que optar por esconderse allí para no ir como un tonto llorando todo el recorrido hasta su casa.
Msndkdkks ya sé, ya sé... Todo mal 😮💨
Bien, dejo esto por aquí y me voy, espero les guste, gracias por todo ♥️
Les recuerdo que, si gustan, me pueden seguir en mi cuenta secundaria Noahhdk 🥰
Nos vemos luego 👀♥️
Att: Noah 🥀
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