Único
Pedido de hiruarrt
Era un día tranquilo en la Ciutat Esportiva, o al menos tanto como podía serlo con Szczesny en el equipo.
Marc estaba sentado en el gimnasio, ajustándose las vendas de las muñecas, cuando vio a Frenkie riendo con Szczesny en una esquina.
Frenkie no reía así con todos, y Marc lo sabía, esa risa, la que hacía que sus ojos se achinaran y sus hombros temblaran, era una de sus cosas favoritas del mundo.
Pero verla provocada por Szczesny... bueno, eso era otra cosa.
—¿Qué tanto hablan? —Preguntó Marc, más para sí mismo que para alguien más, aunque Pedri, que estaba a su lado levantando pesas, lo escuchó.
—¿Quiénes? —Preguntó el canario, aunque claramente ya sabía la respuesta.
—Frenkie y Tek, siempre están juntos últimamente.
Pedri bajó las pesas y lo miró con una ceja levantada.
—Marc... ¿Estás celoso?
—¿Celoso? Claro que no.—Respondió rápidamente, aunque su mirada seguía clavada en la pareja en la esquina del gimnasio.
Pedri soltó una carcajada, disfrutando demasiado de la escena.
—Seguro que no, entonces, ¿Por qué estás arrugando la venda como si fuera Tek?
Marc miró sus manos y, efectivamente, había arruinado el trabajo meticuloso que acababa de hacer.
Chasqueó la lengua, claramente molesto, y volvió a intentarlo.
Más tarde, durante los ejercicios en el campo, la situación no mejoró, Szczesny y Frenkie parecían inseparables.
Cuando no estaban conversando, estaban compartiendo bromas o simplemente intercambiando sonrisas.
Marc, en cambio, estaba en la portería, lanzando miradas furtivas como si pudiera incinerar a Szczesny con la fuerza de su celosa indignación.... No estaba celoso eh.
—¡Frenkie! —Gritó durante una pausa en los ejercicios.
—Ven aquí un momento.
Frenkie dejó de hablar con Szczesny y corrió hacia su esposo.
—¿Qué pasa? —Preguntó con una sonrisa.
Marc se encogió de hombros, tratando de parecer casual.
—Nada, solo quería asegurarme de que todo estuviera bien.
Frenkie arqueó una ceja, claramente divertido.
—¿Está todo bien contigo?
—Por supuesto, ¿Por qué no lo estaría?
Antes de que Frenkie pudiera responder, Szczesny pasó caminando detrás de ellos.
—¿Estás interrogándolo, Ter Stegen?—Bromeó el polaco, deteniéndose para mirarlos.
—No te preocupes, no planeo robártelo. Frenkie no es mi tipo.
Marc frunció el ceño mientras Frenkie soltaba una carcajada, estaba ofendido, su esposo era el tipo de cualquiera, ¿Cómo se atrevía este ser de nombre innombrable? Pero bueno, lo toma.
—Gracias por aclararlo.—Respondió Marc con un tono seco, lo que solo hizo que Szczesny se riera aún más.
—Relájate, Marc, Frenkie habla de ti todo el tiempo, es bastante cursi, en realidad.
Marc sintió que un leve rubor le subía a las mejillas, pero mantuvo su compostura.
—Bien, entonces no hay problema.
Szczesny se encogió de hombros, pero cuando se alejó, lanzó una mirada hacia Frenkie, claramente disfrutando de la situación.
—Tu esposo es adorable cuando está celoso.—Murmuró Szczesny, lo suficientemente alto como para que Marc lo escuchara.
Esa noche, en casa, Frenkie no podía dejar de reír mientras recordaba lo que había sucedido.
Marc estaba en la cocina, claramente tratando de actuar como si nada hubiera pasado, pero Frenkie no podía dejarlo pasar.
—Marc.—Comenzó, apoyándose en el marco de la puerta.
—¿Estabas celoso de Chechi hoy?
Marc se giró, con una expresión de diva ofendida.
—¿Celoso? ¿Yo? Claro que no.
—Oh, claro que no.—Dijo Frenkie, imitando su tono.
—Entonces, ¿Por qué te pasaste toda la práctica fulminándolo con la mirada?
Marc dejó el cuchillo que estaba usando para cortar verduras y se acercó a Frenkie.
—Porque... No me gusta cómo te mira.
Frenkie lo miró, sus ojos llenos de diversión y ternura.
—Marc, Tek es un amigo, y, además, solo tengo ojos para ti.
Marc suspiró, envolviendo sus brazos alrededor de Frenkie.
—Lo sé, pero no puedo evitarlo, me molesta cuando alguien se lleva más de tu tiempo que yo.
Frenkie se puso de puntillas y le dio un beso en la mejilla.
—Eres adorable cuando estás celoso, ¿Lo sabías?
—No lo soy.
—Sí, lo eres, y, para que lo sepas, me encanta que me quieras tanto como para ponerte celoso.
Marc rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír mientras Frenkie lo abrazaba con fuerza.
—Solo prométeme que la próxima vez que nombre raro diga algo para molestarme, no te reirás con él.
Frenkie rió suavemente, escondiendo su rostro en el cuello de Marc.
—Lo intentaré, pero no puedo prometerlo.
Y aunque Marc sabía que Szczesny probablemente seguiría haciendo comentarios y buscando provocarlo, al menos tenía la certeza de que Frenkie siempre estaría de su lado.
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