Capítulo ocho
Jung Kook siente su cara arder y el bombeo de su corazón desenfrenado. Siente cada parte de su cuerpo más que caliente, pero -sobre todo- los son los toques y besos de Yoon Gi, que solo provoca que gima y se pierda en una fantasía erótica.
Está excitado, eso está más que claro; dejando salir sin pudor alguno sonidos lascivos, retorciéndose bajo el tacto del león y su entrada dilatándose en busca de atención.
Yoon Gi sigue besando los pezones de la pantera, embriagándose con su aroma y el sonido de sus gemidos. Lentamente baja un mano, hasta sentir con la yema de sus dedos la necesitada entrada de Jung Kook. Juega un poco con aquel liquido viscoso y se embarra -a la vez- dos dedos.
Un hilo de saliva corre por el mentón de Jung Kook, aturdido con todas estas nuevas sensaciones y amándolas por completo a cada una de ellas. Sentir como su entrada se contrae al mismo tiempo que busca dilatarse y chorrea lubricante, el cual resbala desde su interior y escurre hasta el final. Y sin aviso alguno, solo siente cuando Yoon Gi introduce los dos dígitos en él; rápido y duro.
Todo el cuerpo de Jung Kook se contrae, gimiendo fuerte y claro; sintiendo perfectamente como aquellos dedos acarician su interior. Yoon Gi hace lo posible por seguir besando y chupando el pecho y abdomen del menor, al mismo tiempo que simula embestidas con sus dedos.
—N-no... ¡Espera! —chilla Jung Kook, sintiendo como su entrada palpita—. ¡Voy... A correrme!
—Puedes hacerlo si quieres, ¿sabes? —contesta sin siquiera mirarlo, más concentrado en seguir devorando aquellos pezones.
—Pero... Yo quiero...
No puede terminar de hablar, sus pensamientos siguen revueltos y no puede coordinar sus palabras. Pero aun así Yoon Gi lo entiende y saca sus dedos del interior de Jung Kook, quien jadea por el repentino vacío y trata de enfocar su mirada en el león, pero solo puede verlo cuando una sonrisa se hace en sus labios.
Yoon Gi desabrocha su pantalón y saca deprisa su miembro, jadea por el brusco movimiento, pero no le importa, está lo suficientemente duro para solo pensar en penetrar a Jung Kook. Primero frota la punta y ve perfectamente la expresión de placer del menor, dándose cuenta de que no es el único que ha esperado por esto.
—Bien, entonces te lo daré.
Toma a Jung Kook de ambos brazos y lo jala hacia a él, sentándolo en su regazo. Besa su mejilla y le sonríe cálidamente. Jung Kook tiene sus piernas a cada lado de la cintura de Yoon Gi, además que de sus brazos abrazan aquel pálido cuello.
Y Yoon Gi ya no puede esperar más, que ya presiona la punta de su pene en la entrada de Jung Kook, sintiendo enseguida como aquella paredes calientes y resbaladizas lo abrazan. Jung Kook grita y se aferra con fuerza a los hombros del mayor; el pene de Yoon Gi entró por completo en él.
—¿Duele? —susurra Yoon Gi sobre su cabello, sintiendo como el cuerpo entero de Jung Kook tiembla.
—No... Estoy bien —frota su rostro contra el pecho de Yoon Gi, sintiendo su aroma—. Se siente muy bien... ¡Ah!
Por fin puede sentirlo dentro de él, tan grande y caliente, mucho mejor de lo que pudo haber imaginado en sus fantasías.
—Eso significa que puedo empezar a moverme, ¿cierto?
Sus alientos chocan y Jung Kook solo puede asentir, deseando que Yoon Gi se mueva lo antes posible y lo lleve al éxtasis. El león sonríe y toma los muslos de Jung Kook y lo levanta, embistiendo aquella húmeda cavidad.
Ambos gimen y disfrutan aquel primer movimiento, animándolos a llegar hasta el final.
Yoon Gi sigue embistiendo a un ritmo no tan rápido, considerando que es la primera vez del menor; aunque Jung Kook no piensa de esa forma, ya que jugó demasiado con su propio trasero y ahora ese ritmo no es suficiente. Él necesita más que eso.
Sus ojos lagrimean y con una expresión necesitada ve a Yoon Gi, enredando su cola con la del león. Yoon Gi detiene sus movimientos por un momento, cuando siente las manos de Jung Kook tomar su rostro.
—¿Qué sucede? —mira con preocupación a la pantera, viendo aquellos ojos llorosos—. ¿Voy muy rápido?
Jung Kook lo calla con un beso, uno lento y profundo. Yoon Gi enseguida le corresponde, devorando en su totalidad aquellos labios que lo hacen pecar. Ambos enredan sus lenguas y disfrutan de aquel nuevo sabor de sus salivas juntas. Jung Kook termina con el beso, lamiendo por una última vez el labio inferior del león y se separa una pulgada.
Sus miradas están conectadas al igual que sus bocas por un fino hilo de saliva.
—Te quiero más profundo.
El susurro de Jung Kook es tan erótico, que Yoon Gi siente como si su pene saltara en el interior del menor. Jung Kook cierra los ojos y jadea, también sintiendo aquel movimiento. Y al final, Yoon Gi asiente como un bobo a la petición de la pantera, volviéndolo a acomodar en el suelo.
Jung Kook de nuevo entreabre los ojos y puede ver borrosamente como el león se quita su saco y desabrocha los tres primeros botones de su camisa, viéndose aún más sexy. Yoon Gi le sonríe y lame sus labios, provocándolo. Jung Kook se queda perdido, viéndolo, no notando cuando lo toma de la cintura y lo levanta un poco luego de embestirlo con fuerza.
La expresión de Jung Kook se deforma, con sus ojos volviéndose blancos y su boca convirtiéndose en una gran "o". El aliento se atora en su garganta y algunas lágrimas escurren. Su cuerpo se sacude por completo, experimentado aquel nuevo ritmo sofocante.
Las embestidas son duras, rápidas, profundas y muy, muy certeras, dando justamente un el punto que hace a Jung Kook chillar de placer. Sus pieles chocan y provocan un sonido obsceno que les encanta a ambos.
Yoon Gi lo toma con más fuerza, marcando sus dedos en la cintura del menor, pero importándole poco, porque parece que Jung Kook lo disfruta en demasía.
Las embestidas llegan a un punto que tocan un lugar en especial; uno que hace delirar a Jung Kook del placer. Gime con fuerza y ruega con que no se detenga, que siga deslizando su pene por sus paredes. Yoon Gi le hace caso y sigue golpeando aquel punto, gimiendo por como el ano de Jung Kook lo aprieta de manera estupenda.
Jung Kook termina por arquear la espalda y dar un grito desgarrador, teniendo un orgasmo arrasador, salpicando su esencia sobre su pecho. Provocándole también una serie de espasmos por todo su cuerpo, el cual -el más afectado- es su ano, contrayéndose y sintiendo como el pene de Yoon Gi palpita y se corre en su interior.
Cuando Yoon GI logra estabilizar su respiración, nota que Jung Kook aún está soltando algunas lágrimas, causando que entre en pánico.
—¡L-lo siento! —lo toma del rostro e intenta limpiar aquellas gotas saladas—. Eso dolió, ¿verdad? —Jung Kook lo mira sin aún decir algo, recuperándose del aturdimiento—. La enfermería... No es una buena opción. Un hospital, tal vez... No, los analgésicos que tengo deberían de servir.
Sigue murmurando el león, preocupado por lo que le esté doliendo a la pantera. Entonces, Jung Kook agita su cabeza en negación, soltando una risilla que lo hace ver tierno.
—Estás tan preocupado, como si fueras virgen o algo.
Yoon Gi lo mira molesto y con un sonrojo en sus pálidas mejillas, escuchando la risa de la pantera. Pero al final suspira y cambia de posición sus manos, poniéndolas a los costados de la cabeza de Jung Kook. El menor lo mira sorprendido, teniendo el rostro de Yoon Gi demasiado cerca.
—En ese caso... Parece que te está sintiendo bien. Me alegra.
Sonríe de una forma tan sincera y linda, que Jung Kook se sonroja y siente a su corazón latir como un loco. Vaya efecto que le provoca Min Yoon Gi.
Al día siguiente, Jung Kook va caminando con normalidad por los pasillos de la escuela, pensando en todo lo que su vida cambió en menos de un día; desde terminar mal con Sana, hasta perder su virginidad con Yoon Gi. Todo siendo un alocado camino se subidas y bajadas.
Cuando gira en una esquina, se encuentra a Sana junto a otro chico demi-beast; Jung Kook detiene sus pasos y los observa desde la lejanía. Sana va alegremente tomada del brazo del chico mientras van a la cafetería. Jung Kook piensa que quizá es un nuevo novio, lo cual le alegraría si fuera cierto, ya que ella no estaría triste por todo lo que pasó entre ellos.
Además de que, así como ella tiene a alguien nuevo con quien salir, Jung Kook también tiene a alguien con quien hacerlo hasta al final. Claro que esa persona es Yoon Gi, el león albino, que después de hacerlo en aquel salón abandonado, llegaron lo más rápido que pudieron a su habitación y lo hicieron durante toda la noche. Y es un total milagro que Jung Kook pueda caminar sin que sus piernas tiemblen o que su cadera le duela.
Aunque -recordándolo un poco mejor-, la actitud de Yoon Gi cambió a una más amable, preocupándose si le dolía algo o si realmente lo estaba haciendo sentir bien. Lo cual, Jung Kook piensa que es algo vergonzoso, ya que, número uno: sus gemidos son difíciles de ocultar lo bien que se siente; y número dos: -a como lo ve Jung Kook- su relación sería completamente sexual.
Pero, hay algo que lo desanima y es el hecho que, si Yoon Gi supera sus problemas de erección y consigue una novia, se terminará todo.
Suspira y decide en ya no pensar más, porque al final, es el destino que dispondrá como irá su camino.
—Entiendo. Siendo el adulto aquí, lamento no haberlo dicho antes.
Yoon Gi asiente y juega con sus manos, pero poco a poco los nervios salen de su cuerpo después de haber escuchado la respuesta de Mi Suk.
—Está bien. Además, lo siento por disfrutarlo tanto —levanta su mirada y la conecta con la de la mayor, quien se sorprende—. Espero que pueda volver a ser solo otro estudiante.
—Acaso tú... —la mujer entrecierra un poco sus ojos, escrutándolo con la mirada— ¿Tienes sentimientos por alguien?
Yoon Gi se sorprende y baja la mirada, pensando por un instante en ser sincero.
—Uh... Bueno...
—Oh —lo interrumpe al obtener su respuesta, apretando con fuerza la pluma que hay en su mano—. Bien por ti... Eso me recuerda, que no te he dado ninguna medicina anti-feromonas últimamente, ¿cierto?
—No —de nuevo levanta su mirada—. Planeaba venir pronto por unas.
Ella sonríe, girando un poco su silla giratoria para quedar en frente de los cajones de su escritorio.
—Entonces, que bueno que lo recordé... —abre un cajón y de él saca las pastillas y se las entrega al león.
—Gracias.
Yoon Gi las toma con una ligera sonrisa y se despide de Mi Suk antes de irse de la enfermería. El menor cierra la puerta y es justo ese momento que la sonrisa de Mi Suk desaparece, pensando: "¿Él de verdad piensa que puede dejarme así y salirse con la suya?"
Todo esto ocurriendo mientras en sus manos se encuentra la caja de los medicamentos que le dio a Yoon Gi, donde claramente se puede leer: Inductor de celo.
Ya es muy tarde y Jung Kook está más que preocupado. Salió de los dormitorios en busca de Yoon Gi, ya que en todo el día no lo ha visto y el león no le ha dado ninguna señal de vida. Piensa lo que estará haciendo, dudando que haya salido del campus con su uniforme.
Camina por los alrededores del edificio de los dormitorios, preocupándose un poco más al imaginar si le habrá pasado algo de camino a la habitación. Pero un fuerte ruido -casi como un gruñido- lo distrae de su caminata. Voltea a aquella dirección y se encuentra con un gran arbusto, pero no conforme con ello, se acerca a él, encontrando por fin, al león.
—¡Yoon Gi! —el albino se encuentra dándole la espalda y sobre sus rodillas, no volteando a ver a Jung Kook—. ¡¿Estás bien?! ¿Qué estás haciendo aquí?
Yoon Gi aun no le contesta y eso desespera a la pantera, quien se arrodilla a su lado, aún sin poder ver su rostro -a causa de la oscuridad-.
—¿Te sientes enfermo o algo? —intenta tocarle el hombre, pero se detiene y no lo hace—. Quédate aquí, iré por el director.
Jung Kook intenta levantarse, pero es detenido por la muñeca. Voltea a ver a Yoon Gi y por fin puede ver su rostro. Jung Kook se sorprende tanto, que termina cayendo por completo al césped.
Sus ojos dilatados, sus colmillos, la saliva escurriendo por su mentón y los gruñidos que escapan por sus labios, no se parecen en nada de lo que es Yoon Gi.
Jung Kook se estremece y su respiración se agita, viendo atentamente como Yoon Gi se acerca a él como si estuviera cazando a su presa.
Necesita alejarse de él...
Sus feromonas son tan penetrantes que ya están haciendo que su cabeza dé vueltas y sienta la necesitada de ser follado. Gime y se pierde ante la mirada del león, pareciéndole muy cautivadora.
Entonces, Yoon Gi ya no lo puede resistir más y lo toma, no pudiendo controlar sus instintos.
Necesita alejarse de él, pero...
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