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Capítulo seis

—Jae Hyun... ¿Cómo sigue tu fiebre?

¿Mamá?

Jae Hyun entreabre los ojos y lo primero que nota es una mano que intenta tocarlo, que -sin pensarlo mucho- la toma antes de que lo toque. Cuando recobra un poco más sus sentidos, se da cuenta que no es su madre la que está en frente de él, sino Ren Jun, el cual está sorprendido por lo repentino que fue aquel agarre.

—¿Ren... Jun? ¿Por qué... Estás...?

Sigue aturdido y con la visión un poco borrosa, intentando comprender qué es lo que está pasando. Ren Jun está hincado a un lado de su cama, con una pequeña toalla en su mano. Jae Hyun baja lentamente el agarre hasta su pecho, pero sin intenciones de soltarlo, mirando fijamente a la pantera -o al menos intentándolo-.

—Bueno... ¿Qué se supone que deba hacer cuando mi compañero de habitación está gimiendo por la fiebre?

Ren Jun lo mira serio, viendo aquella expresión cansada que permanece en el rostro del león. Jae Hyun se está recuperando casi por completo del aturdimiento, observando con detenimiento el ligero rubor que hay en las mejillas de Ren Jun; cosa que hace que se pregunte: ¿por qué está sonrojado?

—Oh... Puedo dejarte solo.

Ren Jun -con intenciones de deshacer el agarre- se intenta levantar, pero Jae Hyun ejerce un poco de fuerza y con un suave movimiento, hace que de nuevo su atención esté sobre él.

—Mi mamá siempre tuvo que faltar al trabajo para cuidarme... Es por mi culpa que ella tuvo una vida tan dura.

Ren Jun se sorprende y se pregunta por qué Jae Hyun le está contando esos tipos de datos tan íntimos; aunque es cierto que su extraña relación de compañeros se ha transformado, Ren Jun piensa que aún no tienen ese tipo de confianza como para hablar de cosas tan privadas.

Pero sus pensamientos se deshacen enseguida que nota la triste mirada del mayor, provocando que algo dentro de su pecho se apriete.

—Pero —Ren Jun habla sin pensarlo mucho, solo con la intención que Jae Hyun quite esa triste mirada—. Ahora eres listo y tienes una novia mayor que tú. Eres virtuoso con un potencial futuro...

—Mi futuro —Jae Hyun le interrumpe, envolviendo su mirada roja sobre él—. La única razón por la que quiero ser medico es para tener dinero... No tengo ninguna intención de tener linaje. Solo duermo con Bae para tranquilizarme. Ella es un adulto, así que no hay ningún problema.

—¿E-en serio?

Ren Jun está abochornado, aún procesando todo lo que le dijo el mayor. Ahora tiene otra forma de verlo, una muy nueva e inesperada.

—Bueno... Eso ya no importa —suspira y cierra por un instante los ojos—. Ya no puedo ponerme duro desde el día que traté de follarte. Imagino que eso es un alivio para ti... Ya que pareces odiarme.

Ren Jun estás más que sonrojado y con su cuerpo temblándole un poco. Traga saliva e intenta decir algo, pero no puede.

—¿Qué pasa? —Jae Hyun abre sus ojos y ve por un instante el rojo rostro del menor, además de que nota su mano temblar—. Oh... Lo siento —suelta su mano y gira un poco su rostro, sintiéndose avergonzado de hasta apenas haberlo soltado—. Mi fiebre se está yendo, gracias a ti... Estoy bien aho-...

Se interrumpe a sí mismo cuando siente como Ren Jun quita la manta que lo cubría, en un ágil y rápido movimiento, para luego subirse sobre él y bajarle los pantalones de chándal.

—Oye. ¿Qué estás...?

Ren Jun comienza a frotar el pene del mayor con sus manos por encima de la ropa interior, acariciando a su vez, los testículos.

—Vas a tener problemas si consigues una nueva pareja y continuas en este estado, ¿verdad?

Jae Hyun no entiende en lo absoluto aquella actitud que está tomando la pantera, si antes parecía que no quería que ni lo tocara.

—T-tú mismo dijiste no estar interesado en esto. Además... Tienes novia.

—La manera en la que lo veo es que somos dos tipos, así que no cuenta —sigue frotando, con su mirada fija en aquel pedazo de carne que sigue creciendo, sonriendo un poco cuando escucha un pequeño gemido salir de los labios del mayor—. De todos modos, ¿a quién le importa? Así que cállate.

Jae Hyun suspira, viendo el techo.

—Bien. Haz lo que quieras.

Ren Jun no le hace caso y sigue en lo suyo, intentando que Jae Hyun se ponga duro, pues nota que no hay un gran cambio desde hace un minuto. Entonces, supone que no está funcionando a menos que lo tenga que tocar directamente.

Y sin pensarlo mucho, baja la ropa interior de un tirón, sintiendo un calor hasta sus orejas. El pene de Jae Hyun rebota enfrente de su rostro, sorprendiéndose al instante por lo largo y grueso que es; además de lo pálido que es el falo y el glande siendo de un tono rosado. Su boca se hace agua, lo toma con una mano y marca con su dedo pulgar las venas a su largo, mientras nota como un liquito viscoso y transparente se asoma por la hendidura de la punta.

Sus ojos están dilatados y suspira pesadamente, no pudiendo apartar la mirada de aquel pene. Y fugazmente recuerda el día en el que casi follan, pensando que -por la posición que se encontraba- no pudo notar cómo era desde un inicio.

Lame la punta, ya no pudiendo esconder su necesitado deseo por sentirlo. Jae Hyun da un pequeño salto al sorprenderse, no creyendo que el menor lo haya metido en su boca.

Ren Jun sigue lamiendo solo la punta, cerrando sus ojos y disfrutando del sabor de Jae Hyun. Piensa por un instante que es hermoso y decide proseguir con besos en la punta, pequeños y sonoros. Jae Hyun levanta un poco su rostro e intenta verlo, sintiendo un ligero calor cubrir sus pálidas mejillas. Lo escruta con su mirada, observando y perdiéndose como su pene desaparece para entrar en aquella húmeda y cálida boca.

Ren Jun chupa y se ahoga un poco, pero no le importa; sigue pasando su lengua por las venas hasta llegar al inicio del glande, donde lo recorre por completo con su sinhueso. Sorbe cuando está en la punta, pero eso no evita que un hilo de saliva corra por su mentón y caiga en la pierna de Jae Hyun.

El león suspira pesadamente y se muerde los labios, sintiéndose en las nubes; pensando por un instante que podría ser que a Ren Jun no le importe hacer esto. Confundiéndole un poco.

Pero deja sus pensamientos de lado y mejor decide estirar su mano para tocar el rostro del menor, frotando un poco su caliente mejilla, para seguir hasta su oreja, la cual acaricia. Ren Jun por un instante deja de chupar, para dejar libre un leve gimoteo, viéndose -ante la brillante mirada de Jae Hyun- como alguien que está disfrutando de lo que hace.

Jae Hyun tiembla, mientras que Ren Jun sigue con su trabajo, dejando pequeñas lamidas desde la base hasta el inicio del glande. El león piensa si acaso Ren Jun tiene alguna idea de cómo se ve ahora; todo sonrojado, con sus ojos pequeños y solo concentrado en chupar.

Jae Hyun ya no lo resiste más y toma al menor de sus brazos y lo tira hacia arriba, acostándolo encima de él. Ren Jun lo mira sorprendido y se sostiene de los hombros del león, teniendo su rostro tan cerca del contrario que puede sentir su aliento chocar con el suyo.

—¿Te importaría ayudarme un poco más? —susurra Jae Hyun, mirando fijamente a la pantera, poniendo su diestra en su trasero.

—¿Qué? —ahora son las dos manos de Jae Hyun que siente como aprieta su trasero—. ¡Ah!

Ren Jun entrecierra los ojos y se apega más al pecho del león, el cual aprovecha el acercamiento para juntar su boca a la oreja de menor, donde la lame y le susurra:

—Si me dejas deslizarme entre tus muslos, mientras tú los aprietas alrededor mío, creo que seré capaz de venirme.

Ren Jun se siente vulnerable ante Jae Hyun, solo aferrándose con fuerza de sus hombros y sintiendo como sigue lamiendo su oreja; además de que sigue apretando sus glúteos, frotando la punta de sus dedos en su entrada. Pero en un pequeño momento de lucidez, logra decir:

—A-al diablo con eso... Sabes que no quiero.

Jae Hyun deja de lamer y le da un vistazo rápido a la cola inquieta de la pantera, que en ningún momento ha dejado de moverse.

—Lo siento, estoy pidiendo mucho —Ren Jun levanta un poco su rostro y puede notar al instante el comportamiento dócil que toma Jae Hyun—. Supongo que no es algo que puedas hacer por la bondad de tu corazón, ¿huh? Ya estoy casi por venirme...

Lo ultimó lo susurra, pero aun así Ren Jun logra escucharlo, avergonzándolo muchísimo más. Se muerde el labio y sigue viendo el rostro pálido del león, el cual lo evita ver. Lo piensa por un instante y decide mandar todo a la mierda, Ren Jun está lo suficientemente caliente como para rechazarlo.

—No te atrevas a meterlo.

Es lo único que dice antes de bajarse sus pantalones cortos junto a su ropa interior. Jae Hyun sonríe y asiente, se acomoda de lado y deja que la pantera se acueste al lado suyo.

Jae Hyun inmediatamente se junta hasta su espalda y lo abraza, pasando un brazo por debajo de él y aprieta su pecho. Frota un poco su erección con el trasero de Ren Jun, el cual gruñe y hace un amago de darle un codazo. El león al instante se disculpa y deja de hacerlo, mejor toma su pene y lo coloca entre las piernas de Ren Jun, justo donde están sus genitales.

—Aprieta un poco más las piernas.

Pide en un susurro y Ren Jun asiente, sintiendo como Jae Hyun comienza con los suaves movimientos, los cuales rozan con su entrada y testículos. Jae Hyun gime por lo bajo, sintiendo como Ren Jun lo abraza cálidamente con sus piernas; además de que le es fácil deslizarse desde que comenzó poco después con los movimientos. Pero no le toma importancia y sigue con lo suyo.

Y una vez Jae Hyun siente que necesita más, lo toma con fuerza de la cadera y comienza con embestidas más duras, más rápidas. Ren Jun chilla y se toma fuerte del brazo de Jae Hyun, preocupado porque, quizás en cualquier movimiento -por accidente- lo meta dentro de él, ya que hay mucho lubricante escurriendo, culpa de su ano excitado.

Jae Hyun continúa con las fuertes embestidas, escuchando sus pieles chocar y a Ren Jun gemir -acto que le encanta y lo calienta aún más-. Aprieta el pecho de Ren Jun un poco más y hunde su rostro en su cuello, el cual chupa y siente una esencia, la cual es la misma que la de antes... Solo que mucho más fuerte.

Y deja de pensarlo, solo porque se viene, apretando a su vez el agarre que tiene en la cadera del menor. Ren Jun también lo hace, porque, a fin de cuentas, sigue siendo un virgen que se corre por cualquier contacto hacia su pene.

—Parece que estás curado.

Ren Jun se volteó ligeramente, solo para decirle eso, con su rostro sonrojado y su cabello hecho un desastre.

—No —su corazón late muy fuerte, pero aún así se mantiene con el rostro serio. Oh, vaya que Jae Hyun sí sabe ocultar las cosas—. No estoy ni cerca.

—¡¿Qué?!

La pantera se voltea por completo, sentándose a su vez en la cama, con su cola crispada.

—El número de intentos es un factor en el apareamiento de los felinos. No es bueno si mi erección desaparece después de solo una vez —Jae Hyun parece serio y desinteresado, pero ni él sabe por qué dijo todo eso. Aunque supone que Ren Jun no es tan tonto como para creerlo—. Estoy seguro de que eventualmente lo superaré. Gracias por-...

—Está bien, te ayudaré —Jae Hyun se sorprende y abre los ojos en demasía, dándose cuenta de que la pantera sí es muy tonta. Lo voltea a ver, si es que en serio lo ayudará y no está mintiendo. Pero, para -de nuevo- su sorpresa, Ren Jun parece ahora mismo como una persona comprensible—. Te ayudaré siempre y cuando no cojamos

Jae Hyun siente que ahora mismo está viendo un hermoso ángel celestial.

—Será mejor que estés feliz con esto... Pene impotente.

Olvídenlo, Ren Jun no es un hermoso ángel celestial, solo es una pantera virgen y sumisa que se corre por el más mínimo toque en su delgado cuerpo.

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