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Capítulo cuatro

Bien, ya están en un motel para descansar.

Ren Jun festeja en silencio, sentado en la cama solo con sus calzoncillos puestos; listo para poner a prueba todo lo que aprendió a base del porno. Porque Ren Jun es del tipo rudo, así que probablemente se puede salir con la suya sin estar acostumbrado al sexo. El objetivo solo es meter y sacar sin parecer un virgen desesperado por un orgasmo.

Pero de un momento su cola deja de menearse atrás de él y se da cuenta de un pequeño gran detalle: su pene no está erecto.

Oh, vaya mierda. ¡¿Es por qué está nervioso?!

Tengo que concentrarme antes de que Won Young salga de la ducha. Piensa en la profundidad de su desesperación. Intenta excitarse a base de estimulación propia, con su pulgar acariciando la punta y apretando un poco el falo. ¡Pero nada funciona!

Entonces se lleva ambas manos a la cabeza e intenta recordar lo más caliente que haya visto recientemente. Y es ahí, que la voz de Jae Hyun lo envuelve en aquella memoria.

Tienes todo lo que se necesita para ser un buen pasivo, ¿sabes? —recuerda cuando Jae Hyun estaba encima suyo aquella noche, donde metió sus dedos en lo más profundo de él, mientras lo hacía gemir igual que a una chica—. Se siente bien venirte con algo dentro tuyo, ¿no?

Ren Jun no lo puede creer, su cabeza lo debe de estar jodiendo porque ese recuerdo es simplemente un error. Pero cuando abre los ojos -horrorizado por lo que pasó por su mente-, puede ver perfectamente como entre sus piernas su pene se levanta con firmeza.

—Perdón por la espera, oppa —Won Young llega hasta la cama, con una bata blanca de baño, pero su sonrisa se borra al ver que Ren Jun no le da importancia por estar viendo a la nada—. ¿Ren Jun oppa? ¿Qué pasa? —se sienta junto a él, viendo el rostro pálido de la pantera, haciéndola preocupar enseguida—. ¡¿Por qué estás tan pálido?!

Oh, la razón por la que Ren Jun está tan pálido es porque no puede creer que Jae Hyun sea lo que lo excite... O sea, antes se excitaba por un par de tetas, una chica gimiendo, masturbándose o en sí por ver porno. Pero ahora, pensar que lo que lo puso duro fue por recordar como Jae Hyun le metió los dedos, es simplemente algo... algo...

—¡Debiste haberme dicho si no estás sintiéndote bien, Ren Jun oppa! —Won Young entra en desesperación y va deprisa por sus cosas al baño—. ¡¿Quieres que llame a una ambulancia?!

—No... Solo necesito un tiempo... A solas —el susurro de la pantera hace que Won Young se calme un poco y asienta y solo entre al baño, cerrando la puerta atrás de ella.

Ren Jun está tan sorprendido que solo quiere desaparecer. ¡Carajo! Jodió por completo su oportunidad para dejar de ser virgen. ¿Acaso la vida lo odia?

Pasa sus manos por su rostro e intenta salir del shock, pero simplemente no puede; entonces suspira antes de levantarse de la cama para tomar sus cosas del mueble. Rápido se viste y de nuevo se tira a la cama boca abajo, justo a tiempo que Won Young sale del baño.

—Tengo toque de queda, así que me voy a ir primero —camina hasta la salida, donde solo se detiene para darle un rápido vistazo a la pantera—. Llámame si necesitas algo, ¿de acuerdo?

—Seguro... Lo siento.

—Adiós.

Ren Jun se maldice mil veces más y entierra la cabeza en la almohada; se siente un total estúpido por dejar ir esta grandiosa oportunidad. Pero no se martiriza más y mejor se pone de pie para irse del motel antes de que pase su toque de queda. Toma su sudadera y suspira una vez abre la puerta, pensando todavía qué es lo que está mal con él. Pero al tan solo dar un paso fuera de la habitación, una mujer sale de la habitación de al lado y camina directo a las escaleras, sin prestarle atención a Ren Jun.

La pantera sigue observando a la mujer -escondido en la columna que separa las puertas- y se da cuenta que aquella mujer es la profesora que está en la oficina de enfermería. Se sorprende ante lo que descubrió -nunca imaginándose que se encontraría a un profesor en un motel cercano a la escuela-, pero se alegra sobre todo que no lo haya descubierto -no queriendo ni imaginar que hubiera pasado si no-.

Y sale de su pequeño escondite, una vez que la mujer ya no está en su campo de visión.

Camina a la dirección de las escaleras, pero alguien sale de la misma habitación que aquella profesora y choca con Ren Jun, haciendo que se tambalee la pantera.

—Oh, per-...

—¡¿Qué diablos, Jae Hyun?! —interrumpe enseguida la pantera, aún más sorprendido por lo que sus ojos ven—. ¿Por qué estabas con la señori-...?

Jae Hyun le tapa enseguida la boca con su mano, viendo rápidamente a los lados del pasillo.

—Oye, imbécil —llama entre dientes el albino—. ¡No hagas una escena! —pero Ren Jun no deja de moverse, intentado quitar la mano del mayor para hablar—. ¡Maldición! Entremos a la habitación, extenderé el tiempo.

—¡¿Qué?!

A Ren Jun no le da tiempo ni de reaccionar cuando ya está dentro de la habitación, de pie a un lado de un pequeño sillón, mientras que Jae Hyun llama a la recepción para agregar otra hora para ocupar la habitación. Una vez cuelga el teléfono, se pone en frente de Ren Jun y escucha la primera pregunta del interrogatorio.

—¡¿T-te estabas acostando con ella...?! —la pregunta sale por sí sola de la boca de la pantera, aún no creyendo por completo lo que está pasando.

—Sí, pero solo es eso.

Jae Hyun responde simple, suspirando y resacándose por un instante la nuca. Mientras que Ren Jun pasa de estar un poco sonrojado a tener una penumbra al descubrir cómo es en realidad aquella profesora -la cual siempre creyó que era alguien muy apropiada-. Además de que toda la situación en sí le parecía como si la hubieran sacado de una porno.

—Esto podría afectar su posición, así que no vayas a contar sobre esto a alguien.

—Estoy bien con eso —¿Qué pasa con esa actitud? Piensa Ren Jun—. ¿Crees que voy a ir de bocazas o algo?

—Como si pudiera confiar en alguien del que no conozco nada.

—¿Disculpa? Tú eres el que ni siquiera está intentado en cooperar.

Los dos se miran fijamente, sin ninguno tener la intención de ceder; aunque Ren Jun se intimida un poco y da un paso hacia atrás, pero enseguida se da cuenta que pisa algo viscoso.

—¿P-pero... Qué...? —ambos miran hacia abajo y enseguida notan el condón usado en el suelo.

—Oh, debimos haber olvidado tirar ese —Jae Hyun se agacha y lo toma de la parte del nudo y lo deshecha en el basurero de la habitación.

Ren Jun ahora está más que sonrojado y se pregunta si realmente esa cosa es real... Aunque sus pensamientos comienzan a divagar y su cola se menea atrás de él, pensando seriamente que en los videos porno nunca muestran lo que pasa después de un acto sexual. Quizá sería bueno que lo incluyeran... O quizá no... Quién sabe.

Jae Hyun lo mira sin hablar, viendo como el menor está realmente muy metido en sus pensamientos, pero como si de una brillante idea conquistara su cabeza, empuja a la pantera a la cama, colocándose enseguida sobre él.

—A cambio de tu silencio... ¿Qué tal si te doy una lección sobre sexo?

—¡¿Qué?! —Ren Jun lo mira sonrojado y con la boca abierta, no dando crédito a la propuesta tan descarada que le propone el mayor—. ¿P-por qué harías algo así?!

Jae Hyun sonríe por lo divertido que se está poniendo todo esto y decide quitarle la ropa al menor, empezando a desabrochar su pantalón.

—Por lo que se nota, tus nervios te dominaron y no pudiste llegar hasta el final.

—Ugh... Eso no... —Ren Jun intenta encontrar una excusa al mismo tiempo que intenta que Jae Hyun no le quite la ropa, lo cual es muy complicado.

Pero entre todo aquel alboroto, Ren Jun piensa que quizás con esto por fin puede perder su virginidad -porque al final de cuentas-, Jae Hyun lo puso duro antes, así que... Tal vez, también está bien con hacerlo con hombres... ¡Y, por otra parte, por fin obtendría su venganza de la vez pasada!

—También entenderías como es esto para las chicas —entonces Ren Jun lo piensa un poco mejor, cada vez más convencido a ceder, no dándose cuenta cuando Jae Hyun le quita por completo su pantalón junto con su ropa interior—. Además, que es posible que puedas aprender algunos movimientos del lado de los hombres; cosas que tampoco puedes ver en el porno.

—¡No! —y es ahí que Ren Jun capta algo muy importante—. ¿Por qué tengo que estar del lado que recibe?

Jae Hyun está de pie -enfrente de la cama-, viendo fijamente a la pantera sonrojada con una expresión muy extraña, lo cual lo hace sonreír.

—Es natural enseñarle a alguien, mostrando desde su campo de experiencia, ¿cierto? —Ren Jun asiente—. Bueno, dar es en lo que me especializo.

—¡Tengo mi orgullo como hombre, ¿sabes?! —Ren Jun entra en pánico, provocando que cierre fuertemente sus piernas—. Así que, ¿también lo haces con hombres?

—Sí... —Jae Hyun se acomoda de rodilla en la cama, desabrochando su pantalón de manera despreocupada—. Lo hago.

Y saca por completo su pene erecto. Ren Jun se congela enseguida de ver el tamaño de esa... cosa, teniendo una sacudida desde su cola hasta sus orejas -olvidándose por un instante de cerrar sus piernas, lo cual, Jae Hyun aprovecha esa distracción y se coloca entre ellas-.

—Mira, no te preocupes y solo disfrútalo... —sube la camisa de Ren Jun hasta su cuello y aprovecha para acariciar y chupar sus pezones. La pantera intenta detenerlo, pero al sentir la lengua áspera del león rodear su pezón, pierde total autocontrol y suelta un gemido—. Me aseguraré de que se sienta increíble.

Ren Jun jadea y siente como los colmillos de Jae Hyun comienzan a pinchar su pezón conforme van creciendo, pero no es tan doloroso como suena, pues Jae Hyun sigue chupando y jugando delicadamente, mientras que con el otro lo atiende con su mano. Es como si estuviera saboreando a su presa.

—Supongo que puedo continuar —dice Jae Hyun, alejándose del pecho del menor para tomar su pierna izquierda mientras que tantea con dos de sus dedos su zona resbaladiza.

—Hff... T-tú... Puedes...

A este punto, Ren Jun tiene un hilo de saliva escurriendo por su mentón, sintiendo como el líquido caliente sigue saliendo de su culo, embarrando los dedos del león. Y su cuerpo tiembla por completo cuando Jae Hyun mete dos dedos en su anillo de músculos, sintiendo ese contraste de frio -por Jae Hyun- y caliente -por su interior-. Gime alto y cierra los ojos, disfrutando por completo como Jae Hyun mueve sus dedos en círculos y en tijeras.

Pero de un momento a otro los saca, haciendo jadear de sorpresa a la pantera. Jae Hyun se acomoda mejor y jala de las caderas al menor hacia arriba, para tener un mejor acceso a su culo.

—Entonces... —da la primera lamida entre el espacio de los testículos y aquel anillo de músculos chorreante—. Por aquí estaría la vagina.

Ren Jun suspira con fuerza y apuña sus manos al sentir las repetidas lamidas en aquella zona, sintiéndose cada vez más sensible a cada toque. Y son tantas las sensaciones que puede sentir que en cualquier momento podría caer en el orgasmo.

—Frota la punta a lo largo de la línea —corre su lengua hasta casi llegar a los testículos, cosa que logra que Ren Jun se corra—. Y deslízalo lentamente por la abertura de la parte inferior... Oye... Deja de venirte y pon atención.

Ren Jun intenta ver al león, aun gimiendo y con su respiración irregular por el reciente orgasmo. Jae Hyun lo ve serio, pero aun así su pene no puede evitar saltar ante aquella imagen de un Ren Jun sonrojado, temblando y con su cabello todo desordenado.

—¿De verdad quieres estudiar esto? —Jae Hyun se lame los labios y acorta la distancia entre ambos, otra vez quedando entre las piernas del menor—. O es que... ¿Estás listo para rendirte y aparearte conmigo?

Jae Hyun toma el condón que dejó sobre la cama y lo abre con sus dientes. Mientras que Ren Jun, que está tan aturdido que solo puede pensar: ¿Aparearme...? Oh, es verdad, está a punto de hacer lo que quiera conmigo.

El albino coloca el condón en su pene y frota un poco, pensando en que se ve apretado el agujero del menor, pero debería estar bien ya que lo aflojo un poco con sus dedos.

—¿Qué pasa? —pero antes de meter la punta, nota algo extraño en la pantera—. Estás actuando tranquilo de repente.

—Maldición —solloza Ren Jun, comenzando a llorar, cubriendo un poco su rostro con sus manos—. N-no quiero esto.

Jae Hyun se sorprende ante aquella reacción, provocando que se sonroje y su corazón lata más rápido, escuchando como el menor llorar y dice cosas entre balbuceos. Pareciéndole lindo...

—Pensé... —solloza de nuevo—. Que finalmente lo iba hacer, pero... L-lo siento.

.

.

Otra vez todo se jodió su plan -inesperado- para dejar de ser virgen. ¡Gracias jodido universo!

Y para empeorarlo, los dos van caminando juntos para llegar a su dormitorio, convirtiéndolo todo aún más incómodo; que a pesar de que no hayan terminado haciéndolo hasta el final, Ren Jun logró ver un lado inesperado de Jae Hyun.

Inclusive, Ren Jun viéndolo ahora, podría parecerle un poco atractivo el león albino. ¡Pero solo un poco!... Bueno, lo suficiente como para que sus mejillas adquieran un ligero rosa.

—¿Qué estás viendo?

—N-nada —Ren Jun se sorprende por ser descubierto viéndolo, cosa que lo hace sentir desprotegido.

—Entonces, no me mires, virgen.

—¡¿Cómo diablos me llamaste?!

Oh, vaya día que tuvo nuestra pequeña pantera.

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