El último día del celo de Félix había comenzado hace ya 17 horas y SeungMin había perdido la cuenta de las veces que tuvo que complacer a Félix hasta este momento. Seguía sorprendiéndolo la resistencia y necesidad que tenía el pecoso australiano para esto, su pasión no disminuía bajo ningún punto, incluso cuando estaba cansado seguía murmurando palabras obscenas para alentar a JeonGin a acercarse en lo que SeungMin se recuperaba del orgasmo.

— Está es la última, Lixxie — alcanza a murmurar antes de que los labios del pecoso tomaran los suyos otra vez — Ya no nos quedan más condones — jadea tras hacerse para atrás, evadiendo el beso para terminar la frase, aunque no duró mucho antes de que el omega se le encimara de nuevo.

— Le pediré más a Han — cree escuchar a JeonGin al fondo y SeungMin supone que se movió para buscar su teléfono, difícil de saber con certeza cuando las manos ansiosas de Félix le colocan el último condón con prisa, atrayendo toda su atención.

— Félix, tal vez, quieras p- ¡Mierda! — gime cuando Félix se sienta a ahorcadas sobre él, autopenetrándose con peligroso descuido.

Aunque el rubio australiano parecía saber lo que hacía SeungMin no pudo evitar sentirse nervioso por la posibilidad de que el chico se haya lastimado. Sus manos se disparan hacia la cadera de Félix para detenerlo antes de que empezara a moverse.

— ¿Lix, estás bien? — la sola pregunta hace que el pecoso lo mire con rareza. Bien, entonces estaba bien.

— Mi dulce Minnie, me cuidas mucho — ronronea Félix, sonriendo con dulzura mientras acariciaba las mejillas del cachorro — Realmente eres perfecto para estar conmigo durante mis celos — arrulla, acunando con cariño el rostro de SeungMin — Eres dulce, cuidadoso y tierno — afirma, acercándose a su cara para rozar sus narices en un tierno beso esquimal — Y considerablemente grande — susurra ronco, moviendo ligeramente su cadera en círculos, sacando un quejido de SeungMin — Hazme llegar, Minnie. Una última vez, por favor — pide, acariciando las mejillas del aludido antes de soltar su rostro.

La garganta de SeungMin ya estaba bastante seca, por lo que tragar saliva por los nervios fue casi un alivio para el Beta. Decidido a complacer a su rubio compañero, y cocinero favorito, toma por debajo de los muslos al australiano y se levanta para recostarlo en la colchoneta de golpe, permaneciendo entre las piernas de Félix, quien le regala una sonrisa animada, esperando ansiosamente recibir lo que le correspondía.

Porque si, era a Félix a quien le correspondía el miembro de SeungMin ahora.

— ¿Acaso neces-? ¡Ah, Dios!— la espalda de Félix se curva casi al instante en el que el grueso miembro de SeungMin se abre paso por sus paredes hasta golpear su próstata con rudeza.

Una tras otra, SeungMin da estocada tras estocada bruscamente, golpeando sin piedad el punto dulce del Omega con una bestialidad que no iba con su tierna apariencia en los escenarios. Félix gime roncamente, arañando con descuido los muslos de SeungMin, en un vano intento por mantenerse en su lugar.

Balbuceos incoherentes brotaban de su boca y un hilo de saliva incontrolable cae por la comisura derecha de sus labios. SeungMin solo podía decirle al oído cuánto amaba ver cómo perdía su apariencia angelical cada vez que estaba dentro de él, era el único capaz de destrozarlo así, al menos hasta que HyunJin decida aceptar sus sentimientos y se declare a Félix.

SeungMin había visto el miembro del Alfa, y mierda que era envidiable. Bajando por el abdomen ligeramente marcado de bailarín, cerca de la pelvis, iniciaba un leve camino de vello lacio negro que cubría la base de su miembro, ese miembro largo, grueso, con ese glande rosado...

— Mierda, si— gime en un gruñido, acelerando la velocidad de sus embestidas, persiguiendo desesperadamente el orgasmo que tanto quería.

— Dios, SeungMin, si ¡Así, así!— solloza Félix, tomando su propio miembro entre sus dedos para acariciarlo furiosamente.

Oh dios, lo haga cuando lo haga, HyunJin tendría que tomar varios energizantes para complacer a Félix. El Omega era ciertamente insaciable.

El orgasmo de Félix es ruidoso, casi como lo es Félix siempre que está Han cerca. Sus paredes se contraen alrededor del miembro de SeungMin y casi parece ordeñarlo, llevando al Beta a su propio orgasmo.

Agotado, SeungMin se desploma junto a Félix, jadeando por aire y dejándose arrollar por todos los efectos entumecedores y liberadores del orgasmo. Permanece inmóvil, incluso cuando sienta las manos más pequeñas acariciar su pecho, descendiendo lentamente por su abdomen hasta su miembro, donde, con un poco de presión, los dedos logran empujar el condón fuera, dejándolo caer junto a ellos, fuera de la colchoneta, permitiendo que el esperma se derrame fuera de él sobre el suelo de madera.

— Minnie~ — ronronea Félix, y SeungMin sabe que está sonriendo— Cuando Hannie traiga los otros condones ¿Podrías tomarme como lo hace tu personaje?— pregunta malicioso, acariciando el miembro de SeungMin, que aún estaba preso de la hipersensibilidad post orgasmica.

— ¿Mí... Personaje?— repite agitado, girando su cabeza para ver la sonrisa maliciosa de su, usualmente, dulce compañero Omega.

— Puppy es un perrito ¿No?— lentamente él miembro de SeungMin comienza a responder a las caricias de Félix, pero sobre todo, a su idea.

— Gracias a Dios que me elegiste para pasar tu celo blanco— suspira pesadamente, atrayendo por la nuca a Félix a un beso hambriento.

— Solo espero que Hannie llegue antes—mjrmura JeonGin, mirando perdidamente como el esperma que brotaba de la punta de su miembro bajaba lentamente por el tronco hasta meterse entre los dedos que lo rodeaban tan apretadamente.

Tal vez, esta vez Hannie se quede. Y dios, los dos omegas rogaban que así fuera, porque JiSung paso 3 días con 3 Alfas a solas y su aroma debía ser espectacular.